Si hay algo de lo cual Shikamaru jamás se arrepentiría sería el amar a su esposo y eso incluye el hecho de haberlo embarazado, esperaba con mucha felicidad la llegada de su hijo o hija le hacía mucha ilusión tener un pequeño ser producto de su inmenso amor.
¡Pero vamos nadie le había advertido que un embarazo era tan problemático!
En el primer mes habían iniciado las náuseas al despertar, por la tarde y por la noche, no había un solo descanso y mucho menos se podía disfrutar la comida el sólo olor era tan asqueroso y hacia el comer algo muy difícil al igual que otros olores causaban arcadas. Sabían que era el síntoma más común que tenían las personas embarazadas y a su parecer era de las horribles que hubiera deseado que no existieran.
En el segundo mes comenzaron las ganas de orinar con mucha frecuencia, las náuseas seguían presentes pero ya era algo un poco más fácil de llevar, también había dolores de espalda y otros síntomas más y todo eso era muy difícil para su esposo pero también para él mismo ya que era quien tenía que velar por Naruto y no me malinterpreten amaba estar para su amado pero había ocasiones en las cuales era difícil tratar con él.
Solo quería cuidar a su rubio incluso el antiguo sensei de su esposo y anterior Hokage Kakashi se había ofrecido para retomar el puesto temporalmente para que Naruto pudiera disfrutar la etapa del embarazo sin estrés por el trabajo pero el chico se negó con el argumento de “Estoy embarazo no inválido y mientras pueda cumpliré con mi trabajo”
Era complicado tener el estrés del trabajo y un chico embarazo y que ese chico fuera el Hokage ya que usaba su posición para conseguir lo que quería, tenía que ser muy cuidadoso y no caer.
—Shikamaru Nara.— el grito se escucho por toda la oficina y por el pasillo.— ¡SHIKAMARU!
Se encontraba hablando con un ninja en el pasillo sobre estrategias para una misión que se llevaría acabo, en ese instante escucho el grito de su esposo así que con un poco de prisa se despidio del otro hombre.
—Lo siento tengo que ir pero más tarde podemos retomar la charla.
—No se preocupes Shikamaru San.
Con eso arreglado salió corriendo hacia la oficina, llegando abrió la puerta con fuerza.— ¿Estás bien amor? ¿Te duele algo?— La preocupación se podía notar en su voz.— ¿Qué ocurre?— se acercó a su chico para verlo mejor y asegurarse que no tuviera una herida.
—Me duele la pancita porque tengo hambre, amor.
Shikamaru solto un suspiro de alivio al saber que no era algo tan grave. Se puso en cuclillas para estar a la altura del vientre de Naruto y comenzó a sobarlo por arriba de la ropa.
—¿Qué deseas comer?
—Ramen, ramen, ramen.—decía mientras movia sus brazos de arriba para abajo demostrando su entusiasmó.
—Verduras con arroz, un poco de carne y sopa de algas anotado.—naruto hizo un puchero cuando escucho a su pareja siendo notado por el otro.—Cariño sabes que no puedes comer siempre ramen, no es saludable para ustedes tienes que comer balanceado.
—Haz lo que quieras.—resondio secamente.— En ese caso no me hubieras preguntado si harías lo que tú quisieras. No me compras ramen por qué ya no me quieres ¿Verdad?
Y aquí vamos de nuevo, cuando le niega algo a Naruto este se enojada y hace berrinche por no conseguir lo que quiere, es su forma de hacer que se sienta culpable y cumpla sus caprichos pero ha logrado no caer. En algún momento el rubio le aplicará la ley de hielo pero siendo rota cuando no obtiene su atención.
No podía quejarse ya que apenas era el inicio de toda la etapa del embarazo aún faltaban ocho meses más y digo que faltan ocho por qué su esposo al ser un jinchuriki se le agregaba un mes más de gestación. Lo único que le quedaba por hacer era tener mucha paciencia y mucho amor para Naruto.
Además su recompensa sería lo más hermoso.
Así que vamos, esto no puede ser lo más difícil.
-Axx⚘