El Maestro.

By DinaEllefson

10.6K 886 741

Eve, una chica víctima de malos tratos por parte de su familia, huye, y en busca de ayuda, acude a Alastor, u... More

1. El Maestro
2. El saber no ocupa lugar.
3. Nuevo Estilo.
4. En privado.
5. Cuestión de negocios.
Confianza.
7. Férrea Égida
8 sacra lujuria
9. A por almas negras.
10. Damnación
11. Expiación.
12. Orgullo y gozo
14. Linaje Arcano
15. Profana Centinela
16. Master Overlord
17. Fierecilla
18. Templanza o temperamento.
19. Eterna lealtad.
20. Letal alianza.
21. Alfa y el Omega
22. alea jacta est
Alter Ego
Sincera Agonía
Encrucijada
Uniendo Puentes
Lazos de Sangre
Solve et Coagula
29. Ora et Labora
30. El brujo y la Centinela.
31. Carpe Diem
32. Exterminio
33. Réquiem
34. Von Seviathan
35. Alma Máter.
36. Oscura Belleza
37. Family tree.
38. Aloha, kaikaina
39.Ohana.
40.Mater Summun
41. Espíritu Rebelde.
42. El sueño Nefilim
43. Mea Culpa.
44. Legado
45. Sin Tregua.
46. In Nomine Satanas
47. Dualidad.
48. Elohim
49. Otelo
50. La curva del Diablo.
51. Planes y pactos.
52. Aurora.
53. Herencia
54. Firme, Centinela del Infierno.
55. Longinos
56. Ave Fénix

13. Larga vida al Rey.

240 18 22
By DinaEllefson

Me estiré perezosamente en la cama, giré mi cabeza, y lo tenía de frente, con su expresión de sueño profundo, me asusté, miré arriba, tratando de despejarme la cabeza, intenté levantarme, pero me dio vueltas el mundo.

-Ay...mi cabeza...-Dije poniéndome la mano en la frente- ¿Qué hora es?

-Las ocho de la mañana. Tómate el vaso- Su voz seria me espantó, no sabía que se había despertado.

-Ya voy...-Me moví trabajosamente, para beberme esa asquerosa mezcla de yerbas, amarga como su puta madre.

-Qué asco...-Me volví a tumbar.

-Fue tu decisión ayer, cielo-Dijo a mis espaldas.

- ¿El qué? –No sabía dónde estaba.

- cabalgarme. Fue brutal, cielo, ¿No recuerdas nada? – El tono burlón de su voz a mis espaldas me ponía nerviosa.

-Pues...No...me duele la cabeza...

- Lo menos es eso, te subiste a bailar en las mesas del Avernus con Charlie, luego me montaste aquí. Cielo, eres un volcán cuando estás bebida. Me sorprendiste, cariño.

- ¿¿Yo hice eso?? Madre mía...- Aún no abría los ojos, me moría de vergüenza, me está costando asimilar todo eso, aún no recordaba bien, un momento, ¿Me puso a cuatro patas? Joder...me salí de madres ayer...

- Ay mamá...Qué mal...- La cabeza me daba vueltas.

- ¿Mal? Cariño, fue algo grandioso, placentero a más no poder, y divertido, aunque hoy seguramente tus marcas en mi cuello no pasarán desapercibidas, cielo.

Abrí mis ojos sorprendida. ¿¿Lo mordí en el cuello?? ¿¿Enserio??

-Ay madre...Perdone maestro...-

- Aparte, me agarraste mi cola.

Eso ya fue demasiado, me giré hacia él, y lo miré asustada.

- ¿¿Su cola?? Y Entonces recordé espantada ¡¡ Descubrí que tenía cola y tiré de ella!! ¡¡JODER!!

Me llevé la mano a la frente, aterrada, quería que se me tragara la tierra.

-Perdone, Mr. Alastor, ah...

- No pasa nada, querida, un divertido momento, pero nada de decir esto a nadie, cariño. Mi cola, es sagrada.

-No diré nada, lo juro.

-Eso espero, porque si no, del bastón cambiaré al látigo, y ya sabes a dónde irán los azotes esta vez- Su sonrisa macabra hizo que tuviera más reparo aún, estaba medio desnuda, en su cama, con el cuerpo lleno de arañazos y mordiscos de él por todos lados, y la entrepierna la tenía hecha un asco, señal de lo salvaje que había sido la noche.

Intenté incorporarme, pero la cabeza me tumbó de nuevo, y el remate fue cuando vi mi aspecto: camisa abierta, sin sostén, con la camisa abierta, desnuda de cintura para abajo, y el cuarto hecho un desastre.

-Ay...estoy muerta...Perdone mi comportamiento maestro, no fue digno...me giré de espaldas.

Se empezó a partir de risa.

- ¿De qué hablas? Despachaste a Valentino con una clase exquisita.

- ¡¡Lo olvidé, es verdad!! ¡¡Quería que me uniese a sus fulanas!! ¡¡Qué ascazo!!

- Hiciste bien, cielo, bueno, ahora, debo levantarme, ¿Desayunas conmigo?

- En cuanto ponga mi cabeza en orden, bajo, maestro.

Se rio levemente. Se levantó, y puso su mano en mi frente.

-No tardes, cariño, además, hoy te espera sesión de estudio, visitar a Rosie, y quiero, que prepares, tarde o temprano, tendrás que saber la verdad sobre todo este mundo.

- ¿La verdad? - Se me fue la resaca.

-Cielo, lo feo, está por llegar. Se acerca la gran purga.

Se levantó y se fue.

-Joder, se acerca lo chungo.

Me recliné unos segundos, me puse la camisa como pude, y bajé al salón, puse una buena cancioncita, seguro que le sonaría.

"I don't want, set the world, on fire..."

Alastor, que estaba preparando el desayuno, se giró mirándome.

- ¿Qué?

Su expresión cambió cuando empezó la guitarra eléctrica, y me miró con incredulidad.

- ¡Eve! ¿qué manera de destruir la canción tan hermosa que me pusiste es esa?

-Vamos, Mr. A, no es para tanto, suenan muy bien. Son mis preferidos.

-Cariño, tienes unos gustos peculiares, querida.

-Peculiares, que no malos, maestro- Dije preparando el café. Le serví una taza.

-Hay algo, en estos músicos que me llama la atención – dijo bebiendo café.

-Oh, puede ser que note algo raro, porque, el baterista, es un músico de Jazz, Mr. A.

- Oh, qué agradable sorpresa, ¿Y cómo es posible que un músico de Jazz acabe tocando esta cacofonía?

Escupí el café, me reí mucho.

-Señor, pues porque este estilo, deriva del jazz, al igual que el rock, es un derivado, y es difícil de tocar, por eso los baterías de jazz son muy valorados hoy en día.

-Preferiría que se tocase como antes, sin tanta tecnología. No me agrada, querida.

-La tecnología es buena, pero no en exceso. Sabe, las radionovelas están volviendo con fuerza, en formato analógico, y digital también.

- ¡No me digas, querida! – Se le veía alegre.

-Sí, la verdad, a mí me gustan, las de terror, aún recuerdo cuando tenía que apagar la radio porque oírlas me producía pavor.

- ¡Ja! Eres una caja de sorpresas, encanto- Me pellizcó la mejilla.

- ¿Que cree? Sé más de lo que parezco- Dije mordiendo una tostada-Estoy así, por pasarme más tiempo encerrada leyendo que afuera, cuando otros se iban de fiesta, yo me encerraba en casa a oír la radio, eso no cambiará nunca. La magia de la radio, no va a ser superada, ni con toda la tecnología del mundo podrán superar a la radio, salva vidas, cambia el mundo. Orson Wells es la prueba.

De repente, se levantó, con expresión de asombro, y se inclinó a tomarle la mano, con suavidad, como siempre todo un caballero, dejé la tostada sobre la mesa, y lo miré, sorprendida. Me miró a los ojos.

-Querida mía, eres, la mujer que todo hombre como yo, debe tener como compañera, escúchame con atención querida: Basta de ocultarnos, si tengo que admitir que eres mía, lo haré, si tienes que admitir, que soy tuyo hazlo, si alguien, trata, por un momento de tocarte un pelo, regaré el suelo con sus entrañas y me haré un trofeo con su cabeza, hermosa mía.

No pude decir nada, estaba en shock, noqueada, ¿¿Qué demonios dijo??

-Maestro Alastor...- No alcancé a decir nada más, el corazón me latía, y me ardía la cara, hasta la raíz del cabello, besó mi mano, y se levantó.

-No digas nada, cielo. Todo irá bien, Ve a ver a Rosie, estudia duro, en especial página 666, cuidadosamente todo el tema, luego, vendré a por ti, ¿Entendido?

-Por supuesto, Mr. A.

-Luego nos vemos, querida- Pasó su pulgar, por mi mejilla, suavemente, y lo bajó a mis labios, para luego, pasarlo por su labio, Y saborearlo con gusto, para desvanecerse.

- Ahora si necesito una ducha fría.

Fui al baño, de la planta baja, y puse el agua fría, después del calentón tremendo que Alastor me produjo. Mierda. Al final lo hará público, no sabré dónde esconderme...mejor no digo nada, entre lo de ayer y esto, voy servida, pero debo arreglarme, e ir a ver a Rosie. Necesito reponer la camisa que mi maestro tan alegremente rasgó con su puñal.

Después de arreglarme bien, agarré mi querida moto, sintiéndome libre de nuevo, sin ataduras, y con la brisa golpeándome.

Aparqué Junto al escaparate de Rosie, la cual salió al verme con la moto.

- ¡Oh, cariño, qué alegría verte! ¡Pasa, por favor, tenemos tanto de qué hablar!

Pasé, sonriente, puso su mano sobre mi hombro.

Me senté en la banqueta que tenía en su mostrador, se sentó al otro lado.

-Querida, ¿Cómo te encuentras? - Su rostro mostraba preocupación.

-Mejor querida, mejor que nunca.

Abrió la botella de licor.

-Pequeña, Alastor me dijo lo que sucedió. Y Debo decirte dos cosas. La primera: Hay que tener dos ovarios, para hacer lo que has hecho, con ese ángel. La segunda, no debes mortificar tu cuerpo así, niña.

-Ay...-Respiré hondo, poniéndome la mano en la frente- No sé cómo lo hice, con el ángel, pero empezó a hablarme, y no quería que se me metiese en mi mente, no le di derecho. Sólo Alastor puede hacerme eso, hablarme en mi cabeza.

-Niña, ¿Por qué te hiciste eso en la espalda? Estabas enfadada, ¿verdad?

Resoplé hondo, y bebí un poco.

-Sí, Rosie, estaba enfadada conmigo misma, me dolió el haberme portado así, el haber decepcionado a mi maestro, no quería que se enojara conmigo, no lo tengo nada más que a él. Me enfadé cuando me dijo que era una niña, y quise demostrarle que no lo soy.

-Ay, cariño. Te entiendo perfectamente, sabes, Alastor, es un mezquino a veces, pero créeme, que estaba muy preocupado por ti. Se le veía, te diré una cosa: si aprendes a controlar ese poder, tú y Alastor seréis invencibles.

-Eso intentaré, Rosie, por cierto, necesito otra camisa...

- ¡Por Lucifer! ¿qué ha pasado con la otra?

- Alastor recogió la otra ayer, pero la que llevaba en el limbo...digamos que sufrió un percance.

-Sah...ya veo, y nuestro querido Alastor, no tiene nada que ver, ¿Verdad? – alzó el mentón, divertida.

-Él, me dio permiso para decirle...que...

- ¡No! ¿Enserio? ¡Esto es fenomenal! ¡Al fin cayó el soltero de oro! - Reía alegremente, mientras cruzaba las piernas en la silla.

-Oh... mierda...- Me llevé las manos a la cara.

-¿Tan especial es esto?
- Querida, Alastor es codiciado por muchas damas, elegantes, bellas, de la élite, y llegas tú, sin nada, y lo volviste loco, ¿sabes lo que significa eso? Te llevas, al tipo más codiciado de todo el infierno, sin duda, tienes una suerte tremenda, cielo.

-Ay...yo no iba a decir nada, me lo ha soltado esta mañana, en el desayuno, sabes.

-Pequeña, eres más valiosa de lo que crees, y ahora, vamos a por algo decente para ti, algo que vuelva loco a tu maestro, confía en mí, ven al probador.

En cuanto me sacaba la camisa, suspirando, por el shock que llevaba en la mañana, ella entró, y me vio la espalda

- ¡¡ Por los demonios del infierno!! ¿¿Qué te hiciste, cielo?? – me miró aterrada.

-No preguntes...-Dije tomando la camisa que me dio.

- Madre mía... Y ya estás curada... ¿No te desmayaste con el dolor?

-Oh, pues te sonará raro, pero cuanto más me dolía, más fuerza notaba en mi interior- dije poniéndome la camisa.

-Cielo, eres distinta, eso está claro, oh, ¡Mira qué bien!

Me miré, era una camisa, Vintage, preciosa.

-Pero, le falta tu toque, cariño, no eres un demonio de clase alta, pero sí eres tú. Espera.

Con un movimiento de la mano, cambió el color a negro, y me dio un top, de color negro, para ponérmelo bajo la camisa.

-Deja la camisa abierta, cariño. Pon todo tu poderío en tu esencia. Por eso él está loco por ti.

-Eso haré, Rosie, terminé de vestirme, y ella vio mi colgante, que me había puesto aquella mañana.

-Cielos, está rojo puro, decididamente, estás enamorada de él, cielo.

-Oh, pues yo...-Me pasé la mano, por el pelo, y me recliné en la pared.

- ¿Tanto se nota? - Dije resoplando, cogiendo aire- Estaba segura de que mi cara era un poema, atenazada por la vergüenza.

-Claro, cielo, te cambia la expresión cuando hablas de él, haces lo que te manda, lo defiendes, duermes con él, se te nota a kilómetros, y es normal, los jóvenes son así cuando se enamoran, pero él, desde que no cayó al infierno, no se le veía con nadie. Y de eso hace casi un siglo, encanto, cuida bien de Alastor, cariño.

-Lo haré, Rosie, a todo esto, tengo que irme, llego tarde a estudiar, sabes- Salí, y me dispuse a recoger mis cosas, cuando me topé con Charlie, que entraba a la tienda, seguida de Vaggie y de un demonio, con pinta de afeminado

-¡¡Eve!!-Charlie corrió a abrazarme, feliz.

-Oh, Hola, Charlie, cielo, ¿Cómo estás? - Dije feliz de verla, cerrando el abrazo.

- ¡bien, no te vas a creer lo que ha pasado! - Daba saltitos de alegría.

- ¿El que, cielo?

- ¡Alastor ha llegado cantando al hotel, feliz, bailando, y nos ha contado todo! – Daba palmaditas de felicidad.

- ¿Qué ha sucedido? - Intenté hacerme la sorprendida, pero me lo temía.

- Pues qué va a ser, cariño, que lo tienes loco, y parece ser que ya te lo ventilaste- Dijo poniendo su mano en la cintura, fumando con gestos exagerados.

- ¡Angel! ¡Ten un poco de recato, desgraciado! – Vaggie, la morena, lo agarró de la chaqueta - ¡Cabrón hijo de perra!

- Tienes razón, es un cabrón- dije en español. Vaggie me miró asombrada.

- ¿Latina? - me señaló con el dedo.

-española, de ascendencia, querida, para servirte- imité a mi maestro.

- ¡Oh, estupendo, un placer! - Vaggie ya me miraba más confiada- Perdónalo, es un descarado, pero no es mal tipo.

-Me llamo Angel Dust, encanto.

- Un placer, soy Eve- Le estreché la mano.

- Me tendrás que decir cómo lo has hecho, porque al señor sonrisas hoy, le diste bien fuerte, no para de canturrear y el hotel parece una sala de radio, no para de emitirse la misma canción todo el rato... ¿Cómo era la letra?

No, Mr. A, no me diga que va cantando la letra mientras confiesa lo nuestro...ay dios ahora todos lo saben.

-¿Set the world on fire? - Dije extrañada.

- ¡Esa! ¿Ves? Lo tienes en el bote, criatura.

-Ay mamita, ¿Qué tal el hotel, Charlie?

-Bien, ¡No paramos de tener clientes! Alastor me mandó, para que te dijera que esta noche en el Avernus, y a nosotros también nos citó. ¡Parece ser que va a pasar algo grande! ¿Tú sabes algo?

Me di la vuelta y miré a Rosie, que se tapó la cara riéndose.

-Pues no, cielo, pero seguramente, lo pasaremos bien, ¿Si? - Me llevé la mano a la espalda- Si me disculpan, tengo que ir a estudiar, mi maestro es estricto, ya vieron el manejo del bastón. Rosie, ¿Luego te veré en el Avernus?

-Querida, ya estoy mayor para esos trotes, pero sabes que mañana puedes venir a verme, como siempre.

-No diga eso, vieja es la ropa, pero no usted- Quise ser un poco más formalita, delante de los demás, y Rosie lo sabía.

-Cielo, eres demasiado formalita, pequeña niña, mañana ven a ver a Rosie, como siempre.

-Por supuesto, hasta mañana, que pasen buena tarde.

Me fui ante las miradas de todos, y me fui a la moto, la arranqué, he hice un gesto de despedida, antes de arrancar, e irme a casa, donde llamé a Sombra.

¡Sombrita, mi niña! - la llamé.

- ¡miau! –Chilló desde el otro cuarto.

-Aquí estás, bandida, ¿Quién es la nena de la mami? Ven, vamos a comer, ¿eh?

El animalillo se enroscaba, entre mis piernas mientras le ponía la comida, era una criatura noble, y pura, muy cariñosa, y gentil.

-Ahora, voy a estudiar, pórtate bien, eh.

Me puse a estudiar, no tenía hambre, estaba tan nerviosa, que no podía comer apenas, pero debía centrarme, en el estudio, a ver...

A ver. vayamos a donde el maestro me dijo.

-sección 666: Lucifer.

" Lucifer, es el ser supremo del infierno, el príncipe de las tinieblas, el padre de todos los seres infernales, a él, le debes tus poderes, a él, le debes pleitesía y servidumbre, no te olvides de que él creo el infierno, y con un dedo puede borrarte de la existencia. No existe ni existirá ser más poderoso que Su Majestad, inclínate en reverencia cuando lo veas, y háblale con respeto. Muestra respeto por las reglas que él creó, las redactó con su sangre, de su puño y letra. Joven aprendiz, Él es quien te ha creado.

Estuve así por unas horas, memorizando y leyendo.

"Vínculo de amo y sirviente"

"a veces los sirvientes pasan a ser más que sirvientes, pasando a ser propiedad carnal del amo. Un maestro no es un amo, aprendiz"

- Lo tendré en cuenta, ¿Qué hora es? Oh, son ya las nueve, bueno, a descansar.

cerré el libro, y me fui a arreglar, me duché, me puse la camisa nueva de Rosie, me puse los anillos, los pendientes, me pinté los ojos con el lápiz negro, y bajé a encargarle a Vic que cuidara la casa.

- A todo esto, Vic, busca a alguna presa, pronto saldremos de caza. - Vic sonrió y asintió.

me despedí de Sombra, cerré la puerta y me subí a la moto, de camino a la carretera, la hice rugir, y me di cuenta de que echaba humos, pero entendí lo que pasaba.

-SIIIIII, ¡¡¡VAMOS MAESTRO!!!

La moto se encabritó, y corría veloz como viento del infierno quemándome por mi interior. Cuando llegué a la puerta del Avernus, tuve suerte de aparcar a unos metros, frenando en seco y haciendo lo que se conoce como "Mula" el ruido de la moto, la fuerza, y la pirueta, alertaron a los demás en la cola, que me miraban expectantes.

"Es ella" "Se dice que está con Alastor"

"No puede ser" ¿En serio? "¿No se declaró asexual?"

Me acerqué a la entrada, saludando.

-Buenas noches, caballeros.

-Buenas noches, Mimzy dijo que pasaras cuando llegases- me soltó uno de los porteros.

- Con mucho gusto, que les sea leve.

-Gracias, buenas noches.

Entré, y ahí estaban, seres de todas clases, y me llamó Mimzy desde la barra.

-Buenas noches Mimzy, lamento mi comportamiento...-No me dejó terminar la frase.

- no te preocupes, ya vino Alastor por ti a disculparse, dime, ¿Es cierto lo que dicen? Me llegó el rumor de que lo hizo oficial.

me acomodé en la barra, abriéndome la chaqueta de cuero.

-Mimzy, él me concedió el permiso para confirmarlo.

- ¡Ja! -Dijo secando un vaso con el trapo-Sabía que el pequeño bastardo no era tan asexual como afirmaba ser. Escucha nena, los demonios, son muy envidiosos, y harán todo lo posible para joderos. Ten cuidado.

-La miré seria.

-Gracias Mimzy, lo tengo en cuenta, todos los conejos que me das, los retengo aquí, en la cabeza-dije señalándome en la sien.

-Bien, te pillaste al soltero de oro, cielo, felicidades.

-Gracias Mimzy, oh, cuando lleguen las amistades, ¿podrías servirle lo mejor? Quiero que vuelvan aquí, sabes.

-claro encanto, ¡Lo mejor para los mejores! ¿Qué te sirvo mientras?

-mmm...miré los licores.

- ¿Qué tal el Avernus?

-Oh, nena, ten aquí, cariño, este es afrodisíaco, a morir, tiene esencia de frutas, habanero infernal, y licor especial del que tanto te gusta.

-Salud.

Apenas el licor había tocado mis labios, cuando lo vi: Con una levita distinta, roja carmesí, rematada con remaches bordados, botones negros, pantalones a juego, con unas botas, con adornos exquisitos. Lo mejor: el sombrero de copa, aterciopelado, color burdeos, con adornos vudú, su monóculo, y su bastón de micrófono. La gente lo miraba, susurraban, él me miró a mí, y vino caminando, yo aún tenía licor en la boca, no tragué aún, cuando se acercó, y delante de todos, sin importarle nada ni nadie en ese momento, me tomó por las mejillas, y me besó, me quedé en blanco cuando sus labios se pusieron en contacto con los míos, suaves pero ardientes, el calor que emanaba de sus mejillas, sus guantes de cuero sobre mi piel,

saboreó mis labios, ante mi asombro, sus ojos rojos brillantes, parecían tener las llamas del infierno en su interior.

Pasó la mano lentamente por mi nuca, sujetándome la cabeza.

Masajeaba mi cuero cabelludo, sensualmente, y me tomó por la cadera, pegándome más a él, lo que ya terminó de encenderme, me di cuenta, de que me estaba metiendo lengua, explorando, saboreando el licor afrodisíaco, y saboreándolo, y bebiendo directamente de mi boca.

Me di cuenta de lo que se había reprimido, hasta ese momento, las miradas, sus acercamientos a mí, las veces que me cuidaba cuando estaba recuperándome de la espalda, cuando me compraba los detalles, cuando me miraba por el rabillo del ojo mientras estudiaba, todas esas veces que quiso, pero ni pudo, por orgullo, por negación, por desconocimiento, todo eso, ahora era cosa del pasado.

Le seguí el juego, cerré los ojos, y metí lengua también, lo que parece ser que le gustó, porque noté como crecía en sus pantalones, y se dio cuenta, se separó de mí, mordiéndome el labio, con esos dientes afilados, haciéndome sangrar. Un leve quejido se me escapó, y se percató, lamiendo mi sangre del labio, mirándome.

-Cielo, estás impresionante esta noche...-Besó mi mano, inclinándose, todo un caballero.

-Maestro, usted sí que destaca, por su talante de galán y caballero. Oh...sus astas...

-Un asunto sin importancia, querida, la radio está encendida.

- ¡Iros a un hotel! - Alastor se giró, con los ojos encendidos.

-Tenías que ser tú...

-Hola chicos... saludé toda tímida, pues nos miraban todos.

Angel reía de fondo.

- ¡Ay chica, sí que te las traes, no es ni medianoche y ya estáis metiendo mano!

-Eve, no hagas caso de nuestro afeminado amigo, tiene la falda muy corta y la lengua muy larga, él es...

-Angel Dust. Nos conocemos, sí.

-Bien, sobran las palabras, querida. ¿qué tal si nos vamos al reservado?

Fuimos al reservado, donde se sentó a mi lado, tomándome de la cintura.

- ¿Qué quieren tomar? - Dijo.

- Ya he pedido chicos, relajaos un rato- Dije recostándome en el sillón, Mimzy, me trajo las bebidas, y me guiñó el ojo.

-Gracias Mimzy, cariño, espero que te gustaran los habanos.

-Oh, Alastor, son excelentes, de hecho, el despacho huele a puro, gracias, cariño.

-No hay de qué, querida.

-Aquí tenéis, cuatro Avernus. - sirvió las copas en la mesa.

Mimzy se retiró, y me dispuse a tomar un trago, lo necesitaba, pero lo que nadie sabe, es que necesitaba un trago enorme, me bebí el vaso entero, mientras los demás miraban asombrados.

-Ay...qué sed.

Charlie reía entusiasmada.

- ¡Eve! ¡No sabes lo feliz que me pones! ¡Ahora todo el infierno lo sabe! –Daba palmaditas emocionada.

- Madre mía...- Me llevé la mano a la cara – Mr. A, ¿qué ha hecho?

Alastor se moría de risa.

-Nada malo, querida. ¿Es que no escuchaste las noticias del infierno?

- ¡Ja! Nuestro amigo sonrisas, ha ido predicando tu amorcito por él en el infierno.

- Ay...Por Lucifer, amo del infierno...La discreción no es su fuerte, ¿Verdad?

-Cariño, no te aflijas, sólo quería marcar territorio.

-Ya lo veo, ya. (joder) -dije en voz baja.

- Sabes cielo, no debes preocuparte por eso, querida. Sé lo tímida y discreta que eres, no te preocupes por eso. No daré detalles, si es lo que te preocupa.

Me vino el mundo encima. Joder. Qué vergüenza. Todo el puto infierno sabe que soy la pareja de este bastardo. ¿Y ahora qué? ¿Debo hablar con una dama? ¿Debo dejar mi personalidad de lado por él? Ay mamita linda...Si me vieran algunas del instituto, sería de traca...podría joder a más de un@, eso sería delicioso, poder ver sus caras, mientras Alastor me toma de la mano, y me sube a la moto. ¡¡Joder, eso sería genial!

- ¿Te sucede algo, cielo? - Alastor recogió mi pelo tras la oreja.

- nada en especial-Sonreía leventemente mientras bebí un trago.

-Ah, vamos, seguro que estabas pensando en cómo chupársela al señor sonrisas

Casi me ahogo, escupí la bebida, tosí, Alastor me golpeó suavemente en la espalda.

-Mierda, ¿Qué coño pasa contigo? - Dije irritada- maestro, perdóneme, me salió sin querer- No quería llevarme ningún bastonazo.

-No te preocupes, querida, no te llevarás el bastonazo hoy, a tu favor, he de decir que nuestro afeminado amigo es tan pervertido y repugnante, que sólo piensa en estas cosas- Miró enojado a Angel Dust, que se llevó una reprimenda de Vaggie.

- ¡Angel, eres un desgraciado! ¡Sabía que no debías venir!

- Vamos, chicos, pasémoslo bien, ¿Eh?

-tienes razón, Charlie, a todo esto, ¿Qué tal el hotel? El maestro me habló de aquello.

- ¡Muy bien! Al principio, se reían de nosotros, pero, estamos teniendo mucha clientela, gracias a Alastor ¡Es estupendo!

-No ha sido para nada cariño, tómatelo como una inversión para mi entretenimiento.

Vaggie me miraba de brazos cruzados. La miré, con desconfianza, pero le pregunté.

- ¿Qué sucede, Vaggie? Me miras raro, ¿Hay algo de mí que te preocupe? - Le pregunté en español.

Todos miraban confundidos, pero Vaggie, me respondió con firmeza.

-Todos ven a Alastor como algo cool, y bohemio, pero no sabes con quien te has juntado. Es famoso por ser despiadado y cruel.

-Sonreí de lado, crucé mis piernas, y tomé el vaso en mis manos.

-Te entiendo, muy bien, querida, pero dime una cosa. ¿Mató a inocentes, o a demonios? ¿Conoces a alguno ahí abajo que sea un inocente? ¿Los hay mejores, o peores? Recuerda, el mal es algo que llevamos dentro, no te culpo por desconfiar de mí, ni menos de mi maestro, pero al menos, dame una oportunidad, a mí, a él, danos una oportunidad.

-cielo, no puedo dar la oportunidad, no soy Charlie.

-Bueno, tú misma, pero si alguna vez, me necesitas, sabes dónde estoy, chica, las mujeres debemos ayudarnos- Bebí calmadamente.

-Eve, escucha... ¿alguna vez, notaste algo raro en ti? – Charlie se inquietaba.

- ¿Cómo qué?

- ¿No notas una energía, un poder, fluyendo dentro de ti?

¿qué estaba pasando, porqué tantas preguntas raras sobre mí? ¿Por qué tanto secretismo en torno a mí?

-Bueno- me saqué las gafas un momento- La verdad si pierdo el control, doy miedo, una vez recuerdo haber aporreado a mi hermana hasta lastimarla. Pero ¿Por qué me preguntas esto?

- Oh, no es nada- sonrió nerviosa- Sólo que eres más fuerte de lo que pareces, a todo esto, ¿Y esas marcas que tenéis los dos en el cuello?

Oh. Mierda. Se dieron cuenta. La ropa las había tapado, pero se dieron cuenta. Tierra, trágame, y no me escupas más. Por favor.

-Ay...-No dije más.

-Te lo avisé. ¿Ves, como debes hacerme un poco más de caso, cariño? – Alastor ni se inmutaba, pero Angel Dust, y Charlie se reían.

- ¡Ja! ¡Y luego el pervertido soy yo!

-Voy...voy a pedir algo más en la barra. ¿Alguien quiere algo? - Me levanté, quería cortar el tema de una vez.

-Tráete uno del 666, cariño- Alastor me dio su vaso, vacío-

-Enseguida, maestro.

- ¿Podrías traerme fallen Angel? - Charlie me pidió con ternura.

-Yo quiero un Cherry pie- Dijo Angel.

- ¿Vaggie? -Dije con mi sonrisa.

-mmm...un hell awaits.

-sin problema- Me giré, y me fui a la barra. Me hice a un lado, y dejé los vasos.

-¡Mimzy! ¡un 666, un Cherry pie, un hell awaits, un triple picante, y un fallen Angel!

Mimzy me sonrió, y vino a mí, puso el 666, el hell awaits, el triple picante para mí, y el fallen Angel.

-Cielo, estás que tiras la casa por la ventana, sabes, la princesa, no tenía mucha fama, hasta que se juntó con Alastor.

Me apoyé sobre la barra.

- ¿Ah, ¿sí? ¿Y por qué? - Me sorprendió, Charlie, era un encanto, y Alastor no se mezcla con basura.

- Verás, ella y su padre...

En ese momento, cambió la música, las luces, se apagaron, tornándose rojas, todos murmuraban, desconcertados, se hacían a un lado, aterrados, bajando la mirada, en reverencia, y apareció: Un hombre de unos cuarenta años, joven a la vista, vestido de blanco, piel blanca como la pura luz, mejillas rosadas, labios rojos, pero finos, cara fina, rubio cual ángel querubín, con un sombrero coronado con una manzana, y una serpiente enrollada, su aroma, a manzanas, me embriagó, y quedé embelesada, por esa belleza y gracia. ¿Quién era? ¿Por qué todos le temían? Se acercó a la barra, donde yo estaba, me iba el corazón a mil.

-Oh, Queridos, ¿Por qué estas caras de pánico? ¿No puede el rey visitar el mundo de los vivos? Mimzy, ¡Cuánto tiempo! ¿Puedes ponerme ese polvo de ángel, que tanto me agrada?

- Por supuesto, majestad. Lo mejor, para su alteza.

La voz de mi maestro resonó en mi cabeza. "ES ÉL. RECUERDA LO ESTUDIADO. NO ME FALLES."

Se giró hacia mí, con una sonrisa que me heló el alma.

-Vaya, Vaya, ¿qué tenemos aquí? Dio unos pasos a mí, me aterré, me quedé helada. Hice una reverencia.

-Majestad- Fue lo único que pude decir.

-Un fallen Angel...sabes, esta bebida, la creé yo, y se la cedí, a mi querida Mimzy, cuando ella cayó, sólo su club era el único donde me divertía. Ahora, sólo hay antros de mala muerte, y pubs de alterne. ¿Dónde fue la clase, el estilo? Las juventudes que llegan, son sólo malcriadas, niños ingratos, impíos, que creen que el rey está muerto. El rey ha muerto, ¡Larga vida al rey! – Gritó.

-¡¡LARGA VIDA AL REY!! – Todos a coro le seguían, pero yo callé, aterrada.

-Pero tú, eres distinta...tu estilo, tu aura, usas las gafas de Rosie, para verme, no eres uno de nosotros, ni uno de ellos, aun así, tu aura es oscura, pero veo en tus ojos fuego, el mismo que arde en mí, desde que caí. Sí, soy aquel que nadie osa nombrar en vano, aquel al que temen, al que no quieren asociarse, pero unos pocos osan hacerlo, soy yo, a quien debes temer, si no quieres bajar, cielo.

Me armé de valor, y lo miré. Era inevitable, temerle, pero también respetarle.

-Vaya, parece que tenemos una callada, una piedra, ¿Eres un ser inanimado, cariño? ¿Debo considerarte un trozo inerte de carne? -Se acercó a mí, pero, ¿Qué decir? Los demás reían, pero no iba a ser por mucho tiempo.

-No Sé lo que soy, solamente soy una aprendiz, majestad- Dije mirándolo a los ojos.

-¡Ja! Otra novata, sabes, todos los días, hay miles como tú, que no duran un suspiro, ¿Qué te hace especial, ¿eh? - Alzó su dedo índice, con garras, y me levantó la barbilla, aspirando, con maldad, es lo que me temía en ese momento. Pero aguanté el tipo. Súbitamente, la serpiente, que estaba en su sombrero enrollada, despertó, y me miró, sacando su lengua, me olía, olía mi sangre caliente, se acercó, desenrollándose, a mí, pasó por mi cara, la miré, sería, alzando la ceja, y se paseó, por mi cuello, se metió bajo el hombro de mi camisa, y retrocedió, susurrando algo al oído del rey, que sonrió maliciosamente, mientras su serpiente se posaba sobre su hombro, y sus ojos, se entornaban en un amarillo.

-Veo formas demoníacas, ¿Pero y la tuya?

Con brusquedad, me tomó de la cara, apretándome, clavándome las garras en la mejilla, en la barbilla, Alastor me hacía eso, pero en este caso, era verdaderamente doloroso, me estaba haciendo daño, y no pude evitar gruñir, pero aguanté, mirándolo, con ira, por acto reflejo, no sé cómo, pero me ardía la señal, el brazo, el hombro, ardía mi pecho entero, y noté, algo raro, mis dientes, los notaba rígidos, como piedras, al abrir, me pasó la mano, por los labios, y su otra mano, me abrió el cuello de la camisa, mirando todo lo que le permitía ver la camisa, el dolor, y el ardor iban a volverme loca, pero aguanté, estaba haciendo una presión horrible, estaba quemándome de tal manera, que creí que moriría.

-Soy más poderoso, que todos los ejércitos del mundo, soy la oscuridad eterna, soy el rey del mal, el príncipe de las tinieblas, el más bello, el único, el caído, el señor del infierno. El rey. Soy aquel que no quieres nombrar, soy...-dijo apretándome más aún mi cara, acercándola a la mía, su serpiente, de piel morada, y ojos amarillos, seseaba

- Lucifer me llamo, hija mía, Lucifer me llamo...Dije cerrando los dientes, y los puños, mirándolo a los ojos.

Tenía al mismísimo Lucifer, cara a cara, poniéndome a prueba, por diversión. El dolor, era alucinante, nos é como seguía en pie.

- Muy bien...-Susurró, con aliento ardiente, junto a mi cara.

Nadie, era capaz de decir nada, estaban aterrados, ni Charlie dijo nada. Ni Alastor, ni Mimzy, nadie, nadie, movía un músculo en ese momento, y me vi reflejada en los ojos de Lucifer.

El no cedía, era el rey, y yo, sólo una aprendiz, que, por alguna razón, llamaba su atención, y parece ser que se impacientaba, de que no cediera, debía ser fuerte, debía aguantar, por mí, por Alastor.

Me levantó en peso, usando sus poderes, para tenerme más cerca.

- ¿Eres tú, ¿quién ha golpeado, a uno de los demonios más poderosos del infierno? ¿Tú, pequeño ser? Pegó su cara a la mía. Mierda. Pude sentir su piel. Suave, sedosa, pero se veía peligrosamente cálida. Me susurró a la cara, junto al oído.

-Sí, fui yo- Me ardía el pecho. Me sentía a morir

- ¿Qué eres, pequeña mujer? ¿qué corre por tus venas? – Se impacientaba de nuevo.

Sin previo aviso, Clavó sus garras, en el pecho, junto a mi corazón, me mordí el labio para apagar el grito, y callar al dolor que me daba punzadas salvajes en la cabeza. Él, estaba enojado, pero curioso, al mismo tiempo.

Mi sangre corría por mi cuello, y aprovechó, para llevarse unas gotas al dedo, con la otra mano, sin dejar de sujetarme la cara, al probarlas, torció la cara, me mostró su sonrisa más diabólica, palpó mis dientes, que noté, afilados, no sé cómo ni porqué, y recorrió mi cuello, mi piel, hasta el hombro, por el negro, tocó mi clavícula, por detrás, y rió.

-Interesante. Muy interesante. Tu maestro, lo está haciendo endiabladamente bien- La serpiente, se acercó de nuevo a mí, me miró, me olió con la lengua, y retrocedió, para susurrarle de nuevo. Dio un paso atrás.

- ¡Alastor! ¿Dónde estás?

Mi maestro, se materializó delante de él, y se inclinó, en reverencia.

-Majestad, a su servicio. -

-Bien, debo decir, que me sorprendiste. ¿Es esta tu aprendiz?

-Así es, majestad.

Se miraron unos segundos, tensos, que parecieron una eternidad.

-Bien, ¡Charlie, querida, me alegra que te involucres con seres tan poderosos, cielo! - Miró donde Charlie estaba. Me miró a mí, de nuevo, y me tomó con sus dos manos.

-Pequeña mujer, no olvides mi nombre, porque tarde o temprano, vendrás a mí, Se acercó a mi oído, susurrando palabras, que no entendí, y me soltó.

-Alastor, demonio radio- Se acercó a él.

- ¿Sí, majestad?

-Cuando llegue el momento, recuerda, los pactos requieren sacrificios- Le apuntó con el bastón.

-No he de olvidarlo, alteza.

-Ten, querida- Sacó la manzana de su gorro, y me la lanzó, la atrapé al vuelo, mirándolo sorprendida.

-Guárdala, siempre llévala encima. Es un regalo.

-Gracias, majestad- Pude decir medio afónica, y me incliné.

Se sacó el sombrero, y me saludó.

En mi mano, apareció un vaso, ardiendo, con un licor rojo y negro.

-Invita el rey-

Desapareció, entre penumbra negra, las luces se encendieron de nuevo, me sentí caer, pero Alastor, me tomó en brazos.

- ¡Querida mía! ¿Estás bien, cariño? - Su sonrisa era tan desconcertante como tranquilizadora.

-Si..., claro, voy, a tomar un trago...

Soplé la bebida, para apagar las llamas, y bebí, y juro, por el infierno, que el cuerpo entero se me puso rígido, en pie, y no tenía cansancio, miré a Alastor sorprendida. Charlie vino tras de mí, me sujetó, junto con Alastor. Nadie decía nada, Mimzy alcanzó a hablar.

-¡¡MIERDA!! ¿¿Eve, estás bien, cielo???- Se asustó mucho con la escena.

-Sí, estoy bien, no os preocupéis, esto, me está reanimando- Bebí para calmarme.

-Ese licor se llama "ambrosía infernal" Lo inventó mi madre, perdona que mi padre haya sido así de brusco, espero que no te haya lastimado.

-Oh, querida Charlie- Alastor me puso erguida- Eve, es una mujer dura, como una piedra, se cura deprisa, y mira, en nada estará lista, ¿Verdad, cielo? Me tomó por la barbilla, y me habló mentalmente.

- "muy bien, encanto"

No tenía ganas de hablar, ni mentalmente, así que asentí, y me fui al reservado, de la mano de Alastor, donde Angel Dust, y Vaggie miraban descompuestos. Miré a Charlie, seria, clavé mis ojos en ella, y la señalé con el índice.

-Tú y yo, tenemos que hablar, princesa, hija de Satanás.


Continue Reading

You'll Also Like

308K 26.4K 73
Agustina Ortiz,hermana menor de Valentina Ortiz es una Omega recién ingresante a la secundaria,ser Omega no es fácil menos a esta edad (historia crea...
11.2K 1.2K 41
Sakura Haruno una kunoichi de nivel Jōnin, miembro del Equipo Kakashi y una gran amiga de Naruto Uzumaki. Después de su entrenamiento con Tsunade, se...
210K 13.8K 50
"No te vayas, hay muchas pero no hay de tú talla"
5.3K 297 20
una nave de un clan de predator es atacada por una del los mala sangre solo dejando un sobreviviente que pudo escapar a tiempo. ahora este joven pre...