☀︎ Capítulo Veintidós ☀︎
❝I've got scars, even though
they can't always be seen, and pain
gets hard, but now you're here
and I don't feel a thing ❞
Hartley ☀️
-¡Hija!- me llama mi madre desde el comedor. -¿Vienes a cenar?
-No tengo hambre,- respondo, y ella se acerca a mí.
-Bueno, no pasa nada.- la miro sonreír excesivamente y entrecierro los ojos. -¡Tengo noticias!
-¿Ah, sí? ¿Cuáles?
-En las vacaciones de invierno, nos iremos de viaje ¡a París! Ya sabes que tengo trabajo allí, y Diano pensó que sería buena idea que te trajera, y puedes traer a una amiga si quieres.
No tengo, quiero responder. Pero la verdad es que no es cierto.
Meses atrás, esa habría sido mi respuesta, pero ya no más. Porque de alguna extraña manera que me es difícil de explicar, ahora tengo una amiga.
Obviamente llevarme fue idea del novio de mi madre, ella nunca ha tenido ningún inconveniente con dejarme sola.
-Eh... okay.
-¿No estás emocionada?
-Por supuesto que lo estoy,- afirmo.
-¡Genial!- exclama y la falsedad en su voz hace querer poner los ojos en blanco. -Oh, y mañana en la noche una compañera de trabajo vendrá a cenar con su familia, así que tendrás que estar aquí.
-En realidad... tal vez debería quedarme en mi cuarto.
-No. Cenarás con nosotros.- ordena y vuelve a ir al comedor.
Un par de horas después, me colo en la cocina en puntas de pie y abro la heladera intentando hacer el menor ruido posible.
Que no quiera comer con mi madre y su estúpido novio no significa que no quiera comer.
Sí quiero hacerlo. Quiero comer y quiero sentirme bien con quien soy, sin importar lo que cueste.
-Bingo...- susurro al ver empanadas de carne en el estante de abajo de todo, al fondo.
Voy con el plato a mi habitación y apoyo espalda en el respaldo, mientras comienzo a comer.
Desbloqueo mi teléfono cada tanto para revisar la hora: son las 10:55, faltan cinco minutos.
Todas las noches a las once en punto Cole llama a mi teléfono. No porque tenga algo que decirme, sino porque el simple hecho de saber que el otro está escuchando al otro lado de la línea es suficiente.
Hablamos de cosas sin sentido o importancia. Hablamos de nuestro día, de cómo estamos... hablamos hasta que el cansancio nos vence y nos dormimos.
Es la mejor manera de terminar el día, simplemente escuchando su voz, su risa... sé cuando sonríe incluso si no lo puedo ver.
Mi celular comienza a vibrar atiendo la llamada en un santiamén.
-Solcito...- escuchó su voz, ronca pero suave al otro lado de la línea y sonrió inconscientemente.
-Hola,- susurro. Dejo el plato a un lado y me acuesto en la cama apoyando la cabeza despacio en la almohada. -¿Ya pensaron un nombre para el bebé?- pregunto.
Cole no ha parado de hablar del bebé desde que se entró de que su madre estaba embarazada. Aún no lo admite, pero sé que lo adora.
Sé que parte de su negación es porque no quiere tomarle mucho cariño al niño. Porque cuando este nazca, Cole va a tener que ir a la universidad. Y todas sus opciones son muy lejos de casa.
-De hecho, pensamos algunos. Si es un niño, mi mamá quiere ponerle Damon, aunque mi papá está completamente en desacuerdo. Él prefiere Jesus pero a ninguno nos gusta. ¿Quién llama a su hijo Jesus? No tengo nada en contra de la religión pero...
Suelto una pequeña risa y cierro mis ojos para concentrarme por completo en sus palabras.
Me gusta escucharlo hablar.
-¿Y si es una niña?
-Bueno, allí si estamos de acuerdo. La llamaremos Hartley. Sé que es extraño que tenga tu nombre pero mi familia se ha quedado enamorada de ti... realmente te quieren. Yo también lo hago.
La vista se me vuelve un poco borrosa y mi pecho se llena de emoción; cierro mis ojos con fuerza intentando no mostrarme afectada por sus palabras.
-Yo también... te quiero.- respondo con mi corazón acelerado, nerviosa.
Lo dije. Ya está, finalmente lo dije.
-Eres tan linda, Hart.
☀︎☀︎☀︎
En la salida del colegio, tomo asiento junto a Cole con la vista fija en la calle.
Balanceo mis piernas de atrás a adelante con las manos posadas en la banca.
Cole deposita la suya suavemente sobre la mía y la acaricia con su pulgar.
-Te he visto con Maytenne. Ella te trata bien, ¿no?
-Si,- río. -Iremos a París en las vacaciones de invierno. Mi madre tiene que ir por cuestiones del trabajo, así que le pregunté si quería venir.
-¡Wow! Eso es asombroso.
-Lo sé, -sonrío.
-Estoy realmente orgulloso de ti. De lo mucho que has crecido y cambiado. Me alegra haber estado aquí para verlo.
Me sonrojo y bajo la mirada a mi regazo.
Cole toma mi rostro y dulcemente me besa, causando que mi corazón se expanda en mi pecho.
-¿Vienes a mi casa?- ofrece. Quiero responder, obvio que quiero.
Evitar la estúpida cena en mi casa lo sería todo para mí, pero no puedo. Mi madre me mataría.
-Agh, no puedo. Unos invitados vendrán esta noche a mi casa y debo estar allí para la cena. Lo siento.
-Está bien,- me tranquiliza. -Tenemos toda una vida.
-Cierto,- musito.
Fijo mis ojos en los suyos por un rato y... lo siento. ¿Saben esas mariposas en el estómago de las que hablan en todas las películas? Siempre pensé que era un idiotez.
Pero cuando veo a Cole Silas a los ojos... lo siento. Siento como se revuelve mi estómago pero de una buena manera.
Una manera que me hace querer abrazarlo y no soltarlo nunca. Una manera que me da ganas de pausar el momento y vivirlo eternamente.
Y lo sé, que realmente lo quiero. Así que, sin pensarlo dos veces, lo suelto.
-¿Quieres ser mi novio?- digo, y puedo escuchar las palabras hacer eco en mi cabeza.
Cole no dice nada, e inmediatamente me arrepiento de haberlo dicho. Aparto la mirada y siento el calor invadir mis mejillas y cuello.
¿En qué estaba pensando? Bueno, no estaba pensando.
Es sólo que es Cole el que siempre da el primer paso, y pensé qué tal vez yo podría hacerlo esta vez.
Mala idea.
Vuelvo a mirar a Cole y sé que va a decir algo. Intento calmarme. Solo han pasado segundos, pero se sintieron como horas.
El chico separa sus labios rosados y espero ansiosa por su respuesta.
-No.
☀︎ ☀︎ ☀︎
JAJAJAJAJAJA sufran ❤️
-V ☀️