Quiero una salida, una rápida, la que esté al alcance para escapar del dolor que invade mis sentidos.
Es como estar atrapado en una caja, la caja de la vida. Puede que afuera haya libertad, puede que afuera esté lo real.
¿De que sirve gritar si eres escuchado solamente y no atendido?, ¿de qué sirve el desespero si las alternativas no alcanzan para salvar un alma?.
Tomé tantas pastillas como pude hasta quedar inconsciente en el piso.
Desperté en el hospital, mi madre a lado mío, rezando plegarias redundantes. Y si le digo que no hay nadie que responda, y si le cuento que hace tiempo he hecho lo mismo y no han habido resultados.
Respiró al ritmo del monitor de signos vitales, deseando que pronto suene ininterrumpidamente.