-¡______, levántate ya es hora de escuela! -Oí a mi padre gritar del otro lado de la puerta y me quejé por lo bajo. Mierda... La primera hora tendría quimica, eso significaba que Dee estaría ahí y seguramente ya se habrá esparcido el rumor. No quiero verle la cara, no luego de haberla golpeado.
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-Señorita Rabinovich ¿podría decirme la reacción que tuvo la sustancia que acabamos de mezclar? -Soltó el profesor y yo levanté la cabeza completamente perdida y dirigiendo la mirada al experimento que burbujeaba encima de su escritorio, había permanecido haciendo garabatos en mi cuaderno la anterior hora... No me entero de nada. Mire hacia un lado, mi compañera levantó una ceja como diciendome "¿Piensas responder?".
-Eh, sí... Uhm ¿R-reacción iónica? - Traté de adivinar y miré hacia otro lado. El maestro suspiró cansado.
-¿Podría ilustrarla, señor Shvagenbagen? - Miró al rubio quien por su puesto se lució con una gran explicación en su tono de voz cínico. -Por favor esté más atenta a la próxima. -Ordenó dirigiéndose hacia mi y yo solo asentí, sintiendo como Dee me miraba sin expresión alguna, seguramente más que molesto por el golpe que le di ayer. -¡Ahora por favor copien la siguiente... -! -Prosiguió el viejo de lentes e inmediatamente quité mi atención de él.
-Oí que golpeaste a Dee ayer. -Murmuró Lilya, mi compañera, mientras escribía en su cuaderno.
-¡¿QUÉ?! -Grité llamando la atención de todos, que de inmediato voltearon a verme en un silencio sepulcral. -Que... Grandiosa en la química. -Solté con un ánimo falso y me encogí apenada, noté como Dee rodaba los ojos con fastidio y volvía a lo suyo. Idiota.
-Claro... -Soltó el maestro completamente fuera de contexto y todos rieron, haciendo que ocultará mi cara avergonzada entre mis manos.
-No te preocupes, no se lo diré a nadie. - Murmuró Lilya entre una risa.
-Pero creí que lo habías oído. -Respondí, empezando a escribir en mi cuaderno.
-Solo quería ver como reaccionabas, ayer te vi en la tienda mientras esperaba a Vitya. -Comentó. - El que estaba en el mostrador. - Aclaró.
-S-sé quien es. -Ella sonrió comprendiendo. -Por favor mantén el secreto. -Ella hizo una seña con su mano, fingiendo que su boca era una cremayera cerrada.
-Solo quiero saber por qué. -Suspiró un poco, borrando algo en el cuaderno. -Nadie suele llevarse de esa manera con él, te puede parecer un idiota, pero es bastante agradable cuando lo conoces. -Hice una mueca. -¿O empezaste con el pie izquierdo? -Inquirió.
-Algo así... -Hice una mueca mirando a la chica pelinegra. -Realmente no acabo de comprender cual es su problema conmigo. Digo, me hago a una idea, pero en mi cabeza no deja de parecerme completamente ridícula. -Ella estaba a punto de decir algo cuando sonó la campana avisando el final de la primera clase.
-Otro día me lo contarás, tengo práctica ahora. -Guardó rápidamente sus cosas y se levantó. -Adiós. -Sacudió una mano, alegre y yo la imité.
-Adiós... -
ESO HABÍA ESTADO MUY CERCA.
Este pueblo es realmente pequeño, un paso en falso y todos se enteran de que golpee al gran Dee en un sitio público. Suspiré empezando a guardar mis cosas, estaba a punto de cerrar mi cuaderno cuando alguien puso una mano encima de este, miré las uñas pintadas de negro del susodicho y dirigí mi mirada a quien quiera que fuera, llevándome la desagradable sorpresa de ver esos ojos azules ridículamente delineados.
-Me golpeaste. -Afirmó. Diablos, era el rey de los obvios. No, no ________, no debes avivar más el fuego, debes disculparte.
-R-respecto a eso, quería pedirte disculpas. -Aunque tú también deberías hacerlo, no eres el más respetuoso aquí. -Actué sin pensar. -
-No me interesa saberlo. -Respondió.
Que idiota.
Miró a todos lados como asegurándose de que no había nadie y llevó su mano a su bolsillo, sacando una caja de algo. -Vitya me obligó a traerte esto. Se te cayeron. -Miré la cosa, reconociendo mi cajetilla de cigarros.
-¡Que sorpresa! ¿Señor Shvagenbagen, es eso contrabando? ¿Y usted, señorita Rabinovich? ¿En su primera semana aquí? -Sentí palidecer cuando la voz del maestro resonó, la piel de Dee quedó del mismo color de su cabello, aunque intentó controlarse.
-Señor, Belov. Esto no es lo que parece, dentro sólo hay algunas cosas que ella me prestó. Puede verificar, si lo desea. -Intentó controlar la situación con psicología inversa.
-Sí... Verá, ahí guardo algunos ganchos para el cabello. -Solté, sonaba convincente. Dos testimonios iguales pueden funcionar.
El mayor nos miró a ambos por encima de sus viejos lentes y tomó la cajetilla. Mierda, rubio... La psicología inversa falló.
Claramente el maestro notó que no eran ganchos lo que había en la caja, encontró lo esperado, un par de cigarrillos y una perfecta razón para enviarnos a detención, además de un llamado a padres. Era mi perdición, mis padres no sabían acerca de mi pequeño hábito y no tendría una excusa convincente. Lo peor de todo es que tendría que estar en detención con ese loco quien sabe hasta que hora...
-Esto es tu culpa. -Mascullé entrando al salón vacío y sentandome casi del otro extremo del salón. Dee me ignoró como era de esperar y se sentó, apoyandose en el espaldar. Es un idiota.
Me recosté en la mesa y escondí mi cara entre mis brazos, empezando a cerrar los ojos. Al menos podría dormir un poco, si tenía que estar aquí encerrada y soñar con estar fuera de este lugar. Me habían quitado mi guitarra, mi teléfono y literalmente cualquier cosa que pudiera distraerme, diciendo que me las darían de vuelta una vez que mis padres llegarán, así que podría descansar antes de que viniera el acabose de mi vida. Los ojos me pesaban y mi respiración se volvía lenta, mundo de los sueños... Allá voy.
Al menos así lo hubiera sido, muy cerca se oyó una explosión que de inmediato me dejó completamente erguida en mi lugar, miré a Dee por instinto, él ni se inmutó ¿Qué fue eso? Dee se levantó completamente tranquiló y se dirigió a la puerta para salir ¿Qué mierda? Lo seguí, aprovechando el desorden y una vez en el pasillo, dirigí mi mirada hacia el lugar de donde provino el ruido, notando una mancha gigante, brillante y rosada, pintando el lado interior de la puerta del salón contiguo, a lo que parpadee desorientada.
-¿Por qué tardaste tanto? -Oí detrás mío.
-Lo siento, solo seguía el protocolo de paternidad. - Reconocí la voz de Glam y me quedé estática en mi lugar ¿él había causado eso?
-¡Eh, _____! ¡Tengo tus cosas, apurate antes de que vengan! -Volteé notando como Heavy llegaba corriendo con mi guitarra en su mano.
-¡Es delicada, ten cuidado! -Olvidé de inmediato la extraña situación y corrí hacia él, Dee y Glam ya se nos habían adelantado. Noté que Heavy tenía el cabello mutilado. - ¿Qué diablos esta pasando? -Tomé el instrumento y lo llevé a mi espalda. - ¿Y por qué tienes el cabello así? -
-Te lo explico luego, pero apurate. - Soltó con afán, tirando de mi brazo para sacarme de ahí y yo no opuse resistencia.
-Mi padre oyó que Dee se encontraba en detención por razones injustas y tenía que venir a controlar esto. - Señaló su cabello. -Así que solo tomó las acciones necesarias. -Dijo saliendo por la ventana que daba al patio y yo hice lo mismo. -Le pedí que avisara a tus padres que todo era un malentendido. -
-¿En serio? - Abrí los ojos sorprendida y él asintió. -Pero debemos irnos. -Advirtió.
-No puedo ir a mi casa luego de esto. -Expliqué dejándolo adelantarse.
-Mi casa puede servir como cuartada. -Dijo acelerando el paso hacia donde se encontraba Glam junto con el otro rubio.
-¡No! -Dije y el peliroji se giró a verme mientras se detenía. -N-no puedo ir a tu casa.-
-¿Por qué? -Levantó una ceja.
Porque golpeé a tu hermano, seguramente frente a tu padre, y no quiero afrontar lo que tengan por decirme, a parte de que el rubio idiota ese me metió en problemas y me odia por una razón igual de idiota a él.
-Porque... Si tu padre sabe que los cigarros eran míos. -Mordí mi labio incomoda, Heavy pareció comprenderlo.
-Dee le explicó, a él no le importa. Sabe que fueron inoportunos, pero no sé enojara. -
-Ese quiere decir que tu hermano le dijo lo de ayer. -Afirmé empezando a caminar de nuevo.
-¿Qué sucedió ayer? -Levanté una ceja.
-Pues... -
-Solo fuiste a la tienda del amigo de papá y al irte, dejaste la cajetilla olvidada. -Encogió los hombros.
-SÍ, Sí... Eso fue lo que pasó. -Dije nerviosa.
-Qué rara eres. -Se burló y yo hice una mueca. -Anda, nos van a atrapar si nos quedamos aquí. -
Ambos corrimos un poco hasta acercarnos a donde estaba Glam, esta vez lucia completamente "Glam" ¿entienden? Como si recién hubiera salido de un concierto de Twisted Sister o qué sé yo. ¿Este sujeto era realmente el de aquella vez? Y es que la primera vez que lo vi, su cabello estaba recogido, vestía normal y usaba lentes, ahora parece todo lo contrario a un padre y actúa de una manera en la que un padre "normal" no actuaría. Que familia más curiosa, no quiero imaginarme a la madre.
-Oh, _____ ¿vas a esconderte en nuestra casa? -Dijo Glam, una vez que estuvimos cerca de ellos, con su voz refinada y alegre como si todo lo que pasó fueran protocolos usuales.
-Espero no ser una molestia. -Comenté a manera de afirmación. Noté cómo Dee metía sus manos a los bolsillo y se adelantaba un par de pasos.
-Claro que no, podrías mostrarme como tocas. -Miré de re ojo mi guitarra y asentí algo avergonzada y alegre.
-Por cierto, agradezco que me hayas sacado de ahí. -Solté desviando la mirada.
-No pasa nada, pero me quedaré con esto. -Sacó la cajetilla, sacudiendola un poco. -No es bueno que los tengas. -Me sonrió y yo solo fui capaz de decir un "sí" lleno de pena y arrepentimiento.
Al parecer el rubio ese no había abierto la boca, lo que quería decir que a parte de Lilya, Vitya, Dee y yo... Nadie más sabia del golpe. Espero que siga así de reducido este círculo, no quisiera perder a mi único amigo o armar malos entendidos solo porque golpeé a su estúpido hermano provocada por su propio irrespeto y prepotencia.
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-Básicamente desde el momento en el que tuve conciencia mi padre quiso que aprendiera música. -Finalicé y Glam asintió interesado mientras que Victoria, su esposa, bebía de su cerveza y escuchaba algo perdida. -Aunque era muy estricto. -Reí un poco.
-¿Por qué te fuiste del conservatorio, si tanto de gusta la música? -Inquirió Victoria, mirando con un ojo por el hoyo de la lata de cerveza, cerciorandose de que ya no quedaba nada.
-Eh, uhm... Queríamos cambiar un poco de ambiente. -Solté rápidamente. Aún no estaba preparada para hablar de eso.
-¿Ya van a dejarla libre? -Interrumpió Heavy en una queja. -Les recuerdo que ella está aquí por mi. -Victoria le lanzó una mirada como diciéndole que se comportará y el pelirojo sólo sonrió.
-No te preocupes, Heavy. Ya terminamos. -Dijo Glam como dándome el aval de irme. Yo me levanté y tomé mi guitarra.
-Una vez más gracias por salvarme esta tarde. -Dije refiriéndome al rubio.
-¿Qué fue lo que hicieron? -Preguntó Victoria y yo me alejé, siguiendo a Heavy hacia las escaleras.
-Siento que mi padre sea tan... Así. Tú entiendes, le gusta la música. -Heavy soltó una risa y se dirigió hacia su cuarto, pero se detuvo un poco al oír algo y, en vez de entrar a su puerta, entró deliberadamente a la habitación de enfrente.
-¿¡Qué es lo que suena?! -Me detuve de insofacto al oír qué Heavy inhalaba sorprendido. -Creí que no usarías más la guitarra. -
-¡Entraste sin tocar! Teníamos un trato. Mañana yo pondré mi música. -Reconocí la voz del rubió y luego el crujido de la cama cuando te lanzas encima de ella.
-¡Diablos! Maldita puerta, ahora tendré que escuchar tu música pop. -Asumo que Dee respondió algo ante la queja de su hermano, realmente me encontraba interesada en saber qué sucedía. Al segundo de eso, el pelirrojo salió con guitarra en mano y cerró la puerta detrás suyo.
-Creí que no tocaba. -Levanté una ceja.
-¡Shhhh! -Exclamó Heavy. -No lo digas tan fuerte, él lo sigue intentando. -Se burló un poco y entró a su habitación.
Así que no se da por vencido... En fin. Como lo prometido es deuda, Heavy y yo estuvimos tiempo extra practicando con la guitarra, puedo decir que en a penas dos días ha tenido un progreso impresionante, aunque su pasión por los juegos online podría llegar a frenarlo en cualquier momento. Me agradaba tener esta clase de interacciones con él y para mí suerte, exceptuando a Dee, me estaba empezando a llevar bien con su familia. Al principio Victoria me dio un poco de miedo, pues se veía amenazante, pero una vez que hablamos noté que, en efecto, era ruda, aunque había algo que la hacía ver tierna... Quien sabe qué será. Por pare de Glam, creo que el hecho de que yo sepa tocar guitarra y otros instrumentos más, lo hace acercarse a mi. En cuando a Heavy... Era Heavy y él me agradaba bastante, como un hermano menor o algo así.
-¡Auch! ¿Cómo lo haces? -Se quejó el menos sacudiendo su mano con dolor.
-Con práctica. -Me burlé.-Al principio duele mucho, lo sé. Luego te acostumbras. -Heavy se quejó y se levantó de la cama.
-Iré por algo de beber ¿Quieres algo? -Miré la hora en el reloj que estaba en su mesa de noche. Era bastante temprano, las 2:36pm y la escuela oficialmente acababa a las 4:00pm así que no podría volver a casa hasta ese entonces.
-Una soda. -Respondí sacando mi teléfono y él asintió, saliendo de la habitación. Miré un par de cosas en las redes sociales y en menos de nada sentí unas inmensas ganas de orinar... Pero yo no sabía en donde era el baño. Me levanté rápidamente, dejando la guitarra en la cama de Heavy y abrí la puerta aún mirando mi teléfono, por lo que me choqué de frente con -levanté la mirada- De... Mierda.
-¿Por qué estas parado en la puerta de Heavy? -
-Es mi casa. -Soltó de manera plana. Bueno... Ahí tenida razón. -Y te estaba espiando.-
-¿Qué? -Solté confundida.
-No entiendo que te hace tan especial. -Dijo como reprochandome. -Solo sabes tocar un par de instrumentos, pero estadísticamente hablando, no hay posibilidades de que consigas un trabajo estable con eso. -Soltó.
-A ti que te importa. -Le respondí ofendida.
-Solo harás parte del desempleo. -Sentí escozor en los ojos, quería llorar ¿Qué necesidad tenía de ser tan hiriente?
-¡Mira, no es mi culpa que seas un inútil para la música! -Grité y el abrió sus ojos, cambiando su expresión neutra por una de ¿Cómo le diríamos a eso? ¿Indignación?
-Dee. -Ambos volteamos al oír la voz de Glam. Seguramente oyó la discusión y vino a dar un vistazo. -Ya te lo había dicho, no es necesario hacerte el mártir solo porque no tienes ningún talento... En la música. -Finalizó con su típico todo de voz alegre.
Auch, hasta a mi me dolió. Me dirigí hacia las escaleras, no quería verle la cara a ninguno de los dos. Me daba vergüenza que Glam haya escuchado lo que le dije a su hijo, aunque él también se lo haya dicho. Oí cómo Dee se encerraba en su cuarto y le subía el volumen a su reproductor que dejaba escuchar alguna canción de Disturbed.
-Disculpa por las molestias que haya causado hoy. -Me despedí de Glam, él hizo una ademán de detenerme, pero al. Final no lo hizo.
Corrí escaleras abajo, cruzandome con Heavy, le dije afanada que debía irme y en el camino me despedí de Victoria que estaba viendo la televisión.
Ahora sería el doble de difícil verle la cara al rubio ese. Ya lo había humillado frente a desconocidos y ahora frende a su padre ¡tragame tierra!
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Holiiii, muchas gracias por todo el amor que le han dado a esta novelita con su poco progreso uwuwuwuwu me alegra mucho saber que les está gustando.
Jshzusbdisbd espero que este capitulo haya sido de su agrado también jiji ya nos acercamos a lo rico 7u7
NOS LEEMOS LUEGO