Una hora después...
Jerome se estaba levantando en un lugar desconocido, al parecer había quedado inconsciente y eso explica el dolor de cabeza fuerte y lo mareado que estaba. Se tomó la cabeza para tratar de calmar un poco la sensación perdida que tenía mientras que con la otra se ayudaba a levantar el torso del suelo. Su primer instinto fue ver su entorno, se encontraba en una casa muy limpia y ordenada, parecía tan delicada como la porcelana, una casa de juguete. Había muchas flores y plantas por todo el lugar, sin duda alguna el dueño era una persona amante de la naturaleza y el orden y también del color rosado y verde pues, la mayor parte de las cosas poseían este color. Jerome supuso que le pertenecía a una chica y así era, pero la única chica que le era cercana era Miranda y Jerome estaba algo seguro de que sus gustos no eran para nada así, aunque no podía asegurarlo, no la conocía muy bien y la mayor parte del tiempo estaba reprimiendo sus sentimientos y sensaciones con su habilidad, por lo que siempre se mantuvo un misterio para él. Podría no aparentarlo, pero era una persona que se interesaba en conocer bien a sus amigos, y más aún a sus enemigos.
Luego de darle una buena ojeada a todo el lugar, Jerome se percató que lo más interesante se encontraba justo en frente de él, agachada en cuclillas, viéndolo directamente con una ligera sonrisa marcada en su rostro, unos ojos de un verde intenso y una cabellera castaña clara bastante larga
—Al fin despertaste —añadió la chica al silencio
—¿Quién eres? —preguntó directamente —¿Dónde estamos?
—Soy Rocío —contestó mientras sonreía aún más —y estamos en mi casa, te traje aquí para resguardarte y hacer que te recuperes.
Jerome trató de recordar lo último que pasó, pero no podía. La última imagen que tenía en su cabeza era un montón de madera y plantas por todo el lugar que lo golpearon fuertemente, suponía que ha eso se debía la perdida de conciencia. Pero más que recordar lo último que pasó, recordó lo que le contó Miranda acerca de aquella chica que siempre le estuvo cercana desde pequeño, ese nombre lo recordaba bien a pesar de no tener tan buena memoria como su hermano, y ahora esta chica se presenta ante él reclamando que ese nombre le pertenece, no tenía ninguna duda de que era ella, pero necesitaba confirmarlo.
—Tu, eres parte de los jugadores, ¿No es así?
—Sí, al igual que tú, aparentemente —contestó
—La pregunta que te haré será algo rara, pero ¿Mantienes tus recuerdos del pasado?
—No, solo recuerdo muy poco. De hecho, solo recuerdo las cosas relacionadas a una persona llamada Jerome. Es decir, tú. Tenía mucho tiempo buscándote con la esperanza de poder entender muchas.
—Entonces, solamente recuerdas una parte, y todo esto tiene que ver conmigo —contestó pensando en que Rocío era como él, después de todo el solamente lograba recordar a su hermano y nada más —Bien, te explicaré a detalle toda la verdad detrás de esto.
Jerome le explicó a detalle a Rocío todo el trasfondo que había, asegurándose de lo que haya entendido. Le mencionó también que normalmente lo poco que se recuerda del pasado es debido a un fuerte lazo y un gran sentimiento de por medio, dando como ejemplo su hermano Heródoto, aprovechando de invitarla indirectamente a explicarle porque es que lograba recordarlo solamente a él, aunque la respuesta es más que obvio.
—Ya veo, entonces mi amor por ti es lo que me hizo tener recuerdos sobre ti, al igual que tu odio por tu hermano.
—¿amor? —preguntó haciéndose el confundido
—Sí, desde pequeña siempre he estado enamorada de ti, al parecer me correspondías pero nunca lo demostraste, por lo que se quedó como un misterio para mí. Durante todo este tiempo siempre he soñado contigo, como un fantasma del pasado. Al inicio pensaba que no eras más que una creación de mi imaginación o algo, una representación tangible de lo que sería la persona que más amo en este mundo, pero tenía la esperanza de que no fuese solamente un sueño, que fueses real, por lo que decidí empezar a buscarte sin tener algún tipo de éxito, hasta que llegó Nevada y me mostró una foto tuya, mencionando que se había cruzado contigo y que te estaba buscando
—Por lo que decidiste unirte a ella para simplificar tu búsqueda —contestó
—Así es
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Jerome, retomando el tema de antes —¿Cómo llegamos aquí?
—Interrumpí la batalla campal con mi habilidad y te golpeé para dejarte inconsciente para traerte hasta aquí —contestó mientras se sentaba completamente en frente de Jerome, aun manteniendo su sonrisa —lo siento por eso, me aseguré de que no fuese un golpe letal, así que no tienes de que preocuparte
—¿Y para que hiciste eso? —preguntó algo fastidiado —Me refiero el traerme hasta acá
—Ahora que te encontré, no puedo permitirme perderte de nuevo. Estás tan cegado por el odio aparentemente que seguramente no me escucharías y te irías nuevamente, rechazando mi oferta de irme contigo pensando que trabajo con Nevada y Blake, quienes resultaron ser jugadores también
—Entonces la loca y ese chico están trabajando juntos, vaya fastidio —contestó —¿Suponen un peligro?
—No podría decirlo a exactitud, jamás revelé ser un jugador como ellos, de ello ni siquiera yo sabía que ellos lo eran, por lo que desconozco sus capacidades. No solo eso, hay otro chico con ellos, su nombre es Henry y por lo poco que logré ver, él solo podría ser una fuerte amenaza.
—No entiendo, ¿Cómo es que sus dispositivos no intercambiaron información? Estando con ellos bastaría ver la base de datos para darse cuenta
—Jamás llevo conmigo mi dispositivo —contestó —por eso jamás nos percatamos.
—Bien, Rocío. Te haré una pregunta que decidirá mis próximos movimientos —dijo cambiando completamente el tono de la conversación —¿Tengo que considerarte una amiga o enemiga?
Rocío sonrió ante aquella pregunta, Jerome podía ser todo un estratega y genio en combate, pero vaya que era estúpido para entender a las personas y sus sentimientos.
—Te lo responderé de una manera que te gustará, te explicaré de qué va mi habilidad, así obtendrás información acerca de mí y notarás que me confío de ti —dijo Rocío —si eso no te basta, te diré cuál es mi punto débil. Descuida, no necesito que me digas la tuya a cambio. Mi cuerpo está formado mayormente por las células de una planta, que están legadas a mis células humanas sin ningún problema. Esto me permite recrear el proceso de germinación en cualquier parte de mi cuerpo, es decir, hacer crecer plantas, tallos, flores e incluso troncos por todo mi cuerpo. Para ello, necesito cuidar de mi cuerpo como si de una planta se tratase. Tomar mucha agua, llevar sol, comer bien y balanceado, para así asegurar que el crecimiento sea adecuado y el que quiero. Después de usar mi habilidad, necesito que se recargue, por decirlo así, el proceso de germinación no es algo que pueda hacer cada vez que quiero, podría terminar completamente deshidrata o sin energías, incluso muerta. Puedo ser tan delicada como una flor, o tan robusta como un árbol, todo depende del cuidado que me doy a mí misma.
—Entonces, tu habilidad consiste en controlar las plantas —interrumpió
—No, para nada, no puedo hacer algo como eso. Solo puedo hacerlas brotar a través de mi cuerpo. Jamás tuve la ocasión de luchar, por lo que todo lo que tuve acumulado durante este tiempo lo usé aquella vez. Si ves las noticias, te encontrarás por todos lados en primera plana un árbol de unos cuarenta metros que creció de la nada delante del tribunal. Eso fue obra mía, pero como te dije, lo gasté todo en ese momento, por lo que, al igual que tú, ahora necesito reposar y recuperarme poco a poco, llevando sol y tomando agua, justo como una planta.
—Entonces eres una especie de capullo, con plantas dentro de ti, esperando a que decidas que crezcan por donde te plazca —resumió
—Exactamente
—Y tu debilidad consiste en que no puedes pelear durante mucho tiempo o te agotarás tu sola y morirás
—Correcto
—Pues eso responde mi pregunta. No creo que alguien que se haya quedado sin la capacidad de pelear secuestrara a su enemigo —añadió —además, he estado inconsciente por un buen tiempo aparentemente, por lo que hubieses acabado conmigo hace rato. De hecho, lo hubieses hecho en aquel instante. ¿Qué pasó con los demás?
—La verdad es que no tengo idea, solo te tomé y escapé de allí sin tan siquiera voltearme. Supongo y habrán dejado de pelear al ver un árbol crecer en medio de ellos
—Ya veo. Supongo que si vamos a ser aliados tendremos que confiar uno en el otro, por lo que te diré de que va mi habilidad. Puedo medir y calcular cualquier cosa a mi alrededor con tan solo verlo gracias a mi percepción e inteligencia lógica-espacial super desarrollada
—Interesante, la verdad te entra muy bien, desde pequeño siempre te gustaron las matemáticas. ¿Puedes calcular cualquier cosa? —preguntó
—Cualquier cosa —contestó confiado y orgulloso de su respuesta
—Pues te diré la única cosa que jamás serás capaz de calcular —dijo mientras sonreía aún más confiada que Jerome
—¿Ah sí? ¿El que?
—La inmensidad del amor que siento por ti —respondió —Es tan grande que jamás serás capaz de ver ni el inicio ni el final
Jerome solamente se sorprendió y se sonrojó ante aquella inesperada respuesta. Jamás se esperaría algo así, menos de una persona que acababa de conocer (otra vez). No estaba acostumbrado a recibir amor de las personas, ni mucho menos a darlo, su vida siempre giraba muy lejos de ello y jamás se preocupó en acercarse, pero esas son cosas que llegan sin previo aviso. Pero Jerome era una persona muy terca y apática, por lo que le es difícil demostrarlo aunque fuese el sentimiento más grande y puro que sintiera por una persona.
—Oye, Rocío. —añadió después del silencio —Antes dijiste que no sabías exactamente si cuando éramos pequeños te correspondía ¿Verdad?
—Así es, jamás lo entendí, por lo que recuerdo
—¿Que te asegura que esta vez que me buscaste si será así? —preguntó —¿Nunca pensaste en la posibilidad de que tu amor no fuese correspondido?
—Claro, siempre lo tuve en cuenta. Ahora que me contaste todo nuestro pasado, y que me confirmaste que no logras recordarme, creo que es más que obvio que tus sentimientos por mí ahora mismo son desconfianza y confusión, es normal, lo entiendo —respondió muy calmada, ignorando el hecho de que Jerome la estaba rechazando indirectamente —pero eso no significa que no pueda trabajar en hacer florecer esos sentimientos en ti, por eso quiero quedarme a tu lado, siempre y cuando me lo permitas. Por lo que entiendo, eres una persona que se deja llevar mucho del odio, por lo que quisiera ayudarte a cambiar eso, por más difícil que sea.
—Entiendo, entonces quieres quedarte conmigo para asegurar que yo también me enamore de ti —añadió —pues, Rocío, así como tú me mencionaste algo que no puedo calcular, yo te mencionaré algo que no podrás hacer florecer, y son esos sentimientos que tanto mencionas. Ahora mismo me estoy concentrando en otras cosas y no tengo tiempo para estarme enamorando de una persona a la que ni siquiera recuerdo. Otra cosa que no lograrás hacer es marchitar este odio que tengo, en el mundo hay dos cosas que te impulsan: una es el amor, esa eres tú; la otra es el odio, ese soy yo. Respeto tus motivaciones, por lo que te pido, respeta las mías
—Descuida, cuando llegue el momento dejaré que me mates —añadió
—¿Qué? ¿A qué te refieres? —preguntó confundido
—Quieres ganar el juego ¿No? —contestó —soy una jugadora también, por lo que eventualmente tendrás que matarme. Permíteme ayudarte con eso, cuando llegue el momento, no me opondré
—El juego no me interesa, solo necesito eliminar a mi hermano y a Mehr, nada más. Después de eso no me interesa lo que pase. A partir de allí, cuando haya vaciado todo mi rencor, podrás perfectamente intentar todo lo que quieres, pero por ahora, evítalo, si es que quieres quedarme a mi lado.
—Vale, entiendo. Entonces solo necesito ayudarte con tu venganza para que me permitas intentarlo
—Así es, pero no te aseguro nada —respondió —eso sí, da lo mejor de ti
Rocío se llenó de esperanzas ante esas últimas palabras y sus ojos se llenaron de lágrimas que nunca salieron. La luz entraba por la ventana de su casa y golpeaba todo el rostro de Jerome, haciendo que su cabello gris brille como nunca y sus ojos marrones se resaltaran aún más. Podía notar que sonreía ligeramente, finalmente su tan amado fantasma había aparecido y ahora le dio la posibilidad de quedarse con él. No solo eso, le permitiría intentarlo todo con él una vez hubiese terminado todo lo que debía hacer; su objetivo era claro, ayudarlo. Mientras menos se tardase, más rápido podría iniciar con sus encantos y así vivir la vida que tanto anhelaba.
Mientras tanto, por otro lado, Nevada y compañía habían sido detenidos por Mehr y sus oficiales al igual que Miranda y Mackesla, Freya se mantenía aún bajo custodia mientras que Heródoto y Jade estaban siendo interrogados como testigos de todo lo que ocurrió, pasando como víctimas del atentado. Lírica y Dianna lograron escapar gracias a su plan de fuga antes mencionado, que consistía en hacer que una persona previamente conectada a ellas iniciara a hacer contacto con más, para hacer crear una red de mentes y hacer una multitud que les permitiera escabullirse y huir, necesitaban solamente darle la orden y todo se haría por su solo. El primero toca a uno, los otros dos tocan a dos más y así se irían multiplicando, obteniendo una cantidad abismal en cuestión de segundos. Ya estaba todo trasado desde el inicio. De hecho, el oficial que había disparado anteriormente había sido víctima de este par anteriormente durante la pequeña pausa, necesitaron solamente coquetearle un poco con la excusa de permitirle tocar sus músculos y nada más, pan comido.
Dianna y Lírica sin embargo no contaban con quedar atrapadas entre un montón de raíces y madera, por lo que la orden tuvo que cambiar, obligando a todas las personas controladas a romper la manera con sus dedos y uñas a pesar de que esto les costara la perdida de estos. Una escena sin duda horrorosa de ver, pero para este dúo nada les revuelve el estómago cuando se trata de sobrevivir. Ver a un montón de persona destrozar sus manos y uñas con la madera, como si se tratasen de zombies hambrientos de carne, no era nada para ellas, solamente debieron soportar la sensación del dolor en sus dedos que se transmitía a ellas debido a la habilidad de Dianna. Eventualmente lograron liberarse y escapar, pero no sin antes ordenar a varios de ellos tocar al resto de los presentes allí, logrando por fin robarle el conocimiento a Heródoto y a los demás. El resto esperó a por las autoridades, su movilidad había sido reducida a casi cero, por lo que no podían hacer mucho al respecto.
El gobierno se encargó de detener momentáneamente las noticias y censurar los medios sociales que hablaban de lo ocurrido, aunque ellos tampoco tenían ni la menor idea de lo que estaba pasando, solo lo hicieron por motivos de seguridad y para mantener el orden, o el poco que quedaba. Nevada y el resto estaban siendo interrogados por la policía, solo por procesos pues, Mehr había entendido que no se trataban de enemigos y no solo eso, sabía que Nevada estaba buscando a Jerome, por lo que podía ser una fuerte aliada que le ayudaría a contrarrestarlo, motivo por el cual decidió el mismo hacerle el interrogatorio
—¿Cuáles eran sus intenciones? —preguntó Mehr a Nevada, quien estaba esposada y sentada delante suyo —¿Tienen estas algo que ver con el motivo por el cual se encontraba cerca del tribunal?
—¿Dónde está Jerome? —contestó molesta y amenazante
—¿Es parte de algún grupo terrorista? —preguntó ignorando a Nevada —¿Freya la contrato para así poder escapar del juicio?
—Dime dónde está Jerome, sé que trabajas con él —respondió, volviendo a ignorar sus preguntas
—A ver, Nevada. Tu y yo ya nos hemos encontrado, estoy casi seguro de que te recuerdas de mí, aquel oficial que rechazó tu denuncia contra Jerome. Te diré algo sencillo, necesito que me respondas a las preguntas que te estoy haciendo, mientras mejor lo hagas, más rápido terminaremos y luego podré responder todas las preguntas que quieras. Te recuerdo que esta conversación está siendo grabada, por lo que tienes que pensar bien tus palabras. Pero si tanto te interesa saber sobre Jerome, te responderé de una manera sencilla. Jerome y yo ya no trabajamos juntos
Nevada se quedó en silencio, aun manteniendo su expresión de molestia. Había entendido el motivo detrás de las palabras de Mehr, si la conversación estaba siendo grabada y hablaran acerca del juego, empezaría a haber evidencia acerca de su existencia, por lo que indirectamente le había dicho de cerrar el pico y que por una vez en su vida se olvidara de su rencor hacia Jerome, que pensara las cosas antes de decirlas y que una vez estuviesen afuera, podrían hablar de todo lo que quisieran, sin grabadoras amenazadoras de por medio.
—No, no pertenezco a ningún grupo terrorista —contestó más calmada, apartando la mirada de Mehr —Estaba allí por pura casualidad con mis amigos hasta que vimos que empezó un revuelo. Noté que un oficial estaba siendo atacado por un chico así que solo intervine para ayudarlo, ese eras tú, Mehr. No sé ni siquiera quien es Freya, ni sabía nada acerca de un juicio
—Bien, veo que has comprendido —contestó sonriendo, con sus ojos dorados —vamos con la siguiente pregunta
Mehr y Nevada se encontraban en una habitación aislada que poseía solamente una mesa y dos sillas, nada más. Una de las paredes consistía en un ventanal que permitía ver todo el interrogatorio desde otra habitación adyacente a esta, normalmente usada por otros oficiales, técnicos que se encargan de que vaya todo en orden con la grabación y las personas cercanas al interrogado. Aunque Nevada solamente tenía a Blake y Henry en ese momento, ellos también estaban siendo interrogados, por lo que no tenía nadie que la viera, o esa pensaba. Ella no podía ver desde el interno de la habitación, por lo que no podía notar la presencia de Jade y Heródoto en el otro lado del cristal.
La cara de preocupación de Jade era demasiado obvia, por lo que Heródoto decidió hablarle un momento para calmarla
—Jade, descuida. Nos encargaremos de esto. Si sabes a que me refiero
—Si, lo sé, entiendo perfectamente. Me preocupa más lo que pueda decir, siempre ha sido muy temperamental por lo que podría dejarse llevar por cualquier cosa
—Descuida, Mehr se encargará de que vaya todo bien, ya verás.
—Tendremos que hablar después acerca de todo lo que pasó hoy, quizás con menos personas alrededor. Y quizás con Nevada incluida
—Es solo cuestión de tiempo para que la dejen libre si todo va bien y podrás hablar con ella. Confía en Mehr en que se asegurará de que todo vaya bien
Pasó un tiempo del interrogatorio y finalmente las preguntas se acabaron. Mehr concluyó en que Nevada no tenía ningún motivo por el cual ser detenida o controlada, no era sospechosa de nada, más bien realizó un acto heroico al ayudar a un oficial en peligro. Algunas preguntas no pudo contestarlas, como la procedencia de aquel árbol que apareció de la nada. A pesar de ello, la dejaron libre en cuestión de tiempo, al igual que Blake y Henry que afortunadamente lograron pasar lisos el interrogatorio usando más o menos las mismas excusas que Nevada. En cuestión de minutos los tres lograron reencontrarse en las afueras de la estación donde habían sido detenidos e interrogados. Eran libres, pero ahora le tocaba a Mehr interrogar a los dos faltantes.
—¡Chicos! —exclamó Nevada al verlos —¿Están bien?
—Oh, Nevada —añadió Blake al verla salir de allí justo después de ellos —me preguntaba ya donde habías terminado
—Estamos bien —respondió Henry —¿Qué hay de ti?
—Pues ¿¡Cómo crees!? —preguntó gritando y dejando una vez más salir su actitud explosiva —¡Jerome se me escapó de las manos! Estaba así tan cerca de tener su cuello entre mis manos, pero luego pasó esto, y luego aquello. Y después llegaste tú Blake así todo veloz y fuazz, realmente eres veloz, ¿Lo sabías? Lo único que pasó por mi cabeza cuando te vi fue: Wow, Wow. Después llegaste tú, Henry, volando como un pájaro y estuvo increíble
Así Nevada continuó a narrar todo lo que había pasado y lo sorprendida que estaba, siendo más expresiva y niña que nunca, mientras Blake y Henry solo se veían a las caras, contentos de que Nevada no había dejado de ser Nevada a pesar de lo que sucedió. Sin embargo, notó una presencia adelante suyo que la hizo detener de golpe.
—¿Qué pasa, Nevada? —preguntó Henry confundido
Blake comprendió que Nevada había visto algo que la pasmó, por lo que se volteó a ver de qué se trataba y era nada más que Jade, quien les estaba esperando afuera para hablarles acerca de todo lo que pasó.
—Tú eres... —exclamó Nevada algo sorprendida —Tú...
—Hola —añadió Jade siendo lo más imparcial y seria posible
—... No me acuerdo, ¿Quién eres? —preguntó Nevada cambiando su expresión a confundida
Jade no se podía creer lo que acababa de pasar, por un momento pensó que Nevada la recordaba pero no era así, se sintió timada, lo único que podía pensar era "¿Es en serio?" pero no se sintió triste por ello, más bien se alegró al saber que su amiga de la infancia no había cambiado nada.
—Mi nombre es Jade, y estoy aquí para hablar con ustedes acerca de algunas cosas. —añadió —pero no los obligaré, ya decidirán ustedes si quieren saber la verdad detrás de muchas cosas, y el paradero de Jerome.
—¿Y cómo sé que puedo confiar en ti, Jade? —preguntó Nevada mientras se acercaba a su cara amenazantemente
—No tienes que hacerlo, si tan poco te interesa por me marcho —contestó mientras hacia una expresión de desinterés y le daba la espalda
—Espera, ¿Quién te crees que eres para darme la espalda? —contestó —no eres tú quien decidió contarnos todo, soy yo que te voy a obligar a hacerlo ¿Entendido?
—Sí capitana, entendido —contestó de manera sarcástica —¿Vas a venir o te vas a quedar ahí esperando a que las respuestas te caigan del cielo? —preguntó mientras se giraba a verla por encima de su hombro
Así, Jade se llevó a nuestro trío dinámico a un lugar aparte, donde podrían hablar con calma, sin el miedo de ser escuchados por una persona que no debía escucharlos. Jade no pretendía contarle todo acerca de ellas a Nevada al inicio, quería dejarlo para el final, llevársela aparte y revelarle todo, pero necesitaba antes saber cómo se tomaría el peso de la cruda verdad que les estaba por revelar. Verdad, que había llegado a las cabezas también de Lírica y Dianna al haberles robado los conocimientos a todos los presentes allí, entre ellos, Jade y Heródoto, quienes recordaban casi todo muy bien.