¿Como sucedió? (Slade x Robi...

By AdilaG77

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Una relación amorosa poco común entre un héroe de Jump City, y un mercenario, nacerá entre el respetado y adm... More

No es posible
Él cambió
Yo lo amo
Traición: Fase 1
Venganza
Traición: Fase 2
Tregua
Traición Fase Final
INFORMACIÓN
¿Como sucedió?
Se acabó el tiempo
Confidencias
Poder
Atracción
¡No estoy celoso!
Nuevo Enemigo
Emboscada
Fuga
Solo es un niño
Familia
Trampa
Un dia especial
Un día especial parte 2
Traidor
Dolor
Rendirse o Luchar
Reencuentro
Atrapados
Plan B
Se acabó
Extra: Dulce Venganza
Extra: Escapada interesante
Extra: Escapada interesante 2
Extra: Promesa
Importante

Aprendiz

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By AdilaG77


 Robin estaba cansado, le dolía las costillas y no soportaría otro golpe, mientras que el otro seguía igual de fresco desde que comenzaron a pelear. Lanzó una patada al aire, pero este lo tomó de los tobillos y lo arrojó con fuerza al suelo, haciendo que se quedara ahí para descansar. Ya no podía seguir. 

_ Lento. _ dijo Slade, llevando sus manos a la espalda, mientras caminaba hacia Robin. _ ¿Cuántas veces tengo que decirte, que debes predecir los movimientos de tu oponente antes de atacar?

_ ¿Y cuantas veces debo decirte que no me regenero? _ dijo sentándose en el suelo. _ Sí me rompes un brazo o las costillas, no podré seguir entrenando, ¿te mataría ser un poco menos tú? _ Slade sonrió. _ ¿Qué?

_ ¿No puedes con el entrenamiento?

_ ¡Claro que puedo!, pero... se supone que estoy aprendiendo, no soy tu víctima. Deberías mostrarme como, y luego probarme en el campo de batalla. _ Slade suspiró cansado y le hizo seña con la mano para que se pusiera de pie. El chico obedeció. _ Ponte en guardia. _ Robin le hizo caso. _ Escucha, sé que te rehusas a atacar por traición. Y aunque no lo quieras hacer, debes saber que otros lo harán, y deberás estar alerta. _ el chico asintió. Slade le enseñó unos cuantos movimientos de defensa, y unos pocos de ataque. Él fue menos agresivo, y terminó su lección de ese día. Entraron al comedor, para almorzar. Se sentaron en una mesa, con sus respectivos platos de comida, mientras varios mostraban sus respetos al mercenario de lejos, o al pasar a su lado. Slade solo comía normalmente, mientras Robin no lo podía creer. El mayor sí se sabía dar a respetar, incluso, hasta con esos criminales. _ Te has vuelto muy popular. _ el peliblanco se hundió de hombros, y continuó comiendo. _ Supongo que Duncan no solo le arruinaba la vida a los nuevos, también la de todos aquí. 

_ Sí, eso me dijeron. Pero de dónde está ahora, no fastidiara a nadie más. _ dijo terminando de comer. _ Tengo un plan para salir de aquí. Pero obtener las cosas que necesito para ello, podría tardar meses sin ayuda. 

_ Pues busquemos esa ayuda.

_ No podemos confiar en cualquiera. Debemos ser muy cuidadosos de con quien hablamos, y que cosa le decimos. El plan está diseñado solo para que nosotros dos escapemos, ¿entiendes?, nadie más va a salir. 

_ Lo entiendo. ¿Qué quieres que haga? _ Slade le dijo las cosas que necesitaría, entre las cuales estaba, esposas, un destornillador, un espejo, la tarjeta de acceso de uno de los principales  guardias. Así como los horarios exactos de cambio de guardia, y los nombres de los que están en la planta baja, y conocimientos básicos sobre ellos como; su nombre, valor, ética, familia. Y su traje.  Decidieron en ese tiempo que haría cada uno, y luego de pasada la hora del almuerzo, se separaron, Slade fue a hacer ejercicio, y Robin a jugar baloncesto, hasta que éste terminó. 

_ Buen juego, _ dijo uno de los presos, alto, delgado, ojos azules y bastante animado, contra el que siempre jugaba el chico el partido. _ eres muy rápido, nunca puedo vencerte. _ dijo sentándose al lado del chico, en las gradas pequeñas junto a la cancha, donde solo estaban ellos dos. 

_ Buen juego, Xavier. _ dijo secando el sudor de su frente. _ Siempre tan sonriente, ¿cual es tu secreto?

_ Jajaja, y tú siempre serio. Bueno..., he pasado tantos años en esta prisión, que se ha vuelto mi hogar.

_ Yo apenas llego y ya me quiero ir, ni siquiera tengo un espejo en el que peinarme. _ dijo haciendo que el otro comenzara pensar, y luego chasqueó los dedos.

_ Puedo conseguirte uno si quieres. 

_ Ah, ¿De verdad?

_ Sí, conozco a alguien aquí a dentro. Pero no será gratis. 

_ Perfecto, haz el trato, le daré lo que pida. _ dijo para que luego el otro se levantara y fuera a hablar con un preso, que se le quedó viendo a Robin, y luego le entregó algo a Xavier, y este volvió con el paquete, entregándoselo a Robin. _ Gracias. 

_ No te preocupes. El costo, es tres almuerzos en un día. _ Robin asintió, y luego miró a donde estaba Slade sin camisa, haciendo barras. Xavier miró a Robin y luego a Slade. _ Él es impresionante. Vencer a Duncan él solo, eso era algo imposible. Todos lo que lo intentaron  terminaron muertos o en la celda de castigo. _ dijo mirando de reojo al chico, que no apartaba la mirada de Slade y las flexiones que hacía, siendo animado por unos cuantos presos. _ Tampoco se ve tan mal... ¿no crees?, _ dijo con media sonrisa, mientras el otro se tensaba. _ hasta podría decirse que es...  atractivo, ¿no? _ Robin se levantó de golpe, y miró al otro. 

_ Dile a tu amigo, que mañana mismo le entregaré su pago. Gracias por esto, _ dijo golpeando con su mano el bolsillo donde estaba el espejo pequeño. _ nos vemos. _ dijo saliendo del patio de entrenamiento, mientras Xavier sonreía burlisto. Robin volvió al comedor, sirviendose la merienda. Slade aún no regresaba de hacer ejercicio, así que se sentó solo. Había pasado una semana, desde que se acabó el plazo de Duncan, y este murió a manos de Slade. Desde entonces, el mayor y él, pasaban mucho tiempo juntos; entrenando, almorzando o planeando posibles planes de fuga de la prisión. Se había acostumbrado a tenerlo cerca, que no solo olvidó que era su enemigo y no podía fiarse de él, sino que se había acostumbrado a comer con él. Ahora que Slade tenía mejores cosas que hacer, se sintió tonto al esperarlo en el comedor. Al final, no pudo tomar su mate cocido debido a que se enfrió. Suspiró. _ Soy un tonto. _ dijo con la cabeza gacha, la cual levantó luego de ver como cambiaban su vaso de mate cocido frío, por uno caliente. Levantó su vista y  vio a Slade sentarse frente a él, con un pedazo de pan. 

_ ¿Me estabas esperando? _ dijo burlisto formando el ceño fruncido del chico, quien se puso a la defensiva negandolo. _ Tranquilo, solo bromeaba. Mejor toma eso caliente. Frío no te servirá de nada. _ dijo mientras él tomaba ese mate cocido frío, con el pan. Ese gesto hizo que a Robin se le acelerara el corazón, y asintió tomando el vaso que le dió. _ Conseguí el destornillador, y alguno de los horarios de cambio de guardia. No quise preguntar demasiado, por si sospechaban algo. 

_ Conseguí el espejo. Le debo tres platos de comida para mañana. 

_ Asaltaremos la alacena a la hora de la cena. No será difícil si distraes a la cocinera. _ Robin asintió, mientras terminaba su merienda. _ ¿Qué pasa contigo?, ¿desde cuando actúas tan sumiso?

_ No soy sumiso, solo... estoy de acuerdo.

_ Da miedo, no lo hagas. 

_ ¿El gran y poderoso Slade, tiene miedo? _ se burló con una sonrisa, que molestó al mayor. _ Nunca pensé vivir para verlo. 

_ Será mejor que pares. No es divertido. _ dijo queriendo sonar amenazante, pero solo hizo que Robin rompiera a reír. Desde que lo consoló cuando estaba asustado, y lo salvó de Duncan, los dos habían notado cambios significativos. Slade se dio cuenta que se había ablandado con el muchacho, y Robin que había bajado la guardia con el mercenario. E incluso casi lo trataba como a un colega. _ Ya, está bien, no es tan gracioso. 

_ Sí, pero te ves tierno enojado.

_ ¿Tierno?, debería darte miedo, no parecerte... tierno. _ el chico contuvo la risa, pero siguió sonriéndole, haciendo que Slade suspira, y terminara de comer su pan.  _ Ahora me recuerdas al payaso loco que persigue el murciélago. 

_ ¿De verdad?..., el Joker es un dolor en el trasero. A veces quisiera...

_ ¿Matarlo?

_ No, eso no iba a decir. _ dijo haciendo puchero, a lo que Slade sonrió, hundiéndose de hombros. _ Solo que... a Batman y a mí nos ha dado más de un dolor de cabeza. Es muy escurridizo también. 

_ Y peligroso de enfrentar. Dime una cosa, ¿tus padres saben sobre tus actos de heroísmo?

_ ... Mis padres murieron. _ Slade no dijo nada, y esperó a que continuara. _ Un buen hombre me adoptó, y me crió como a su hijo, pero en algún punto, ya no pude seguir con él así que me mudé a Jump City, conocí a los titanes y me convertí en su líder.  

_ Yo perdí a personas muy importantes por mis malas decisiones. Es una de las razones por las que podría decirse que soy como soy ahora. 

_ ¿Nunca pensaste en cambiar?, ¿intentarlo de nuevo?

_ ¿Por qué lo haría?, me faltan motivos, además, me siento muy bien haciendo lo que hago. Esa adrenalina que tu sientes cuando robas, yo la siento todo el tiempo y me hace sentir vivo. Dime algo, ¿tú nunca pensaste dejar de ser un héroe?

_ Mi padre no estaría feliz. _ bromeó sin ganas, haciendo que Slade se levantara y se sentara al lado de Robin. _ No puedo verme como nada más que no sea un justiciero. 

_ Y yo, como algo más que un mercenario. _ explicó dando palmadas en su espalda. _ Creo que las cosas nunca son como uno desearía. _ se levantó de camino a su celda, dejando a Robin a solas con sus pensamientos. Luego lo siguió a la celda. Pasaron varios días, y los entrenamientos eran más exigentes, pero justificados. Slade se comenzó a preocupar de no lastimarlo demasiado, y enseñale nuevas técnicas de combate y defensa, que Robin las aprendía muy rápido para orgullo de Slade. Ambos comenzaron a hacerse más y más unidos. Compartían todas las comidas, hacían ejercicios juntos, incluso Robin convenció a Slade de jugar baloncesto, y luego de que el chico le ganara tres veces seguidas, se volvió personal para Slade. A partir de entonces, comenzaron a competir por todo, hasta por las cosas más infantiles, como concurso de comer rápido, carreras, flexiones, peleas, y competencias tontas que inventaban los presos allí, quienes se entretenían viendolos competir. Los dos, pese a que ya habían conseguido casi todas las cosas necesarias para la fuga, se olvidaron completamente que querían escapar. En su lugar, seguían su divertida rutina, día tras días. Hasta que pasado el mes, el entrenamiento de Robin comenzó a cambiar. Su pelea, más parecía un juego que una pelea seria, incluso por el lado de Slade, que comenzó a sonreír y reír más, de lo que hace muchos años había hecho. 

_ Lento, _ dijo esquivando una patada de Robin. _ lento, _ esquivó su puño. _ muy lento. _ dijo tomando el brazo de Robin, poniéndolo detrás de su espalda, sin causarle dolor, mientras Slade le susurraba al oído. _ Robin, cariño, se que no quieres hacerme daño, pero... esto se supone que es una pelea real. _ dijo haciendo sonreír a Robin, gesto que Slade imitó.  

_ Pasa que me da pena golpear a un abuelo. _ dijo entre risas, mientras Slade lo empujaba al suelo y se subía a arcadas sobre él. _ Es decir, ni siquiera tiene fuerzas para levantarse.

_ Oh... ¿Eso crees? _ dijo con voz profunda, acercándose al rostro de Robin. _ sin embargo tengo algo que si se levanta y está firme, ¿quieres verlo? _ Robin mordió su labio y se acercó al oído de Slade.

_ Demasiado... _ dijo antes de envolverlo con las piernas y derribarlo, quedando ahora él sobre Slade. _ lento. _ dijo divertido, apuntando un tenedor afilado, que tenía escondido, directo a su garganta. _ Si fuera un combate real, hubieras perdido por lujurioso y pervertido. _ Slade apartó el tenedor, y lo derribó quedando sobre Robin y sosteniendo sus manos sobre su cabeza, mientras la otra le acariciaba la mejilla. 

_ Morir a manos de un lindo pajarito como tú, no me parece tan malo. _ gruñó haciendo estremecer a Robin. _ Sigues muy delgado... _ comentó llevando su mano fría por debajo de la parte de arriba de su uniforme, estremeciendo a Robin por el frío en su piel caliente. _ pese a que entrenamos mucho. _ continuó subiendo, para después comenzar a bajar hasta el borde de su pantalón. _  Si dices, "Oh, maestro Slade, usted es el mejor", te soltaré. _ Robin dejó salir una carcajada, antes de separar sus piernas y alzar sus cejas provocativo. Slade lo miró serio, y de un movimiento quedó a centímetros de la boca de Robin, pero se detuvo luego de que el amigo de Robin le preguntara si quería jugar, deteniendose eventualmente, al ver la posición en la que estaban él y Slade. El mayor lo soltó a regañadientes, y Robin se puso de pie sonrojado, aceptando la invitación.  Al llegar a la cancha y perder cinco a cero, Xavier lo interrogó en las gradas. 

_ Amigo..., perdiste. ¿Qué te tiene tan distraído?

_ Nada, Xavier. 

_ ¿O tal vez... es un alguien que te tiene en las nubes? _ bromeó, recibiendo un golpe de parte del otro, diciéndole que no tenía nada con Slade. _ ¡Auch!, pegas fuerte para ser tan pequeñito. Oye... yo nunca dije que fuera Slade... _ se burló haciendo que Robin se pusiera rojo. _ Te descubrí, te gusta el viejo, ¿no?

_ ¡Claro que no!

_ Claro que sí jajjaa _ dijo tomando al chico por el cuello, y despeinandolo. _ no puedo creerlo... Has domado a la bestia... _ dijo fingiendo una voz, antes de soltarlo. _ Caballeros y caballeros, la parejita de este mes es... ¡Robin y...! _ el chico le cubrió la boca con las manos, y luego de saber que no hablaría lo soltó.

_ Cállate, te van a escuchar y te pueden creer.

_ Pero no miento. A leguas se les nota lo mucho que se quieren coger.

_ Claro que no, solo... solo somos socios. Nada más. _ dijo tratando de calmar su acelerado corazón.

_ No me jodas, no soy ciego. Ambos se comen con la mirada todo el tiempo, y no dejan de coquetearse TODO el tiempo. _ Robin se cruzó de brazos y negó con la cabeza. _  En las competencias, en los partidos, en el patio de ejercicios, en el comedor. _ indicó contando con los dedos de la mano. _  ¡Cielos!, sus vecinos de celda no dejan de decir como se quedan hablando hasta tarde en la noche y riendo. Todo el mundo ya se dio cuenta, solo ustedes no lo ven.

_ ¿Eso hacemos? _ dijo apenado. _ ¿dices que todos lo saben?

_ ¡Sí!, ¿y sabes qué?. Haznos un favor a todos, ¡Y ya cojan!, ¡cielos!, no soporto tanta cursilería. _ dijo haciéndolo reír. 

_ ¿Desde cuándo te volviste consejero de parejas?

_ Fue gracias a ustedes.

_ Olvidalo, Xavier. Pero igual gracias por el consejo. _ el otro suspiró, mientras el chico regresaba al comedor, por su cena. Se sentó junto a Slade como acostumbraba, mientras decían los puntos flacos de varios reos, mientras comían. _ ¿Ves al hombre obeso de ahí? _ señaló uno cerca de la puerta de salida. _ Con una patada en las piernas por detrás, cae al suelo, y listo para una fractura de cuello por estas manos. _ dijo con una sonrisa. Slade señaló a otro, uno muy alto, casi tanto como Duncan, que estaba riendo mientras tenía la boca llena. 

_ Ese grandulón, lo pateas en la tibia y luego le haces un gancho y queda dormido. _ Robin señaló a uno de los pandilleros, que se manejaba con cuchillas. _ No puedes enfrentarte a él sin un plan. 

_ Claro que sí. Lo atacas a traición, matándolo con su propio cuchillo. _ dijo dejando a Slade impresionado. _ No te ilusiones, solo son escenarios posibles, no voy a hacer algo como eso. Aún soy un héroe. 

_ Y mi aprendiz. _ recordó, haciendo rodar los ojos al chico, mientras lo reparaba, recibiendo un golpe no muy fuerte en la nuca del mayor. _ Yo no hablo así. 

_ Yo niu hablu asii... _ dijo haciendo que Slade quisiera agarrarlo, pero este dio una vuelta en el aire y quedó en el banco de enfrente de pie. _ Demasiado lento. _ Slade sonrió. 

_ Haz mejorado mucho tus reflejos. Ahora casi puedes hacerme sudar cuando entrenamos.

_ Já já muy gracioso. _ dijo sentándose. _ Podría vencerte cuando quieras. 

_ Tú arrogancia podría jugarte en contra.

_ ¿Eso crees, cariño?, ¿o no quieres lastimarme? _ dijo reparándolo, haciendo que Slade apoyara sus brazos sobre la mesa, y se inclinara acercándose a Robin, que también se inclinó para estar cerca de su rostro. 

_ Yo que tú no me provocaría tanto.

_ Y yo que tú, dejaría de mirarme tanto. 

_ ¡Sé acabó el tiempo, vuelvan a sus celdas! _ llamó el guardia, llevándonos luego a nuestra celda. Yo me adelanté y me tiré en la cama de Slade, mientras este me miraba parado al lado de la cama. 

_ Sal de mi cama. _ dijo aparentando ser firme, pero no le salió. Robin se hizo a un lado y palmeó el lugar a su lado. _ Es mi cama, Robin, no puedes compartir algo que no es tuyo.

_ No seas egoísta, Slade, tu cama es más cómoda que la mía, además... , _ dijo levantando el colchón, del lado de la pared donde se había acostado, dejando ver un toma de corriente. _ eres el único que hay en la habitación. Necesito cargar mi MP3. _ dijo mostrándole el aparato.

_ Querrás decir MI mp3, ¿en que momento me lo sacaste?

_ Tienes el sueño pesado. _ dijo como si nada, comenzando a escuchar música, mientras leía el diario de hoy, que había sacado de debajo de la cama de Slade. _ O mira, el guasón se volvió a escapar, "Qué sorpresa"...

_ Dime algo, ¿cuando fue...?, ¿en qué momento te adueñaste de mis cosas? _ dijo suspirando cansado, acostándose al lado de Robin. Odiandose mentalmente, al darse cuenta que se había vuelto blando con el chico. _ Oye, solo no me patees mientras duermes, o te patearé fuera de mi cama, ¿entendido? _ dijo serio, pero logrando que Robin sonriera. 

_ Sí, maestro. _ le dijo adrede, sabiendo que cuando él lo llamaba así, no podía enojarse con el chico. _ Mañana es mi cumple años, _ dijo llamando la atención del mayor que solo dijo <<¿Y?>> _ ¿Qué me vas a dar de regalo?

_ ¿Qué cosa?, ¿por qué debería darte un regalo?

_ Porque eres mi maestro y quieres muchooo a tu alumno, y me darás un gran regalo. _ dijo con ojos suplicantes, que por alguna razón, lo hicieron suspirar resignado. 

_ Ok.

_ ¡Sí!, lo sabía... _ dijo regresando a leer su revista, mientras escuchaba música, usando el pecho del mayor como almohada. _ no vayas a moverte ¿sí?, estoy muy cómodo de esta forma. _ dijo mientras continuaba con lo suyo, haciendo que Slade alzara sus cejas mirándolo sorprendido, pero sin mover al adolescente. Después de un rato, el chico se durmió y Slade tuvo ganas de ir al baño, pero decidió esperar un rato, no quería despertar a Robin. Finalmente se durmió, despertado con el chico, sentado sobre él, mirándolo con una gran sonrisa. _ ¿Qué haces?

_ Ya amaneció, ¿no tienes algo que decirme? _ Slade sonrió. 

_ Feliz cumpleaños, chico. _ Robin sonrió aún más, bajandose de Slade, en dirección a su cama. El mayor se sentó en la cama, y lo miró buscando algo debajo de su colchón.  _  ¿Ahora que haces?

_ Buscando... ¡esto! _ dijo mostrándole una pequeña llave de metal. La llave la llevó a su cuello y desactivó el collar de su cuello, haciendo que este callera.  _   Ah... libertad... _ Slade quedó con la boca abierta, y antes de que pudiera preguntar de dónde la sacó, Robin le lanzó la llave a Slade, y este se sacó el collar. _ Verás, ayer cuando le comenté a Xavier que sería mi cumpleaños, me dejó elegir un regalo, de las cosas que él tomó de la celda de Duncan, antes de que los guardias se las llevaran. Entre ellas había un libro, una biblia. La tomé y revisé, dándome cuenta que había una abertura en sus páginas, donde estaba esta llave, imaginé que era del collar, pero no la usé hasta ahora, para más suerte por ser el día que es. Y sí, era del collar. 

_ Increible. _ dijo masajeando su cuello. _ ¿que quieres como regalo de cumpleaños?

_ Salir de este lugar. 

_ Lo haremos esta noche. _ Robin sonrió, y ayudó a Slade a preparar las cosas, y pasaron la tarde como acostumbraban, hasta llegada la noche. Slade había utilizado la tarjeta de acceso que le robó a los guardias, cuando estos lo llevaron a la celda de castigo luego de matar a Duncan, para abrir la puerta de su celda, y el que las luces estuvieran apagadas, evitó que los otros reos los  vieran, el destornillador, sirvió para tener acceso a la electricidad del lugar. El espejo para burlar los láser hacia la entrada y salida única, por la que habían traído a Robin. La cual era un largo pasillo, en el cual, al final de este, había una puerta grande de metal, en la que Slade solo tuvo que mirar a la camara y asentir, para que se abriera. Allí había un guardia armado, que le entregó en manos su traje y a Robin el suyo. Ese guardia tenía deudas por montones y Slade le había ofrecido la oportunidad de saldarlas, y aún con el suficiente dinero para huir y tener una larga vida en otro país. El hombre había hablado con Slade, mientras este estuvo en la celda de castigo, y fue donde hicieron el trato. El guardia había desactivado las cámaras el tiempo que a ellos les tomó llegar a la caseta donde él estaba. La electricidad fue lo que le daría una cuartada al guardia, para que sus colegas no sospecharan. 

_ Ya hice lo que me pediste. Quiero mi dinero. _ Slade sonrió, y una vez se puso su traje, usó el tablero de su muñeca para transferir una importante suma de dinero a la cuenta de ese guardia, para luego darle un puñetazo en la cara justo en el mentón haciendo que se desmayara. _ Eso fue por electrocutarme la primera vez. _ Robin negó con la cabeza y se puso su traje, y le decía a Slade que se fueran de una vez. Slade copió en su sistema el plano de la prisión. Y fueron por los puntos ciegos del lugar, esquivando guardias, supervisores, empleados, hasta que finalmente salieron, cubriendo su rostro por la repentina luz del sol dar sobre su rostro. _ ¿Qué demonios?

_ Pensé que era de noche. 

_ Y yo pensé que estábamos en tierra firme. _ dijo suspirando, dándose cuenta, que la enorme prisión en la que estaban, se encontraba a mitad del océano. A kilometros y kilometros de distancia de cualquier pedazo de tierra. _ ¡Maldición! _ dijo dando una patada a nada en particular, mientras revisaba su monitor de muñeca. _ Genial..._ dijo sarcástico. _ tampoco tengo señal. 

_ Pero hiciste una transferencia allá adentro. 

_ Sí, pero adentro. _ dijo frustrado. _ Debemos volver y ver la forma de pedir un transporte. 

_ Espera, pero estos policías no pueden vivir aquí, deben tener algo para transportarse de vuelta. _ Slade iba a decir algo, cuando otra voz apareció a sus espaldas. 

_ No hay transporte. Y no lo habrá en meses, a menos que Batman traiga a otro criminal extremadamente peligroso aquí. _ dijo el científico que había hablado con Slade fuera de la base militar. _ No tienen escapatoria. _ dijo dando señal a los policías, que se encontraban escondidos alrededor de los dos, y le apuntaron sus avanzadas armas a la cabeza. _ Rindanse ahora o mueran. Ustedes elijan.

_ ¿Qué hacemos ahora, Slade? 

_ No lo sé.

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