ALÉJATE © [Corrigiendo]

By MarianaMeranFamilia

818K 55K 13.2K

Él es destrucción, Tóxico. Y ella es su única salvación. +21 NO COPIAR. ES DE MI AUTORÍA. More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Nikolai Petrov
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Epílogo

Capítulo 56

7.4K 558 75
By MarianaMeranFamilia

Dmitry.

Llevo más de veinte años matando personas, ajustes de cuentas. La conciencia no me pesa, si bien lo que yo hago es nada más que para sobrevivir, aquí no vive el más bondadoso, aquí vive quien se hace respetar, quien se gana las cosas a pulsos, no puedes vivir si eres soso y tratas de hacer el bien cuando te tiran a mal.

Es mi justificación, para los que están ahí fuera sin tener algo arrastrando tras de ti, que no saben lo que es dormir con un arma bajo tu almohada lista para disparar, que cierras un ojo y el otro debe estar abierto, preparar tus defensas para escuchar el mínimo ruido, para el que no lo sabe, soy simplemente un maldito asesino. No voy a insultar a mi madre repitiendo lo que ellos dirían.

Aún así, yo no merezco esto.

Trato, de verdad trato de pensar que es una broma de mal gusto, que de forma cruel no se repite lo de mi mamá, que no tengo tres niñas con mis rasgos rotas frente a mí, una pequeña que quizás no alcanza los trece años, que nunca jugó lo más probable tampoco conoció lo que es una muñeca. La del medio con un aura apagado, debería estar soñando para tener una fiesta de quince años sino los ha cumplido ya, y la mayor, ella está tan rota como yo.

Amanda parece haber vivido ya todo, una chica hermosa, destruida, que le costará rehacer su vida.

Se repite, la vida me odia, desde que nací he estado maldito.

Todo iba equilibrado, primero soy un traumado a consecuencia de las violaciones que sufrí, ver a mi madre pasar por lo mismo, verla morir y no hacer nada como un cobarde, huir desangrado para buscar ayuda, luego ir a parar en un internado donde tenían tratos con pedófilos de la mafia, quedé con Sergei en manos de dos que creímos eran diferentes, tontos niños, años más tarde intentarían las bajezas más grande de nuevo, fui el sicario de uno de mis violadores, el bastardo que me engendró siguió jodiendo mi vida hasta matar a una pobre chica con la que intente algo, encuentro a una mujer que me complementa rota como una muñeca de porcelana, arrastrando los mismos antecedentes que yo, adopto un niño inocente condenándolo a una vida que no debería tener, pero es mi hijo y no lo dejaré a su suerte, ahora hay un bebé un camino que complica tantas cosas más estando en tiempos de guerra, el abuelo vivo de Brianna, me golpearon a Sergei, recibí tres balazos, pero de algo si estoy seguro, yo no estaba preparado para esto.

¿Qué más me tiene la desgraciada vida pata la mía miserable?

No sé cuánto tiempo ha pasado en el que silencio prevalece, las respiraciones se ralentizan, mi pulso se acelera y las heridas no duelen, porque duele más lo que llevo por dentro y lo que tengo atacado que no sale.

Yo soy un tipo fuerte, solo hay cosas que hasta un hierro no puede soportar.

— ¿Cuantos años tienen? —es lo único que se me ocurre decir.

Se relajan.

Lo más probable esperó que les gritara y las tachara de mentirosas.

¿Qué ganan con hacer eso? Nada.

El miedo no se finge, el pasado tampoco y la desesperanza no se oculta, así como los daños.

—Según Amanda, tengo once años —la más pequeña que identifico como Larabelle frunce el entrecejo levantado su pequeña mano para contar —. Sí, tengo once.

El gesto de fruncir el seno lo hago muy a menudo cuando pienso.

—Casi cumpliré diez y seis —responde Leila. Es una chica muy seria.

—Y yo diez y ocho —contesta Amanda acomodando el largo cabello castaño de Larabelle.

Es justo como lo imaginé.

Yo no tengo mucho que decir. Nada en verdad.

Estoy turbado, dolido, perturbado.

Necesito el abrazo de mi madre diciéndome que todo va a estar bien, que solo vivo una mala pesadilla. Extraño a mamá, la extraño más que nunca.

Me siento tan culpable, más que nunca, tengo tres hermanas a las cuales ninguna pude proteger como a ella, dejé que las dañaran.

Muy asesino, muy duro Dmitry, pero no dejas de ser cobarde y miserable.

Me culpo, me culpo de tantas cosas.

—Esto es nuevo para mí —me escuchan con atención —. No esperen un abrazo o que me echaré a llorar como Magdalena, no sé dar cariño y tampoco soy una buena persona, solo...no voy a negarlas o a echarlas de aquí, no haré eso, tendrán una vida de ahora en adelante, no es tranquila, quienes están a mi lado no les puedo asegurar que siempre estarán tranquilas, pero di me esfuerzo por ello.

Larabelle se acomoda en medio de sus hermanas.

—Escuché de eso cuando los guardias hablaban de ti —un pequeño temblor sacude su pequeño cuerpo.

Otra daga más se clava en mí. Me imagino lo que una niña así de pequeña sufrió.

—Ellos están muertos ahora —no le pintaré un cuento de hadas, con príncipes y que se fueron al cielo, cuando en realidad están en el infierno.

Aprieto mis manos entre sí. Me pongo en pie, las tres castañas se levantan.

Amanda las ha educado bien.

—Volveré después. Ahora necesito estar a solas. Pueden pedir lo que quieran.

Me dirijo a la puerta.

Mis pulmones necesitan aire con urgencia, un lugar a solas donde pueda habar a la nada fingiendo que mamá me escucha.

Quieto poder sacar un poco de lo que llevo dentro.

—Espera.

Me detengo en seco, reconozco a Amanda en cuanto la veo.

—Te pediré que no invadas mi espacio personal.

La chica luce avergonzada.

—Es más importante de lo que crees —busca algo bajo su ropa.

Escucho el zumbido de mi corazón latir con frecuencia en mis oídos, la fuerza empleada desborda en las heridas.

Estoy aterrado de lo que pueda decirle ahora, ha sido suficiente.

—Dilo rápido.

Amanda está intimidada por mi actitud, no me voy a disculpar, soy así, tampoco voy a cambiar.

Mi urgencia por estar solo me está provocando ansiedad de nuevo.

—No solo somos nosotras tres, bueno, tus hermanas —costará acostumbrarse a que somos hermanos, no hay nadie más incómodo ahora mismo que yo por toda esta situación.

Expectante espero que digas más. No sucede, solo me extiende lo que sacó debajo de su ropa.

En cuanto toco lo que es una fotografía, un poco maltratada por estar bajo ropa, siento que el brazo me arde, una comezón sin explicación.

La garganta de momento la tengo seca, el pulso más acelerado, el frío no hace mellas es mí, simplemente no lo siento.

Cuando veo la foto, mi mundo se detiene, su cabello rubio, heterocromía en los iris de sus ojos, los mismos rasgos faciales que recuerdo. Es ella, igual que siempre.

—Mamá —sueno apenas como un susurro. Tantos años sin ver una foto suya, verla de nuevo me está afectando tanto. No tengo ninguna fotografía de ella, tampoco he mandado a hacer algún cuadro basándome en mis recuerdos. Mi espalda choca con la pared más cercana —. ¿Qué haces con esto? ¿Cómo tienes una foto de mi madre?

Las yemas de mis dedos trazan los bordes de su hermosa cara. Delicada, me imagino lo suave que era, ese olor materno que tanto amaba sentir a mí alrededor.

—Ella no es tu mamá —contradice.

Dejo de evaluar la fotografía para mirarla confundido.

—Es obvio que es mi madre, yo jamás olvidaría su rostro, Amanda.

Amanda no hace acopio de acercarse, he de admitir que entienda sin voluntad de decir las cosas dos veces. No dejo que me toquen si yo no permito.

—Lo sé —musita —. Pero de verdad no es tu madre, es solo tu hermana, tu hermana mayor Dmitry.

Jadeo.

Soy un jodido ser humano que puede sufrir un paro cardiaco.

Luego me estoy riendo con fuerza de lo que dices.

—Estoy empezando a creer que mi cabeza me está jugando mal y que tú también estás mal.

Mueve su cabeza en negación.

—No lo estamos ninguno de los dos...

Alzo la mano para detener su habladera.

—Si algo te voy a pedir es, que no menciones a mi madre. No me interesa de donde sacaste esta foto, sólo no la menciones.

Permanece inafectada por lo que he dicho, solo se cruza de brazos.

—Puedes ver detrás la fecha de la foto, tu madre murió hace veinte y seis años Dmitry, ella es Ninet tu hermana, le tomaron esa foto en Arabia en el año dos mil ocho.

No aparto mis ojos de ella alzando ante mí la fotografía y corroborar segundos después que lo que dice es verdad. Veinte y nueve de noviembre del dos mil ocho.

Estoy caminando lo más apresurado posible fuera de la casa, adentrándome en la oscuridad del bosque que nos rodea, la nieve roza mis pies, dejo huellas por donde paso, necesito esto, necesito algo que me adormezca. Soy masoquista por recordar tanto, bien pude haberme sometido a unos de esos cuidadas pensamientos y olvidarme de todo.

No obstante, la memoria es el motor a la victoria.

Al final dejo mi trasero sobre el hielo, los dedos púrpuras y mis pies del mismo color, no me alarman por estar congelándome.

—Mamá, quiero que vengas y me digas que no es cierto —silencio —. Dijiste que yo era tu único hijo, nunca mencionaste de un anterior embarazo a mí —busco entre los espacios de los árboles que me dejan ver al cielo, algo, a alguien —. Dime que significa esto mamá. ¿Por qué justo ahora me tiene que pasar todo esto?

Me están picando los ojos. La nueve cae a copos sobre mí.

No obtengo una respuesta.

Es idéntica a ella, la llamé mamá sin saber que es mi hermana, la copia de la mujer que más he amado en mi miserable existencia.

La vida nunca me escuchó, debió matarme esa noche con ella, no estaría con un dolor tan grande dentro de mí pecho, ese que no permite respirar.

La última vez que dejé salir una lágrima lo hice precisamente por mi madre, ahora es tanto, tanto junto que el dolor no sabe cómo salir.

Quizás es lo correcto y mi corazón sufra un maldito para cardíaco terminando con toda esta mierda.

No siento las extremidades de mi cuerpo, no pienso en mí, todo lo que escucho es lejano.

La veo y me ve, ella está igual que siempre.

Sostiene un bebé en brazos que no deja de moverse.

Estoy siendo cobarde, tengo un hijo que no puedo dejar a su suerte, Brianna es mi mujer y necesita más que nunca ser cuidada, tres niñas encontraron protección en mi casa, Sergei, mi hermano Sergei me está llamando.

—Dmitry...—golpean mi cara —. Dmitry.

Maldita sea, la imagen de mi mamá se está desvaneciendo. El bebé va cayendo sobre mí.

— ¡Dmitry!

Abro los ojos molesto.

Sigo bajo la nieve solo que ahora llevo una capucha que cubre mi cuerpo entero. La luz de una linterna me ciega.

—Quita eso de mi vista, es molesto.

Lo escucho gruñir como un loco.

— ¡¿Deseas morir?! ¡Dime y meteré una bala en tu frente! ¡Estás más frío que un muerto cabrón, esas heridas no sanarán así!

Sergei es peor que una loca gritando, su chirrido daña mis tímpanos.

—Deja de gritar carajo —me tapo los oídos intentando colocarme en pie, fallo, no puedo mover bien las piernas, están entumecidas —. Maldición.

—Te lo mereces por tonto —extiende su mano para ayudarme a para, a duras penas no caemos los dos —. ¿Quieres decirme que pasa?

Medito unos instantes.

Enseño la fotografía casi dañada por el hielo.

—A ella la confundí con mi madre —Sergei escucha atento —. En realidad es una hermana mayor que yo. Es idéntica a mi madre Sergei, ¿Sabes qué significa eso?

Me da la foto de vuelta.

—Ahora más que nunca tienes porque luchar y vivir, debes dejar de ser tan egoísta y hacer actos suicidas como este. Dos hijos, una mujer, cuatro hermanas y me tienes a mí, ¿Sabes que daría yo por tener eso? La respuesta es fácil, todo y que mi familia no muriera toda en un accidente aéreo.

De los dos, yo soy el letrado y Sergei el letrado de la vida.

No se lo digo, sin embargo sin su presencia yo haría muchas cosas.

—Debo encontrar a Nikolai cuanto antes Sergei, le cobraré ojo por ojo y traeré a mi hermana mayor de vuelta, lo único que me queda de mamá. No lo dejaré en manos de esos perros.

Sergei apoyado de su muleta arrastra conmigo.

—Es probable que las niñas sepan más. Sé el perro sin compasión que siempre has sido.

Nos detenemos antes de poner un pie dentro de la casa.

Siento el entumecimiento de mis huesos.

No voy a llorar por nada, no cuando llorando no consigo nada.

—No Sergei —me ve confundido —. Seré mucho peor, conocerán la peor parte de mí.

Es una promesa y yo cumplo mis promesas.

***

Si lloré con este capítulo, me costó tiempo y lágrimas.

¿Saben lo que es retener un llanto? Eso no se lo deseo a nadie. Dmitry es tan valiente por callar el mar de lágrimas.

No tengo mucho que decir, solo que espero haya sido de su agrado.

Disculpen las faltas bellezas.

Nos leemos luego 😍💘

Continue Reading

You'll Also Like

4.6M 225K 28
🍎BORRADOR🍎 Cuando Trixy Guerrero regresa a su querido pueblo Valle Esperanza después de terminar sus estudios en la universidad, no esperaba salir...
47.5K 203 4
⚠️ Lenguaje explícito. Relatos ficticios⚠️ Puedes empezar a leer 🌜 iniciada: 26/12/23 terminada: ???
312K 16.7K 39
"Él monstruo se esconde detrás de las sombras" Atenea Stuart es una de las mejores detectives en el mundo, aún así, siendo la más joven, sus misiones...
6.6K 266 78
‟En el mundo llevó las riendas y en tu vida no es la excepción" Esas palabras, que marcan un antes y un después. Pero lo que estaba por pasar, eso si...