Se les fue el cansancio casi de inmediato, y se levantaron corriendo fuera de la torre de Gryffindor. Si el Ministro estaba allí no era nada bueno, y tenían que saber qué le pasaba a su amigo.
Llegaron a la salida del castillo, donde comenzaba la bajaba hacia el bosque y por ende a la cabaña del semigigante. Lo que no esperaban era encontrarse a Monoma allí con sus amigos riendo. El rubio reparó en su presencia y los miró de manera arrogante.
-Veo que ya os habéis enterado. Ese pajarraco va a morir ahora.
-¡Eres un imbécil!-Kaminari le apuntó con su varita y Neito se asustó ligeramente. El menor nunca se había atrevido a levantar la varita contra él.
-¡Denki! Déjalo no merece la pena.-Sero se acercó a su amigo y le tomó de los hombros.
El chico pareció relajarse, y guardó su varita. Pero en cuanto Monoma bajó la guardia le estampó un puñetazo en la nariz. Vieron al rubio cubrirse la cara, pero un hilito de sangre le escurrió entre las manos.
-Te arrepentirás de esto maldito traidor, lo sabrán todos.-Echó a correr al interior de Hogwarts, y detrás fueron Kosei y Sen.
-Buen golpe Denki.-Sus amigos tampoco podían creerlo. Kaminari no es que fuese de armas tomar, y eso les había sorprendido.
Kaminari no le dio importancia, porque sabía lo que le esperaba en cuanto sus padres se enteraran: un vociferador. Pero no se arrepentía, llevaba con ganas de golpear a Monoma desde que lo conoció.
Bajaron las escaleras de piedra y vieron en la ventana a Taishiro hablar con el ministro, mientras un verdugo estaba en el sofá afilando un hacha seguramente para sacrificar a Buckbeak. Eso les hizo temblar, querían entrar y apoyar a su amigo pero no podían interferir con el ministerio.
Estaban tan concentrados que no veían al padre de Monoma bajar las escaleras, hasta que una piedra le dio en la cabeza a Kirishima. El pelirrojo se giró para ver quién había sido y notó la presencia de Setsuno Monoma, que se acercaba a donde estaban ellos.
-Chicos, vamos chicos tenemos que largarnos.
Les señaló al rubio y los cinco se ocultaron tras unas calabazas apiladas, justo en la linde del Bosque Prohibido. Vieron a Setsuno entrar a la cabaña con una sonrisa de autosuficiencia, y se contuvieron para no salir de su escondite y gritarle al adulto.
-Será mejor que nos vayamos... Ahora no hay nada que podamos hacer.-Sero les habló, pero cuando se giró le pareció ver algo tras el tronco de un árbol.
-¿Pasa algo Sero?
-No, da igual me lo habré imaginado. Vamos, pronto va a oscurecer y Kirishima no debería estar fuera de noche.
Mina le dio la razón, y subieron de vuelta las escaleras. Cuando llegaron a lo alto pudieron ver a los adultos salir de la cabaña. No veían a Buckbeak, pero era mejor de esta manera. Escucharon el sonido del hacha impactar contra algo, algo que sabían era el pobre animal. Kirishima derramó algunas lágrimas y se abrazó a Bakugo, igual que Sero sostuvo a Kaminari y Mina que también estaban llorando. Ninguno deseaba ese final para el pobre hipogrifo, le habían cogido cariño y sabían también lo que significaba para Taishiro.
De pronto escucharon un pequeño chillido. Kaminari fue el primero en ver a la rata en el suelo y jadeó sorprendido, corriendo a sujetarla. El animal pareció aliviarse al estar en los brazos de su dueño y se acurrucó ahí.
-O dios Pika, pensé que ese estúpido gato te había matado.-Llenó de besitos a su mascota, momentáneamente feliz de poder recuperarle. Al menos era una buena noticia en ese día nefasto.
Pero no todo podía ser color de rosas. Se escuchó un ladrido y todos se giraron para ver a un perro grande y negro, que los miraba furioso. En concreto a Kaminari y a Pika, hacia los cuales corrió. Denki gritó y trató de apartase, pero el animal fue más rápido y le agarró de la pierna, arrastrándolo hacia el sauce boxeador.
El chico pataleaba y Bakugo trató de agarrarle de las manos, pero una rama del sauce le pegó y le lanzó hacia atrás, provocando que cayese encima de Kirishima. Se levantaron para ver cómo el perro metía a su amigo en un hueco que había entre las ramas del árbol, mientras escuchaban los gritos del chico.
-¡Qué acaba de pasar!
-No tengo ni idea, pero tenemos que ir a por él, ¡El Grim era una señal de muerte!-Sero se puso nervioso, como llegasen tarde no se lo perdonaría nunca.
-No podemos pasar, no sabemos a dónde se lo ha llevado, ¿cómo quieres que vayamos a por él?
-Pasemos corriendo, a lo mejor no le da tiempo a golpearnos y podemos llegar a tiempo a por Denki.-Kirishima detuvo la pelea entre sus amigos. El tiempo que tardaban en buscar una solución era tiempo que su amigo podía morir.
-Sois idiotas, ¿verdad?-Bakugo sacó su varita y lanzó un hechizo al sauce, dejándole inmóvil al momento.-Vamos, mi madre me matará si al pikachu le pasa algo.
Entró por el hueco de las raíces, y Kirishima le siguió sonriendo. Sin duda su amigo era muy listo. Escuchó a Mina y Sero discutir todavía mientras se adentraban en un pasadizo que no conocían.
No recordaba haberlo visto en el mapa del merodeador, y los hermanos Todoroki tampoco lo habían mencionado en ningún momento. Caminaron un rato, hasta llegar a una especie de sótano. Mina jadeó, observando a su alrededor.
-Chicos... Creo que estamos en la Casa de los Gritos.
-Eso da igual ahora, tenemos que ayudar a nuestro amigo.-Kirishima tenía miedo, eso lo tenía claro, pero se lo tragó en ese momento porque tenían que ayudar a Kaminari.
Utilizaron un lumos para tener alguna luz y subieron las escaleras que llevaban a la planta superior. No se escuchaba nada más que sus pasos temblorosos y el crujido de la madera vieja cuando pisaban los tablones.
Todo estaba lleno de telarañas, y se notaba por qué la llamaban la Casa de los Gritos, ya que de verdad parecía una mansión del terror. Ninguno se atrevía a hablar, y fueron revisando las habitaciones hasta llegar a la planta más alta. Si Denki no estaba allí tendrían un problema muy grave.
Pero tuvieron suerte y vieron al chico sentado en un sofá roto, temblando y sujetando todavía a su rata. Tenía los ojos llorosos y estaba pálido. Cuando los vio sin embargo, en lugar de alegrarse se asustó.
-¡No Kirishima, tienes que irte es un animago! ¡Él es el Grim!
Ninguno lo entendió, hasta que la puerta se cerró tras ellos. Un hombre con el pelo rubio y greñas les miraba atentamente. Yamada no se veía nada bien, estaba muy flaco y sucio, con la ropa de preso todavía puesta y sujetando con fuerza una varita que debía de ser la de Kaminari.
-Era obvio que vendrías a por él... Sí, eres igual que tu padre Eijirou.
-¡No te atrevas a mencionar a mi padre, tú lo mataste!-Kirishima le apuntó lleno de furia. No le importaba quién era ese hombre, solo sabía que quería venganza.
-¡Kiri no!
Cuando iba a lanzar el hechizo su varita salió volando, yendo a las manos de Hakamata. Todos se quedaron completamente en shock, sin creer que su profesor hubiese impedido que Kirishima detuviese a Hizashi.
Pero lo que más les sorprendió fue ver al hombre abrazar al fugitivo como si fuesen mejores amigos. Yamada lloró mientras Tsunagu suspiraba aliviado, todo eso frente a los cinco adolescentes.
-Usted está con él... ¡Le he encubierto para nada maldito traidor!-Esas palabras de Bakugo sorprendieron a los chicos.
-¿A qué te refieres Blasty?
-¡Es un maldito hombre lobo, por eso ha faltado a clases!-Hakamata no lo negó, y miró tranquilo al rubio.
-Siempre supe que eras muy inteligente Bakugo, ¿hace cuánto que lo sabes?
-Desde el trabajo de Aizawa. Él lo sabe también, ¿verdad? Será un hijo de puta pero nunca se salta temario.-El adulto sonrió, asintiendo.
-Sí, no hay nada que negar; pero no estamos aquí para eso si no me equivoco. Todo lo que pensáis no es lo que creéis de verdad, pero no hay tiempo para eso. ¿Dónde está, Zashi?
El rubio se calmó, mirando uno a uno a los chicos hasta detenerse en Denki. Le miró con verdadero odio, y el chico se estremeció cuando el hombre le señaló a él.
-Ese, ese maldito cobarde.
-¡Yo no he hecho nada!
-¡Tú no niñato, la rata! ¡La rata es la culpable!
-¡Pika es mi mascota, mis padres me la regalaron!-Hakamata se acercó a él, pero Mina y Bakugo le detuvieron, poniéndose delante de su amigo.
El hombre frunció el ceño y miró a Yamada. No tenían tanto tiempo como querían, tenían que hacer eso rápido. Tsunagu apartó de un empujón a los dos chicos y agarró a Pika, que comenzó a chillar.
-¡Devuélvame a mi rata! ¡Lleva toda mi vida en la familia!
-¿Cuánto, trece años? Una rata muy vieja entonces.-Su profesor le miró, y al decir eso el chico se quedó callado.-Qué curioso que tus padres te regalasen una rata, y que lleve justo toda tu vida en vuestra familia.
- Familia de mortífagos, seguidores del señor tenebroso. Esos malditos le han escondido de la justicia y me culparon a mí, y tú los apoyas seguro.-Yamada escupió esas palabras con asco, y ahí fue cuando Kirishima volvió a entrometerse.
-Denki es nuestro amigo, no es un mortífago. Él no haría nada malo. En cambio usted,-Miró decepcionado a su profesor, conteniendo su furia.-confié en usted, y es su aliado.
-No Eijirou no es así. Yo al igual que tú pensaba que el culpable de todo esto era Yamada, lo pensé hasta que me dijiste lo del mapa del merodeador. Nadie puede librarse de ser rastreado por él, ni si quiera un animago transformado.
Ahí fue donde todo cuadró para Kirishima. Miró a la rata, si era un animago podía haber estado en su mismo lugar esa noche y no habría podido verle ni aunque quisiera, porque él buscaba a una persona y no a un animal. Por eso le había visto en el mapa pero no en el pasillo.
-Chicos, a lo mejor ellos tienen razón.
-¡¿Qué?! ¡Me acaba de llamar mortífago, como si colaborase con mis padres!
-Denki, lo que dice el profesor Hakamata es verdad. Yo vi a Nedzu en el mapa, pero no estaba en el pasillo. Además Pika en esos momentos ya estaba desaparecida.
-Pero si no colaboraban hasta ahora, ¿cómo sabía dónde estábamos?
-Estaba examinando el mapa, os vi junto a Nedzu y quería bajar a detenerlo, pero vi a Yamada arrastrar a Denki hacia el árbol y desapareciendo poco después.
-¿Usted sabe utilizar el mapa? Pensaba que nadie sabía de su existencia.-El hombre rio por la pregunta de Kirishima.
-Yo soy Lunático, Eijirou. Soy uno de los creadores del Mapa del Merodeador. Tu padre era Cornamenta porque su patronus era un ciervo al igual que su forma animaga; Sirius un perro y por último Nedzu, una rata.
Alzó a Pika, que en todo ese tiempo no había dejado de gritar y removerse en la mano de Hakamata. Todo parecía ser irreal, y Kirishima todavía no lograba procesarlo.
-Nedzu estaba muerto, dijeron que solo quedó un dedo de él.
-El muy cobarde se cortó un dedo para incriminarme.-Yamada habló por primera vez en todo ese tiempo.-All for One perseguía a tus padres y ellos tenían que esconderse. Me eligieron a mí como guardián, así solo yo sabría su escondite. Pero pensé que era muy obvio porque era el mejor amigo de tu padre, y le dije que cogiese a Nedzu. Él confiaba en mí y me cambió, así que Nedzu se aprovechó y le contó todo al señor tenebroso... Yo los condené igualmente Eijirou, pero me arrepiento de haber confiado en ese traidor desde el primer momento. Cuando quise vengarme, él fue más rápido y acabé en Azkaban. Ni si quiera me dieron la oportunidad de contar lo que había pasado.
-Todo muy bonito, pero los animagos están registrados. Si ese estúpido se hubiese transformado el Ministerio lo sabría.-Bakugo todavía no se creía todo eso, y Yamada comenzaba desesperarse. Hakamata lo calmó y le contestó a Bakugo.
-Eso fue más bien por mi culpa. Veréis, en mi segundo año un hombre lobo me atacó y me convirtió en uno de ellos. Pero Kirishima y Toshinori me ayudaron. El director corrió el rumor de que esta casa estaba embrujada y en las noches de luna llena yo venía aquí para no hacer daño a nadie. Los gritos no eran fantasmas, era yo. Pero para no dejarme solo tu padre, Yamada y Nedzu se convirtieron en animagos ilegales. No podías ser animago hasta ser mayor de edad, por eso lo hicieron de manera ilegal, para poder estar conmigo. Por eso no figuran en el registro oficial.
-¿Pero cómo supo que era Pika? Si es que lo es, claro.-Hizashi miró con los ojos entrecerrados a Denki antes de contestar.
-Solo tuve que ver si una familia de mortífagos tenía una rata, porque suponía que el muy cobarde acudiría a los suyos. Cuando te vi con tus padres en navidad, la tenías todo el rato en tu regazo mientras tus estúpidos padres hablaban con los demás mortífagos. Toda una cena de seguidores del señor Tenebroso, me daba asco. Pero saqué algo en claro, y es que podría conseguirla fácilmente en Hogwarts. Por eso fui a vuestra habitación, quería matarle pero te despertaste y tuve que huir.
-Sólo hay un modo de resolver todo esto y que nos creáis de una vez.-Hakamata apuntó a Pika con su varita.
Denki gritó que no lo hiciese pero Sero le sujetó a tiempo para que no se hiciese más daño en la pierna. Con un simple hechizo, la rata pasó de ser un animal a un hombre. Tenía ropas viejas y desgastadas, y un aspecto terrible. Su pelo blanco estaba revuelto y pareciera que estaba medio loco.
-T-Tsunagu, Zashi...-Trató de sonreír un momento y luego echó a correr hacia la salida, pero Kirishima le impidió el paso.
Los dos adultos le cogieron por los hombros tirándole al suelo y le apuntaron con sus varitas. Nadie se atrevía a hablar, y solo veían a Nedzu temblar en el suelo mientras lloraba.
-Tenemos que matarle... Vamos Tsunagu, he esperado doce años.
-No.-Eijirou habló firme, y se giraron a mirarle.-Mi padre no querría ver a sus dos amigos convertidos en asesinos. Le llevaremos a Hogwarts para que confiese, con él muerto la verdad también muere. Cuando sepan lo que pasó en realidad que los dementores le den el beso.
Habló de una manera fría y sin sentimientos. Aún no comprendía del todo la situación, pero por el comportamiento de ese tipo seguramente Yamada y Hakamata tendrían razón. Los dos amigos se miraron y decidieron hacerle caso. Salieron de allí, Tsunagu agarrando a Nedzu para que no se escapase y Yamada y Sero cargando a Kaminari.
-Siento lo del mordisco, tenía que llevarme a la rata y sabía que no querrías soltarla... Además, pensaba que le protegías, ya sabes...
-Sí, me lo dicen mucho en realidad.-Denki suspiró, todos los compañeros de sus padres le decían en las reuniones que sería un gran mortífago, y eso es lo que menos quería.
-Sé que no es fácil lidiar con un apellido, en mi familia pasaba lo mismo. Mi prima pequeña fue una de las mayores seguidoras de Voldemort. La atraparon poco después de su caída.
-Lo sé... Ella es mi madrina.-Sonrió incómodo y Yamada lo notó, riendo.
-Pareces buen chico, lamento haberte juzgado.
Llegaron a la salida del sauce y sentaron a Kaminari en el césped para que no forzase la pierna. Kirishima se quedó un poco más alejado de ellos, porque no procesaba toda la información aún. Sintió a alguien sentarse a su lado, y vio que era Hizashi.
-No sé si lo sabías pero... Cuando naciste, Mugen me hizo tu padrino.
-Sí, lo sabía.
-Ellos pensaron que era lo mejor, que si les pasaba algo... Tendrías a alguien con quien estar.-Esas palabras le sorprendieron. Se giró a ver a Yamada, sin creer lo que le estaba proponiendo en ese momento.
-¿Quieres que vaya a vivir contigo?
-Entiendo que prefieras quedarte con tus tíos pero...
-¡No, no ni hablar!-Negó rápido y sonrió.- ¡Me encantaría irme contigo!
-¿E-en serio?-Eijirou fue a contestar, pero un fuerte aullido resonó en ese momento.
Tsunagu se sujetaba la cabeza, mientras caía de rodillas. Nedzu aprovechó ese momento para transformarse en rata de nuevo, y salió huyendo de allí. Pero eso no era lo peor, no. Hakamata había completado su transformación, y eso asustó a Yamada.
-Tsunagu, amigo dime que tomaste la poción.-Sujetó al hombre, pero el lobo ya no le escuchaba, no podía reconocerlo.
Al notar esto, se transformó en perro y ladró para que los chicos se fuesen. Mina y Sero le hicieron caso, éste último tomando a Kaminari en brazos. Pero Kirishima no quería dejar a su padrino solo.
Trató de acercarse pero unos aullidos resonaron en la noche, acompañando a los del hombre lobo. De inmediato Hakamata se fue de allí, pero Yamada no estaba. Kirishima le buscó con la mirada, viendo que había un ligero rastro de sangre que descendía por la colina.
-Kirishima vamos, avisemos a Toshinori.
-Hay dementores Bakugo, tengo que ayudarle. Ve a por el director, yo buscaré a Yamada.
El rubio no pudo hacer nada cuando Eijirou ya había salido corriendo de allí siguiendo el rastro de sangre. Gritó su nombre, pero nadie contestaba. Por suerte llegó a un lago pequeño, y en la orilla estaba Yamada, con heridas y desmayado en su forma humana.
Trataba de despertarle cuando vio que el agua comenzaba a congelarse. Sintió frío y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio como muchos dementores se cernían sobre ellos. Movió a Yamada desesperado, pero no despertaba.
Sacó su varita y trató de conjurar un patronus, pero estaba tan nervioso y bloqueado que no podía hacerlo. Sintió cuando los dementores comenzaron a sorber su alma y la de Yamada, sin que él pudiese hacer absolutamente nada por evitarlo.
Hasta que una luz iluminó el lago. Kirishima estaba medio desmayado, y solo pudo ver como una figura convocaba un patronus con la forma de un ciervo. No conocía a nadie que tuviese ese patronus, a menos que...
-Papá...
Penúltimo capítulo, mañana subiré el último y ya comenzamos con el cuarto libro la semana que viene. Tengo hecho casi todo así que a lo mejor lo publico muy pronto.
Nos vemos mañana con el capítulo final uwu