Carry You -Thorki-

By TsubakiRengoku

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Tras fallar en su intento de conquistar Midgard, Loki es llevado de regreso a Asgard, donde su castigo por su... More

Prólogo
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Aviso
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Epílogo
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By TsubakiRengoku

Era un nuevo día en Midgard; el clima estaba bastante cálido, pero agradable. Podía escucharse el canto de las aves a lo lejos, indicando que había amanecido ya.
Los rayos del sol se filtraron en la habitación de cierto Dios del Trueno, el cual se encontraba profundamente dormido hasta que la luz lo obligó a abrir sus ojos con algo de pesadez.

Thor parpadeó unas cuantas veces, para acostumbrarse a la intromisión de la luz.
Visualizó a su lado al encantador Dios del Engaño, que aún dormía. Su pálida piel expuesta dejaba en evidencia lo que habían estado haciendo la noche anterior. Los chupetones y marcas plasmaban su piel tanto como las cicatrices de su tortura. Thor frunció el ceño al recordarlo, quería borrar cada una de esas cicatrices, así como su pasado, para que su amor no hubiese sufrido.

Continuó observando su rostro, que se mantenía sereno. Veía sus delgados pero rosados labios, invitándole a probarlos una vez más. Y vaya que Thor sí quería, ahora que por fin lo había besado, no habría manera en la que pudiera sobrevivir sin besarlo de nuevo. Se había vuelto adicto a esos labios.

Loki pestañeó constantemente para  abrir sus ojos y acostumbrarse a la luz. Pudo ver frente a él al tronador, que lo veía con adoración y le sonreía de manera cálida y amorosa, mientras posaba su diestra en la cabeza del azabache.

—Buenos días.

—Buenos días, Thor.— el azabache se sonrojó de inmediato cuando escuchó su voz tan ronca de tanto gemir y jadear la noche anterior, lo cual terminó causándole gracia al tronador. —Oye, no te rías, eres el culpable de esto.

—Perdóname, pero no hay duda de que lo volvería a hacer.

La cara de Loki parecía un tomate, el rubio si que estaba empeñado en hacerlo sonrojar tanto como fuera posible. Escondió su rostro en el pecho de Thor, haciéndole reír más.

—Eres tan tierno cuando te pones nervioso, Loki.— el tronador envolvió sus brazos alrededor del cuerpo del hechicero, aquella figura que lo había llevado hasta el delirio.

—Eres un torpe.—dijo Loki en voz baja para luego besar el pecho de Thor hasta ascender por su cuello y su mandíbula, donde se tomó su tiempo para degustar la piel que tanto había deseado probar.

—Ven aquí.— le pidió Thor con suavidad y juntó sus labios en un tierno beso de buenos días.

Se separaron unos minutos después para, con pereza y algo de esfuerzo, levantarse de la cama y tomar una ducha juntos. Tardaron más de lo esperado porque Thor tuvo la necesidad de tomar a su ahora consorte incluso en la ducha. Se volvió un adicto al increíble aroma de Loki, a su piel suave y blanca, a su cabello sedoso, su escultural y curvilíneo cuerpo, su hermoso y perfecto rostro; todo de Loki lo hacía enloquecer, no había parte de Loki que Thor no amara.
El azabache también se había vuelto adicto al musculoso y bien formado cuerpo bronceado de Thor, lo había deseado por mucho tiempo y lo había observado en silencio durante sus entrenamientos. Amaba deslizar y enterrar sus dedos en las doradas hebras del Dios del Trueno, y amaba perderse en sus hermosos ojos azules que tanto lo habían cautivado. 

Hicieron el amor dos veces seguidas en la ducha, ambos terminaron cansados pero una sonrisa cargada de amor se posaba en sus rostros. Finalmente se ducharon; ayudando al otro con su respectivo cabello o dando suaves masajes en la espalda y cuello para aliviar el dolor y tensión de los músculos. Compartieron unos cuantos besos suaves y pausados, con el firme propósito de demostrar todo el amor que había entre ellos.

Salieron y se vistieron de manera casual, querían ir por comida, pero Loki estaba preocupado por Phoenix, así que le preguntó a Viernes por su localización. Se encontraba en la sala de entrenamiento.

Tomó la mano de Thor y entrelazó sus dedos, y se dirigieron hasta el lugar donde su ahora hija se encontraba. Recibieron unas cuantas miradas curiosas por parte de los agentes que se mantenían en la base, pero no dijeron nada, además, no es como si a los dioses les importara.

Llegaron al fin y encontraron a la pequeña Phoenix siendo entrenada por Steve. Últimamente, ella había expuesto su deseo de querer aprender a luchar y defenderse. Dicho deseo fue tomado por Natasha, quien se ofreció a enseñarle unas cuantas técnicas. Phee tenía un poco de dificultad con algunas cosas, pero no se rendía, siempre se levantaba con más motivación que antes y eso alegró en sobremanera al equipo, por lo que decidieron turnarse para poder instruir a Phoenix. Esta vez era el turno del Capitán, quien lanzaba ataques suaves y pausados. No quería lastimar a la pequeña, por lo que disminuyó su fuerza en manera considerable.

Clint y Natasha se encontraban alejados, viendo el desarrollo de la pequeña lucha, hasta que vieron a la pareja de asgardianos entrar. Nat le sonrió de manera cómplice a Loki cuando los vio tomados de la mano. El azabache se sonrojó pero le devolvió la sonrisa. Clint, por otro lado, no fue tan discreto como su amiga pelirroja.

—Pero si son los tórtolos, que alegría me da verlos.

La audible voz de Clint distrajo a Phee y Steve, quienes se detuvieron un momento para ver a los mencionados.

—Puedes tomar un descanso, Phee.— dijo el Capitán, sabiendo de sobra que Phoenix deseaba acercarse a Loki.

En efecto, Phee corrió hasta los brazos de Loki y se fundieron en un cálido abrazo, siendo observados por todos en la sala. Al abrazo, se les unió Thor, dando una imagen de familia feliz.

—Me alegra verlos.— dijo Phee mientras rompía el abrazo —Me han estado enseñando muchas cosas, aunque algunas duelen pero no hay duda de que valdrá la pena.

—Esa es mi pequeña.— decía Loki con una sonrisa orgullosa.

—Pudiste pedirnos ayuda.— intervino Thor esta vez.

—Lo sé, no se enfaden. Es sólo que no quise interrumpirlos. Se veían tan felices juntos, así que quise darles su espacio.

Eso hizo que la pareja se sonrojara, porque si habían aprovechado muy bien el tiempo a solas. Esa acción logró sacar una carcajada a Phee, dando a entender que sabía muy bien lo que habían estado haciendo, aún si ellos no habían dicho nada.

—Loki, entrena conmigo.— pidió Phee al cabo de unos segundos —Quiero poner en práctica los ataques que me enseñaron.

—Lo haré con gusto, pequeña. No vayas a ser ruda conmigo.—mencionó Loki con dulzura. Besó la mejilla de Thor y se dirigió al centro de la sala junto a Phee para iniciar su pequeña lucha —¿Estás lista?

—Lo estoy.

Phoenix elevó sus brazos a la altura de su rostro y cerró sus manos, volviéndose puños. 
Colocó una pierna delante de la otra, justo como Natasha le había enseñado. Loki tomó la misma postura y distinguió la mirada llena de determinación que Phoenix le dirigía. Sonrió para sus adentros y lanzó el primer ataque. Se desplazó hacia adelante y utilizó sus puños para tratar de embestir a Phee. Ella se defendió casi al instante, bloqueó los ataques con sus brazos y devolvió el ataque con sus puños cerrados.

El azabache esquivaba cada ataque con gracia y elegancia, de igual manera, propinaba golpes con cierta gracia y tanto cuidado que terminó provocando una sonrisa en Thor. Él pudo comprobar que realmente se estaba contendiendo, no quería lastimar a la pequeña Phoenix con su fuerza, así que se dedicó a esquivar ataques en lugar de darlos. Estuvieron así por algunos minutos, hasta que Phoenix lanzó una patada en dirección al abdomen de Loki, el cual la esquivó, deslizándose hacia un lado y sostuvo la pierna de Phee. 

Phoenix intentó soltarse, pero Loki fue más rápido y deslizó su pie hasta la pierna libre de Phee, derribándola al instante. Escucharon algunos aplausos por parte de los presentes. Phee seguía con su espalda tocando el suelo y respirando trabajosamente, siempre le costaba recuperar el aliento cada vez que entrenaba, y esta vez no fue la excepción. Loki  se arrodilló junto a ella y le tendió la mano para ayudarla. Phee la tomó y se sentó aún en el suelo. Distinguió la figura de Thor que se acercaba a ellos y se sentó junto a Phee.

—Lo hiciste bien, Phee.

—G-gracias, Thor. Aún me falta mucho por aprender.

—Estoy seguro de que algún día podrás derrotarme.—dijo Loki mientras utilizaba magia para curar los raspones y magulladuras de Phee —Y no tienes idea de lo mucho que ansío que ese día llegue.

—Solo estás siendo modesto.—replicó Phee con gracia —Creo que esta es la tercera vez que tienes que curarme.

—Lo haría las veces que fueran necesarias.

—Oigan, yo también existo.—mencionó Thor tratando de sonar celoso, pero su sonrisa lo traicionó. —Mi consorte y mi hija olvidan que estoy presente, esto es una deshonra.

—Perdónanos, padre. ¿Qué podemos hacer para compensarlo?—dijo Phee siguiéndole el juego.

—Deben pasar mucho tiempo conmigo, y también deben recordarme constantemente que me quieren. Especialmente tú.—se dirigió hacia Loki.

—Thor, la niña está presente. Contrólate.—dijo Loki con gracia.

Los tres terminaron riendo y se levantaron finalmente, dándose cuenta de que la sala estaba vacía. No habían notado el momento en el que los Vengadores se habían ido. Seguramente creyeron que se trataba de un momento familiar y no querían interrumpir.

—Por cierto, Loki, eres demasiado flexible. Ahora entiendo por qué Thor te ama.—mencionó Phee moviendo sugestivamente sus cejas.

—Tendré que castigarte por eso.—dijo Loki con su cara tan roja como tomate, mientras trataba de alejar los brazos del tronador, quien no podría estar más de acuerdo con esa afirmación.

Pasaron varias semanas en las que, Tony y Bruce, habían estado monitoreando datos sobre extrañas anomalías en el espacio, tratando de averiguar si alguna nave del ejército de Thanos se dirigía hacia ellos, pero nada ocurría. Los datos se mantenían igual y eso les preocupaba de cierta manera, porque podían asegurar de que el titán loco no habría olvidado que Loki lo había traicionado y que además, poseía una de las Gemas bajo su poder. Todo les resultaba extraño, incluso sospechoso; tuvieron como hipótesis el hecho de que Thanos se encontraba buscando el resto de las Gemas y por eso no había enviado un segundo ataque contra el Dios del Engaño. Pensar en eso les hacía suspirar con un poco de alivio y preocupación a la vez, porque una vez que Thanos encontrara todas las Gemas, no habría ningún obstáculo para enviar miles de tropas en busca de Loki y la gema faltante.

Mientras ellos hacían su pequeña investigación, el resto del equipo se mantenía sereno. Aveces cumplían con pequeñas misiones en cuestión de días, y luego volvían con una inmensa sonrisa al saber que podrían descansar un rato y entrenar a su pequeña agente. Así es como habían apodado a Phoenix desde que iniciaron con su entrenamiento. El proceso era lento, pues era una adolescente normal, sin embargo, ella era persistente y adoraba aprender nuevos movimientos de lucha. Inició con los más sencillos para luego avanzar con ataques más duros y difíciles; cabe decir que siempre terminaba con moretones y respirando agitadamente. Era curada casi de inmediato por Loki, quien no podía estar más orgulloso por verla intentar con tantas ganas. Pese a los golpes y el dolor, ella siempre terminaba con una sonrisa de satisfacción.

En cuanto a los dioses, no habían sido contactados de nuevo por Heimdall, lo que les daba mucho tiempo libre para aprovecharlo en la intimidad. Hacían el amor con frecuencia; habían adquirido una obsesión por el cuerpo del otro. Estaban acostumbrados a adore el cuerpo ajeno; amarlo. Ellos se veían sumamente felices, y ese sentimiento se contagiaba a los Vengadores, quienes se alegraban internamente por su relación. Solían soltar bromas en doble sentido, más que todo de parte de Tony y Rhodes, pero todos terminaban en carcajadas, contagiando a los dioses.

El ambiente en la base era bastante acogedor, todos se terminaron por acostumbrar a la presencia de los dioses y su pequeña hija mortal, incluso Fury terminó aceptándolos al final, aunque dio la vaga excusa de que debía a Phoenix, pero todos sabían que no era así; el parecía haberles tomado aprecio.

En una mañana, Loki se encontraba pensativo en su habitación que compartía con Thor, nadie reclamó nada cuando él azabache se mudó a la habitación que le correspondía al tronador. Thor se acercó a Loki luego de haber regresado de una pequeña misión junto a los Vengadores y notó que Loki estaba distraído; parecía observar la ventana pero su mente estaba lejos de ahí.

—Loki, mi vida, he vuelto.—dijo Thor, tomando la mano de Loki y depositando un beso en ella.

—¡Thor!—respondió Loki saliendo de sus cavilaciones —¿Cómo estuvo la misión?

—Nada mal, solo eran unos agentes molestos de HYDRA. Dime, ¿te encuentras bien?

—Sí, es sólo que he estado pensando en algo.

—¿De qué se trata?—preguntó Thor, tomando asiento justo al lado de Loki y lo envolvió en sus brazos.

—He pensado que... es muy peligroso tener el Tesseracto aquí. Sé que Thanos vendrá en cualquier momento y causará mucho daño con tal de obtenerlo. Yo... no quiero que él lastime a nadie, mucho menos a ti o a Phee, no lo soportaría. Así que pensé en que la solución sería llevarlo de regreso a la bóveda de Asgard; estará seguro encerrado en ese lugar y Thanos no podrá ingresar a Asgard.

—¿Estás seguro de que quieres hacer eso?

—No hay otra opción. No quiero que sufran por mi culpa, es por eso que debo volver a Asgard y regresar el Tesseracto. Estará protegido por Odín.

—Espera, ¿vas a volver?—preguntó Thor con emoción.

—Solo iré a regresarlo, luego volveré aquí con Phee. No voy a abandonarla, Thor.

—Se que no lo harás. Entiendo tu decisión y la respeto, iré contigo.

—Creo que al fin veré a... madre, de nuevo.

—La harás muy feliz, te lo aseguro. ¿Cuándo piensas ir?

—Ahora. No hay tiempo que perder.

—Bien, entonces le avisaré a nuestros amigos y luego llamaré a Heimdall.

—Hay que informarle a Phee también.

—Andando.

Ambos compartieron un corto beso antes de levantarse y tomarse de las manos. Salieron de la habitación y le pidieron a Viernes que les informara a todos que se reunieran en la sala común lo más pronto posible.  Al escuchar la voz de la IA mencionando a los dioses nórdicos, los Vengadores dejaron de lado lo que estaban haciendo y se dirigieron con rapidez al lugar en el que habían sido citados. Llegaron en cuestión de minutos y rodearon a los dioses, esperando la llegada de todo el equipo, justo como aquella vez cuando Loki decidió ser honesto sobre su trágico pasado.

Phoenix llegó casi de último, siendo acompañada por Wanda, quien la llevaba del brazo. Ambas tenían una mirada preocupada, pues creían que se trataba de malas noticias. Loki notó esa mirada, por lo que decidió hacer gestos con sus manos para llamar a Phee a su lado y poder calmarla con un abrazo. Todos los presentes observaron esa acción, y los terminó por preocupar; presentían que se trataba de malas noticias.

—Mis amigos.—inició Thor con calma —Gracias por venir de inmediato, se que fue precipitado, pero Loki y yo necesitamos comunicarles algo.

—¿Ya lo embarazaste?—preguntó Tony con burla para tratar de disminuir la tensión.

—¡C-claro que no!—respondió Loki algo alterado y con las mejillas teñidas de rojo —Esto es algo serio. Verán, he estado pensando en volver a Asgard para mantener seguro el Tesseracto. Estoy más que seguro que Thanos no irá hasta allá para obtenerlo, sabe que no podrá contra Odín. Sería una misión suicida.

—Entonces, ¿te irás?—preguntó Phee con miedo.

—Será por un corto tiempo. Quiero regresar la gema al lugar que pertenece. No quiero ponerlos en peligro, a nadie. Si me quedo la gema, Thanos vendrá finalmente por mí y no dudará en atacarlos para cumplir su propósito. No pienso dejar que los lastime, es por eso que he tomado esa decisión.

—Es una decisión muy madura, Loki.—dijo Steve.

—Yo iré con él, y volveremos lo más pronto posible. Le expondremos la situación a Padre y sé que aceptará ayudarnos con eso.—intervino Thor.

—¿Cabe la posibilidad de que tú también estés más seguro en Asgard?—preguntó Visión a Loki.

—Yo... puede que sí. Las probabilidades son altas, sin embargo, no pienso esconderme. Le haré frente a Thanos y le haré pagar por todo lo que me hizo.

—Pero, Loki... no me gustaría ver que te arriesgaras. Tienes que estar protegido.—habló Nat esta vez, dejando notar su preocupación por el azabache.

—Nosotros podemos luchar y detener a Thanos. Podemos vengarnos por ti.—dijo Wanda.

—Lo sé, pero no permitiré que ustedes sufran en mi lugar. 

—Entonces lucharemos todos juntos.—intervino Steve —Lucharemos por salvar nuestro hogar y para vengar a un compañero.

Todos terminaron sonriendo en afirmación a lo que Steve había dicho. Estaban dispuestos a luchar para vengar a Loki. Darían lo mejor de sí mismos para completar su misión, aunque no sería sencilla.

Loki estaba atónito, era la segunda vez que lo llamaban compañero, y aunque le costara admitirlo, le gustaba. Por años, deseó sentirse aceptado por los demás, quería tener amigos, compañeros, pero terminaban rechazándolo por su uso de magia. Lo consideraban débil y un estorbo. Se sintió solo y dañado. Sabía que contaba con Thor y con Frigga, ellos siempre se mostraron impresionados por las proezas de Loki; lo alababan y jamás lo discriminaron por ser un jotun y un hechicero; se mostraban orgullosos de él. Ahora por fin era aceptado, no era discriminado. Tenía un lugar al cual pertenecer.

—Entonces que así sea, lucharemos juntos.

—Bien, Loki, eres oficialmente un Vengador.—intervino Steve.

—Cuernitos se puso sentimental. Eso ablanda mi corazón.

—Basta, Tony.—dijo Rhodes con una sonrisa.

Todos terminaron riendo por el comentario de Tony, pero muy en el fondo, estaban igual de sentimentales. Les hacía sentir orgullosos el hecho de tener a Loki en el equipo. Para ser honestos, se había ganado el puesto.

—¿Cuándo partirán?—preguntó Sam.

—Hoy mismo. Es por eso que queríamos avisarles sobre la situación.—respondió Loki con calma.

—¿Tan pronto?—preguntó Phee esta vez.

—Lo lamento, pequeña. Debo hacer esto tan pronto como sea posible.

—¿Tardarás mucho?

—No lo sé, pero te prometo que volveré tan pronto como pueda. Y para la próxima vez, irás con nosotros a conocer tu nuevo hogar.

—¡Asombroso! ¿Me lo prometes?

—Lo prometo.

—Yo también lo prometo.—habló Thor —Después de todo, la princesa necesita conocer su reino.

—Oigan, no es justo. Yo también quiero ir.—intervino Tony con un puchero bastante gracioso.

—Alto ahí, los pucheros solamente le funcionan a Phee.—dijo Nat con burla.

El equipo estalló en carcajadas por el intento de Tony por hacer un berrinche. Con el buen humor del equipo, decidieron preparar algo de comida, para hacer el día más ameno y tranquilo. Terminaron compartiendo chistes y anécdotas graciosas, mientras algunos se lanzaban comida a modo de juego. Intentaban hacer que Phee se mantuviera alegre, pues fue notable para todos que le había afectado escuchar que Thor y Loki irían a Asgard. Tal vez no quería quedarse sola, pero los Vengadores trataban siempre de incluirla en la conversación, para demostrarle que contaba con el apoyo de todos.

Luego de comer, se dispusieron a limpiar la cocina mientras los dioses se preparaban para partir. En la habitación, Phee estaba con ellos, como queriendo aprovechar todos los minutos posibles con ellos. Se sentía extraña, sabía que ellos no se irían para siempre, pero no quería dejarlos ir. Se había vuelto dependiente de ellos, después de todo, eran sus héroes; le habían salvado la vida. Y también era su hija adoptiva.

Loki parecía comprender cómo se sentía Phee, así que trató siempre de sacarle una sonrisa y la abrazó con mucha frecuencia. Él también quería aprovechar todos los minutos posibles a su lado. Se había vuelto alguien indispensable en su vida, fue a causa de Phee que Thor lo encontró en Midgard y pudieron confesar su amor por el otro. Todo gracias a ella y a su noble corazón. Tenía muchos deseos de llevarla hasta Asgard para que conociera, por fin, el reino dorado. También quería que conociera a Frigga. La reina la colmaría de amor y cariño, en especial si se enteraba de lo que había sufrido por años. Loki quería verlas conviviendo, a las dos mujeres más importantes de su vida, y sabía que se conocerían en algún momento, más no ahora, la prioridad de Loki era deshacerse del Tesseracto y tal vez, arreglar unos asuntos con Padre de Todo. Quería mantener todo en orden y arreglar todos los malos entendidos antes de llevar a Phee hacia Asgard. No quería que viviera momentos incómodos.

—Tranquila, Phee. Volveremos pronto.

—Lo sé, es sólo que me harán mucha falta.

—¿Qué hicimos para merecer a una hija tan tierna y adorable?—se acercó Thor para poder abrazar de manera protectora a su familia.

—Tuvimos mucha suerte, o tal vez fue obra de las Nornas para cambiar nuestra vida. Escucha, te traeré un obsequio de Asgard cuando vuelva.

—Bien... esperaré su regreso.

Los tres siguieron envueltos en el cálido abrazo que Thor inició, era una escena bastante tierna, pues los dioses tampoco querían separarse de su hija adoptiva. Pero esto tenía que ser hecho. Se separaron con pesadez y salieron de la habitación, en dirección al jardín de la base para llamar a Heimdall. Los Vengadores, que aún permanecían juntos en la cocina, los siguieron en silencio, observando a los dioses a cada lado de Phee, tomando sus manos.

Cuando finalmente llegaron, los dioses se voltearon hacia ellos, aún sosteniendo las manos de Phee.

—No esperamos tardar mucho, sin embargo, sé que cuidarán bien de la pequeña Phee.—habló Thor.

—Ni siquiera necesitan pedirlo, la protegeremos a cómo dé lugar.—habló Steve por todos.

—Y también continuaremos con los entrenamientos.—indicó Nat.

—No estará sola, en ningún momento.—habló Wanda esta vez.

—Gracias, a todos. Han sido muy amables y comprensivos. Casi lamento que nos conociéramos de la peor manera.—mencionó Loki con una sonrisa, recordando el primer encuentro con los Vengadores cuando estaba preso del control mental de Thanos y la gema de la mente.

—Tuviste una entrada triunfal, Cuernitos. Como una diva completamente vestida de oro.

Todos rieron ante ese comentario, y ninguno dijo otra palabra más. La familia asgardiana se abrazó una última vez y Phee fue directo hasta Nat, quien le ofreció su mano. Con una última mirada, Thor llamó a Heimdall y tanto él como Loki fueron envueltos por la luz multicolor del Bifrost, desapareciendo en cuestión de segundos.

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