—¿Qué pasó, papá? ¿dónde están mamá y Nora? ¿Y el tío Albert?—
—Lo siento, cariño. Ellos...—
°•°
—Esta enfermo, niña.—respondió María bajándome de mi nube—. Una gripe lo dejó en cama, desde el miércoles que no conseguimos que mejore.—
—Puede ser algo más grave que una gripe... tal vez necesite medicinas.—solté algo más relajada.
—No tenemos mucha y lo que hay debemos priorizarlo para casos importantes.—
Estaba preocupada.
Una gripe no era nada grave y Joel era más fuerte que un roble, pero eso no quitaba que podía complicarse su estado.
—Un remedio casero, eso necesitan.—hurgué en la pequeña bolsa que traía en mi mano—. Algo de menta para hacer un bálsamo y destapar sus fosas nasales y un té de miel para la garganta. Y para la fiebre... ¡flor de plata!—
—¿eres bruja o aprendiste esos hechizos por casualidad?—bromeó Tommy, ganándose que le mostrara el dedo del medio.
—Encontré un libro donde enseñaban estas cosas, no soy doctora pero me las ingenio... yo puedo ayudar a Joel ¿les molesta si vuelvo con ustedes?—
—Por mi no hay problema, pero tu papá no querrá que salgas.—Tommy señaló con la mirada a mi padre, quien acomodaba algunos cajones sobre un carro.
La verdad era que después de lo sucedido años atrás, papá no me permitía salir de nuestro territorio y debo admitir que le tengo algo de miedo a lo que hay más allá de nuestras barreras. Pero Joel me necesitaba y me prometí a mi misma siempre hacer lo posible por ayudar a las personas que quiero.
—Papá no es un problema, puedo convencerlo...—
°•°
—Entonces... nunca saliste.—
—Algo así...—
Miraba con fascinación aquella central hidroeléctrica, pues nunca había visto algo de tan gran tamaño.
—Joel está en el pueblo, estoy seguro de que se alegrará de verte.—sonreí ante las palabras de María.
Cuando cruzamos la represa y llegamos al conjunto de casas, me sorprendí. Era enorme.
No me esperaba que tuviesen una comunidad tan... organizada.
—¿todo salió bien?—un chico de rasgos asiáticos se acercó a nosotros, mirándome con curiosidad—. ¿Ella quién es?—
—Soy ____, de la comunidad Alpha.—respondí con educación, pero sin confiarme demasiado.
—Oh, al fin conozco a alguien de esa comunidad.—me estrechó la mano emocionado—. yo soy Jesse... Tú debes ser la chica de la que María siempre habla.—
—Ya, no le infles el ego.—Tommy apareció y me hizo una seña—. Vamos, Joel está por aquí.—
Me despedí fugazmente del chico y seguí a Tommy.
Caminamos hasta una casita algo vieja, en la cual entramos sin tocar. Subimos las escaleras y el rubio me indicó que llamara en la última puerta del pasillo.
~Adelante.~
Abrí la puerta, encontrándome a Joel con muy mala pinta en una cama.
—Vaya que estás viejo... ¿Una mísera gripe te dejó así?—
Joel miró rápidamente hacia la puerta, realmente parecía sorprendido.
—¿qué haces aquí, niña?—
—Traje tu salvación.—sacudi suavemente mi mochila—. No puedo dejar que mueras, aún no me enseñas a tocar la guitarra.—
Me acerqué a la cama y saqué algunas cosas.
—¿tu padre te dejó venir?—
—Solo tuve que insistirle hasta el cansancio, sabes que es muy sobreprotector.—
Comencé a preparar los remedios con hierbas, indicándole a Tommy que preparara el té.
—Te pondrás bien, Joel. Promesa de dedito.—
°•°
Narra la autora.
—¡Ellie!—
La castaña volteó al escuchar el llamado de Jesse.
—¿dónde estabas? Dijiste que me ayudarías con los mapas.—
—Es que llegó Tommy, trajeron a una chica de la comunidad Alpha.—sonrió tontamente—. Es linda.—
Ellie negó sonriente antes de volver su atención al mapa que estaba marcando.
—Que Dina no te escuche... como sea ¿qué hace aquí? Escuché que nunca salen de su comunidad.—
—Vino por Joel, a tratar su gripe.—aquello llamó la atención de la joven—. Dijo María que le tiene mucho aprecio y le preocupó su estado.—
—¿aprecio? Joel nunca mencionó a nadie importante... ¿crees que le guste?—
—¿qué? ¡no! Ella es de nuestra edad... dios, la imaginé con tu viejo... que asco.—
Ellie terminó de marcar unos puntos en un mapa y se puso de pie.
—Pues vamos a conocerla entonces.—
°•°
—No voy a beber eso.—
—¿qué tienes? ¿5 años? Vamos, sabe mejor de lo que se ve.—
Le tendí la taza de té a Joel, quien le dio un pequeño sorbo.
—¿lo ves? Delicioso.—
—Sabe a orines de venado.—
—Wow ¿probaste orina de venado antes?—sonreí.
Un suave toque en la puerta nos hizo voltear la mirada.
—Ellie...—Joel sonrió cuando aquella chica cruzó el umbral de la puerta—. Creí que te tocaba hacer las guardias.—
—Ya las hice, quería ver cómo estabas.—me miró—. Tú eres de quien Jesse hablaba ¿no?—
—Sí, soy ____. Es un placer conocerte, Ellie.—la chica me dedicó una leve sonrisa.
—____ me dio un té y unas cosas raras con plantas y ya me siento mejor, así que no te preocupes.—
—¿eres médica?—
—Pff, no.—reí apenada—. Solo sé hacer unas cosas con hierbas y ya.—
—Suena genial...—
—¿cuánto crees que tarde en recuperarme?—
La voz de Joel me hizo desviar la atención de Ellie.
—Si sigues tomando estas cosas, podrás venir el sábado que viene al refugio y enseñarme a tocar la guitarra.—el hombre sonrió, dándole un pequeño sorbo a su té.
—Esto sabe asqueroso...—
°•°
—¿cómo que ya está? No puedes irte ahora.—
Apenas fui con Tommy y le mencioné que Joel estaría bien y que debía volver, casi se me rió en la cara.
—¿y por qué no? Ya terminé aquí.—
—Pero está oscureciendo y tenemos 3 horas de viaje hasta tu comunidad, la noche nos alcanzará y eso no es bueno. Además, están los infectados.—
Mierda, tenía razón.
—Pero si no vuelvo, mi padre se preocupará. Yo no... no sé.—
—Oh, tenemos radios. Puedo informarle que pasarás la noche aquí, mañana a primera hora te llevaré yo mismo ¿si?—
No pude evitar sonreír.
Tommy sabía muy bien que no disfrutaba estar lejos de mi gente y se encargó de tranquilizarme un poco.
—Esta bien, gracias.—
Asintió con una leve sonrisa mientras me indicaba que lo siguiera.
—¿quieres que te muestre el lugar?—
—Si quieres, yo puedo mostrárselo.—
La voz de Ellie a mis espaldas me hizo voltear.
Sonreí al ver que me ofrecía unas galletitas.
—¿las hiciste tú?—
—Oh no, morirías si comes algo que yo cociné.—
Reí por lo bajo antes de tomar una.
—Bueno, si Ellie se hace cargo de ti, yo me retiro. Enséñale donde dormirá ¿sí?—
—Como ordene, jefe.—el rubio se retiró—. Vamos, ____. Empecemos el tour de Ellie.—