Aquel día tuvimos una misión muycomplicada en un pequeño pueblo devastado por un gran tornado.
Tan rápido como llegamos empezamos a ayudar a los afectados, era un caos total que para salvar a más personas mi escuadrón se dividió en dos equipos uno para ayudar a los refugiados y otro de búsqueda y ya podrán adivinar en cual estaba yo.
Empezamos revisando las casas que todavía estaban en pie, eran seguras los soportes estaban intactos y eso nos facilitó el acceso revisamos cuatro casas en esas condiciones en ellas encontramos a dos niños, tres ancianos, y una mujer embarazada como si fuera un milagro estaban ilesos al parecer sus casas los protegieron.
Pensábamos retirarnos ya que debíamos esperar a otro equipo que estaba en camino para abordar las estructuras inestables, pero un fuerte grito nos detuvo, nos acercamos a una de las casas derrumbadas con cautela a revisar, logramos visualizar a una mujer de aproximadamente 50 años atorada en los escombros, logre distinguir mucha sangre a su alrededor, no tenía mucho tiempo, así que procedimos a analizar la estructura para que mi compañero y yo pudiéramos entrar sin ningún riesgo.
Revisamos la estructura por completo y dedujimos que era seguro ingresar. (Vaya que equivocados estábamos) Procedimos con precaución, al estar justo al lado de la señora ella nos empezó a hablar.
-Gracias a Dios que me escucharon- nos decía entre lágrimas.
-Tranquila señora la sacaremos de aquí- dije con un tono calmado -¿puede moverse?
-Tengo problemas en mi cadera utilizo silla de ruedas, por esa razón no pude refugiarme.- respondió un poco más calmada.
Mi compañero y yo nos dedicamos a retirar los escombros que estaban sobre su cuerpo hasta liberarla.
-Ricardo, ve con los chicos y traigan una camilla para poder sacarla de aquí.-
-Pero ¿y tú?- me preguntó con una gran preocupación, no entendía él porque, creí que era por la mujer.
-Me quedaré con ella, no te preocupes estaremos bien.- le respondí mientras le daba unas palmadas en el hombro.
Observe cómo se alejaba junto a los otros, todo parecía tranquilo en un silencio algo cómodo, hasta que la mujer me habló.
-¿Tienes a alguien que esperé tu regreso?
-Si mis padres, mi hermano mayor junto a su esposa, una hermana que está en el extranjero y mis sobrinos dos pequeños monstruos que esperan que al regresar les cuente todos mis actos.- le respondí con un tono tranquilo, pero que a la vez demostraba tristeza no sabía por qué, tal vez nostalgia.
-¿Te despediste de ellos?
-Si lo hice con un abrazo a cada uno.
-Me alegro por ti. Yo no pude despedirme de mi familia, creí que iba a morir hasta que llegaron, como desearía saber si están bien.
-No se preocupe cuando salgamos de aquí le ayudare a buscarlos.
-Eres una chica muy amable, pero quisiera saber una cosa. ¿Qué fue lo último que les dijiste?
-Que volvería con ellos.- Le respondí mientras de mis ojos se escapaban unas lágrimas. Sentí miedo y tristeza en ese pequeño instante.
Todo cambió en sólo unos segundos.