El Lobo Y El Zorro (Omegavers...

By MilMoonAn

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"Prometo hacer hasta lo imposible para volver a verte en nuestra próxima vida. Ser lo suficientemente pacien... More

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-1- Una verdadera amistad
-2- El principio.
-3- El mito que se hizo verdad
-4- El destino suele ser doloroso
-5- Pareja
-6- Se puede romper
-7- Más vale un humano que un Gamma
-8- Otra clase de amor
-9- Felicidad
-10- Uno más
-11- Negación
-12- Dena
-13- Salvación
-15- El lobo y el zorro
Epílogo

-14- Una amistad

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By MilMoonAn


Zem, el líder del clan del este estaba junto a ellos, en una despedida que bien no podría tener algo de su interés, pero que llamó su atención por Dena. El interés del rubio era notorio, todos lo habían percibido, incluso el delta quien en ningún momento sintió ese pequeño pico de celos. Karim estaba consciente de que una relación con Dena era casi imposible, sus almas estaban demasiado rotas como para siquiera pensar en curarse el uno al otro. Ambos iban a lastimarse si intentaban algo incluso con el amor aún latente por otras personas. Karim aceptó que ni su destinado ni su antepasado podrían decidir su futuro a partir de ese momento.

Dos almas lastimadas solo se harían más daño.

Por eso se alejó, le dio una última despedida a Mika y empezó a caminar hacia el campo de batalla. Tras él iba Kato quien tenía el rostro serio. El mal presentimiento por dejar atrás lo más importante estaba acabando con él. Pero era hora de pelear, debían ponerse serios.

Zem los alcanzó de inmediato y con un grito de guerra los superó en un trote. Kato y Karim juntaron sus miradas en ese instante. Lo que pasaba en una batalla siempre fue incierto, Karim se dio cuenta que en ese instante, la única forma para proteger a Mika era mantener a salvo a Kato. Por eso intentó su mejor sonrisa, lo que resultó en una mueca con la nariz arrugada y los labios temblorosos.

Iban a proponerse una paz momentánea, por el bien de sus propias vidas en el campo de batalla. Debían protegerse la espalda.

Kato igual analizó la situación, con la misma conclusión. Mika estaría realmente destrozado si es que algo le pasara a su mejor amigo, por eso él se encargaría de cuidarle la espalda. Por el bien de la persona que más amaba.

Cuando llegaron al centro de todo el problema se sorprendieron por el rápido avance de los humanos. El diez por ciento de sus tropas estaba en el suelo, con grandes heridas que no daban tregua al dolor. La sangre chorreaba en el suelo y aquella tierra bendecida con grandes plantas ahora estaba a nada de volverse un río de sangre. En tan solo unos minutos su hogar se había vuelto aquel túmulo de miedo.

En seguida vieron la razón. Los humanos portaban armas gigantes, a lo lejos estaban grandes tanques de batalla, y cañones. Aquello se había vuelto una matanza y ellos estaban en el centro de aquella diana. Iban a morir todos si es que no hacían algo. Ellos solo tenían su cuerpo para defenderse y pelear.

Las armas que ellos tendrían que utilizar para pelear se habían perdido en el camino. Nya, la encargada de dotarles de armamento, les explicó que el paquete desapareció y todos culparon a los humanos por ese hecho.

Kato reunió a su ejército en seguida, Karim y Zem lo siguieron y en una gran marcha llegaron al centro. La mitad de ellos fue directo a salvar y curar a los heridos. Los llevarían a la cueva de los omegas, los mismos que estaban encargados de salvar cuantas vidas pudiesen. Las explosiones seguían a lo lejos. El fuego empezó a consumir todo a su paso. Su primer plan era rodearlos.

Raku llegó a ellos y ordenó una formación, la primera que aprendieron. Lo hicieron en cuanto vieron a los humanos bajar a la pelea, lanzas y fusiles en mano. Su grito de guerra no era comparado en nada a todas las manadas juntas. Los hombres de Kato retrocedieron al igual que el alfa. Se dieron la vuelta y corrieron tan rápido como si su vida dependiera de ellos. Los humanos intentaron seguirlos, pero el clan de Zem se encargó de retenerlos y darles pelea.

Kato y su manada se unieron en un círculo al centro de todo, atrayendo la atención de varios. Mientras Zem daba pelea cuerpo a cuerpo con varios humanos Karim los entretenía al centro. Cuando vieron que estaban juntos, todos los humanos, intentando atacar a Karim entonces Raku dio la señal.

Un centenar de lobos rodeó a todos los humanos. Kato los dirigía. En seguida los humanos se vieron acorralados, sin un lugar al que ir. Retroceder era estar cara a cara con el Delta e intentar salir era enfrentar a los lobos. Zem actuó en el segundo que vio a los humanos confundidos. Su clan arrebató de inmediato las armas de estos y las hicieron propias. Con eso podrían resistir un poco más.

Su plan era acabar con ellos en cuanto les quitaran las armas, pero un silbido en el cielo los obligó a elevar la vista y encontrar un nuevo ataque ir hacia ellos. Se dispersaron de inmediato y los humanos corrieron a sus lugares. El lugar en el que antes estaban tenía rastros de fuego y sangre en él.

—Avanzaremos —Raku llamó la atención de todos en cuanto escuchó los pasos de sus otros aliados. Las manadas del sur, norte y oeste estaban tras ellos ya podían dar su propio ataque— dos grupos, el primero en dirección a la parte trasera, su misión es destruir las monstruosas máquinas de metal. El segundo grupo atacará por el frente.

Kato, Karim y Zem serían el segundo grupo. La fuerza inmensurable de los delta, la estrategia mental de los alfa y la letalidad de los de sangre fría harían un equipo para avanzar.

Raku y los demás líderes irían a por las armas. Si las destruían entonces todo acabaría. Después irían a por la cabeza de su líder y todo acabaría. Lucía tan sencillo que todos temblaban del miedo y emoción. Sonaba fácil, pero un campo de batalla les haría todo más complicado. Se jugarían la vida.

Se dividieron en seguida, los humanos empezaban a atacar una vez más y ellos tenían que hacer frente, su principal objetivo era resguardar la cueva de los omegas.

—El que mate más humanos se queda con Dena —El grito de Zem alarmó a los demás, el rubio sonreía mientras estiraba los brazos, igual a una preparación para una carrera— te estoy retando, Delta.

Karim bufó por ello y volteó a ver a Kato quien les sonreía con algo de nostalgia. De todas formas el omega significaba una gran amigo.

—Hecho —respondió Karim.

Empezaron a correr hacia los humanos. Sin armas ni protección. Karim supo que estaba en grandes problemas al ver al rubio volver a su forma animal. Incluso Kato se vería patético junto a Zem en ese momento.

Un gran león de melena rubia y esponjosa se mostró ante todos. Los humanos temblaron un segundo. Las grandes y fuertes patas de Zem rasgaban la tierra, preparándose para pelear y matar a quien se atravesara. A su lado su clan le siguió. Cientos de serpientes y cocodrilos de gran tamaño se desparramaron por el suelo y se dispersaron en varias direcciones. Las serpientes cazaban en soledad. El gran león soltó un gran rugido que hizo temblar la misma tierra y entonces empezó a correr hasta, de un zarpazo, acabar la vida de tres humanos. La sangre en el suelo era su símbolo de victoria.

Karim movió su cabeza de un lado a otro haciendo crujir su cuello. En un  segundo él volvió a su forma animal. Un glorioso e imponente puma negro saltó hasta un humano. Su manada de Deltas hizo lo mismo, cada uno volviendo a su forma animal, desde grandes osos hasta pequeños gatos monteses. Ellos igual fueron a pelear.

Kato por último hizo lo mismo, sus ojos rojos se notaron entre su espeso pelaje en su forma lobuna. Sus grandes colmillos estaban listos para defender a los suyos. Su manada igual lo siguió. Un gran halcón se elevó por los aires. Él avisaría ante cualquier cambio del enemigo.

Los humanos habían abandonado sus armas de fuego. La velocidad de los animales era más, evitaban los disparos en segundos y mientras ellos intentaban recargar sus municiones, ya eran atacados por algún animal. Era más fácil, en esas circunstancias, pelear con lanzas, tal como en los viejos tiempos. Sin embargo, el apoyo de las enormes armas tras ellos como los cañones los protegían.

En minutos los colmillos de Kato estaban empapados de sangre. Zem igual lucía cansado, su melena pomposa había perdido su estilo e incluso de esa forma ambos seguían acabando cuanto humano se les aparezca.

Los reptiles atacaban de golpe, en silencio, ellos eran los que más vidas tomaban, una mordida suya y dejaban lo demás al tiempo. Karim tenía entre sus garras lo que parecía ser una porción sangrienta de piel e incluso así seguía peleando, atacando y defendiéndose. Las patas delanteras para atacar y las traseras para defenderse, igual que cualquier otro felino.

Habían acabado casi con la mitad de todos los humanos que estaban en el campo de batalla, y eso sin mencionar a aquellos que manejaban las grandes armas.

Los humanos habían ido confiados, ellos tenían de su lado el efecto sorpresa y las armas, pero después de un gran lapso se dieron cuenta que no tomaron aquellas dos ventajas de la manera correcta, no aprovecharon su delantera.

El Halcón que volaba sobre ellos acabó con bastantes francotiradores de los extremos, de la misma forma que hizo con los arqueros. Con eso había creado una gran brecha de ventaja para los cambiaformas. Pero sus filosa mirada captó un momento en específico. Su líder estaba peleando a muerte con más humanos y una mujer alfa retrocedía en dirección a ellos.

—Nya, la alfa del norte viene hacia acá —informó a Kato que sin tiempo a responder tan solo gruñó— algo anda mal, no veo a su manada por ningún lado.

Eso significaba problemas. Si ella retrocedió significaba que entonces su grupo había fallado. Debían reunirse y planear otra cosa. Lo que a Kato más le preocupaba es que el halcón no mencionó nada de su padre. Nya estaba viniendo sola, realmente las cosas parecían haber salido mal.

En su distracción una lanza rozó su oreja, dando un corte que lo obligó a volver a su forma humana.

Karim se dio cuenta de ello y corrió a ayudarlo acabando con la vida de un humano que tenía la intensión de matar al alfa. Kato era la cabeza de todo, si Raku moría entonces este tomaría el mando.

Kato sacudió su cabeza, estaban en batalla no podía permitirse distracciones. Volvió a su forma animal en seguida y siguió peleando, la herida en su oreja estaba ya sana, una gran habilidad de los cambiaformas y en especial de los Alfas. Kato volvió a la pelea y con el pensamiento de la muerte de su padre empezó a derramar sangre humana de una forma brutal.

Nya llegó a ellos en seguida y entre recuperar la respiración y descansar gritó:

—Raku pide que nos retiremos.

Zem no hizo caso a aquella orden, él seguía desgarrando cuerpos a lo largo de su camino. Karim y Kato fueron los únicos que se detuvieron ante aquellas palabras. Nya era un oso polar. Su forma animal se agotaba demasiado rápido en aquella zona por lo que no había cambiado en toda la batalla. Ella se ofreció para ser mensajera, su rapidez no era comparada con la de Karim, pero su convicción era grande.

—Raku pide que nos retiremos —volvió a decir la mujer, su cabello blanco estaba atado en una coleta y sus ojos celestes lucían fríos— lo han capturado, el líder de los humanos nos ha pedido que a cambio de su liberación nosotros retrocedamos.

El Halcón en el cielo fijó su vista al otro extremo del campo de batalla, allí donde su líder se daba la vida para defender a su manada. Él quiso aclarar todo, pero en cuanto bajó a la tierra una mano lo sujetó del pico y lo inmovilizó.

Kato volvió a su forma humana, arrugó el ceño y fijó su mirada en la mujer.

—No nos vamos a retirar —aclaró Kato mirando a los demás— mi padre nunca pediría eso.

—Es su vida —Nya se veía ofendida.

—Kato —Karim igual tenía el ceño fruncido hacia la mujer—, ella...

—Lo sé

Kato de inmediato se abalanzó contra la mujer y puso su codo en el cuello de ella, sus ojos estaban fijos en los ajenos y a lo lejos escuchaba la pelea.

—Nos has prometido conseguir armas —empezó Kato— las mismas que se extraviaron en el camino. Todos sabemos de los tratos sucios que tienes con los humanos.

Nya no intentó limpiar su imagen. Fue su culpa, no, fue su intención dejar desprotegidos a los cambiaformas porque los humanos le habían prometido aquella tierra en cuando toda la batalla termine. Ella estaba persiguiendo sus propios ideales. Pero incluso si moría ahí no iba a dejar que su deseo también desaparezca.

Ella era la única alfa mujer entre los varios líderes de las distintas regiones. Ella había llegado hasta ese lugar con su propia fuerza. La misma que en ese momento usó para quitarse a Kato de encima. De un golpe lo empujó hasta varios metros lejos. Kato escupió sangre en cuanto su cuerpo chocó contra la tierra pedrosa de aquel terreno. Sin embargo, se levantó de inmediato.

La mujer no le dio tiempo de levantarse para ir a atacarlo una vez más.

Karim intentó ayudar, corrió tan rápido como su patas pudieron, pero cuando llegó hasta Kato este ya tenía en su pecho una lanza que atravesaba hasta el otro lado. Nya sujetaba el arma con fuerza. Había atacado rápido. En cuanto sacó la lanza del pecho de Kato la sangre empezó a escurrir a borbotones.

Kato respiró hondo y bajó la mirada hasta su herida.

Karim corrió hasta la mujer y en un salto, mordió su cuello, dejándola en el suelo, muerta.

—Nos ha traicionado —susurró Karim.

Habían estado tan enfocados en ella que no se dieron cuenta que varios humanos más lo rodeaban. Pero a Kato no le importaba en lo más mínimo aquello. Su cabeza estaba uniendo cada una de las partes en aquella traición.

—Mika está en peligro —advirtió Kato y de inmediato intentó pararse— debemos ir por Mika, él está en peligro.

Karim seguía peleando y Zem fue a ayudarlo, pero el rostro preocupado de Kato hizo que le prestara un poco más de atención. Volvió a su forma humana.

—¿Qué es lo que estás diciendo? —preguntó el delta.

—La pareja de Nya fue la que nos dijo que Mika estaba embarazado —Kato tomó una ropa del suelo y cubrió su cuerpo con ella, después le lanzó otra prenda a Karim— ella tenía una pareja omega.

—No estoy entendiéndote —Karim lo siguió mientras se alejaban del campo de batalla. Los humanos que antes los habían atacado estaban todos muertos.

—Tibo, el omega de Nya está entre los demás, está en la cueva con los demás —Kato empezó a incrementar la rapidez de sus pasos hasta llegar a correr.

—Dena podría defender a Mika con un solo golpe, no es nada débil —Karim quería volver al campo de batalla, eran necesarios allá.

—No lo entiendes —Kato no se detuvo— Nya nos ha traicionado, Tibo que está con todos los demás omegas esta en la cueva, Nya no era tonta ella tendría un plan B. Ella sabía la ubicación de los omegas, sabía que eran lo más importante de la manada.

Karim entendió las palabras de Kato en cuanto vio a lo lejos un gran número de humanos que habían rodeado el lugar e iban en dirección hacia donde los omegas estaban resguardándose. Nya había delatado el escondite. 

El próximo capítulo es el final.

Le hicieron fanarts a Mika y a Dena, están bien hermosos! Gracias a DamianL599

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