El pálido estaba sentado debajo del árbol de siempre, trataba de concentrarse en su lectura pero no podía, sus pensamientos se iban hacia el moreno.
Se sentía extraño al estar con él pues últimamente le dolía la panza al estar cerca del menor y eso le ponía nervioso.
Le encantaba cuando le hacía mimos y le decía cosas bonitas, eso le encantaba, le conocía tan bien, le quería, últimamente me sentía tan cómodo junto a él, es especial en mi vida.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por Namjoon, el cual se sentó muy cerca de mí, mis mejillas se tornaron rosadas pues su cercanía me ponía nervioso.
—Hoy se ve muy bonito, Hyung.—este le sonrió y acarició sus cabellos.
—¿Estás diciendo que entonces me e visto mal todos los días?—se cruzo de brazos mientras hacía un puchero.
—Eso no lo quise decir, Hyung.—Lo miro intrigado.—s-siempre se ve muy lindo.
—Mientes, así que fuera de aquí.—Lo empujó un poco para que se fuera pero el moreno puso resistencia.
—No me iré, yo estaré aquí para darle mimos, Yoonie.—Lo abrazo y empezó a acariciarle su pancita.
El contraria no puso resistencia, dando ronroneos de satisfacción con las acciones de el menor.
Después de un rato, Yoongi se separó de el alto para pararse e irse pero antes de marcharse se acercó al menor a su oreja.
—Te quiero, Nammie.—Le beso la mejilla y se fue de allí corriendo con su cara toda sonrosada hasta las orejas.
No supo el por qué hizo aquello pero le gustó ver la reacción de el contrario, sus mejillas rosadas, tan adorable y encantador se veía su menor.
Se sentía avergonzado por haberle llamado de aquel modo, pero sintió que era lo correcto, el menor siempre le ponía apodos adorables ¿Por qué él no?
Es corto lo sé.
Hasta la próxima.
~Minnie.