Déjate Amar(Pausada)

By yeyiStyles

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Imalay. Una chica con muchos problemas. Uno de ellos el amor. Edward. Un hombre con la necesidad de encontrar... More

Sipnosis
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9. Parte 1
9. Parte 2
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AVISO IMPORTAMTE

3.

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By yeyiStyles

  Edward se levantó muy temprano, más bien lo levanto un montón de ruido.
 
  ¡Joder! Pensó

  El día estaba bueno para ser perezoso, ¡Y pensar que estaba a mitad de semana!

  Se coloco la almohada en las orejas al escuchar a su hermano tocar una hoya con una cuchara.

  Dos palabras: esta muerto.

-¡Levántate hermanito!- canta Chaz. 

  ¿Qué mierda?

-¡Cállate maldito!-grita, como le gustaba fastidiar a su hermano- ¡Maldición! ¡¿Chaz quieres dejar eso?!- su hermano no le hizo caso, incluso, toco la hoya justo en su oreja- ¡Maldito desgraciado!- le tiro con su almohada, mientras Chaz reía a carcajadas.

  La noche anterior se había llevado mucho trabajo a casa, de el cual no hizo nada. Decidió tomarse unas copas con su hermano, en su departamento, tranquilos, no se emborracharon pero aún así, el líquido hizo un poco de efecto. Además no pudo sacarse de la mente a esa mujer de acento raro e hizo algo que jamás pensó que volvería a hacer. Investigar como si fuese el jodido FBI. Por tal razón no había casi dormido por la poca pero suficiente información que recibio.

  Chaz se lanzó a la cama o más bien encima de Edward.

-Te odio- susurro tan bajo que Chaz no lo escucho.

-Si despegaras la cara de la almohada te entendería- canturreo en su oído.

  Es que no tenía algo mejor que hacer.

-Déjame- se volteó al otro lado, dándole la espalda

-¡Oh vamos! Ya casi termina la semana, levántate, ponte ese traje que tanto te gusta y pon a funcionar la empresa-

   Edward odiaba usar trajes porque le daba mucha calor y le incomodaban, pero los usaba para dar una buena imagen. Si fuera por el iría en pelotas a trabajar. 

  Con un gran suspiro se levantó quedando en forma de indio. Sus ojos rojos y entrecerrados demostraban lo muy cansado que estaba. Miro su reloj y por un minuto, se le cruzo por la cabeza, coger a su hermano, desmembrarlo, meterlo en una caja, envolverlo con papel de regalo y enviarlo a Plutón.

-¡Que mierda Chaz, son las 4:30 de la mañana!, declárate muerto- refunfuño

-No seas quejón- su buen humor molestaba a Edward

-¿¡Que no sea quejón!?, no tengo que entrar hasta las nueve- dijo entre dientes. Chaz no aguantaba la risa, a Edward no le gustaba madrugar. Tomo su almohada, su frisa y se metió a la cama, ignorando a su hermano.

*

 
  Ya no le dolía la cabeza, pero aun así, sus ojos le pesaban y el dolor en la espalda seguía presente. Pensar que en el día tendría varias juntas, muchos más informes esperando en su escritorio, hacía que el dolor de cabeza volviera con más intensidad.

  En la junta, su padre e incluso Imalay, tuvieron que darle unas pataditas debajo de la mesa para poder despertarlo. Se le cerraban los ojos por sí solos, sin poder controlarlo. La chica solo anotaba lo que Chaz decía, ya que su jefe ni siquiera sabía de lo que hablaban y estaba segura que luego le pediría nota de lo que habían hablado.

-Hermanito, hiciste el ridículo en la junta, creo que todos se dieron cuanta de que estabas dormido- dijo Chaz con cierto aire de humor.

  Estaban saliendo de la reunión y no tenía muy bien humor, para variar su hermano no ayudaba en nada.

  Chaz camino, sentándose en su silla, por lo tanto Edward se sentó en la silla de invitados.

-¿Déjame quieres?- ciertamente el estaba más avergonzado que molesto. Pero todo era culpa de el idiota de su hermano.

-Te conozco Edu y tu no estas molesto ¿qué tienes?- se maldijo en sus interiores

¿Por qué tenía que ser un libro abierto?

¿Por qué el y no Chaz?

Mierda.

-No pasa nada, sólo estoy cansado y algo agotado. No dormí muy bien- contestó el, apoyando su puño en su cabeza como soporte. Su mirada perdida en un punto fijo.

  Podía decirse que gran parte de ese cansancio se debía a que no pudo parar de pensar en lo que encontró respecto a la chica. Su curiosidad debía ser saciada, así que no dudo en contactar con su aliado, Jackie Bruce alias JB, un hacker bastante instruido para escarbar en los muertos enterrados de las personas. Y mira que ha encontrado unos bastante profundos. Así qué buscar información sobre la chica fue pan comido. Aunque no encontró demasiado, habían muchas cosas que no le cuadraban.

  -Si tu lo dices- se encongo de hombros Chaz.

-¿De que hablaron?- pregunto. Chaz no pudo aguantar las ganas de reírse en su cara - ¡No me causa ninguna gracia!- exclamo, a lo que le causo una punzada en su cabeza - Mierda-

  Tomo su teléfono y marco la línea que lo conectaba a Imalay

-Por favor, tráigame una pastilla y café sin azúcar - colgó. Ni siquiera le dio tiempo a contestar a la muchacha. No estaba para ser amable con nadie

-Tranquilo Edward, ella no tiene la culpa de tu mal humor-

Edward, era una persona complicada en el sentido de que no sabías si estaba en completa calma o todo echo un ogro.

  Imalay llego con su  pastilla y su café, con una expresión muy confundida. Su jefe se había comportado como todo un caballero en estos dos días y que ahora venga a hablarle así la confundió demasiado, aunque podía entender que no estuviera de humor.

  Coloco el café y la pastilla en su escritorio y se retiró. Pero antes de llegar a la puerta Edward la llamo.

-¿Se le ofrece algo señor?- contesto en calma

-Siéntese- demando, con tono rudo.

  Chaz había abandonado la oficina hace rato. Antes de que Imalay llegara.

  Se sentó frente a el. No bajó la mirada, tampoco la cabeza, eso era demostrar ser débil y ella no lo era. Aunque verlo fruncir el ceño, con el cuerpo todo tenso y la mandíbula apretada a más no poder, hacia que su cuerpo temblara como una hoja. Se veía intimidante.

-¿Qué se le ofrece?- volvió a preguntar, impaciente.

-¿Le gusta el café sin azúcar?- pregunto, dándole un sorbo a ese café tan bueno. ¿Qué tenía de especial?

  En su mente, buscaba la mejor manera de tranquilizarse y poder comenzar una conversación para saber más información sobre ella.

-No-

   Frunció el ceño, confundida.

-¿Se le ofrece algo? tengo mucho trabajo- esta vez, su tono era deseaperado. Se estaba poniendo nerviosa.

-Solo quiero saber más sobre ti, leí tu informe y hay algo que no acaba de convencerme-

¡Ja! ¿Qué clase de indirecta es esa? ¿Si era una ladrona, si era una persona falsa? Bueno tal vez un poco pero no ladrona, primero se muere de hambre.

-¿Como que quiere saber?- pregunto, desconfiada.

  Tampoco le contaría la verdad, eso incluiría un despido seguro pero, como dice el dicho "el que no arriesga no gana" y ella quería ganar.

-No se, ¿en realidad tienes 19?- sus ojos se posaron en ella, estudiándola y la vio temblar. Era obvio que escondía algo pero ¿Qué?

-Eso es correcto-

-Muy joven para trabajar, dime ¿porque lo haces?- pregunto con curiosidad.

  Lo dicho, era muy curioso pero es que era ella quien lo hacia ser así.

-Señor, cuando uno tiene necesidades, hace lo que sea para ayudar a los que quieren- contesto afable.

  Esferas la estudio, parecía decidida, como si estuviese dispuesta a entregar su alma al diablo por proteger lo suyo.

-Espero que mi edad no sea un inconveniente para usted-

  Le tenía sin cuidado la edad pero se preocupaba. Era su empresa y la protegía a toda costa, las mujeres bonitas siempre traían algo entre manos y que ella fuera así toda callada como si estuviera estudiando todo lo ponía nervioso.

-No se preocupe, está todo bien-

  Se miraron, ambos estaban absortos en sus pensamientos, dándole vueltas a la situación. Eduardo abrió la boca para hablar pero Imalay se le adelantó.

-No tengo nada mas que contarle, ahora si me disculpa tengo mucho trabajo- se levantó de la silla y salió muy rápido de la oficina.

  Su voz había cambiado de pacífica a algo ruda y quebrada.

  Le sorprendió su reacción. La verdad no pensó que le afectaría tanto preguntarle sobre ella y su reacción le confirmo que había algo oculto detrás de esos ojos negros que lo estaban volviendo loco. Dejo su taza de café en el escritorio y se pudo a pensar en la huida de la chica. Había sido un idiota, uno y grande, lo admitía, algo tenía ella que hacia que todo su cuerpo se tensara, hacia que su cuerpo temblará. Tal vez la chica no se sentía cómoda consigo misma o bien podría ser una estafadora. Algo había en ella e iba a descubrirlo.

  Hablar del pasado es algo que la hace sentir realmente mal. Algo que no quiere recordar pero que constantemente esta tatuado en su piel, algo de lo que no se puede zafar.

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