Pov Nayeon
— ¡¿Qué hace aquí Jisung?!
— Yo lo invité. — Sonrió orgullosa.
La menor abrió los ojos como platos y regresó al interior de la casa veloz haciéndole reír y ganándose una sonrisa de la madre de la niña que no se había movido de dónde estaba, cruzada de brazos había puesto su vista en ella haciéndola sonrojar.
— No tuve otra opción más que dejarlo pasar ¿Qué significa todo esto?
Se encogió de hombros fingiendo no saber aunque lo sabía, ella ahora sabía todo lo que la pequeña escribía del chico.
— ¡¿Cómo pudiste decirle que quería invitarlo a mi casa?! — Reapareció la niña de nuevo haciéndola saltar en su lugar por los gritos.
— Bueno es que tú lo piensas...
— ¡Claro que no!
— Sí, lo leí en tu diario. — Dijo con completa obviedad.
— ¡¿Qué?! ¡¿Leíste mi diario?! ¡¿Cómo te atreviste?!
— Pero...
— ¡No tienes excusa! ¡Eso es privado!
Había hecho llorar a la pequeña y lo vio en sus ojos antes de verla volver al interior de la casa. Un dolor enorme fue alojado en su pecho. No le importó dejar a la madre de la niña parada ahí y fue por ella, pero la pequeña ya se había encerrado en su habitación.
El sonido de la puerta siendo azotada se lo dijo. Bajó su vista al suelo y sus ojos le molestaron pues sintió un picor y como se ponían calientes, otra nueva sensación que no pudo controlar. Pero sintió el tacto de una mano en su hombro.
Cuando volteó vio el rostro de una Chaeyoung que le miró con comprensión.
— Ya le dije al niño que se fuera a casa, y pienso llevarme a Yeji a pasear, estoy segura de que cuando vuelva se le olvidará. ¿Está bien?
Asintió con gratitud, no podía hacer más. Ahora sólo era cuestión de tiempo.
La vió salir de la habitación y también la vió bajar de las escaleras siguiendo los pasos de su mamá, y como lo esperaba en ningún momento volteó a mirarla. Ella lo esperaba y aún así dolió cómo si no. Entonces la puerta se cerró dejándola en una solitaria casa que no pudo reconocer pues siempre escuchaba la voz de la pequeña yendo de aquí a allá.
Y de pronto todos los recuerdos de los últimos días arruinando cada situación la hizo ver qué en lugar de ayudar con el deseo de una pequeña, llegó para arruinarlo todo de todas las maneras posibles.
Comenzó a recordar todos los gritos y reclamos que recibió, también la mirada de la pequeña con lágrimas y la mirada indiferente de Chaeyoung, como también cuando la miraba con molestia.
De pronto ya estaba llorando y no se había dado cuenta, lo hizo cuando sintió las lágrimas mojar sus mejillas y los jadeos ahogados de su llanto, algo que desconocía totalmente.
Abrumada con su nuevo sentir corrió hasta la habitación y se recostó de nuevo para huir, quería volver a no sentir nada y ser sólo un maniquí sin vida.
Por desgracia eso sólo lo logró cuando acabó cansada de tanto llorar y agotada se quedó dormida volviendo así a ser lo que era.
Pov Yeji:
Habían llegado a casa y estaba apunto de entrar a su habitación cuando vió a su madre dirigirse a la habitación de Nayeon, no podía permitir aquello.
— ¡¿Mamá a dónde vas?!
— Oh bueno, quería ver sí Nayeon está bien...
— E-ella está bien. — Murmuró pues sólo quería que su madre fuera a dormir para igual hacerlo.
— ¿Y tú cómo sabes eso sí no has entrado a verla?
Tenía un gran punto que no pudo discutir, se rindió y se puso entre la puerta de huéspedes y su mamá.
— Yo lo haré.
Su madre aunque extrañada parecía estar bien con su elección, asintió y bostezo.
— Está bien pero luego ve a tu habitación.
— Okay. — Casi susurró y lo hizo, entró.
Pero su corazón se detuvo ante la imagen del maniquí de Nayeon sobre la cama, estaba inmóvil y tan inhumano como la vez que la vió en la tienda. Las lágrimas regresaron y corrió hasta arrodillarse frente a ella tocándola con desesperación y temblando.
— ¡Nayeon! ¡Nayeon vuelve! ¡Despierta por favor! ¡Yo te quiero! ¡Mamá! ¡Te amo! ¡Eres mi mamá! ¡No volveré a ser mala, por favor vuelve!
Todo fueron gritos hasta que volvió mágicamente parpadeando cómo lo vio hacerlo con Bambam en la tienda. Su llanto disminuyó y al ver el rostro lleno de sorpresa de su mamá no pudo evitar abrazarla.
— Perdóname por ser mala.
— Yeji tu no...
— Sí, sí lo fui. Te quiero.
El abrazo en lugar de terminar se fortaleció cuando Nayeon correspondió a él. Pero todo fue interrumpido cuando su otra madre entró a la habitación con un bate en la mano lista para golpear a cualquiera que se le ponga en frente.
— ¡¿Qué pasó?!
— Oh dios mamá, nada nada. Sólo creí que Nayeon...
— Creyó que algo malo me había pasado, es sólo que soy difícil de despertar. — Se excusó.
Entonces su madre dejó caer sus manos a los costados pero sin soltar el bate. No pareció entender del todo pero al menos no les golpearía con el bate por el susto que le propinaron.
•••
Contenta era poco, ella no podía sonreír con más amplitud de lo que ya lo hacía, su madre y Nayeon habían planeado ir por ella después de clases para conseguir un nuevo árbol y esta vez sí comprar unas luces para éste, juraron que no volvería a suceder otro accidente en la vida.
Pero antes tenía que pasar por el escenario y cómo nunca había hablado entre tantas personas el miedo se apoderó de ella y al parecer sus madres lo notaron porque esta vez al dejarla en el colegio también se bajaron del vehículo.
— ¿Ocurre algo que no nos has dicho?
— ¡¿Qué?! N-no. — Se regañó por no ser nada discreta.
— Hasta que te apareces por aquí. — La profesora Hwang apareció saludando a su mamá como sólo ella sabía.
— Oh, Tiffany, ¿Qué tal tu vida de niñera?
— Soy profesora de artes teatrales. — Dijo con una voz menos amigable.
— Cómo sea, es lo mismo. Cuida bien de mi hija o te demandaré.
Ambas se retaron con la mirada pero la profesora fue la única que se rió.
— Por dios, no sé cómo pude llegar a tenerte aprecio en nuestros años de estudio, siempre fuiste tan dulce como un limón.
— Es mi encanto.
— Uhm, ¿También parte de tu encanto tiene algo que ver con conseguirle otra mamá a Yeji?
— Yah. — Su madre se ofendió ante ese comentario.
Pero su reacción sólo hizo reír a la profesora.
— ¡Cielos no pensé acertar a la primera! — Casi gritó pero dejó el asunto para comentar algo más. — Por cierto ¿Asistirán a la obra? Nuestra pequeña Yeji tendrá un personaje muy importante en mi obra navideña.
— ¿Qué? ¿Qué obra? ¿Yeji?
La niña con la expresión de una pequeña regañada miró a sus mayores asintiendo.
— Olvidé mencionarlo.
— ¿Cuándo y a qué hora? — Exigió su madre.
— Hoy a las 11 am, por favor asistan. No se arrepentirán.
— Por supuesto que iremos.
Afirmó Nayeon haciendo feliz a la pequeña por lo dulce de su sonreír, parecía feliz de verla actuar pero ella sólo quería que la tierra se la tragara.
Pov Nayeon:
La pequeña niña entró al colegio junto a su profesora Tiffany que le pareció una agradable y risueña mujer.
— Es una mujer agradable.
— ¿Agradable? Por supuesto que no.
Nayeon no logró entender porqué ella no podía ver lo positivo de la forma de ser de la mujer pero desvió el tema a uno más importante.
— ¿Irás al trabajo y luego volverás para la obra?
— No, ve tu. Yo tengo mucho que hacer. ¿Quieres que te lleve a casa o otra parte...?
Okay, eso estuvo mal. Sus cejas se arrugaron por la molestia, no podía permitir que le fallara a su hija.
— ¿Qué? Esto es importante, tu hija va actuar en una obra navideña y la navidad siempre se trata sobre la unión y apoyo familiar.
Vió cansancio en su expresión, pero no flaqueó, sostuvo sus palabras.
— Nayeon, no te metas en mi relación con mi hija.
Apretó sus labios, no podía dejarla ir y lo peor es que se veía con intenciones de subir al coche y dejarla ahí. Estuvo apunto de girarse para dejarla ahí pero como un rayo vino a ella un recuerdo de la noche en que Chaeyoung iba a besarla. No supo las razones de porqué lo hizo pero para ella fue lo más lógico para la situación.
La tomó de los brazos para detenerla, vio su expresión de sorpresa y lo hizo, unió los labios a los de la pelicorto besándola suavemente pues se había informado de como eran los besos. Fueron apenas unos segundos, se apartó y con las mejillas coloreadas de rosado suplicó.
— Por favor, ven conmigo. Veamos juntas la obra.
Capítulo dedicado a: h0ney_Chaeng ✨