Abismo de Amor

By Alondracrib

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Un trágico evento provoca que Alison se refugie en el alcohol. Consumida por sus miedos deberá encontrar la... More

Sinopsis
<3
Capítulo 2
Capítulo 3

Capítulo 1

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By Alondracrib

I am not the only traveler
Who has not repaid his debt
I've been searching for a trail to follow again
Take me back to the night we met

"The night we met"  Lord Huron

✦ ✦ ✦

El olor a cigarro y alcohol se mezcla con distintos aromas agridulces. Puedo percibir algunos cuantos perfumes que ni vendiendo mi mejor pintura podría pagar.

El ambiente es una ola de corazones rotos, la música incita a todos a gritar y llorar. Es lo que necesitamos para saber que seguimos con vida.

Porque para nuestra fortuna no hay vida sin amor ni dolor.

Pronto la gente comenzará a llamar a esa persona que inconscientemente -o no- los mandó aquí. La excusa perfecta es estar en estado de ebriedad. Aunque mañana se repitan incansablemente que fue un error. De todos modos, ¿quien soy yo para no estar de acuerdo?.

Mala idea venir.

En zigzag paso entre la multitud de personas que "bailan" intentando no caerse. Una de ellas me toma de la mano, jalándome para que la siga en sus movimientos, niego levemente dirigiéndome hacia otro lado.

Para ser las nueve de la noche en sábado, el bar está algo vacío.

Ayer era todo lo contrario.

Llego a la barra e ignoro las miradas de quienes me observan. No estoy con ánimo de interactuar con alguien. Pido un trago que me sirven enseguida; me parece que tiene whisky, el aroma de la vainilla es lo primero que percibo antes de probar los sabores frutales. Me encantan estos, los que parecen veneno y dejan una sensación intensa pero siempre complaciente.

El alcohol aminora ese dolor que florece en mi pecho. Evito pensar en quien soy o que hago aquí. No quiero nada de eso esta noche. Así que trato de controlar la ansiedad y me concentro en cosas sin sentido.

Veo desfilar los shots frente a mi un par de veces más, algunos me los han enviado, o creo que eso he escuchado. Los he bebido con la voz de mi mejor amiga en mi cabeza diciendo: "no los aceptes". Lo necesito. Nunca lo había considerado tan indispensable como hoy.

Después de pedir una botella para servirme yo sola pierdo la cuenta de todo lo que he consumido. Se que ya sobrepase mi límite cuando la bebida deja de quemar en mi garganta, comienza a perder ese sabor a alcohol.

Me dirijo al baño. En el transcurso casi me caigo después de chocar con alguien. Hago lo que necesito y al salir encuentro mi mirada en el espejo. Dios, que mal me veo. Las chicas a mi alrededor me sonríen y algunas me preguntan por el perfume que llevo puesto. Una en específico me pide que me cuide y que si necesito algo, la busque. Mi corazón se enternece al escucharlas.

Salgo con un profundo sentimiento de tristeza. Pero no es hasta que llego a la barra cuando mis emociones salen a flote y los recuerdos estrujan mi corazón causando un deseo insaciable de arrancármelo del pecho.

Hundo la cabeza entre mis manos. Me encantaría huir lejos de aquí, o tal vez intentarlo porque se que no llegaría muy lejos.

Veo el líquido en mi vaso hasta poder mirar mi reflejo y por algunos segundos he creído que es alguien más. Soy un completo desastre.

Siempre lo he sido.

Dicen que todo tiene un porqué, sin embargo no entiendo el nuestro. No puedo aceptar que las cosas no hayan salido como quería. Es difícil asimilar que todo terminó.

Golpeó la madera con el vaso haciéndole unas pequeñas grietas al cristal. El mesero se da cuenta y rápidamente cambia mi vaso. Susurro un gracias, de todos modos me lo cobrarán.

¿Qué hago aquí?

Observo la mesa donde estuve ayer con los demás y camino hacia allá. No disimulábamos nuestra alegría porque el lunes volveremos a clases, a concluir el último periodo escolar. Pasadas las vacaciones de invierno, de los viajes y las celebraciones; organizamos una fiesta, así que reservamos este lugar.

El destino suele tener planes diferentes.

Pero ahora no quiero saber absolutamente nada. Si por mi se tratara quemaría la ciudad para que no quede ningún rastro de lo que he vivido. O me iría a otro planeta, podría ofrecerme con la NASA a ser parte de algún experimento que requiera irse de la Tierra.

Niego con la cabeza apartando la idea.

O con algún científico para que me borre la memoria. Tal vez en internet exista algún método que me haga tener amnesia de la noche a la mañana.

En contra de todos mis deseos, mi mente me lleva a lo causante de este dolor, cierro los ojos intentando olvidarlo. Para mi mala suerte; el lugar se inunda de un sonido tan conocido.

Mi voz es demasiado inútil para exigir que cambien la música, en un intento torpe levanto la mano en dirección al Dj, sin lograr mi objetivo. Siento pasar un remolino por mi estómago, evito mirar hacia el centro de el lugar. La misma canción que ayer baile y entone borracha junto a mi acompañante, esa preciosa melodía se convierte en un afilado cuchillo qué se entierra en mi corazón lentamente.

Duele mucho. Toco por encima de mi pecho. Juraría tener la sensación de que algo se está desprendiendo en el interior.

Nunca el amor me había dolido tanto. ¿Por qué si se supone me curó el alma, ahora me la a arrebatado? Le entregué cada pedazo de mi existencia y me quedé sin nada.

En pequeños susurros comienzo a pedir que se detenga, no se que o quién, sin embargo quiero que pare. Porque no puedo con este dolor, necesito olvidar esto que siento. Suplico en medio del llanto silencioso que mi vida termine si no la comparto con mi verdadero amor. Pero a cada segundo qué pasa mi sufrimiento se hace más y más grande, no puedo detenerlo.

¿Qué será de mi? Sin ti. Sin esa sonrisa que iluminaba y daba color a mi vida. Por años pensé en la eternidad a tu lado, ahora tendré que idear una manera de sobrevivir hasta que no aguanté más.

El chico que está mesereando me mira con reprobación cuando pasa frente a mi.

Sus cejas pobladas se suben al mismo tiempo que abre levemente la boca, quizás me está diciendo algo. Me observa con melancolía, pero en ningún momento descuida a las demás personas que le hablan.

Si hubiera pasado lo que yo estaría igual o peor.

Se detiene a mi lado diciendo que ya he gastado demasiado. Imbécil. Eso no me importa ahora.

Qué ironía, nunca quise gastar en alcohol porqué hacía daño y hoy, está noche decidí que era mi único remedio para el mal de amor.

Veo la hora en mi celular; dos de la madrugada. En la pantalla de bloqueo veo todas las llamadas perdidas que tengo y los mensajes preguntando dónde estoy. Lo apago dejándolo nuevamente en mi bolsillo. Absolutamente nada está bien.

Veinticuatro horas exactas han pasado desde su adiós y más de treinta sin haber dormido. Esta situación me seguirá cobrando factura si no vuelvo a la cama ahora mismo. Pero tendré que regresar a pie, mi auto lo dejé en casa.

Y no quiero regresar.

Suspiro mientras mi vista se nubla y mis ojos se ponen llorosos. Enfurezco porque no soy así, nunca demostré esta parte de mi delante de más gente. No era necesario hacerle saber a las personas que mi vida se estaba yendo al carajo, ni siquiera les importaría y solo se burlarían.

Vuelvo a hundir el rostro entre mis dedos. El calor que siento es insoportable. Las manos me hormiguean, los recuerdos sacuden todo lo que soy, todo lo que traté de construir. Se ha perdido por completo. Quedé arruinada y dudo mucho encontrarme de nuevo, porque ni siquiera sé por donde buscar.

¡¿Por qué tuvo que ocurrir?!

El aire deja de entrar con fluidez a mis pulmones, siento como el lugar se hace más grande o yo más pequeña. Entro en crisis al dejar de sentir los latidos de mi corazón con su ritmo normal. El alcohol abandona por completo mi sistema.

Al llegar a la barra pido la cuenta, tomo asiento y con la vista nublada trato de pagar.

El chico me mira con desdén.

No le dejaré propina. No se la merece.

Me levanto notando como el suelo y el techo se mueven, al parecer si tomé demasiado. Al otro lado de la barra el barman estira sus manos como instinto para intentar sostenerme. Sonrío por su acción. En medio de la tenue luz que alumbra el lugar observo cómo se a enrojecido. Doy vuelta cuando el sentimiento de culpa me alberga.

Mis ojos me arden, la música está lastimando mis oídos, no me di cuenta en que momento paso de ser rock a mental.

Deviso la salida, empujo a quien sea que esté en mi camino, se quejan, me insultan, pero ignoro todos esos sonidos.

Salgo sintiendo el aire helado chocar contra mi rostro. Las calles de Milledgeville me reciben con el frío gélido de enero.

Volteo en ambas direcciones. Por instinto avanzo por donde no conozco.

Todo sería mejor así, desconocido.

Entro a una tienda de autoservicio. Antes de tomar las cosas me veo en el espejo de la pared; el color café de mis ojos está más oscuro y mi cabello color miel parece un nido destruido. Compro una cajetilla de cigarros y una botella de vino, la señora me mira con lástima.

Es lo único que doy últimamente.

Antes de tomar mis cosas y salir, ella habla. Su voz cálida inunda mis ojos con lágrimas.

— Debes llegar a tu casa, alguien estará esperándote.

La veo directo a los ojos. Le sonrío con ternura para no parecer grosera y sin emitir ruido salgo de el lugar.

¿Cómo explicarle que fui yo quien se quedó esperando?

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