Si las personas fueran conste...

By flormsalvador

10M 1.1M 2.1M

Aidan tenía una vida perfecta, hasta que descubre que su familia le oculta un terrible secreto. *** La vida d... More

LIBRO 1. Introducción
✵ Capítulo 01
✵ Capítulo 02
✵ Capítulo 03
✵ Capítulo 04
✵ Capítulo 05
✵ Capítulo 06
✵ Capítulo 07
✵ Capítulo 08
✵ Capítulo 09
✵ Capítulo 10
✵ Capítulo 11
✵ Capítulo 12
✵ Capítulo 13
✵ Capítulo 14
✵ Capítulo 15
✵ Capítulo 16
✵ Capítulo 17
✵ Capítulo 19
✵ Capítulo 20
✵ Capítulo 21
✵ Capítulo 22
✵ Capítulo 23
✵ Capítulo 24
✵ Capítulo 25
✵ Capítulo 26
✵ Capítulo 27
✵ Capítulo 28
✵ Capítulo 29
✵ Capítulo 30
✵ Capítulo 31 - PARTE UNO
✵ Capítulo 31 - PARTE DOS
✵ Capítulo 32
✵ Capítulo 33
✵ Capítulo 34 - PARTE UNO
✵ Capítulo 34 - PARTE DOS
✵ Capítulo 35
✵ Epílogo
DISPONIBLE. Libro 2

✵ Capítulo 18

183K 27K 33K
By flormsalvador

—¿Por qué una perforación? —Borris me pregunta, manteniendo su mirada en el camino.

Lo miro durante unos segundos y, antes de regresar a la ventanilla del auto, sonrío a medias.

—¿No crees que sería una buena opción hacerme una justamente aquí donde está mi cicatriz? —cuestiono, apuntando la esquina de mi ceja a pesar de que no voltee a verme—. A parte, si en un año me la quito puede cerrarse de nuevo, ¿no?

—Tal vez —dice encogiéndose—, no sé cómo funciona el cuerpo —se ríe—. Se te vería genial... creo, pero ¿por qué esa decisión tan repentina?

Frunzo mis labios.

—Solo desperté y pensé "oh, creo que hoy se me antoja hacerme una perforación", tengo unos ahorros y he decidido gastarlos en mutilación —vacilo.

—Eres raro —murmura—, cada día me sorprendes.

—¿Por qué no te haces uno conmigo? —le propongo.

—¿Qué? —arruga su entrecejo, soltando irónico—. Nunca, no me voy a perforar.

—¿Por qué no? Uno en la nariz, podría decirte Toro.

—Ja, ja, que gracioso eres, Aidan.

—¿Eso es un ?

—Eso es un no.

—Lo tomaré como un sí.

—Ni de coña —niega—. No pienso hacerlo.

—Piensa, una perforación en conjunto.

Borris alza una ceja, tomándole otro sentido a mis palabras. Mi ceño se frunce y pongo mis ojos en blanco.

—Sí, ya sé, ha sonado raro, olvida que dije eso —hago una seña con mis manos y retomo un tema que me interesa—. Necesito conseguir un trabajo en el mes que estaré vagando por las calles, ¿sabes de alguno?

—¿Para qué quieres trabajar? ¿Acaso no eres un mantenido como casi todos los adolescentes?

Sí, lo soy, solo que he tenido problemas con mi familia y no quiero recibir ni un peso de ellos, prefiero ganar dinero por mi propia cuenta, aunque sea una mísera en lo que sea, pero sería por mi esfuerzo y no tener que mirarles la cara.

—No quiero ser un holgazán, vuelvo a preguntar, ¿conoces algún puesto en donde me puedan aceptar?

—¿Tus abuelos no son dueños de los cines Village? ¿Por qué no le pides que te den un puesto por ahí? Ya sea de limpieza, el que está detrás del mostrador, el que cuenta los productos o el que prepara las palomitas.

—Joder, no —farfullo.

Borris me da una mirada rápida, enarcando una ceja. Un suspiro sale de mi boca y dejo caer mi cabeza hacia atrás, tomándome el tiempo para volver a hablar.

—Me he peleado con mi familia, ¿vale? —inicio, explicándole mientras acorto toda la situación—. En su totalidad, con todos, incluyendo a mi madre y abuelos, no estoy teniendo buenos días, Borris, todo se resume a una completa mierda que aún intento controlar para que deje de doler un poco. Solo quiero distraerme en algo que no los incorpore.

El chico guarda silencio, posiblemente analizando mis palabras... o quizá solo le he dicho algo que no le interesa en lo absoluto.

—Discutir con tu familia es horrible —musita, ganando mi atención—. No sé qué ha ocurrido entre ustedes, pero me han dicho que todo tiene solución si la intentas encontrar, y si no lo haces, pronto llegará.

—¿Y mientras qué? ¿Debo soportar el peso y mi mente traicionándome?

—Relájate, si se puede resolver, ¿para qué te martirizas? —ladea su cabeza, doblando a la derecha—, y si no se puede, ¿para qué te martirizas? —bromea—. A veces las situaciones que nos rompen nos hacen fuertes, y creo que toda una vez en la vida debemos pasar por eso, tienes que tocar fondo para conocer y probar de lo que está hecha la vida.

Mantengo mis ojos sobre la palanca de cambios y repito en mi mente lo que ha dicho. Wow, en serio que Borris me ha dado un buen discurso de cómo comportarme ante la vida, me ha gustado lo que dijo.

—No te pareces en nada al chico que me mostrabas cada que me jodía —admito—. Suenas como una persona madura y eso comienza a darme miedo —me río y él igual—. Honestamente me agrada conocer esa parte de ti, me hace sentir un poco mejor y de verdad estoy agradecido. Necesitaba escuchar algo así.

El chico asiente y acelera, subiendo a velocidad. Miro la hora en mi celular y me fijo que darán las seis de la tarde.

Borris ha querido salir conmigo después de clases, quería salir un rato y abrirle hoyitos a mi cuerpo, luego de mirar una serie y ver que uno de los actores tenía un piercing, me he querido hacer uno igual.

Pude haberle dicho a Aitor si gustaba acompañarme, sin embargo, he visto sus estados en las redes sociales y se encuentra con Sue haciendo mandalas. Sí. Aitor haciendo mandalas. Le he tomado captura de pantalla para quizá luego molestar.

Han subido fotos juntos y tiene una foto de perfil de ella en su e-mail, así como también en otras redes, llegué al grado de tener que silenciar sus estados por unos días, es incómodo ver a mi mejor amigo de esa forma.

La ha acompañado al hospital para su control de la diabetes hace dos días, recibí una llamada de él preguntando si necesitaba algo. Le comenté un poco acerca de mis problemas, preferí evadir algunos temas como la denuncia de los padres de Brendon, mi desagrado por la nueva Sue y extorsioné cierta parte de la pelea con mi familia.

Algo dentro de mí siente felicidad por él, aunque al mismo tiempo quiero gritarle que Forester tiene sus caretas bien puestas para cada uno. Sigo sin comprender cómo es que ambos se han juntado.

«Por ti», canturrea mi subconsciente.

O sea, sí, pero la actitud de ambos choca, Aitor es extrovertido, liberal y todo un coqueto, igual un pesado que no se mide, mientras Sue es demasiado payasa, nunca se calla lo que piensa y tiene ideales diferentes a los de él, ellos dos podrían darse de trompadas si así lo permitiesen.

—Llegamos —Borris avisa, regresándome a la realidad.

Mis ojos se dirigen al frente, observando cada detalle exterior del local. Me vuelvo hacia el chico y pregunto:

—Entonces ¿te harás la perforación?

—¿Para qué quieres que me haga una?

Me encojo de hombros.

—Sería divertido.

—Claro, nada más divertido que abrirse hoyitos... ¡Dios, estoy tan aburrido! ¡Oh, ya sé que haré, me abriré una perforación porque es emocionante! —grita desbordando sarcasmo.

Entrecierro mis ojos, lanzándole una mirada de pocos amigos.

—Vete a la mierda —siseo, saliendo del carro.

—Es que, literal, así sonaste diciendo eso —se excusa, alcanzándome—. Se educado, quizá mi prima quiera hacerte una promoción.

—Pero si educado es mi segundo nombre —sonrío.

Borris crea una mueca de disgusto.

—Lo dudo, ¿sabes?

Bufo de mala gana y lo empujo con mi hombro, adentrándome yo primero al local.

El diseño es vintage, hay cuadros de artistas y bandas antiguas. Figuras públicas reconocidos por sus tatuajes, modelos extremadamente perforados, las sillas de espera son de color rojos y las lozas del suelo le hacen la semejanza a un tablero de ajedrez.

—¡Borris! —un chico tatuado lo saluda.

—Hey, Kasper, ¿y mi prima?

—Está haciendo una perforación, ya es el último por el día de hoy —le informa—. ¿Le avisaste que vendrías?

Ignora por completo su conversación, en realidad es algo que a mí no me interesa. Volteo hacia mi derecha y el aire de un ventilador que cuelga sobre una pared choca con mi rostro, el impacto de este trae consigo alguna especie de polvo o basura que entra en mi ojo derecho.

—Puta madre —maldigo, pestañeando varias veces para que salga.

—¿Ahora qué? —Borris interroga, volteándose hacia mí.

—Algo entro a mi ojo —le señalo—. Está molestando.

El chico aleja mi mano y lo examina, retrayendo un poco hacia abajo la línea inferior de mis pestañas, de esa misma forma lo hace con la línea superior.

—Está en la esquina, ¿meto mi dedo?

—¡No!

—Cierto está sucio, ¿le soplo?

Estoy a punto de alejarme y decirle que lo olvide, pues no le permitiré ninguno de esos métodos, cuando la voz de otra persona se proyecta detrás de Borris.

—¡Aquí no se permite que se besuqueen!

El pelinegro da un brinco, ocasionando que pique mi ojo con su dedo, yo cierro ambos de golpe y me quejo en voz alta, como si fuera poco, empiezo a lagrimear. Mierda, me ha dolido.

—¡No me estaba besuqueando! —Borris se defiende— ¡Se le ha metido en el ojo una basura!

—¡Igual tu puto dedo! —agrego.

—Aquí somos de mente abierta, lo sabes, Jeán —ríe—. No somo un armario, y tampoco lo usamos para guardar la ropa.

—Deja tus estúpidos chistes, es un amigo, se ha venido a perforar —él corta.

Tallo por encima de mi parpado y pestañeo varias veces, dándome cuenta de que la pequeña basura ha salido después de todo, sin embargo, todavía hay ardor y mi vista de lado derecho se encuentra borrosa.

Alzo mi vista, encontrándome con chica pelirroja, usa lentes, no sé si sean graduados o los usa solo por gusto, a pesar de eso, puedo fijarme que sus ojos son de un verde esmeralda, estos resaltan por su pálida piel.

—Aidan, ella es Darling, mi prima —nos presenta—, y Darling, él es Aidan.

La chica me regala una sonrisa y es así como veo que ella usa el frenillo. Siendo sinceros, cuando Borris me dijo que tenía una prima que tatuaba y hacía perforaciones, me imaginé a alguien que es fan por completo de estos y que su cuerpo se asemejaba a un banco de secundario todo rayado, aunque ha sido todo lo contrario, al menos no le veo nada en los brazos, cuello, manos ni piernas, o eso es lo que me permite ver aquel short y blusa de tirantes.

—Un gusto —asiento, dándole la mano.

—Genial —murmura—, ¿dónde querrás tu piercing?

—En la ceja izquierda —señalo—. Justamente donde está la cicatriz.

Darling se acerca y se pone de puntitas, causando una risa de mi parte, ella se da cuenta y me mira unos segundos para luego estirar mi ceja. No tengo idea de por qué ha hecho eso.

—Bien, ¿Kasper? —se gira al chico y le hace una seña, alejándose de mí.

—Tenemos una promoción por ser jueves, dos por uno, puedes escoger otro si gustas o quedarte con el que pediste y ya —él dice.

—Puede ser en otra zona y no importa el tipo de material que elijas —Darling dice encendiendo el clima—. Nariz, labio, lengua, oreja, mejillas, clavículas, nudillos...

—¿Nudillos? —su primo dice incrédulo.

—O en el pene —Kasper añade.

—¿Pene? —Borris vuelve a decir.

—El primer chico de hoy se lo hizo ahí, en el glande, un ampallang.

—Ok, esto me confirma que la gente está enferma —murmura y me mira, cambiando a un gesto burlón—. Vamos, ¿acaso no es divertido abrirle hoyitos a tu cuerpo?

—Bien —le resto importancia—. Aceptaré la promoción.

—¿Te harás una palangana? —dice horrorizado.

—Ampallang —Kasper le corrige.

—No —frunzo mi nariz—, no me voy a perforar el pene.

—¿Entonces?

Muerdo mi labio y me quedo pensando, no sé si esto sea una buena opción, pero me causa risa el hecho de que Borris esté al borde del colapso por enterarse de cosas sin que él estuviese queriendo saber.

—Lengua, me haré uno en la lengua —afirmo.

—Perfecto, puedes pasar, iré preparando las cosas —Darling me avisa y se aleja de nosotros.

Observo como se aleja la chica, su cabello es largo y lo mantiene atado en una coleta. Es bonita. Demasiado bonita. De hecho, estoy dudando que sea pariente de Borris porque no se parecen en nada, o quizá me falta descubrir un poco más.

Intento avanzar, pero Jaén me lo impide, mirándome con recelo.

—Me he fijado en como la miraste, mi prima no, ¿vale? —sentencia.

Arrugo mi entrecejo.

—Es una chica bonita, de eso se da cuenta cualquiera, ¿dónde está el pecado?

—Oh, bueno, no confío en alguien que besa a la amiga de la chica con la que se ha liado días atrás y después dice atraerle el ligue de su mejor amigo —ataca, hablando por lo bajo—. Eres un cabrón, uno que sabe esconder muy bien esa faceta, así que, Darling no. Me estás empezando a caer bien para querer odiarte, pero esa carita de ángel que te cargas no la uses con ella.

—Tranquilo, no pienso hacer nada —me río.

—Eso espero —masculla, alejándose.

Lo alcanzo, rodeándole los hombros con mi brazo y preguntar a su oído.

—Pero... ¿si está soltera?

—¡Aidan! —me reprende en un grito, su actitud me parece tan graciosa que no puedo evitar soltar una risa y alejarme de su lado dando unas zancadas.

Estoy lo demasiado jodido como para querer agregarle otro gramo más de problemas a mi vida, así que definitivamente, no pienso ni quiero pretender algo con otra persona, por ahora, solo quiero priorizarme para sentirme bien.

Continue Reading

You'll Also Like

29.9K 1.1K 34
en esta historia seras Mia 🔞
54.5K 3.8K 82
Donde Mia Campos entra a la casa más famosa del mundo a jugar o donde conocera a gente que se volverán parte de su vida y conocera también al amor ic...
1.4M 75.2K 71
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
736K 45.3K 39
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...