Chenle pensaba seriamente qué había cambiado desde que él había llegado a Seúl. Miró a su hermano sentado en el sillón más grande de la sala mientras pasaba sus dedos por las hebras rubias de Sicheng mientras él enviaba mensajes en su celular. Se preguntó qué había hecho ese omega para poder ablandar la roca que llevaba por corazón Yuta, ansiaba saber qué debía hacer para ganarse el corazón alguien...
—Sicheng necesito ir al baño—Habló Yuta y Sicheng ni siquiera le dio importancia.
—Levántate, Sicheng.....—Intentó levantarlo, pero sólo se ganó un gruñido por parte del omega—Por favor—Rodó los ojos y Sicheng sonrió victorioso y se sentó en el sofá para darle espacio suficiente a Yuta para levantarse y cuando el alfa se fue,se tiró de nuevo en la suave superficie.
—Sicheng~—Susurró Chenle sin dar en su objetivo de atraer la atención del omega de su hermano.—Estoy hablándote—Se levantó y arrebató el celular de las manos de Sicheng.
—¡Yuta~!—Comenzó a gritar y el peli castaño apareció de inmediato.
—¡Chenle! No molestes a Sicheng—Reprendió al menor.
—¡Sólo quería hablar con él! Y por usar esta cosa, no me presta atención. No sé cómo lo soportas—Bufó y lanzó el teléfono de vuelta a su dueño.
—Es verdad, Sicheng. Dijiste que querías pasar tiempo conmigo antes de volver a clases y estás aquí tirado ignorando la película que tú mismo trajiste—Sicheng miró con ojitos brillantes a Yuta y el alfa se acercó a él y lo abrazó.
—Lo siento, Jisung-ah no se ha estado sintiendo bien últimamente y sólo trataba de subirle el ánimo un poquito—Chenle sintió su piel erizarse y no pudo evitar sentir culpa por lo que le pasaba al omega.
—Uh...—Comenzó Lele—Creo-Me... me gustaría hablar con él—Sicheng lo miró de arriba a abajo tratando de descifrar qué le sucedía al pelinegro. —Podría decirle que venga ¿puedo?—Miró a Yuta y una vez que el peli castaño asintió, Sicheng tomó su celular y marcó el número de su mejor amigo.
—No seas cretino, Lele—Palmeó su hombro y pasó su vista a las caderas de Sicheng quien se movía de un lado para otro en su cocina.
—Eso intento, hyung...—Se mordió el labio inferior para evitar que temblase y demostrara su nerviosismo.
—Creo q-que mejor vendré luego—Intentó darse la vuelta, pero fue detenido por un brazo rodeando su cintura.
—Entra, Jisung. No te arrepentirás—Chenle habló en el oído del omega utilizando el tono seductor con el que lo había hecho caer aquella vez.
Sicheng y Yuta se habían ofrecido-obligados por el peli verde a ir por pizza a la pizzería del centro comercial que estaba exactamente a treinta minutos del apartamento de Sicheng. Chenle quería tener una conversación madura y decente con Jisung para aclarar qué había pasado en el apartamento de Sicheng y cómo manejarlo.
—Esperaré a Sicheng aquí afuera, gracias—El delgado chico dio un codazo al abdomen del mayor causando que de inmediato lo liberara.
—No seas infantil, vamos pasa. Ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos; además, el lobo no te comerá la lengua... otra vez. A menos que quieras—Guiñó su ojo derecho y el rostro de Jisung se encendió
—¡Zhong Chenle!—Gritó Yuta—¿Qué clase de comentario es ese?—Se apresuró a entrar al apartamento con las dos cajas de pizza en sus manos.
—Idiota—Dijo Sicheng cuando paso junto al alfa haciendo que su mejor amigo entrara detrás de él.
—Yuta, Sicheng está insultándome~
—Cállate, Lele. Te dije que no fueras un cretino—El peli castaño le dio un zape.
Todos pasaron a la sala sentándose Sicheng y Yuta en el sofá pequeño dejando a Jisung en el mediado y a Chenle en el grande.
—Y bien... ¿hay algo que quieran decir?—Sicheng intentó liberar el ambiente de incomodidad.
—Hueles bien—Fue lo primero que salió de la boca del peli verde
—¡Zhong Chenle!—Reprendió su hermano mayor y Lele agachó la cabeza.
—Eres todo un cachorro—Bufó Jisung y Sicheng asintió.
—¡No soy un cachorro!—Peleó Chenle y Jisung suspiró.
—Sí eres un cachorro, Lele—Sicheng apoyó a su mejor amigo.
—¡Hyung! Controla a ese omega chillón.
—Siéntate, Lele—Respondió Yuta sobando su sien repetidamente deseando que todos se fueran y lo dejaran a solas con su rubio de mejillas delgadas.
—Hyung, no dejes que él te diga qué debes hacer.
—Cachorro...—Habló Jisung y el peliverde gruñó.
—¿Podemos comer ya? Muero de hambre—Dijo Yuta y Sicheng rápidamente caminó hacia la cocina y comenzó a colocar platos y cubiertos sobre ella. Sacó las pizzas de sus respectivas cajas y las colocó en charolas con adornos de flores en las orillas. Amaba la cocina de su alfa.
—Wow Sicheng, eres tan rápido cuando tu alfa pide algo. Deberían darte un premio o algo así.
—Yuta hyung me premia, Jisung-ah—Sonrió y le guiñó el ojo al alfa rubio que se encontraba en la puerta de su cocina junto a su hermano menor.
—Iugh~
—Como si no lo hubieras hecho antes—Yuta le dio un golpe en el hombro y ambos caminaron hasta la pequeña mesa para cuatro que adornaba la cocina.
Los cuatro comieron hasta terminar las dos pizzas entre risas y comentarios pasivo-agresivos contra el alfa peliverde. Además de pequeños roces de piernas entre Chenle y Jisung
—Sicheng ¿De verdad crees que hicimos bien dejándolos solos en casa?—Preguntó Yuta al chico de su derecha mientras entrelazaban sus dedos.
—¡Claro que sí! Jisung es un tanto adulto maduro, sabrá controlar a Chenle a la perfección. Lo que ese alfa mimado merece es que alguien tenga mano dura con él.
—Chenle es un buen chico, que disfrute de la compañía de cientos de
omegas es diferente—Habló el pelicastaño ganándose una ceño fruncido por parte del omega.
—Hablas así porque es tu hermanito. Si Lucas fuera como tu hermano-
—Tu hermano pasa sus celos con mi vecino de enfrente. Kun.
—¡No mientas, hyung~!
—No miento, pregúntaselo si quieres, un día los vi comiéndose las bocas a medio pasillo. Y no es bonito cuando un omega está es celo ¿Sabías que huelen horrible?
—¡Nakamoto Yuta! ¿No crees que es un poco irrespetuoso hablar así de
alguien?—Sicheng detuvo el pasó y cruzó sus brazos frente a su pecho— Además ¿Por qué hueles a los omegas cuando están en celo? ¡Eres asqueroso~!
—Ugh Sicheng. No es que yo quiera olerlos ¡Sus feromonas están en el aire!
—Pues no me gusta que huelas a otros omegas ¿tienes idea de cómo me siento?—Yuta suspiró y abrazó a Sicheng por los hombros.
—Prometo que no voy a oler a otros omegas, en especial cuando estén en celo—Besó la frente de Sicheng y el rubio asintió alegre.
—Mas te vale, hyung. No quiero verme en la penosa necesidad de decirle a Lucas hyung y a papá.—Yuta bufó y Sicheng tomó su mano para seguir su camino hacia el parque más cercano.
Realmente esperaba que el señor de los helados estuviera. Sicheng y Yuta caminaron tomados de la mano con sus dedos entrelazados. Sicheng caminaba sonriente mirando a los niños andar en sus bicicletas y a sus madres hablando sobre temas variados. EL rubio también anhelaba una familia unida y feliz con Nakamoto Yuta. Yuta caminaba al ritmo de Sicheng, pensaba en lo tranquila que era su vida desde que Sicheng y él decidieron iniciar algo. Soltó un suspiro. Yuta era feliz, plenamente feliz, enteramente feliz. Su lobo y él se sentían en las nubes cuando Sicheng corría hacia ellos ¿Qué pensaría mamá de Sicheng? pensó Yuta mirando el perfil de su novio.
El omega detectó con la mirada al señor de los helados y corrieron hasta él animados por Sicheng. El rubio pidió dos helados, uno para él y otro para él ya que Yuta había decidido que no quería tanta azúcar en su boca. Los labios de Sicheng eran suficiente.
—Hyung... ¡Hyung!—Yuta reaccionó al llamado de Sicheng y prestó atención—Tú llevarás el de pistacho y yo el de chocolate—Besó los labios del mayor—Me lo das cuando termine este-Susurró en el oído del pelicastaño
—Sí, bebé—Yuta rió y Sicheng se; quedó estático.
—¿Bebé?—Una voz masculina habló detrás del alfa—Hasta él sabe que eres un bebé, Sicheng ¿Quién es? ¿Tu tío?
—Púdrete, Taeil—Se defendió Sicheng del castaño—Vamos, hyung.—Tomó la mano de su alfa de nuevo y caminó dejando a su enemigo atrás.
—¿Moon Taeil? No me suena—Dijo Yuta después de pensar un rato— Además nunca lo había visto ¿es nuevo?—Mordió la galleta de chispas de chocolate que Sicheng le había llevado el día anterior.
—¡No, hyung! Él lleva allí más de un año—Retiró la laptop de su novio de sus delgadas piernas y tomó asiento allí—Pon atención. Moon Taeil es aprendiz en tu agencia desde hace un año y ha estado acosándome desde que entré a la universidad ¡Debes defender lo tuyo!—Frunció se ceño y golpeó el pecho del mayor.
—Sicheng, estaba trabajando en algo importante.
—¿Y yo no soy importante?—Puchereó.
—No dije eso, es sólo que soy un adulto que tiene un empleo, responsabilidades y-
—Y un omega al cual no quieres perder, hyung—Se recostó en su pecho.
—Sí, Sicheng—Pasó sus brazos por la cintura de Sicheng y se tiraron por completo en la cama del pálido—Así que Moon Taeil se burla de ti todo el tiempo desde que lo rechazaste... ¿Y qué debería hacer?—Preguntó con los ojos cerrados.
—¡Molerlo a golpes o hacer que lo despidan! o mejor aún ¡Molerlo a golpes y hacer que lo despidan!—Yuta rió y Sicheng bufó por no ser tomado en serio.
—No pienso hacer eso, Sicheng Sería muy inmaduro de mi parte además... Seguramente él me ganaría y apuesto a que no te gustaría ver mi cara llena de moretones.
—Y yo apuesto que a ti no te gustaría verlo coqueteándome todo el tiempo. Es tan molesto~
—Pasaré por ti todos los días cuando salgas de la universidad ¿es suficiente para ti?—Besó el cabello rubio frente a su cara.
—No es suficiente, pero me basta con eso ¡Oh! Ahora que lo pienso ¿Cuándo conoceré a tus padres? Tú ya conoces a los míos.
—Sí, por desgracia... Tu padre es extraño—Dijo recordando cuando el de padre Sicheng no paraba de decir que cuando él ya estaba en primaria, Sicheng apenas nacía.
—Pero soy tu omega, hyung. Me gustaría conocer a tu familia antes de tener nuestro cachorros y-
—Espera ¿tener cachorros?—Yuta alejó a Sicheng de él para poder mirarse a los ojos—¿N-no es muy pronto para pensar en cachorros?
—¿Pronto? ¡Hemos estado saliendo por más de siete meses! No puedes decir que vamos demasiado rápido. Incluso tú dijiste que cuando termine la universidad podremos vivir juntos y tener cachorros—Se cruzó de brazos.
—S-sí, pero...es decir ¿No deberías ejercer tu carrera y después dedicarte a la vida del hogar?
—Cállate y házmelo, Nakamoto Yuta— Yuta sonrió y se lanzó a los finos labios de su rubio.