Tres días después estaba nuevamente junto a Angelo en la camioneta, me encontraba frustrada al no haber podido hacer lo que mi padre me pedía. Estaba siendo muy difícil encontrar el lugar donde tenían a Mateo. La policía tenía miedo de que le hicieran justo lo que yo estaba intentando, así estaban siendo tan discretos como podían, lo querían protejer de nosotros, era una lástima que ya no tuviera salvación.
Ni yo tampoco, me está excediendo de una manera en la que nunca lo había hecho, fumar se me está saliendo de control. Lo entendí mientras veía el objeto consumirse entre mis dedos, era el número quince de la mañana, y tan solo eran diez. No quería pensar pero la cabeza me dolía y la calefacción del auto se está volviendo sofocante junto al humo.
- señorita... - la voz de Angelo me sacó del trance y me hizo levantar la vista para prestarle atención - necesita algo? Quiere que nos detengamos
- no - respondí apagando la colilla en el cenicero, me acomodé el cabello suelto retirandolo de mi cara y baje el vidrio de la ventana para recibir un aire refrescante y frío - es solo que me faltan opciones y tiempo - Angelo estuvo es silencio hasta que sacó una carpeta de la guantera
- no sabía si darle esto o no, pero viendo cómo van las cosas quizás le ayude - me entregó lo que tenía en las manos y continuó con la vista fija en la calle por la cual conducía
- que es? - pregunte confundida aún sin abrirla
- lo que investigue sobre el joven Taylor Hudson
- Angelo ahora no tengo tiempo para esto - dije queriendo darle la carpeta de nuevo - en este preciso momento solo seria una distracción
- le va interesar - la abrí pues me dio curiosidad saber a que se refería con que me sería útil
Nombre: Taylor Hudson Miller
Padre: Bruno Hudson, jefe de policía de New York
Madre: Anne Miller, Doctora neurocirujana
Edad: 21 años
Profesión: Estudiante de fotografía.
Trabaja medio tiempo en un estudio fotográfico
Y las siguientes páginas estaban llenas de información como su fecha de nacimiento, 22 de febrero, horarios, algunos intereses, fotos con sus padres, amigos y la que supuse era Nataly, rubia y delgada. En su vida cotidiana se veía tan alegre y sonriente, con camisas y poleras de colores vivos y fuertes
- Sabes si volvió con su ex novia? - dije levantando la vista de los papeles en mis manos
- parece que no. Pero eso no sería problema para usted, la chica no mide mucho más de un metro sesenta y las facciones de su rostro no son demasiado extraordinarias
- ahora eres experto en belleza? - pregunté con algo de diversión ante sus palabras
- no. Solo observador y objetivo - contestó con seriedad manteniendo la vista al frente, suspiré y volví a ver los papeles
- como sea, averigua donde va estar esta tarde...
- trabajando seguramente - se apresuró a responder. Vi la hora en mi reloj y supe que tenía mucho tiempo
- supongo que puedo tener una buena siesta antes de ir allá
- así es - respondió girando en una esquina sabiendo que iríamos a mi apartamento. Cuando estuve allá pude dormir, el problema fue que necesité tres cigarros antes de poder cerrar los ojos, no quería pensar en eso, solo ignorar el problema lo más que pudiera.
Al despertar sentí que me dolía el cuello, había estado varias horas boca abajo sobre la cama y esa no era la mejor posición para descansar. Camine al baño intentando desaparecer la incómodad y me desvesti rápidamente luchando para no ir a buscar un cigarrillo, cosa que no pude evitar hacer, terminé saliendo a la habitación otra vez y entrando a la ducha con el. En esa ocasión quise agua caliente y me deje cubrir po ella apoyando mi frente agachada sobre el vidrio para que el agua cayera sobre mi espalda y no apagará el cigarro, todo era vapor y humo, tan gris como siempre... Como si todo a mi alrededor le faltara vida. Y con ese pensamiento en mente sentí un nudo formarse en mi garganta, mis ojos ardiendo con rapidez. Inmediatamente los cerré con fuerza y traté de respirar lo mejor que pude, pero mientras lo hacía más pensamientos oscuros llegaban a mí, como lo dependiente y consumida que estaba... Y no había nadie conmigo. Pude evitar llorar, pero no escribir Fiama sobre es cristal empañado. Cada vez era más horrible recordarla, incluso me daba rabia hacerlo por lo mucho que la necesitaba y no podía tenerla, mientras la impotencia y el anhelo de tantos años se empezaba a desbordar dentro de mí. Aveces quería ir a cabar en su tumba para reafirmar que estaba muerta y por fin entender que no volvería a tenerla, por más que lo deseará o espera con inocencia cada noche recibir una mirada suya antes de dormir, era algo imposible, inalcanzable.
Fumé uno más antes buscar mi ropa, un pantalón negro ajustado, botines negros y camiseta negra, incluso vestirme estaba empezando a ser tortuoso, por lo que trate de parecer menos parca con un abrigo de animal print mayormente gris y pequeño detalles... Negros. Me mire en el espejo pensando que hacer con mi cabello, pero no tenía ni los ánimos ni la paciencia para intentar arreglarlo, solo lo seque y deje suleto como siempre poniendo un gorro esponjoso ridículamente caro sobre el.
Baje el estacionamiento para encontrarme con Angelo.
- voy a ir sola - le advertí a penas lo vi de pie a un lado de la camioneta
- me temo que no puedo complacerla en eso, lo más que pueso hacer es dejar que conduzca su propio auto mientras yo la sigo. De forma discreta claro esta
- sin más opciones supongo que lo único que puedo hacer es aceptar - me acerque a él y estire mi mano para recibir las llaves - gracias - dije al tenerlas y continuando por la larga fila de autos que estaban perfectamente alineados a mi derecha hasta llegar al deportivo naranja que nunca utilizaba, pero acepte por ser un regalo que me había dado mi padre en mi último cumpleaños. Quizás lo más colorido que había tenido en muchos años. Angelo se agachó para abrir la puerta y espero a que entrará en el para cerrar
- con cuidado... Y despacio - sugirió con tranquilidad aun inclinado para poder estar de mi
- si querían que fuera despacio no debieron darme esta auto - dije mientras encendía el motor y arrancaba. A medida que avanzaba me pregunté por qué no conducía más seguido si era tan... Agradable.
Cuando llegué al lugar que indicaba de la dirección me encontré con gran letrero con el nombre del estudio fotográfico, baje del auto y no vi a Angelo cerca, así que cruce la calle, acomodé mi gorro y abrí la puerta escuchando sonar la campana que estaba sobre mi, y mientras la miraba escuche a un hombre frente a mi.
- tú - dijo con una sonrisa y el ceño fruncido
- yo - respondí acercándome a la vitrina que nos separaba - el mundo es bastante pequeño al parecer. Trabajas aquí? - pregunté intentando parecer un poco sorprendida
- si - respondió acomodando su cabello varias veces hasta que decidió atarlo en un moño alto con una liga que tenía alrededor de su muñeca - y... Que te trajo aquí? - la verdad no había pensado en la excusa que usaría
- bueno yo... Fotos - dije como si fuera la más obvio
- claro - dijo riendo - y que clase de fotos, buscas algo en especial o? - no sabia a que se refería por que no tenía ni la más mínima idea del tema, por lo que al ver unos cuantos cuadros en la pared del fondo se me ocurrió algo, ciertamente estúpido
- mi, mmm... de matrimonio - al escuchar eso su cara cambió, la sonrisa que tenía se fue
- te... Vas a casar?
- no, no, yo no. Mi... prima - mierda, eso había una completa mierda ni siquiera tenía una prima
- bien, lo siento - se disculpo recuperando su expresión del principio - entendí mal supongo
- no hay problema - dije mientras lo veía buscar algo del otro lado de la vitrina y sacar una libreta grande y una pluma
- así que dime que día es, la hora - hablo mientras la abría, y yo no tenia nada para decir - el lugar
- no - Taylor me miró - no es la boda como tal, es... La despedida de soltera
- estas a cargo de eso? Genial es divertido, por lo general nadie quiere evidencia de eso... Pero, esta bien
- claro - dije pensando que fue estúpido ir allá sin saber que iba a decir
- y tienes una temática en mente, que has pensado
- nada en realidad, no es lo mío. Pero siendo una despedida de soltera quizás los penes sean una buena opción no
- penes? - repitió soltando una carcajada - tiene sentido, después de todo no verá muchos luego de casarse
- supongo - Taylor abrió la libreta otra vez
- y eso cuando sería?
- qué tal si me das un numero donde pueda llamar, soy muy mala con esto, así que por ahora solo estoy viendo las opciones
- si, por supuesto - fue a buscar un tarjeta negra con letras doradas pero no estaba ni su nombre, ni su teléfono, los datos eran los del estudio fotográfico - cuando tengas claro lo que quieres llamame, voy a poner mi numero personal por si tienes dudas - dijo escribiendo en la parte de atrás donde era color blanco - o si quieres ideas, no soy experto en penes, pero se algunas cosas sobre cómo organizar reuniones
- y yo no sé nada sobre eso - respondí con la tarjeta en mis manos
- entonces puedes escribirme cuando quieras o... venir
- como vas con tu novia? - pregunte cambiando el tema
- ex, y ya no tenemos nada... - de pronto se quedó cayado mientras miraba a la calle, me gire para ver que sucedía y me encontré con la chica rubia abriendo la puerta y haciendo sonar la campana
- hola amor - saludo ella mirándome
- no sé que haces aquí ni por que me estas diciendo amor, así preferiría que te fueras - en ese momento Taylor parecía enojado, no estaba gritando ni alterado, pero era obvio el cambio en su semblante
- quiero que hablemos - insistió
- estoy trabajando - dijo con firmeza guardando la libreta donde estaba antes
- desde dónde está viendo parecía que estabas coqueteando - recriminó Nataly mirándome de arriba con desprecio, y no es que hubiera importado, simplemente nunca nadie me había hecho algo así. Por lo general la gente me respetaba
- y? Eso no es de tu incumbencia. Así que vete de aquí. Nos reservamos el derecho de admisión - dijo con seriedad señalando la puerta, y viendo la cara de la chica que parecía completamente ofendida pensé que era la primera vez que presenciaba la discusión de una pareja... o ex pareja
- estás siendo un patán por nada Taylor. Me tratas de una forma horrible y no te importa cuanto me lastimas con eso. Creí que eras un mejor hombre, uno que nunca actuaría como lo estás haciendo ahora - los ojos de Nataly se estaban llenando de lágrimas y su voz también había cambiado
- mierda, te actúas como la víctima cuando esto fue tú culpa - los puños de Taylor estaban apretados sobre el cristal de la vitrina, con sus nudillos rojos debido a la presión, parecía que el vidrio se podía romper en cualquier momento - no pides venir y hacerme sentir mal por tener dignidad y no querer seguir con alguien que no me respeta
- ni siquiera me escuchas! Estas siendo injusto - se quejo acercando si mano a la de Taylor. Parecía que ambos habían olvidado que yo seguía ahí
- y tú fuiste una traicionera primero, así que vete de aquí - contestó quitando sus manos del cristal - y no quiero problemas con Tim, no hagas que me corra de aquí - al final bajo el tono de su voz
- vamos a hablar a si no quieras - advirtió Nataly dando una última mirada y sabiendo del local. Después de un suspiro Taylor volvió a mirarme
- lo siento, eso fue... - habló mirando el suelo con los brazos apoyados a gran distancia nuevamente en la vitrina
- menos costoso que los voletos para ver Zac Basinger - al decir eso una sonrisa se dibujo en su rostro
- recuerdas eso? es vergonzoso - se quejo dándome la cara
- lo dijiste muchas veces - la campana sonó otra vez interrumpiendo la conversación, pero era un simple chico queriendo una cámara - adiós - dije empezando a salir sabiendo que Taylor estaría ocupado
- de nuevo lo siento - dijo mirándome con lo que parecía ser una expresión de culpa
- no importa - traté de parecer amable y sincera con mis palabras, mientras abría la puerta, él se veía indeciso entre atender al chico o ir conmigo para disculparse una vez más, por lo que salí sin mas esperas. Y después de caminar unos cuantos pasos mi nombre se pronunció con fuerza por una voz que no grata
- Antonella! - Nataly se acercaba - así que eres tú! - ya frente a mi vi la rabia en su mirada - escuché un par de romures sobre ti. Pero quiero te bajes de la nube en la que estás y olvides cualquier posibilidad que hayas creído tener con Taylor
- no creo que eso sea algo que tú puedas decidir, o pedirme - me mantuve calmada pero firme en mi postura viéndola desde arriba
- entiende que él lo único que busca de ti es sexo! Una follada rápida y adiós. Eres bonita, no tengo problemas en aceptar eso y entiendo es lo que tiene a Taylor tan enganchado, pero él me ama. Y un año de relación pesa más que una linda cara. Te va dejar cariño, y volverá a mi, así que ahorrate la decepción y vete antes de se aburra. Él no te quiere y a mí me adora, íbamos a vivir juntos - me quedé muda ante eso, tenía toda la razón, era indiscutible que me había dicho solo la verdad. Al ver que yo no tenía nada para decir, solo mis ojos firmes sobre los suyos, sonrió con sufiensia y se fue chocando su hombro con el mío haciendome retroceder un paso mientras el efecto de sus palabras se notaba en la agonía de mi rostro, una que quise ocultar contemplando el asfalto.
No importaba que él no me amará, la cuestión era que no tenía a nadie que me amará... y eso sí dolía.
- señorita se siente bien? - me pregunto Angelo tocando mi hombro, había aparecido de la nada y parecía preocupado. Yo no respondí pues respiraba con dificultad y me estaba mareando
- quiero ir a mi casa - dije sosteniendo me de su brazo
- lo siento... Pero tenemos que ir con su padre. La señora Fiorela y el señor Luca están aquí - eso era lo que necesitaba para sentirme peor de lo que estaba. Lo último que quería era verlos a ellos.