Ya es viernes. Eso significa que mañana será sábado por lo tanto será el día de la fiesta de Jhoan y aún no me convence mucho ir a su casa. Rebecca me ha dado mío y un razones para hacerlo, dice que tenemos que investigar, que todo va a salir bien y que estará siempre conmigo. Bah. No tengo ni la más mínima intención de creerle.
No me tomen por mala, ni siquiera se atrevan a juzgarme.¿No entienden? Allí va a estar Andrick, si, ese Andrick y lo que menos quiero ahora es estar en el mismo lugar que el ¡En la misma casa! No puedo, soy una cobarde lo sé pero no puedo superarlo tan fácilmente.
Hoy no fui a clases pues me desvelé hablando con Becca sobre los pros y contras de ir, ella ganó, pero no significa que igual esté pensando en ir, y si lo hago será por ella.
Hace un rato Andrew me llamo para saber cómo estaba porque no había ido a clases en lo que respondí: solo no quise ir. De mala gana y al parecer se dió cuenta de que estaba un poco molesta porque de inmediato me dijo "ya voy para allá". No quería hablar con el, la verdad, estoy un poco decepcionada debido a que todos estos días no habíamos hablado tan seguido y pensé que sería diferente después de lo que pasó.
Andrew realmente me gusta, es algo que no puedo negar pero no soy como esas típicas chicas que esperan hasta el fin del mundo por un hombre y le dejan pasar todas sus equivocaciones. Pienso que está bien que ambos trabajen en la relación pero no pueden estar como un saco de boxeo recibiendo los golpes del otro, así no funciona.
Golpes en la puerta me avisan que probablemente ya Andrew haya llegado así que me acomodo un poco la pijama y miro de reojo en el espejo mi cabello para asegurarme de que no parezco una maniática y luego abro la puerta.
—Hola, An. — se acerca para darme un beso en la mejilla.
—Hola. ¿Qué haces aquí? — voy directo al grano.
—Oh. Solo quería verte ¿Estuvo mal venir? — Luce decepcionado.
—Yo no dije eso, es solo que me sorprende un poco verte aquí.
—¿Porqué?
—No lo se, pasa de una vez — le abro paso para que entre. Se sienta en mi cama y me mira confundido.
—¿Anari estás bien? Siento que estás a la defensiva. — me mira en busca de una respuesta.
—Si, estoy bien. — respondo fría.
—No, no lo estás... ¿Es por mí? ¿Acaso hice algo malo? — esta nervioso. Lo veo a leguas.
—suelto un suspiro pesado —. Si estoy un poco decepcionada, no molesta — confieso.
—¿Pero, porqué?
—No es nada. Solo creí que seríamos, no lo sé, más cercanos luego de lo que pasó.
—¿Y no lo somos?
—No.
—Oye Anari, dejó confesarte algo. — suspira— no soy muy bueno el eso de las relaciones, me gusta ir despacio.
—Lo entiendo, solo— tapa mi boca con su mano.
—No hables, escúchame — asiento con la cabeza. —. Tú en serio me gustas, si es lo que te preocupa. Y no soy muy bueno en esto de las relaciones por lo que quiero que esto se nos de bien. No podemos volvernos algo así como así, debemos conocernos mejor. — tiene razón, no sé que estaba pensando.
—Tienes razón. Creí que ya no sentías lo mismo, es todo.
—Oh créeme, no te lleve a mi lugar favorito solo porque me atraes ¿Por quien me tomas? — deja una sonrisa fugaz.
—Perdón no lo sabía. Tú también me gustas mucho, por eso me preocupa el hecho de que quieras cambiar de opinión. — pone su mano en mi mejilla.
—No lo haré —. Y con eso planta un beso en mis labios.
Confieso que extrañaba como se sentía.
Al principio me toma por sorpresa pero no tardo en corresponderle. Sus labios se mueven al compás de los míos y el beso poco a poco va subiendo de tono, pasando de ser uno tierno y nervioso a uno apasionado y ansioso. Abro mi boca para abrirle paso a su lengua y de inmediato me toma para bailar con ritmo igual a la mía.
Andrew me toma suavemente por la cintura y cuando nuestra necesidad de humanos hace que nos separemos para tomar respiración aún el sigue muy cerca de mi. Su frente esta pegada a la mía y puedo sentir su aliento sobre mi. Ese sabor mentolado que en sus labios se me hace adictivo esta presente y al separarse me dice:
¿Irías al cine conmigo, mañana?
Se a donde va con eso y quiero aceptar. Pero investigar es algo importante para Becc y no quiero decepcionarla, a pesar de que no quisiera ir y de que muriera por estar toda la noche con Andrew, no se cuándo tendremos la oportunidad de entrar a ese lugar de nuevo.
—¿Me escuchaste?, ¿Aceptas? — pregunta crédulo.
—Lo siento pero ya tengo planes. — mascullo.
—¿Con quién? — genial, ahora está tenso.
—Con Becca. Le prometí que la ayudaría con unas tareas — miento.
—Hmmm, creo que Becc entendería — insiste, sigue muy cerca de mi y mi corazón no tarda en latir muy rápido.
—Se lo pro-prometí — Balbuceo cuando se acerca mucho más posando su mano en mi cintura.
—Bien — suspiro — entonces tendré que hacerte todo lo que no podré mañana. — una sonrisa maliciosa surge en su rostro dándome escalofríos. No conocía ese lado perverso.
—¿Y que se supone sería... Eso? — se acerca mucho más.
—Ya vas a averiguarlo.
—Bien—. No me deja terminar cuando ya esta a horcajadas sobre mi.
¡Demonios Andrew, no conocía ese lado tuyo!
Empieza a besarme apasionadamente y con necesidad. Posa una mano debajo de mi y con la otra se sostiene. Yo rodeo su cuello con mis brazos y arqueo mi espalda pero me arrepiento un poco al sentir algo duro por abajo de Andrew. Me sonrojo de inmediato pero el no abre los ojos.
Se aparta un poco y esconde su cara en mi cuello para dejar besos húmedos y mordidas. Mete su mano por debajo de mi camisa y empieza a acariciar mi vientre mientras subía. El calor que emana mi cuerpo no es normal, y ante ese gesto yo me acerco mucho más a él y suelto un pequeño gemido en sus labios cuando esta ya muy cerca de mi sujetador. Pero cuando pienso que hará algo más, el solo corta el beso y me susurra: "Caiste" y empieza a reír.
¡¿Qué demonios?!
—¡¿Qué?! — exclamo confundida.
Él no para de reír haciendo que me hierva la sangre.
—¡Andrew! ¡¿Qué demonios está pasando?!
—Debiste ver tu cara de decepción. — limpia una lágrima que derramó por su imparable risa.
—Justo ahora estoy muy decepcionada — me cruzo de brazos.
—Así me sentí cuando te negaste a la cita — finge un puchero.
—¡Te dije que ayudaría a Becc!
—Sé que no, irás a la fiesta de los Rouser.
Mierda.
—Siento como mis mejillas se calientan y las palabras no salen de mi boca por la vergüenza — ¿Co-como lo sabes? — Balbuceo con los ojos bien abiertos.
—Becc me dijo. Sé que quieres ayudarla con lo que quiere hacer pero no tienes que sentirte obligada. — me mira extrañado.
—Ah. En realidad también tengo mucha curiosidad por saberlo, no te preocupes. — me relajo.
—Entonces iré con ustedes.
—¿Qué? No, no es necesario.
—Si, si lo es, puedo ayudarla a distraer a los muchachos en caso de que se acerquen a ustedes y para avisarles cuando estén cerca — afirma. Pensándolo bien tiene razón.
Me rindo, ya tengo a dos personas con quién ir al menos, en caso de que Andrick quisiera pasarse de nuevo.
—Está bien, me rindo. Pero cuando diga que debemos irnos lo haremos sin excusas — protesto.
—Sí señora — hace gesto militar.
—Te odió — susurro.
—¿Qué? — exclama herido— ¿Porque?
—Jugaste conmigo — me levanto.
—No lo hice, tú me lo pusiste fácil. Y ese no era mi plan en primer lugar, solo quería besarte — sonrie como un niño.
—Sí claro. Fuera de aquí.
—¿Me estás echando? — esta confundido.
—Si eso hago. Fuera — abro la puerta y le hago gesto para que salga.
—¿Qué hice ahora? — pregunta sarcástico.
—El sarcasmo no te luce. Nos vemos mañana — le tiro una mirada fría como el hielo.
—¡Ja! Te encanta. — pone su mano en mi rostro.— nos vemos An.
—Cómo digas. Adiós. — finalizo.
—¿Y Anari? — habla mientras se aleja.
—¿Qué?
—No creas que fue fácil separarme así — me guiña un ojo.
Me quedo inmóvil ante su comentario, solo cierro la puerta y entro a la ducha a darme un baño y cuando me paro frente al espejo lo proceso todo y grito como maniática:
¡Qué demonios acaba de pasar!