Black (Yaoi/BL)

By Shinsenna

11.7K 1.8K 132

Colors II Demasiadas cosas habían terminado pasando en un solo verano. Aike y Siro ahora tendran que encontra... More

Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 24
Cap. 25
Cap. 26
Cap. 27
Cap. 28
Cap. 29
Cap. 30
Cap. 31
Cap. 32
Cap. 33
Cap. 34
Cap. 35
Cap. 36
Cap. 37
Cap. 38
Cap. 39
Cap. 40
Cap. 41
Cap. 42
Cap. 43
Cap. 44
Cap. 45
Cap. 46
Cap. 47
Cap. 48
Cap. 49
Cap. 50
Cap. 51
Cap. 52
Cap. 53
Cap. 54
Cap. 55
Fin

Cap. 23

197 31 2
By Shinsenna

Los problemas con los sueños de Aike a este paso se iban a volver un problema gordo, no por que pudiera perder el control por una pesadilla, eso tenía solución, sino por su salud.

Creo que hoy era la primera vez que era capaz de dormir de verdad desde que tuvo la primera pesadilla.

Por culpa de mi medicación me era muy difícil saber y controla realmente cuantas horas estaba durmiendo, pero su cara ya hacía tiempo que dejaba ver que eran pocas.

Muy pocas.

Demasiado pocas...

Al menos Klari no era de las de montar escándalo, al decirle que no podía dejar a Aike solo para llevarla al gimnasio a entrenar lo entendió y solo se puso a leer un libro cualquiera de la librería.

Eso dejó a Aike dormir más, pero al final se despertó casi en pánico saliendo de la habitación buscándome.

–Ya está, todo está bien –Susurré abrazándole para calmarlo.

–Estás vivo –Musitó temblando ligeramente.

Podía notar perfectamente como su mano agarraba mi espalda con todas sus fuerzas.

–Si, todos estamos vivos –Afirmé tratando de que eso le devolviera a la realidad y lo reconfortara.

Definitivamente esto estaba destrozando a Aike.

Hasta que no se sintió calmado de verdad fue incapaz de soltarme, y aún así...

Nos pasamos el resto de la mañana pegados, Klari estaba absorta en el libro y prefería terminarlo antes de ir a entrenar, así que volvimos a la habitación en cuanto Aike desayunó.

No iba a mentir, tener una cama matrimonial para los dos de nuevo era un lujo que estaba encantado de volver a tener.

–Cielo, cuanto estás durmiendo últimamente? –Dudé teniéndolo entre mis brazos apoyado en mi mirando a la pared en silencio.

–Si tengo suerte más de dos horas... pero no suele ser así –Contestó con sinceridad dejando que le peinara con los dedos–. Lo prefiero... cuanto menos duermo más difícil es tener una pesadilla.

–Pero te está destrozando mentalmente –Negué consiguiendo que se levantara de mi.

Su aura verde era tan intranquila... me estaba contagiando él a mi, no yo a él.

Aún así no respondió nada, solo encogió las piernas para apoyar la cabeza en ellas.

–Por que te fuiste esta noche? Cuando te busqué y no te vi a mi lado en cama tuve miedo –Insistí inclinándome sobre él y dándole un beso en la espada aún con la tela en medio.

Sentir su cacho de cama frío casi me hace entrar a mi en pánico... creí que le había pasado algo.

–No quería despertarte ni molestar –Respondió en un susurro sin quejarse por que le diera otro beso.

–Creí que te habías ido... Prefiero que me despiertes y tratar de lidiar con mi mal humor a volver a tener un susto así –Medio pedí llevando mis manos a su camiseta para levantarla.

Sentir como le daba un beso directamente en su piel le hizo estremecer por un segundo incorporándose ligeramente.

Eso me dejó tirar más de la camiseta hacia arriba.

–Lo siento –Musitó sin quejarse por volver a sentir mis labios en su piel.

Podía ver perfectamente la cicatriz de su operación, gracias a su energía estaba curado y ya le habían quitado los puntos, pero le habían mantenido el brazo inmovilizado por una semana más para dejar que las nuevas uniones se energía se asentaran de verdad.

A mi también me habían quitado ya los puntos y solo tenía que tener cuidado con los esfuerzos por una semana o dos, pero eso al final no era el problema real.

Tal vez debía hablar con el Maestro y pedirle que empezara con la preparación psicológica... pero no sabía si Aike lo aguantaría.

–Ahí se siente raro –Murmuró al sentir como le daba un beso justo en la cicatriz.

Si, sabía a lo que se refería.

–Es por la cicatriz, tienen una sensibilidad muy diferente, es un cosquilleo muy ligero –Respondí dándole otro beso al lado de la cicatriz donde sabía que ya se sentiría normal.

–Para –Pidió al sentir como mis labios seguían y seguían–. Si sigues así voy a querer más.

–Está bien, Klari está distraída y es pronto, tenemos tiempo para hacer más –Tenté llevando mis manos a su frente consiguiendo que volviera a apoyarse en mi tapándose la boca al ver mis manos comenzar a jugar con sus pezones bajo la tela.

Llevábamos ya mucho tiempo sin hacer nada... más específicamente desde que llegamos a casa de sus padres.

No se negó a mis movimientos terminando inclinando la cabeza para dejarme vía libre a que besara su cuello.

Su aura al fin se estaba calmando y volviendo rosa de nuevo.

–Tus heridas... –Murmuró aún intentando quejarse ya comenzando a mover las piernas intranquilo por lo que estaba despertando en su pantalón.

–Está bien, si lo hacemos muy lento no me tiene que pasar nada –Respondí llevando una de mis manos a su pantalón.

Me encantaba cuando se preocupaba con esa dulzura de mi.

     *.      *.      *.      *.

Siro al final me hizo olvidar absolutamente todo.

Solo podía centrarme en él.

Pero al final tocaba volver a la realidad.

–Entrenas conmigo Siro? –Preguntó Klari una vez llegamos al gimnasio.

No entendía muy bien que quería el Maestro que hiciera aún con el brazo inmovilizado, pero dijo que debíamos seguir con la rutina.

–No, mi cuerpo aún no está para entrenar –Negó Siro dejando que Klari se fuera a su bola.

–Entrena con nosotros Siro, nunca viene mal meditar –Sugirió el Maestro ya sentado en la esquina de la que se había apoderado para mis entrenamientos.

–La verdad es que quería hablar con usted –Respondió Siro sentándose al mismo tiempo que yo.

Hablar con el Maestro?

–Dime.

–He estado pensando que tal vez... con toda esta situación debería... –Trató de hablar dudando bien como expresarse mirando hacia a mi por un segundo antes de mirar de nuevo al Maestro– yo tengo una preparación psicológica... pero Aike no...

–Hasta que no controle su energía no se puede preparar psicológicamente para nada –Negó el Maestro entendiendo mejor que yo que pasaba.

Prepararme?

–Tu has pasado por esos entrenamientos, sabes lo que pasa en ellos y a los límites que te llevan –Siguió hablando el Maestro haciendo que Siro agachara la cabeza.

El aura de Siro terminó dejando de ser blanca y pasando a ser entre violeta y verde.

–Lo se, pero...

–En que has estado pensando últimamente Aike? –Le cortó el Maestro haciendo a Siro suspirar.

Pero la pregunta iba para mi.

–Bueno... en bastantes cosas –Contesté algo dudoso sin saber si mirar a Siro o al Maestro.

–Duermes bien? –Insistió con rapidez.

–No mucho...

–Sientes apetito?

–Algo...

–Crees que la situación te está sobrepasando?

Pero a esa pregunta me quedé en silencio.

Mi único instinto era decir directamente un si... si me sentía sobrepasado por todo, por responsabilidades y sentimientos, las pesadillas que no se iban ni cuando despertaba... me sentía sobrepasado por mi mismo.

–Respira –Pidió Siro apoyando su mano en mi espalda.

Al escucharlo tomé aire dándome cuenta de que tenía razón, había aguantado la respiración.

–No estás listo para un proceso de preparación psicológica, pero... Siro tiene razón, necesitas algo –Suspiró el Maestro sin necesidad de que respondiera a su última pregunta–. Solo tienes 18 y ni hace un año que te tienes que enfrentar a todo esto, es normal que lo estés afrontando con inseguridad y miedo.

–Si? –Dudé agachando la mirada tratando de retener una lágrima.

En Francia había dicho que no seguiría llorando... pero al final era incapaz hasta de eso.

–Claro, tanto Siro como yo y todas las personas que ves aquí se han pasado el último examen, eso quiere decir que han soportado las pruebas de preparación física y psicológica –Explicó dejando que Siro me diera la mano–, pero tu no has pasado por nada de eso. Estás actuando como cualquier humano normal haría.

–Pero yo no soy un humano normal –Musité apretando con fuerza la mano de Siro.

Si fuera normal nadie estaría en peligro... todo estaría bien.

–Eres más normal de lo que crees –Respondió el Maestro antes de ponerse en pie–. Trata de calmarlo, voy a hacer una llamada.

Y nos terminó dejando solos.

–Por que lloras? Te sientes sobrepasado? –Preguntó Siro poniéndose frente a mi sin soltar mi mano–. Es por que no querías que se lo dijera al Maestro?

–No... solo me siento un poco sobrepasado –Acepté sin poder evitar sonreír al ver que besaba mi mano–. Y tampoco esperaba que se lo dijeras.

–Lo siento –Se disculpó volviendo a darme un beso en la mano–. Me encantaría poder protegerte de todo... pero ya no lo consigo, en el momento en el que empezaste una pelea en ti mismo con tu miedo y sentimientos yo ya no puedo hacer nada... no puedo protegerte de ti mismo, y eso me preocupa... aunque me encantaría que jamás tuvieras que pasar por una de esas pruebas.

–En que consisten esas pruebas? –Dudé consiguiendo limpiarme la última lágrima.

–Te ponen en la peor situación de todas –Explicó volviendo a coger mi mano–, te hacen hasta olvidar que es un examen y te encierran en tu propia cabeza enfrentándote a lo peor, si eres incapaz de hacerlo es que aún no estás listo para graduarte.

Solo escuchar hasta que punto trataban de llevarte al límite me llegó para tensarme.

No, no quería pasar ni por asomo por algo así... pero en un futuro terminaría ocurriendo.

–Cierra los ojos –Pidió Siro acercándose a mi y dándome un beso en la frente.

Ni siquiera me plantee preguntar o negarme, solo lo hice.

–Respira tranquilo, vale? –Medio aconsejó agarrándome con firmeza.

No entendía que pretendía, pero le obedecí sin quejarme tomando aire como cuando el Maestro pretendía que meditara.

Al final poco a poco sentí a mi cuerpo caer de nuevo en el agua, como cuando iba a meditar y perdía el control, pero esta vez se sentía bien, como si flotara.

No estaba perdiendo el control ni me estaba provocando un desequilibrio.

La energía de Siro se hizo visible frente a mi al ser el que agarraba mi mano, y la mía también.

Mi energía era extraña.

Era mucha... demasiada.

Era un lío que se unía con la de Siro en mi mano, podía ver todas las partes en las que se acumulaba la energía de Siro por sus heridas.

También podía sentir como mi energía pasaba por cada pequeña parte de mi cuerpo en su totalidad.

Se acumulaba en las heridas de mi brazo inmovilizado...

Ojalá pudiera curarse tan rápido como lo hizo mi pie en Francia.

–Vuelve –Pidió la voz del Maestro desde alguna parte haciéndome abrir los ojos de golpe.

Por la brusquedad sentí como si me diera completamente un bajón y un calor extraño se acumuló de repente en mi brazo.

–Tranquilo –Pidió Siro agarrándome antes de que cayera hacia atrás.

–Has vuelto muy rápido, es normal que te marees –Explicó el Maestro dejando que Siro me cogiera entre sus brazos para pegarme a él.

Todo era un poco borroso, pero poco a poco estaba volviendo a la normalidad.

–Quema –Musite quejándome del calor en mi brazo.

–No te muevas –Pidió Siro evitando que tratara de quitarme las vendas que tenían inmovilizada hasta mi mano.

Al final el Maestro y él fueron los que me quitaron las vendas algo ensangrentadas por las heridas.

Se habían curado, quedaron cicatrices... pero se habían curado.

Continue Reading

You'll Also Like

290K 55.7K 200
En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza bruta y sus agudos instintos, muere a manos del jefe al que ser...
49.4K 3.8K 41
Es extraño imaginarte a tu mejor amigo y a ti como pareja. Es extraño imaginarte a tu mejor amigo y a ti besándose. Es extraño imaginarte a tu mejor...
162K 34.3K 200
⚠️Solo a partir del capítulo 201, primera parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza...