La falsa alegría es de un sueño pastel, en donde la música se pierde con el murmullo de mi entorno y paraliza mis sentidos, volviéndome idiota al pensar que podría sacar una cosa de la otra.
Mi mundo es ficticio, con personajes reales y con problemas que son y no son; todo parece más relajado y menos entendible, y lo sé porque aquellos tipos miran mis actos, confundidos entre mis risas y mis llantos.
Ni yo entiendo, solo sé que no me importaría saltar por el balcón sin dejar de reír, o dejar de respirar mientras veo como brotan lágrimas de mis heridas abiertas, y mi corazón cerrado, alma desaparecida, y vida destruida... de tanto soñar color pastel, color luna, color clonazepam, color tortura.