Estaba completamente decidida; ese día iría. Era su unica opción después de todo, puesto que si se llegase a quedar otro tiempo allí su mente y emociones se quebrarían. Por eso debía hacerlo.
Bien sabía que después de todo lo que ella se propuso se desintegraría en el aire por retirarse así de la nada y la haría ver como una cobarde; pero que más daba, después de todo ella siempre lo fue.
Era lo mejor para Hoseok. Él ahora ya tenía a alguien que lo apoyase.
O eso pensaba Blue respecto a la nueva hospedada.
Bajó las escaleras con frenesí. Iba a direccionarse a la puerta principal para salir pero a medio camino un gritito enfurruñado la detuvo. Parecía venir de la cocina.
Como acto de reflejo Blue se direccionó a dicho lugar con una expresión ambigua. Y enseguida pudo ver de quién se trataba. Como si de tan sólo pensar en su persona la hubiese invocado, que mal.
Allí se encontraba Im Jihee, quien aún no se daba cuenta de la presencia de la menor obviamente, ensimismada en lo que parecía... la maquina de café. Por lo que veía, ésta estaba tratando de decifrar como se utilizaba dicho aparato o algo así.
—Jihee, ¿Qué ocurre?— por fin la menor hizo evidente su presencia, provocando que la castaña diera un brinco de sorpresa y que mecánicamente volteara todo su cuerpo.
—Oh, justo estás aquí, ten esto. No entiendo esta cosa.— se acercó a ella con una mueca arrogante, mientras le tendía lo que parecía ser una pieza de esa máquina. —¿Cómo puede ser que no estés en lugares en los que se te necesite siempre? Deberías permanecer en la cocina.— se dispuso a salir en cuanto Blue tomó aquel objeto con un semblante de incomprensión.
—¿Qué?— la azabache hizo una mueca extraña, sin querer comprender lo que esa mujer le estaba insinuando. Acaso Jihee...
—Vamos, qué esperas criada, házme café.— la castaña le miró— Y tráemelo, estaré en la sala.— giró otra vez, dejando volar su cabellera de una manera un tanto exagerada.
Sí, en efecto, esa mujer le estaba mandoneando.
Un tic nervioso hizo presencia en el párpado de Blue. ¿Acaso ella la seguiría tratando como si fuera una empleada o algo así?
La actitud de Jihee se alejaba de la comprensión de la chica. No sabía por qué está le miraba de tan desagradable forma o por qué insistía en tratarla así. Jamás vió que la susodicha tratara así a Jiwoo, siendo ésta también una chica. ¿O tal vez sólo era así con ella? ¿Y por qué?
Detrás de todo aquello había una cosa más que le extrañaba. Por lo que ella sabía, ahora esa mujer trabajaba en la empresa de la familia Jung. ¿Pero por qué razones aún se mantenía en pijamas? Ya era bastante tarde ¿No pensaba ir?
—¿Por qué no estás en el trabajo?— cuestionó la menor.
Jihee volteó de la misma manera y con su ya conocida expresión de soberbia.
—¿Cómo que por qué? ¿Acaso no ves cómo estoy?— fingió toser de la forma más falsa posible. —Me siento completamente enferma, es obvio que no puedo trabajar así. Así que haz lo que te dije, criada.
Sin dudas, esa actuación no podría convencer a nadie. Se preguntaba si se habría excusado de la misma manera con Jiwoo o con el padre de esta y si fueron lo realmente ingenuos como para creerle.
Blue apretó con fuerza el objeto entre sus manos.
—Hazlo tú misma.— dejó el objeto en la mesada provocando un fuerte sonido. —No soy empleada de nadie, y mucho menos de ti.— y se fue, ignorando por completo los reclamos de la mayor. Por supuesto que no haría nada de lo que ella dijera, además, tenía otros asuntos que tratar.
Sin dudas esa vez que la vio por primera vez no fue un malentendido, de alguna forma ahora Blue presentía que Im Jihee en verdad si era una mala persona.
¿Era así con todo el mundo?
Y si lo era, ahora se cuestionaba si en realidad esa mujer era la persona que podría hacer feliz a Hoseok.
Realmente ahora lo dudaba mucho.
~
Ajetreado hasta por las pestañas. Así podría describirse la situación de Hoseok en aquel momento. Al parecer todo el trabajo que tenía el día anterior y el de ahora se le habían acumulado de manera inimaginable. Talvez si no huía de la empresa el día anterior no tendría ese peso en esos momentos, pero no se arrepentía, huir lejos de esa insoportable mujer fue lo mejor.
Ahora que lo pensaba, no la vio esa mañana en la empresa, o quizás sólo tuvo la suerte de no haberse cruzado con ella hasta ahora. Gracias al cielo.
Una notificación de mensaje encendió la pantalla de su celular; era de su hermana.
"Jihee me ha dicho que no se siente bien, así que no podrá asistir hoy." Decía.
Un suspiro de alivio escapó de los labios del hombre al terminar de leer aquel verso. Eso era algo menos de lo que tenía que preocuparse.
Su vista ahora tropezó en otro lugar de la brillante pantalla, en un contacto que agendó como "la chica extraña", y una pequeña sonrisa salió de sus labios.
Ahora que analizaba bien la situación, si Jihee no podría trabajar ese día, significaba que se quedaría en la casa de él y su hermana; y por lo tanto significaba también que podría cruzarse con Blue allí.
"Blue... ¿Qué estarás haciendo ahora?" Ese pensamiento cruzó por su mente e instantáneamente hizo ademanes simulando borrar algo por encima de su cabeza.
Se apretó la sien con frustración. No podía entender por qué no podía sacarse de la cabeza el tonto rostro de esa extraña chica. Estaba seguro de que sólo se sentía así por la similitud que tenía con Ahri pero... algo en lo profundo de sí le decía que era algo más, algo que por lejos se asimilaba a lo primero... pero de sólo intentar imaginarlo, un inmenso terror le inundaba. Porque la sola idea de olvidarse de su amada jamás podría ser aceptada...
En un acto desesperado de intentar quitarse de la cabeza el rostro de Blue, ahora se hallaba acurrucando el marco con la foto de Ahri.
—Ahri... De ninguna manera te olvidaré.— acarició con la yema de sus dedos el rostro de la susodicha como si esta le estuviera escuchando. —Es sólo porque ella se parece demasiado a ti... Pero sé que no puede haber alguien como tú...— ahora besó delicadamente aquél lugar. —Así que no te preocupes, porque en mi corazón siempre estarás sólo tú, mi amor...— Unas lágrimas brotaron de sus ojos y cayeron en el cristal del marco.
¿Cuánto más trataría de convencerse de aquello?
Un golpeteo en la puerta lo quitó de su situación, como reflejo limpió con frenesí su rostro y se acomodó en la silla antes de dar su aprobación a aquel que estaba afuera.
Una sonrisa de dientes pequeños se deslumbró apuntando hacia Hoseok. Éste sólo respondió girando los ojos con desgano.
—Buenos días mi queridísimo amigo.
—Min Yoongi. ¿Qué quieres?— volvió a enfocar su vista en sus papeles, ignorando por completo su presencia.
El de cabello decolorado en respuesta a la actitud de su amigo, tomó una silla y la acercó hasta quedar a un lado de Hoseok, se sentó en ella y le dio un apretado abrazo a éste, quien en todo momento mantuvo una expresión de querer matarlo.
—¡Vamos! ¿No te alegras de ver a tu buen amigo?— le dio un besito en la mejilla y esté respondió alejándolo a regañadientes. Yoongi fingió un pequeño llanto.
Hoseok le miraba incrédulo. Internamente se había sorprendido bastante al ver a Yoongi por esos lares, ya que por más que éste también trabajase para la compañía Jung, sabía bien que se la pasaba de país en país realizando reuniones con otras empresas. Lo que le llevó a cuestinarse por qué razones había aparecido tan repentinamente y también quería entender por qué se estaba comportando como en los viejos tiempos; de esa manera tan juguetona y estúpida, y no con esa fúnebre seriedad que últimamente le desmostraba a él. ¿Qué sucedió con el Yoongi puño de acero de la última vez?
—Por supuesto que me alegro de verte, ¿tu puño no va a saludarme esta vez?— alegó él con un notable sarcasmo. El rubio volvió a abrazarle en respuesta. —¡Ya sueltame, tarado!— empujó su rostro con su mano. —Y no me has dicho para qué viniste.
El castaño mantenía esa expresión irritada, si bien le parecía buena la idea de darle una golpiza a ese idiota, no lo vió necesario, ya que de alguna manera se sentía mejor ahora que éste lo estuviera tratando de manera natural y no como las últimas veces; como si fuese un fenómeno.
Yoongi sonrió, sus ojos parecían los de un gatito feliz.
—Me contó una palomita que alguien...— le señaló, más bien, hundió su índice en su mejilla. —...está más... ¡animado!— rio divertido mientras ahora le picaba aquella zona con el dedo.
Al oír aquello, enseguida tuvo una idea de quiénes pudieron haberle contado a Yoongi sobre su estado actual. Estaba más que claro que fueron su padre y Jiwoo. Cuando no ellos, siempre hablando de su situación, como si ya no fuera suficiente con todos los rumores que circulaban por toda la compañía.
—Si sólo te guías por lo que dicen los rumores, entonces terminarás por desfigurarme la cara.— le apartó el dedo con un manotazo. —Ya ves que estoy bien, hasta incluso he vuelto al trabajo. Puedes irte si viniste sólo a eso.
Yoongi se levantó y caminó hasta el frente del escritorio de nuevo. Rascó su nuca antes de hablar.
—Bueno, de hecho no vine sólo a eso.— pensó un poco. —Sabes...sé que ya te has enterado sobre la boda de Namjoon y Jiwoo.
Hoseok recordó bien eso, y claro, ¿cómo iba él a olvidar tal detallito? Esa forma en la que le fue ocultada semejante noticia como lo era la boda de su propia hermana y uno de sus viejos amigos, y todo para trata de "protegerlo". De tan sólo imaginar que Yoongi también fue parte de aquel secreto hacía que su sangre hirviera a mil grados, pero sólo debía dejarlo ir, no quería causar más embrollos.
—Por supuesto que ya me he enterado, buen trabajo ocultándolo de mí.— habló de forma irónica. —¿Qué tiene que ver eso con esto?
Yoongi sacó una sonrisa apenada por aquello y soltó una pequeña disculpa.
—Bueno, estábamos organizando un pequeño festejo entre amigos para ya sabes... Celebrar su matrimonio.
El castaño se cruzó de brazos esperando a ver dónde quería llegar, aunque ya sabía.
—¡Acompáñanos Hobie! ¡Será divertido!— alentó el rubio.
—Ni lo pienses.— hizo un ademán de no querer oír nada más.
—¡Vamos! Será este fin de semana, sólo ven.— apoyó sus manos en el escritorio, tratanto de captar la atención de éste.
Hoseok lo pensó un poco. Si bien aún se sentía resentido por lo que Namjoon le ocultó junto a su hermana, dentro de sí sentía que no lo hicieron para mal y debía tratar de superar aquello. Además debía recordar que él era su amigo y que estaba viviendo un momento importante en su vida.
Talvez hace varios días atrás le habrían valido una mierda los problemas de otros, sí, pero ahora se sentía diferente; como si algo le impulsase a volver de a poco a participar de pequeñas situaciones como lo hacía antes.
—Bien, iré, ¿Contento?— desistió éste.
Los ojos de Yoongi brillaron. Él había venido con las intenciones de invitarle, sí, pero jamás pensó que éste aceptaría.
—¡Si! ¡Beberemos hasta convertirnos en botellas de soju!— gritó mientras saltaba de la emoción. —Pero sólo no le digas nada a Jiwoo de esto, ella nos matará si se entera de que nos emborracharemos para celebrar.
—Ya piérdete.
Tan sólo debía intentar, ¿no?
💕
Iba a poner más cosas en el capítulo pero sentía que ya se hacía demasiado largo xd
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