16 | Latidos
Derek Hale
¿Mi Mate?...Maia era mi Mate. Sonreí internamente y mire a Peter quién estaba recostado en mi cama.
—¿Cómo lo supiste?¿Por qué nunca me dijiste?
—Pensé que lo sabias, estúpido— Cerró los ojos— Creí que Maia ya te lo había dicho.
—¿Maia? ¿Ella lo sabía?.— Pregunté acercándome.
—Por supuesto, ella me lo dijo a mí— Suspiro— Fue esa vez en la preparatoria, el día en el que me rechazo...
— Más de 7 años...—Suspire—Y nunca lo dijo.
—Maia es una persona que guarda muchas cosas. Debió de tener una razón.
[...]
Desperté muy adolorida en el sillón de mi casa. La chimenea estaba encendida y no había rastro de John. Mire el piso y habían grietas, ahí fue donde me estrelló...
Me levanté y mire a todas partes. Giré y ví la cocina y él estaba ahí...viendo el suelo sin hacer nada.
Lo están controlando.
Como un títere.
Caminé hacia atrás y busqué un arma. Mi espada por desgraciada estaba escondida detrás de la escalera.
Caminé con lentitud hacía ella y cuando iba a tomarla John habló.
—No va a servirte...— Se levantó y camino hacía mí— Soy el mejor—Rió.
Tomé con rapidez mi espada y la saqué de su estuche. Él corrio hacia mi y saco dos cuchillos.
Empezamos a pelear y con un ágil movimiento John me quito mi espada arrojandome hacía un muro.
Gemí de dolor y me levanté.
Ya no tenía esa fuerza... toqué mi nuca por el dolor.
—Lo vez...— Rió John— No eres nada sin las inyecciones. No eres fuerte, ni eres ágil. No eres nada...
— Sigo siendo una cazadora— Sonreí— Lo llevo en la sangre, soy una Argent. Las mujeres en la familia somos las más fuerte, no necesito sus estúpidas inyecciones para ser alguien.
Gruño molesto y corrió hacia mí me tomó de el cuello y me apretó contra la pared quitándome el aliento.
—No lo eres, odias a tu familia por lo que te hicieron. Recuerdo los primeros días, cuándo llegaste. Decías que te vengarias...—Rió— Qué patética...
Apretó mi cuello con fuerza al punto de levantarme del suelo. En un monto me arrojo contra mi mesa de cristal, se rompió dejando muchos cristales en el suelo.
John tomó el cuello de mi camisa y comenzó a golpearme a puños y patadas.
Sentía la sangre en mi boca y también cómo está caía por mi frente.
—John detente.— Tomé su puño.
—Eres mi misión...—Me miró con en ceño fruncido— Maia, ¡eres mi maldita misión!.
—Lo sé...— Mis ojos se inundaron de lágrimas— Se que no puedes negarte, te están controlando. Se que no quieres hacerlo pero intenta...intenta detenerte.
El rostro de John hizo una mueca y las lágrimas cayeron por sus mejillas.
—Lo siento...— Murmuró — ¡Voy a matarte!—Me golpeó.
Me dejó en el suelo encima de los vidrios y me sentía devastada...
No era nada.
No era nada sin las inyecciones, todo mi entrenamiento no servía. Intentaba moverme pero no podía hacerlo.
No podía...
Todo el esfuerzo que le dediqué, todo el tiempo aguantando el dolor, las noches que me quedaba entrenando...
No servían...
Mis ojos se sentían pesados y fue cuando vía a John sonriendo con mi espada en sus manos.
—Recuerdas cuando bromeamos diciendo que las almas de las personas que mataste estaban aquí— Acaricio la espada— ¿Crees que sea sierto?¿Tú alma se quedará aquí?
Se acercó a mí y me tomó mirándome.
—Espero y sí...— Murmuró en mi oído.
Gemí de dolor al sentir mi fría espada atravesar mi estómago, John la giro y la encajó aún más. La movió haciendo que dolería y la retiró.
Me dejó caer al suelo y con ambas manos toqué mi herida sintiendo muy húmedas mis manos.
—Espero y mueras rápido. Nos vemos en el infierno— Dejo caer el espada— Quizás ahí también este tu pequeña sobrina. ¿Allison?, Si ella está apunto de morir...
—A-allison...—Dije adolorida.
—Si ella. Eres una mala tía, como también lo eres de guardiana. No le prestaba atención a tu sobrina...—Suspiro— Suerte que morirán esta noche juntas.
Rió por último y solo lo ví alejarse.
Tosi dejando salir sangre por mi boca y me intenté mover. No había ningún ruido...solo se escuchaba el tronar de la madera en la chimenea.
Me moví en el suelo girandome. Vi mi celular un poco cerca...con que allí estaba...
Me arrastre e intenté tomarlo.
[...]
—Sobrino, eres un celoso muy tonto.
Me quedé en silencio y sentí una pregunta punzada en la cabeza para después marearme.
—Hey tranquilo.— Peter se acercó a mí.
—¿Qué?...—Pregunte desconcertado.
—Tus ojos, están brillando.— Los señaló.
Hice una mueca y después escuchamos un grito. ¿Era Lydia?...
—Fue Lydia...—Dijo Peter— Algo ocurre...
Gruñí de nuevo y sostuve mi cabeza con ambas manos.
— Es Maia...— Habló Peter preocupado— Algo sucede con ella, ¿Verdad?.
[...]
Tomé el celular y la pantalla se ensangrentó a causa de mis manos llenas de este líquido carmesí. Mi vista se hacía borrosa y apenas respiraba bien.
El primer número, Derek Hale.
Iba a dar click pero mi puerta se abrió con fuerza. Alguien me tomó en sus brazos y lo miré era él.
—¡Peter ve por el maldito maletín!— Grito a su tío— Maia vas a estar bien, vas a estar bien...
Su voz se entere corto y lo miro con lágrimas.
No había tiempo...
—N-no...—Dije con esfuerzo.
—Por favor no cierres tus ojos. Estará bien, lo prometo.
Acarició mi cabello con lágrimas en sus ojos intentado no derramarlas.
—N-no va a...—Me quejé de dolor— Funcionar.
—¿Qué?
Peter llegó y dejo el maletín a un lado mío sacando la jeringa verde.
—U-un Hos...pital...
Derek sin pensarlo me tomó en brazos y comenzó a correr. El viendo era helado...era mi clima favorito.
¿Qué más necesitaría para morir?...
Tenía mi clima favorito, él chico que me gustó desde los 14 y solo eso necesito.
Estaba en los brazos de mi primer y único amor...
Vi el rostro de Derek mientras corría, está llorando.
Él a su sufrido demaciado.
Murió Paige, la ida de Maia, el incendió de los Hale, esa profesora que fue su novia, murieron sus betas...y ahora Maia apuntó de morir.
Lo están perdiendo todo. Ver cómo el amor de tu vida se desvoronaba en su brazos y como la vida volvía a castigarlo.
Ese sentimiento terrible al extremo al perder a alguien a quien amas profundamente...
En un segundo, en un latido... apenas...se va para siempre. Y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo o traerlo devuelta.
[...]
Derek en lágrimas entro con rudeza al hospital con aquella chica de lindos ojos verdes que ahora estaban cerrados. Su lindo rostro ensangrentado al igual que todo su cuerpo.
Peter llegó detrás y grito pidiendo ayuda.
Unas enfermeras llegaron pero el lobo menor apenas y pudo separarse de la chica.
Estaba paralizado. No había sentido el latir de Maia en lo que restaba del camino.
—No pude sentirla...— Murmuró Derek.
—Ella estará bien— Dijo Peter mirando a su sobrino— Es Maia Argent, es fuerte.
—No pude sentirla...— Murmuró de nuevo débilmente dejándose caer al suelo mientras sollozaba.
Peter veía a través de la ventana de dónde se habían llevado a Maia. Cómo la máquina apenas y marcaba sus latidos...y fue cuando sucedió.
Una línea sin movimiento apareció, el sonido blanco del pitido sonó dejando inmóvil a ambos lobos.
La chica que más aman murió.
No pudieron hacer nada...
Peter dejo un desgarrador grito y golpeó la pared para después salir del hospital.
Derek estaba enfrente a la ventana viendo el cuerpo de Maia en la camilla con los doctores y enfermeras al rededor de ella.
La escena de ambos tendidos en el césped de su casa vino a su mente, el día que hicieron una promesa de amarse hasta el último día de sus vidas.
Esa promesa se cumplió...Maia en su último latido había amado a Derek.
Y Derek seguía amándola.
Suspiró mientras lloraba y se sentó en la banca detrás de él. Un doctor salió y comenzó a hablar. Derek no lo escuchaba solo veía el cuerpo de Maia siento cubierto por una blanca sábana.
Derek deseaba que fuera una pesadilla, era la peor noche de su vida.
—Te amo Argent...
—Y yo a tí, Hale...
Derek lloró y deseó poder despertar.
—¿Te han dicho que tus ojos son lindo?
—Derek, son iguales a los tuyos.
—Son muy hermosos en tí.
—No se que haría sin tí, Maia.
—Nunca te voy a dejar, siempre junto. ¿Recuerdas?
—Siempre.
—Lobito, ¿Quieres un beso para sentirte mejor?
—Si, eso estaría bien.
Solo quería sentir el cálido cuerpo de Maia junto al suyo, poder ver sus ojos color verdosos y sentir sus labios junto a los suyos. Quería escuchar a Maia llamarlo por ese estúpido apodó que tanto amaba. Quiera escuchar decir a Maia que todo estaría bien que solo había sido una pesadilla. Quería seguir viendo el cuerpo desnudó de Maia siento iluminado por la luz solar por la mañanas y también quería escuchar un "Te amo" de su parte... Pero eso ya no se podía.
Ya no se podía...
Eh no se pasen lloré. No me toque ando sensible...
¿Por qué escribo estás cosas???
Espero que les haya gustado :'((
No olviden que pueden seguirme.
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—xoxo, c