Advertencia: Hay una escena un poquito fogosilla abajo, así que si no os gustan esas cosas, saltaros desde "Acaricié su cara" hasta "al oler su sangre". De todas maneras, subrayaré las palabras anteriores por si acaso. Disfrutad de la lectura💕💕
Abrí los ojos. Al principio tan solo veía varias manchas borrosas, pero luego fui recuperando visión. El dolor de cabeza que sentía era horrible. Miré a mi alrededor con más detalle. me encontraba en una especie de celda de paredes de ladrillo. En una de las paredes había una puerta de hierro bastante grande. Yo estaba tumbada sobre una cama de sábanas blancas. Traté de incorporarme y noté que algo grande y pesado se encontraba atado a mi tobillo. Era un grillete de hierro un tanto oxidado e iba atado a mí a través de una especie de esposas. Busqué alguna manera de quitármelo, pero tan solo podía abrirse con una llave. En una esquina de la celda había un váter y un lavabo. Lentamente fui dando pasos hasta llegar al lavabo, dónde me mojé un poco la cara. Me dolía todo el cuerpo y estaba bastante cansada, supongo que se debía al cloroformo. Me asomé por la pequeña ventanita que tenía la puerta de la celda.
- ¿Noah? ¿Marco? - grité.
Nadie me contestó, así que lo volví a intentar varias veces. Traté de mirar a ver si había alguien en alguna otra celda o en el pasillo que las conectaba a todas. Seguí gritando hasta que de repente escuché pasos. Se acercaban más y más, pero no lograba ver quién era. De repente, un ojo carmesí se asomó a la ventana. Me aparté de la puerta inmediatamente y volví a la cama ( el maldito grillete hizo que tardase siglos en hacerlo) . Escuché cómo unas llaves tintineabas, y tras un rato alguien abrió la puerta de mi celda. Vi como, una tras otra, entraron tres figuras. La última de ellas cerró la puerta. Resultaron ser una mujer y dos hombres, estos últimos portaban una especie de lanza en la mano. La mujer iba vestida con un vestido de satén rojo, algo antiguo, y los guardas con trajes grises. La mujer se acercó a mí y comenzó a hablar.
- Bienvenida a los calabozos de "Las cuatro estrellas". Siento que nos hayamos conocido en estas circunstancias, pero Noah no me hubiese dejado ni acercarme a ti. Soy Katherine Earnegleist, pero puedes llamarme Kath.
-¿Dónde están Marco y Noah? - le pregunté.
- Pues verás, te lo diría, pero no puedo hacerlo - me contestó -. Eso sí, te puedo garantizar que no les ha ocurrido nada malo (al menos de momento...). Deja que te quite el grillete, ya que es incómodo y no le necesitarás allí donde vamos.
Se acercó a mí lentamente. Al principio pensé en escaparme, pero teniendo en cuenta que todos tenían pinta de vampiros sanguinarios, preferí dejar que me llevase a vete tú a saber dónde. Me quitó el grillete y me condujo por el pasillo hasta una sala anticuada de paredes blancas. Había varios sillones y una mesa. Me dijo que me sentase y me ofreció una taza de té, la cuál e por supuesto rechacé , pues podía haberlo envenenado con algo.
- Supongo que ya sabrás porqué estás aquí... - me dijo Katherine.
- Pues la verdad es que no - le contesté.
Al darle a conocer que yo no tenía ni idea de porqué nos habían secuestrado, me contó que le habían mandado una carta a Noah en la que le decían que debía llevarme a Venecia y dejarme por ahí a mi suerte, y que si se oponía LCE no le ofrecerían ningún tipo de ayuda o protección. Claro que ellos no se esperaban que Noah me eligiese a mí en vez de a su organización. Se sorprendieron tanto que decidieron secuestrarnos a todos para darle una lección a Noah. En fin, supongo que eso es todo lo que me tenía que contar, pues nada más acabar nuestra charla me mandaron otra vez a la celda, aunque esta vez no me pusieron el grillete, lo cual agradecí, ya que me había dejado alguna que otra herida por el tobillo. Me desparramé en la incómoda cama de la celda, aburrida. Ojalá tuviese un libro... O una tele. Empecé a dar vueltas sobre la cama, y en una de estas me caí al suelo. Me quedé ahí tirada, quejándome de la leche que me había pegado, cuando me di cuenta de que había algo debajo de la cama. Alargué el brazo hasta poder coger el objeto, llevándome por delante varias telarañas y, para cuando saqué lo que parecía ser una caja, mi brazo parecía gris por culpa del polvo. Me fui al baño (sí, había un baño) y me limpié el brazo. Acto seguido, limpié la caja un poco con cuidado de no estropearla y la observé detenidamente. En una de sus esquinas tenía algo escrito con tinta escarlata. Decía lo siguiente:
Esta caja es de: Mary Stern
Fecha: 9 de febrero de 1847
Advertencia: No abrir a no ser que quieras aburrirte con los relatos de una joven desquiciada (es broma).
Tras pensar un rato hice lo que una persona normal haría: abrirla.
Noah's POV
Me desperté en un lugar que conocía demasiado bien: mi habitación. Y para que quede claro, no, no es la de la cabaña, sino la que se encuentra en la residencia para miembros de LCE. Me iba a levantar, pero de repente me empezó a doler la cabeza. P*to cloroformo... Llego a saber que me iban a hacer esto y llevo a Emma a donde quieran. pensándolo mejor, seguiría habiéndola ayudado, al fin y al cabo, nadie debería colaborar en la muerte de alguien a quien aprecia. Me fui a tocar la cara, y al no poder, miré hacia mi mano. ¡Menudos cabrones! Me habían encadenado con unas cadenas gigantes. Me pregunto que habrá pasado con Emma... ¡Y Marco! Ya ni me acordaba de él, aunque tampoco me molestaría tanto que le pasara algo. Aunque delante de Emma me había comportado bien con él y blah, blah, blah... Lo cierto era que no me caía nada bien. Se nota a kilómetros que siente algo por Emma... Cambiando de tema, al ver que no podía ni levantarme, empecé a gritar como un loco y a cantar baladas mal entonadas hasta que alguien abrió la puerta del cuarto. Kath... No podía tener más mala suerte...
- Hola Noah... - me dijo.
- Hola - le contesté, incómodo. Katherine me había estado acosando desde que empecé a ponerme bueno (qué, es la verdad) y yo no quiero estar con ella (es demasiado vieja, aunque no lo aparente). Tiene como 386 años, y yo tan solo quince, aunque el 16 de Abril cumpliré dieciséis. Me pregunto cuándo será el cumpleaños de Emma... Hoy estamos a 3 de Abril, por lo que no los cumple ni en enero, ni en febrero, ni en marzo, que listo soy.
- Noah, me estás escuchado... - dijo Katherine, sacándome de mis pensamientos.
- No - le contesté, encogiéndome de hombros.
Suspiró y comenzó a hablar:
- Como ya sabes, te mandamos una carta. Bien, pues como no nos hiciste caso (que era lo que deberías haber hecho), os secuestramos y os trajimos aquí. Tus queridos humanos se quedarán aquí unos tres meses a partir de hoy, y cuando pasen los tres meses, si no se han muerto o han sido transformados, les soltaremos. Mientras tanto, tú nos ayudarás a encontrar al asesino de una vez por todas y a poner fin a esta tontería, ¿te ha quedado claro?
- No vais a tocarles un pelo - respondí, notando cómo la rabia comenzaba a tomar control de mí.
- Eso ya lo veremos... - dijo ella, con una sonrisa diabólica en la boca.
Acto seguido, abrió la puerta y se marchó, aunque esta vez la dejó abierta.
Marco's POV
Ya habían pasado unas tres horas desde que me había despertado. Tan solo podía pensar en Emma y Noah, en dónde estarían, en que les estarían haciendo. Y lo más importante, en si los secuestradores sabrán mi secreto. Mi celda tenía todas las paredes llenas de símbolos extraños y de escritos en idiomas que no podía entender, pero había algo que me había llamado la atención. En el centro de una de las paredes había un enorme círculo rojo dibujado. Dentro de éste había dibujados dos grandes colmillos, uno de ellos negro y el otro blanco. estaban rodeados por lo que parecían ser espinas, aunque no sabría decir qué eran exactamente.
(El dibujo le he hecho yo para que se hagan una idea de cómo es el símbolo)
No sé porqué, pero juraría que había visto ese símbolo en alguna parte. Me levanté para examinarlo más de cerca. A simple vista, parecía que alguien lo había pintado a mano, aunque estaba bastante desgastado. Tras horas de tratar de recordar dónde lo había visto, mi cerebro me dio la respuesta. En el instituto, en las escaleras, había una pegatina igual. Debajo de ésta estaba escrito "El Colmillo Dorado" en letra cursiva. Que yo sepa, hay una librería que se llama así, pero nunca me he fijado lo suficiente en su cartel como para saber si tiene logo o no. Volví a mi cama (aunque casi me caigo por culpa del grillete atado a mi tobillo) y traté de relajarme, aunque pasados unos minutos, dos personas con máscaras blancas y túnicas verde esmeralda entraron a la celda. Me agarraron de brazos y piernas y me llevaron a rastras a otra habitación, donde me dieron un sedante. Lo único que logré ver fueron varios bisturíes con un símbolo tallado en ellos.
Desconocido's POV
Me encontraba sentado en una de las múltiples mesas del comedor general. Pasaba la mayoría del tiempo aquí, rodeado de 4 silenciosas paredes que, aunque llenas de coloridos cuadros, siempre me hacían sentir triste. Alguien carraspeó, haciéndome levantar la cabeza del libro que estaba leyendo.
- Perdone por interrumpir de esta manera, tan solo venía a informarle sobre el estado de nuestros nuevos prisioneros, y de Noah, claro está, aunque si lo desea puedo venir más tarde.
- No, quédate - le dije. La cogí de la mano y la atraje hacia mí, poniendo mi libro a un lado y sentándola sobre mi regazo. La miré a los ojos y noté cómo se sonrojaba. Humanos, tan delicados. La miré a los ojos y acerqué su cara a la mía, nuestros alientos intercambiándose. Acaricié su cara, su piel suave. La besé las comisuras de sus labios, haciendo que su corazón latiese más deprisa. Luego comencé a dejar besos húmedos desde su mejilla hasta su cuello. Al llegar a éste, paré de descender y lo lamí, haciendo que se estremeciese. Seguí besando su cuello, mordisqueándole de vez en cuando y estoy seguro de que algún chupón, ella soltando algún suave gemido. Y luego, llegó el momento. Al oler su dulce sangre, mis colmillos aparecieron, y acto seguido la mordí. Ella soltó un leve grito de sorpresa y luego cerró los ojos y se quedó quieta, disfrutando del momento. Al acabar, acerqué mi boca a su oído y le susurré:
- Ahora que te he probado, nadie más podrá tocarte.
La besé, dejándola probar los restos de su sangre que se encontraban en mis labios. Acto seguido, me separé de ella, y en cuanto se recuperó me explicó que se había decidido no tocar a la chica, ya que consideraban que nos podría ser útil. El humano había sido llevado a la sala de investigaciones, en la cuál le harían una serie de pruebas para ver si realmente era lo que decía ser. Noah estaba en su habitación, aunque teníamos varios guardas puestos en la puerta, pues sabíamos de lo que era capaz. Claro que él no los podía ver, pues queríamos ver que tan fiel era. Al notar que se encontraba cansada, le dije que podía marcharse a descansar, lo cuál agradeció. Yo seguí leyendo, aunque al cabo de un rato me aburrí, por lo que decidí ponerme a redactar una de las múltiples cartas que debían ser enviadas a todos los puntos claves de la ciudad. Debíamos informar a nuestros agentes de que el asesino que había estado causando todos estos problemas había sido identificado, y de que no está solo. Terminé las cartas, sellándolas con el sello de la organización. Volví a mirar los cuadros, fijándome en la felicidad de sus intérpretes, en cómo corrían libres por el campo, sin saber que en unas pocas horas, el bosque en el que habitaban sería quemado, y que ellos, junto con sus familiares, serían mutilados por cazadores. Recordé la voz de mi madre gritándome, diciéndome que debía salir de allí, esconderme. Recordé las altas llamas rodeando nuestra aldea, los gritos de mis amigos, mis familiares, mientras yo hacía lo único que podía, huir. Los cazadores me seguían, trataban de herirme con flechas, espadas y lanzas, algunos de ellos dando en el blanco. Yo tan solo era un niño, pero para ellos era un monstruo. Logré escaparme y esconderme en una cueva, donde me arranqué las flechas que me habían dado, viendo cómo las heridas se curaban solas. Y allí, en la oscuridad de esa cueva, fue la primera vez que me sentí solo. Desde aquel entonces comencé a cambiar, a volverme cada vez más frío. Aprendí a no dejarme llevar por mis sentimientos, a encerrarlos en un cajón y a no dejarles salir más. Al fin y al cabo, solo traían problemas. Ahora soy más o menos feliz, pues tengo lo que se podría decir una pequeña gran familia, que de vez en cuando hace que quiera volver a ser el de antes, aunque temo que si dejo salir mis sentimientos, la tristeza y la furia podrían conmigo, haciendo que me fuese desmoronando hasta no poder más. Alguien entró corriendo al comedor, tirando un jarrón a su paso.
- ¡Señor! ¡No se puede ni imaginar lo que le voy a contar!
- Sé rápido, tengo que hacer varias cosas - le dije.
- Es muy importante señor - me interrumpió -. El humano, el que llegó con Noah y con la chica, no tiene ni una pizca de humano...
- ¿Qué quieres decir con eso? - le pregunté.
- Es un licántropo.
Bueno, bueno, bueno... 4 puntos de vista distintos en un mismo capítulo. Siento actualizar tan tarde, he estado bastante ocupada, pero a cambio os he dejado cuatro nuevos misterios. ¿Quién será el desconocido? ¿Qué misterios se esconden tras el diario de Mary Stern? ¿Qué será "El Colmillo Dorado"? Y lo más impactante, Marco, ¿desde cuándo eres un hombre lobo?
Las soluciones a estas preguntas las encontraréis en los siguientes capítulos, aunque mientras podéis dejar vuestras teorías
AQUÍ
No olvidéis darle a la ⭐️ y, hasta el próximo capítulo,
Carla❣️
P.D. Me dió por escribir una escena un poquito fogosilla, no tengo nada de experiencia con esas cosas, por lo que espero que os haya gustado, al igual que el capítulo en general😊