A la mañana siguiente, Xiaoxi amaneció sin ánimos de levantarse. Las palabras de sus padres hablando la noche anterior aún sonaban en su cabeza y no se atrevía a enfrentarlos.
–¡Xiaoxi! ¡Es hora de ir a clases! –gritó su mamá desde la cocina.
Antes de que volviera a llamarla, Xiaoxi se levantó de mala gana. Se duchó, vistió, desayunó y salió con su madre detrás de ella.
Hoy la llevaría a clases e iría a hablar con el tutor escolar.
–¡Jiang Chen! ¡Buenos días! –saludó la madre al salir del edificio.
Xiaoxi levantó la vista hacia aquel muchacho alto. Jiang Chen la había esperado hoy para ir a clases juntos, pero Xiaoxi iba con su mamá, así que ella simplemente bajo la vista y camino hacia la parada de autobús.
Jiang Chen, confundido, camino detrás de ellas, tratando de escuchar de qué hablaban.
No quería creer en el mensaje que Xiaoxi le había escrito la noche anterior. Tenía que ser una broma más de ella. Estaba seguro.
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El rumor de las materias reprobadas de Chen Xiaoxi se había extendido por toda la escuela.
Ahora, los alumnos de años inferiores señalaban a Xiaoxi cuando caminaba por la escuela. Lin Jingxiao respondía agresivamente cuando alguien lo hacían.
–¿Estás segura de lo que escuchaste? –le preguntó cuando paseaban por las jardineras de la escuela.
–Muy segura. Por eso mi mamá está aquí.
Jing Xiao continúo comiendo la paleta que había robado a Lu Yang.
–Seguro que hablaban de otra cosa. Quizás... ¡Un cambio de imagen!
Xiaoxi pasó de reírse del mal chiste de su amiga y continuó llorando. A lo lejos, Jiang Chen se acercaba dudando si hablar o no con ella.
–¿Por qué de pronto comenzó a hacer frío? –se quejó bromeando Jingxiao.
–Xiaoxi –habló Jiang Chen –¿Podemos hablar?
–No puedo –dijo ella y se marchó llevándose a su amiga del brazo.
Xiaoxi estaba enojada con todo el mundo en ese momento. Ni aunque el mismo Jiang Chen le declarara su amor en ese momento lograría mejor su ánimo.
Así terminó el día escolar. Al día siguiente no habría clases y sería imposibles enterarse de qué habló su madre con los profesores.
Tendría que esperar a que ellos mismos se lo dijeran.