Eros

By danielacgalvis

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Isabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. C... More

●Sinopsis●
~Eros~
🏹Reparto
🏹Prologo
🏹Capitulo 1
🏹Capitulo 2
🏹Capitulo 3
🏹Capitulo 4
🏹Capitulo 5
🏹Capitulo 6
🏹Capitulo 7
🏹Capitulo 8
🏹Capitulo 9
🏹Capitulo 10
🏹Capitulo 11
🏹Capitulo 12
🏹Capitulo 13
🏹Capitulo 14
🏹Capitulo 15
🏹Capitulo 16
🏹Capitulo 17
🏹Capitulo 18
🏹Capitulo 20
🏹Capitulo 21
🏹Capitulo 22
🏹Capitulo 23
🏹Capitulo 24
🏹Capitulo 25
🏹Capitulo 26
EPILOGO

🏹Capitulo 19

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By danielacgalvis

- Así que serás papá...- dijo Agapios mientras le lanzaba una pelota de tenis a Eros y este la tomaba en el aire.

- Así es - respondió con una sonrisa.

- ¿Cómo esta Isabella con todo esto? - enarco una ceja su amigo-. ¿Le dijiste lo de Ángela?

- Sí, Isabella no ha querido comer ni salir de la habitación, la mayoría de veces llora por las noches, esta muy mal por lo de Marie, sin contar el hecho de que Ángela ande suelta, nos tiene los pelos de punta - contestó él griego.

- No te ves muy feliz con la noticia del bebé - susurro su amigo-. ¿Quieres  hablarlo?

- Por supuesto que me pone feliz el hecho de que sea padre, pero... No dejo de pensar que podría suceder algo.  Ni duermo por las noches pensando en lo peor. No iba a decirle eso a mi esposa, dd nada serviría preocuparla más.

- Eros... La depresión es seria, y más en una mujer embarazada, sé por que lo digo - suspiro recordándo el pasado-. Serena y yo estuvimos muy mal cuando perdimos a nuestro primer hijo, pero después llegó Samuel a nuestras vidas junto a Abba, nuestro hijo regresó en otro bebé. Trata de que este tranquila, sabes que cuentas con mi ayuda en lo que sea necesario.

-  Gracias amigo - lo estrecho fuertemente mientras le daba un abrazo-. Creo que debería regresar a la casa, he quedado en ir con Bella al orfanato. Aún no entiendo porque demonios negaron todo.

- Todo saldrá bien - respondió su amigo.

Poco después Eros tomó las llaves de su motocicleta para dejar las empresas y dirigirse a su casa, por el camino no dejo de pensar en la situación de Isabella, le preocupaba su salud, no quería que enfermara por culpa del estrés.

Cuando llegó a su casa creyó que la encontraria en la cocina preparando algún rico postre como de costumbre, pero no fue así. La cocina estaba con las luces apagadas y sin rastros de ella.

Suspiró mientras subía las escaleras rumbo a su habitación, cruzó la puerta y la encontró envuelta entre las sábanas.

Se acercó a ella mientras la veía domir, sobre la mesa de noche estaba la bandeja con el almuerzo servido, no había tocado nada de lo que había allí.

- Bella... - susurro mientras pasaba sus manos por su rostro para despertarla-. Isabella he venido para ir contigo al orfanato.

Ella se removió de sus postura y abrió sus ojos para verlo parado a un lado de la cama.

- ¿Para qué ir? Nos dirán lo mismo - dijo con tristeza.

- Preciosa, no es bueno que estes así, el estrés puede hacerle daño a nuestro bebé. ¿Porque no has comido?

- Lo siento - sollozo cubriendo su rostro con sus manos-. Es que sólo imaginar la decepción en el rostro de Marie me llena de coraje y frustración.

- Lo sé, se que es doloroso para ti - la acercó hasta él mientras las abrazaba-. Pero estoy aquí para ti, voy a apoyarte en todo lo que sea.

- Gracias, por no dejarme nunca sola en esto - artículo agradecida limpiando sus lágrimas.

- Te extraño, extraño verte en la cocina y verte sonreír, no quiero que enfermes, debes comer bien por tu embarazo.

- Ya he agendado una cita con el ginecólogo, pronto podremos ver a nuestro hijo - tomo entre sus manos las de él-. Estoy emocionada.

- También lo estoy - contestó él.

- Eros no busque quedar embarazada, sabes que con lo de Ángela tener un bebé sería el último de mis planes, yo...

- No tienes porque decir nada - la silencio él-. ¿Porqué creías que me pondría molesto por tener un hijo?

- Porque este no es el mejor momento - confesó ella-. No quería que te sintieras...Mas preocupado de lo que ya estás.

- Tú eres mi familia, y lo que trajo alegría en mi vida,tener un bebé... Tampoco estaba en mis planes - se rasco la nuca nervioso-. De hecho no sé nada de niños.

- Claro que sí sabes de niños - dijo ella graciosa-. Eres el mejor tío con Issa.

- Lo que quiero decir es que... No importa en que situación estemos tú y yo, te amo con toda mi alma y me encargaré de que estés bien,de que seamos una familia feliz. Lo seremos Bella, tú, Marie, nuestro hijo y yo seremos una maravillosa familia.

La pareja se abrazó unos cuantos minutos, luego se dirigieron al orfanato en uno de los autos de la mansión.

Apenas cruzaron las puertas del orfanato Bella se dirigió a  las habitaciones en las que los niños dormían.

No era día de visita pero Eros había logrado un permiso especial para que Bella pudiera ver a su hermana.

Bella cruzó la habitación de Marie y la encontró distraída jugando con una de sus muñecas.

- Marie - susurro Bella acercándose a ella.

- ¡Hermana! - la niña corrió hasta ella para abrazarla por los pies-. ¿Has venido a llevarme contigo?

A Isabella se le estrujó el corazón con aquellas palabras de la pequeña, no se atrevía a decirle la verdad. No podía hacerlo.

- Aún no nena - controló sus lágrimas-. Es que hemos estado comprando las cosas para tu habitación, pero pronto vendrás con nosotros.

- ¿Y hay muñecas en mi habitación?

- Las que tu quieras - susurro su hermana.

- Te ves triste, no llores hermana pronto estaremos juntas - dijo la pequeña mientras secaba sus lágrimas.

- Lloro de lo feliz que estoy por verte hermanita - la abrazo fuertemente.

- Señora Aereleous, se ha acabado su tiempo - exclamó a sus espaldas una de las empleadas.

Bella tuvo que separarse de su hermana en ese momento para poder regresar junto a su marido.

- Te quiero mucho Marie, nunca olvides eso - le susurro Isabella a su hermana mientras le daba un beso en su sien.

- Yo también te quiero mucho Bella - dijo en respuesta la niña.

Bella abandonó la habitación con lágrimas en sus ojos, se apoyó en una de las paredes del pasillo mientras se dejaba caer al suelo llorando.

- Bella preciosa - Eros la tomó de sus hombros para levantar su rostro-. No llores.

- Es horrible - dijo ella en medio del llanto-. Es horrible tener que mentirle, ¿Cómo puedo defraudarla una vez más?

- Cariño no te pongas así, debes calmarte.

- No puedo... Es tan difícil hacerlo, Eros no quiero volver a escuchar que Marie no volverá conmigo, no puedo soportarlo ya, lo juro no puedo soportarlo.

Su marido se agachó para levantarla de allí, lucía pálida y su respiración era agitada. Si no hacía algo la salud de Isabella se vería afectada.

- Quiero que me escuches - dijo dulcemente-. Entiendo que ahora estes triste, pero dentro de ti hay otra persona, el bebé necesita de ti como Marie, piensa en nuestro bebé Bella. No quiero que nada malo suceda de nuevo.

- No quiero tampoco que le suceda nada a mi hijo,te juro que es muy difícil soportar todo esto.

- Lo sé, cariño basta de llorar - la acercó a él cosolandola. Quizás haberla traído no había sido una buena idea, ahora  estaba peor-. He hablado con la directora, van volver a mirar los documentos y en una semana nos dirán una respuesta, moveré todo para  que sea nuestra, lo juro.

- Una semana... esta bien esperaré  - suspiro abrazada a él.

***

Isbaella marco el número de Eros una vez más pero su teléfono estaba apagado, habían acordado verse en el consultorio para la primera cita con el ginecólogo y él aún no llegaba.

Resignada colgó la llamada, dio una vuelta para entrar al consultorio y lo vio atravesar la puerta de la clínica.

- Lo siento si me tarde, pero tenía que ir antes por esto - entre sus manos llevaba un ramo de flores rosadas para ella-. Son para ti, por nada del mundo iba a olvidar la cita para ver  a nuestro bebé.

- Eros... Esto es muy tierno - contestó ella dandole un beso en la mejilla.

- Me hace feliz el que vayamos a ser padres - dijo en respuesta él mientras enlazaba su mano a la suya y caminaban hasta el consultorio.

El médico realizó la ecografía vaginal para ver el estado del bebé, aún era muy pequeño para escuchar sus latidos pero la pareja estaba contenta al verlo en el monitor.

- Nunca imaginé que fuera tan emocionante ver a tu hijo por primera vez - susurro emocionada la castaña.

- Es increíble, tiene el tamaño de una uva, se ve tan pequeño y tierno - respondió su marido.

- Muy bien, está en muy buenas condiciones, voy a recetar una vitaminas para usted señora y agendar las próximas citas - agregó el médico.

- Gracias doctor - dijo Bella mientras se levantaba de la camilla.

- Le daré la ecografía y los medicamentos, mi enfermera se los dará en recepción.

Afuera Ángela había escuchado todo, una semana le había bastado para descubrir lo que ocurría no iba a dejar que le diera a un hijo.

- ¿Hiciste lo que te pedí? - le pregunto a la enfermera por lo bajo.

- Sí señora - respondió con miedo la mujer-. Estas son las pastillas - le extendió el tarro a la ex secretaria.

- Muy bien hecho, tú recompensa será muy buena - Ángela tomó en sus manos el tarro para cambiarlo por otro que sacaba de su bolso-. Aquí están, nadie nunca debe saber que cambie las pastillas de la señora Aereleous ¿Entendido?

- Nadie lo sabrá - contestó la mujer mientras lo tomaba en sus manos.

- Bien... El dinero será consignado en tu cuenta.

Ángela bajo sus lentes de sol y salió de la clínica para después subir a un taxi y desaparecer del lugar.

Isabella salió del consultorio se acercó a la recepción y reclamó sus medicamentos sin sospechar lo que había sucedido minutos antes.

***

Una vez llegó a la casa, la castaña se acercó hasta la cocina para preparar la cena, Eros había tenido que devolverse a las empresas para firmar un documento importante pero prometió que no tardaría para acompañarla.

Se tomó su tiempo para preparar una cena especial para los dos y después de terminarla subió los escalones para darse una ducha y cambiarse de ropa.

- ¿Escuchaste eso mi amor?estas creciendo muy sano - paso sus manos por su vientre y sonrió-. Estoy segura de que vendrás a alegrar nuestros días bebé.

Isabella se acercó a la mesa de noche y saco de entre sus cosas las pastillas que el médico le había recetado, se tomó una con un vaso de agua y luego se devolvió a la peinadora para arreglar su cabello.

En los siguientes minutos sintió que todo le daba vueltas, se sintió agitada y con sus latidos acelerados.

- Ahh..  - apretó con fuerza los pliegues del vestido al sentir punzadas en su vientre.

Siguió con los espasmos  y finalmente cayó inconsciente a un lado de la cama.

Eros aparco su motocicleta a un lado del jardín, se bajó de allí y cruzó las puertas de la casa, le extrañó escuchar silencio y ver las luces encendidas.

- ¡Bella! - gritó por el pasillo sin escuchar respuesta alguna.

La angustia lo invadió pensando lo peor, subió hasta la habitación y la encontró en la cama luchando por respirar.

- ¡Bella! - corrió hasta ella quien estaba envuelta en gotas de sudor y más pálida  que una vela-. Preciosa- la movió de un lado a otro.

- Las pastillas... - alcanzó a articular en un susurro-. Han sido las pastillas, me duele mucho el vientre.

- Vas a estar bien, confía en mí - la tomó en sus brazos mientras la conducía al baño y la apoyaba en el retrete para hacer que vomitara.

Isabella se apoyó con fuerza en el retrete y devolvió lo que había ingerido.

Una vez la vio recobrar el aliento de nuevo, Eros la llevo cargada hasta uno de los autos para acercarla a la clínica más cercana.

Rogaba que ambos estuvieran bien, no quería perderlos.

Condujo tan rapido como pudo y cruzó las sala de emergencias,Isabella fue conducida de inmediato para ser examinada, él se quedó esperando en una sala adversa noticias de su estado.

- Eros - escucho la voz de su madre en el pasillo, era la primera persona a la que habia llamado para decirle todo-. ¿Cómo esta Bella? - pregunto la mujer.

- Llegó muy mal, no se que sucedió, sólo tomo las pastillas que el médico le recetó. Estaba pálida cuando llegue, casi...muerta - Lo escucho sollozando, su hijo estaba sufriendo por lo que pasaba en su vida, no merecía todo aquello.

- ¿Por qué no me dijiste que estaba embarazada? - se acercó abrazandolo-. ¿No confías en tu madre?

- Queríamos decirle a toda la familia reunida, no te lo tomes a mal mamá.

- Claro que no mi amor - lo consoló ella.

- ¿Qué he hecho mal? ¿He sido acaso un mal hombre en mi vida? - pregunto con lágrimas en sus ojos.

- No digas eso, eres un maravilloso hombre, ella te ama mucho, no pienses en eso mi amor.

- Mi familia ahora esta en peligro, las desgracias jamás terminarán para nosotros. ¡Estoy harto ya! - dio un golpe a la silla de al lado-. La única que paga las consecuencias es ella, no las merece.

- Eros... Cariño - intentó calmar los ánimos de su hijo pero nada parecia calmarlo.

El médico cruzó la sala de espera para hablar con el griego.

- Señor Aereleous, tenemos los análisis de las pastillas. Claramente no son ácido fólico.

- ¿Que queire decir con eso?

- Que las pastillas de su esposa fueron reemplazadas por una especie de anticoagulante.

- ¿Qué? Eso no puede ser...

- Tal vez las confundió.

Sólo había una explicación para todo aquello. Angela estaba detrás de todo esto, no podría tratarse de nadie mas.

- ¿Cómo esta Isabella?

- Aún está en observación, su pronóstico es reservado. Deberá esperar como evoluciona.

- ¿El bebé esta bien?

- Por ahora sí - contestó él médico-. Si hubiera tomado otra dosis quizás hubiera tenido un aborto.

Eros se regreso a la silla en donde estaba su madre. La furia lo invadió de nuevo, sólo tomo su teléfono para marcar el número de Agapios.

- ¿Hijo que ha dicho el medico? - pregunto su madre desconcertada-. Hijo..

- Agapios necesito que me des la ubicación del último bar en que fue vista esa mujer - articulo Eros cuando su amigo tomó la llamada.

- Eros te dije que era un lugar peligroso, la mafia trabaja cerca de ahí, no es seguro que...

- Dije que me des la dirección - gruño furioso.

- ¿Que sucede ahora? No te escuchas bien.

- Isabella está en el hospital, Ángela hizo algo para que murieran mi hijo y ella , ¿Vas ahora a darme la dirección ?

Agapios lo pensó algunos segundos y finalmente se la dio.

El griego colgó la llamada  y tomo las llaves del auto. El odio lo había cegado en aquel instante.

- ¿A donde vas? - pregunto su madre angustiada.

- No tardo mamá, iré a buscar a esa mujer.

- Eros no lo hagas, te prohibo que vayas a un lugar peligroso - se interpuso su madre en el camino.

- ¡Basta ya! - gritó salido de sí-. Basta de que traten de pasar por encima mío sin que haga algo, no voy a dejar que siga haciéndonos daño - artículo molesto.

- A bella no le gustaría verte así, calmate.

- Bella está luchando por salvarse - dijo en medio de las lágrimas-. No voy a quedarme de brazos cruzados viendo como destruyen lo que quiero.

Salió de allí dándole la espalda a su madre, iba a encontrar a esa mujer y después pensaría que hacer para que dejará de ser una molestia en su vida.

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