🏹Capitulo 2

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"Hasta que no cicatrice la herida en los pies, no es tiempo para el olor de las rosas"

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"Hasta que no cicatrice la herida en los pies, no es tiempo para el olor de las rosas"

Isabella siguió las indicaciones que la mujer le había enviado por mensaje e de texto, camino unas cuantas cuadras en donde el autobús la había dejado, se quedó mirado la enorme casa que se levantaba en medio de enormes palmeras. Parecía salida de una película, era enorme y muy ostentosa. Enseguida toco el timbre, el portero le pidió su nombre y la dejo ingresar. Atravesó el enorme jardín que estaba siendo regado por los aspersores. Una mujer alta de unos treinta apareció de la nada, su cabello estaba recogido en una coleta y en sus manos llevaba una libreta.

- Bienvenida señorita Anderson – sonrió la mujer-. Mi nombre es Ángela la secretaria personal del señor.

- Cuando me llamo esta mañana creí que sería de las empresas Areleous.

- Oh si – Ángela acomodo sus gafas en medio del puente de su nariz-. Olvide eso, ha sido escogida para otro cargo, espero no sea molestia.

- De hecho no – respondió Isabella-. Pensaba dejar el cargo, no me consideraba apta para ello.

- Pero para este si lo será – respondió Ángela-.¿Verdad? – enarco una ceja.

- Por supuesto.

- Muy bien, siendo así. Tenga – le extendió en sus manos una enorme lista-. En esta lista encontrara todo lo que tendrá que hacer dentro y fuera de la mansión, lo cual incluye compras, cocina, limpieza y mantener en total orden la mansión para que el señor se sienta cómodo.

Isabella ni siquiera había procesado cada una de las cosas que esa mujer había dicho, estaba nerviosa de cometer algún error y que se metiera en problemas, así que se tomó su tiempo para leer cada una de ellas.

- ¿Está bien? – enarco una ceja Ángela.

- S- si – titubeo ella-. Es solo que son algo...., extensas.

- Así es, lo importante es que todo se maneje en orden, se le ha habilitado también una habitación para que pueda hospedarse.

¿Habitación? ¿Que había dicho aquella mujer? Tendría que dejar los apartamentos? ¿Qué pasaría con Marie? Todo aquello se revolvió en su cabeza.

- Sígame por aquí, se la mostrare – respondió Ángela mientras avanzaban las dos al interior de la enorme casa-. Esta que está aquí es la cocina, por favor cuide muy bien de la isla esa hecha en mármol-. La nevera se llena cada semana, los vegetales favoritos del señor son los tomates frescos y las zanahorias. Evite cocinar postres que contengas almendras, las odia.

Isabella anotaba cada una de aquellas indicaciones mentalmente, era muchas y para mala suerte no había traído consigo una libreta.

- Disculpa Ángela, ¿es obligatorio que me quede aquí? – enarco una ceja ella.

Eros Where stories live. Discover now