Recuerdos impregnados del pri...

By bookswineandpoems

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Ver. 1 | Sin editar. "...Para el trigésimo tercer azote, los discípulos de la secta Lan sostenían ya los bra... More

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Capítulo 1 - Jade derrocado; primera parte.
Capítulo 1 - Jade derrocado; segunda parte.
Capítulo 1 - Jade derrocado; tercera parte.
Capítulo 1 - Jade derrocado; cuarta parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; primera parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; segunda parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; tercera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; primera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; segunda parte.
Capítulo 3 - Lecciones; tercera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; cuarta parte.
Capítulo 4 - Jade en caos; primera parte
Capítulo 4 - Jade en caos; segunda parte.
Capítulo 4 - Jade en caos; tercera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; primera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; segunda parte.
Capítulo 5 - Cinco años; tercera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; cuarta parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; primera parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; tercera parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; cuarta parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; primera parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; segunda parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; tercera parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; cuarta parte.
Capítulo 8 - A dos años; primera parte.
Capítulo 8 - A dos años; segunda parte.
Capítulo 8 - A dos años; tercera parte.
Capítulo 9 - Reencuentro; primera parte.
Capítulo 9 - Reencuentro; final.
Continuación.

Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; segunda parte.

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By bookswineandpoems

El sonido de algo siendo craquelado de manera constante y precisa llamaba la atención de las tres personas que se encontraban ahí. Mientras se amontonaban unos contra otros intentando robar o cuidar su trozo de zanahoria, los conejitos comían a prisa.

Lan SiZhui y Lan JingYi estaban sentados sobre el pastizal mientras les daban zanahorias en trozos rectangulares a los conejos. Personalmente habían ido a la cocina a cortarlos, siendo tan tiernos y pequeños tenían miedo de que se lastimaran si las zanahorias eran muy grandes o duras.

Lan WangJi, por su parte, estaba parado detrás de ellos, observando desde su altura la dulce interacción de los niños con los animalitos.

Cuando Wei WuXian le llevó los conejos no se imaginó que años después tendría una legión entera de ellos y que, además, serían también cuidados por el niño que él protegió y otro que parecía ser el hermano menor del mismo.

Los conejitos se habían convertido, de alguna manera, en las mascotas de la secta. Todos sabían dónde encontrarlos, a veces iban a jugar con ellos y si Hanguang-Jun se encontraba fuera entonces irían a alimentarlos.

Claro está, todo lo hacían con extremo cuidado pues tenían claro que sí algo les pasaba a los conejos del Segundo Jade de Gusu Lan entonces habría problemas. Y graves.

Aun cuando la mayoría de los conejos estaban hechos bolas alrededor de los dos niños, había un par que no se alejó en ningún momento de Lan WangJi.

Los dos conejos más viejos y especiales estaban sobre las botas del Jade.

A diferencia de los demás, esos dos machos tan blancos como las túnicas Lan sólo se dejaban tocar por Lan WangJi. Si alguien más lo intentaba entonces se irían saltando lo más rápido posible.

Eran los que Wei WuXian le había regalado.

Y nunca se despegaban del otro.

Lan WangJi se sintió un poco envidioso.



—... Te traje un presente.

La voz de Wei WuXian llegó fuerte y clara desde lo más hondo de sus recuerdos.

Después de sacarlo de sus casillas, burlarse de él y casi hacerle perder la compostura, Wei WuXian movía las cejas ansioso por escuchar la respuesta de Lan WangJi.

Obviamente, ésta llegó corta y sin rodeos: —No.

Lan WangJi estaba por demás seguro de que esa era una nueva broma para molestarlo así que ni siquiera se dignó a mirarlo aun cuando su corazón había empezado a martillar con fuerza contra su pecho.

—¿Estás seguro? —el tono de advertencia en la voz de Wei WuXian fue lo que lo hizo mirarlo, aunque Lan WangJi se puso en alerta, por si acaso.

Cuando dos preciosos conejos salieron de las mangas de Wei WuXian Lan WangJi estuvo a punto de sonreír al verlos. Intentó no hacer notar su interés pero por dentro de emocionó muchísimo.

Estaba seguro de que si su hermano lo veía en ese momento se habría reído por su expresión.

—Sabes, es bastante extraño este lugar. No hay faisanes pero está lleno de conejos salvajes. Ni siquiera les tienen miedo a las personas. ¿Qué piensas? ¿No crees que son gordos? ¿Los quieres?

Sí, los conejos estaban gordos pero Lan WangJi pensó que aun así lucían tan tiernos y apapachables. ¿Si los quería? Claro, siempre le habían gustado esos animalitos. Tristemente en el Receso de las Nubes estaban prohibidos los animales.

Así que sólo le dio una mirada como respuesta.

—Bien. Si no los quieres, se los voy a dar a otras personas. Últimamente, no hemos estado teniendo variedad de sabores en nuestras bocas...

—Detente.

Lan WangJi lo cortó antes de que pudiera continuar hablando.

—No me estoy yendo a ningún lado —bajó los conejos al piso y extendió los brazos como quien es cachado haciendo algo que no debía.

—¿A quién se los vas a dar? —aunque él no los podía tener quería que los conejos estuvieran en un buen lugar o que al menos los regresara a donde los había encontrado.

Pero Wei WuXian tenía otra idea.

—Se los daré a quien sea que sea capaz de asar bien la carne de conejo.

¡¿Qué?!

—Matar está prohibido en el Receso de las Nubes. Es la tercera regla en el Muro de Reglas.

El Jade se sintió estúpido por un momento después de decir aquello. Era obvio que eso no iba a detener a Wei WuXian. Si fuera por él ya habría bailado sobre el muro como acto de rebeldía.

—Bueno, está bien. Entonces bajaré la montaña, los mataré afuera y luego los traeré de vuelta para asarlos. Ni siquiera los quieres así que, ¿Por qué te importan tanto?

¡Porque sí los quería! Realmente quería quedarse con ellos y más si Wei WuXian se los quería comer.

¿Cómo, siquiera, podía pensar en devorar a tales animalitos? Con las orejas largas, el cuerpo entero lleno de suaves cabellos y la nariz rosada sólo debían ser contemplados y acariciados.

Y Wei WuXian quería asarlos.

—Dá-me-los —Lan WangJi dijo una sílaba a la vez cuando lo vio agarrarlos y caminar hacia la puerta.

—¿Ahora los quieres? Tan solo mírate, siempre te comportas de esta forma —una sonrisa zancarrona llenó el rostro de Wei WuXian. Bajó los conejos y regresó al lado de Lan WangJi.

Uno de los conejos se quedó tendido en el piso, patas hacia arriba, mientras comía el trozo de lechuga que Wei WuXian le había dado. El otro, más hiperactivo, saltaba de aquí para allá. Inclusive metió las patas a la tinta negra que Lan WangJi estaba usando para escribir. Este último se quedó contemplando las huellas dejadas sobre la mesa y segundo después se alarmó cuando Wei WuXian lo llamó, notoriamente sorprendido.

—¡Lan Zhan, Lan Zhan!

—¿Qué? —preguntó a prisa temiendo qué algo malo hubiese pasado.

—¿Ves cómo uno está arriba del otro...? ¿Acaso ellos están...?

Volteó a ver a los conejos. El que tenía las patas manchadas con tinta se movía furioso sobre el otro que ya había olvidado por completo el trozo de lechuga que momentos atrás comía.

Por la sorpresa Lan WangJi exclamó: —¡Ambos son machos!

Más sorprendido aún, Wei WuXian tomó a uno por las orejas para examinarlo—. Efectivamente, son machos. Bueno, ni siquiera terminé mi frase. ¿Por qué eres tan serio? ¿En qué estabas pensando? En realidad, ahora que lo pienso, yo, quien fue quien los atrapó, ni siquiera me había fijado si eran machos o hembras pero tú incluso miraste sus...

Lan WangJi no pudo soportarlo más y casi sacó a patadas a Wei WuXian de la biblioteca. Se quedó parado, mirando las manchas de tinta negra sobre el escritorio y el piso, pensando en cómo limpiarlas y después miró a los conejos que habían decidido terminar su actividad inconclusa.

Más tarde, en el cobertizo del Jingshi, Lan WangJi se entretenía con los conejos. Ya limpios brincaban sobre su regazo o se ponían a jugar a su alrededor. En ratos se quedaban quietos mientras el Jade acariciaba sus orejas o movían las narices en busca de comida.

El Segundo Maestro Lan estaba pensando qué debía hacer con ellos cuando alguien lo llamó.

—WangJi.

Su hermano, quien lo miraba con una sonrisa en el rostro, le preguntó por los conejos. Cuando le contó cómo los había conseguido Lan XiChen sólo asintió y poco después preguntó: —¿Los quieres?

—Los animales están prohibidos en el Receso de las Nubes —contestó con monotonía.

—Eso no es lo que te pregunté, ¿Los quieres?

Cómo respuesta sólo obtuvo el ver a su hermano asentir con timidez mientras acariciaba la barriga del animalito más cerca.

—Ven... Trae los conejos.

Los dos Jades caminaron durante un corto tramo. Lan XiChen iba con calma, dejando que el viento de un rico frescor le besara el rostro y Lan WangJi, detrás de él, llevaba un conejo en cada mano mientras, un poco triste porque tendría que dejarlos ir, seguía a su hermano mayor.

Cuando llegaron a la parte trasera de la montaña, Lan XiChen pudo ver la tristeza en los ojos de su hermano. Sabía que los conejos eran sus animales favoritos, siempre que los veía la calidez invadía esa bonitas pupilas color sol.

Sonrió por un momento y después dijo: —Aquí tendrán mucho lugar para jugar, ¿No crees?

Una pequeña sonrisa marcó las comisuras en la boca del menor de los Jades cuando escuchó a su hermano: —Hermano.

—Si los tienes aquí no molestaran al tío.

—Mn.

Lan XiChen se maravilló con lo emocionado que estaba su hermano. Quizá su rostro no mostraba mucho pero qué bello era poder leer sus emociones y sentimientos.

Eso lo hacía sentir afortunado.

Además, verlo abrazar a dos conejitos igual de tiernos que él, era más de lo que su corazón podía soportar.

Con él paso de los días Lan XiChen se dio cuenta, en las ocasiones en las que acompañó a Lan WangJi a alimentarlos, que uno de los conejos era cariñoso y demandante con el otro y que cuando no lo era el otro iba a buscarlo. Parecía que no podían estar separados.

Cuando salió a realizar una misión descubrió un conejo negro entre los matorrales y un poco más allá uno blanco. Lan XiChen pensó en los que tenía su hermano y después de examinarlos y ver que eran macho y hembra los agarró y horas después entró al Jingshi a darle la sorpresa al Segundo Jade.

—Los encontré cuando salí a una misión, estaban solitos y pensé que tú podías cuidarlos mejor.

—Mn.

—¿Le has puesto ya nombre a los conejos?

Lan WangJi asintió.

—¿Puedo saber cómo se llaman?

El Jade no respondió y su hermano sonrió.

—Está bien, entiendo.



—¡Oh! Se acabaron las zanahorias, conejitos —la voz de Lan JingYi trajo de regreso al Jade al presente.

—¡Es cierto! —se lamentó Lan SiZhui con la carita triste—, Hanguang-Jun, ¿Mañana podemos traer más?

El aludido asintió.

Con cuidado los niños se levantaron y recogieron las canastitas que habían llevado repletas de zanahorias. Se despidieron de los conejos y se encaminaron hacia el Receso de las Nubes. Lan WangJi los siguió de cerca.

Lan SiZhui y Lan JingYi de alguna manera le recordaban la relación que él tenía con su hermano. Siempre juntos, cuidándose y con un mutuo y sincero cariño.

Los dos pequeños Jades de Gusu Lan.

Publicado el 23 de junio de 2020, 5:31 am.

Hola, buenos días/tardes/noches. ¿Cómo se encuentran? Espero que muy bien.

¿No creen ustedes que estoy siendo muy tierna con sus corazones? Hoy tampoco las hice llorar, hasta un momento tierno les di. ¡Ah, qué buena soy! Dejaré descansar a sus ojitos bonitos por unos capítulos.

Un poco corto, pero, ¿Qué parte les gustó más? Las niñas del grupo me dijeron que este es un recuerdo que querían leer así que espero que les guste.

¿Qué recuerdo les gustaría leer a ustedes? Acepto sugerencias, puede que escriba los dos que más se comenten. Sólo recuerden que deben ser de Lan Zhan porque pos' A-Yuan perdió su memoria.

Estaba pensando sobre el final del Fanfic. Aún faltan muchas cosas que quiero escribir pero hace unos días o una semana (no sé bien) me puse a redactar un poco el último capítulo.

Ya saben que el fanfic llegará a su final en el momento en el que se reencuentran, esa épica escena donde WangXian es tocada por primera vez en 13 años y chocan las miradas. ¡Uff! Muero por escribirlo.

Lo bueno que aún nos quedan unos 8 años de historia, tenemos que ver a A-Yuan practicar, crecer, salir de cacería con su padre, con los discípulos, que JingYi, él y Jin Ling se encuentren, que Lan Qiren le haga saber que está orgulloso de él, la salida a la residencia Mo. ¡Muchas cosas, sorpresas, momentos!

También, claro está, seguir escarbando en las emociones de los Jades. Esos niños bonitos que pueden calentar más que el sol de verano pero que una vez que interactúan entre ellos son la cosa más dulce y tierna del mundo.

Mi XiChen precioso me puede decir que soy el mayor error del mundo y Lan Zhan que no estoy autorizada a hablar con él y yo se los voy agradecer.

Sin más qué decir les deseo una excelente semana, salud y prosperidad.

Nos leemos en la siguiente actualización 💐

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