𝐂𝐇𝐀𝐈𝐍 ❂【JiChen/ChenSung】❂

By 9COSMO7

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ChenLe es un omega soltero con un hijo de apenas dos años, a simple vista era lógico que nadie deseara a una... More

❂【Introducción】❂
❂【1】❂
❂【2】❂
❂【3】❂
❂【4】❂
❂【5】❂
❂【6】❂
❂【7】❂
❂【8】❂
❂【9】❂
❂【11】❂
❂【12】❂
❂【13】❂
❂【14】❂
❂【15】❂
❂【16】❂
❂【17】❂
❂【18】❂
❂【19】❂
❂【DoWoo】❂
❂【20】❂
❂【21】❂
❂【22】❂
❂【23】❂
❂【24】❂
❂【25】❂
❂【26】❂
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❂【28】❂
❂【29】❂
❂【30】❂
❂【31】❂
❂【32】❂
❂【33】❂
❂【34】❂
❂【35】❂
❂【36】❂
❂【37】❂
❂【38】❂
❂【39】❂
❂【Epílogo】❂
❂【Segunda temporada】❂

❂【10】❂

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By 9COSMO7


Tenía miedo, estaba temblando y no encontraba modo de calmarse. No quería ir, pero en el fondo sabía que era su deber hacerlo, no por arrepentimiento (Aunque en cierto punto, lo era) Sino porque necesitaba saber la verdad, con toda urgencia.

Comprendía de corazón que no era sencillo entender su punto y sonaba irónico. De hecho, lo era. Él no sabía expresarse bien, nunca supo hacerlo.

Había momentos donde veía a JiSung y sentía el corazón latirle con alegría, inquietándose por la sonrisa del alfa, por su olor, por su rostro, por su forma de ser... JiSung era una persona bonita.

Le gustaba escucharlo contarle historias a DongHyuck, verlo correr de un lado a otro con su padre peleando por el control del televisor, ayudarle a JiHyo con la cena y darle dinero a RenJun para sus caprichos o ir juntos a pasear bajo las estrellas de Shanghái.

Le pidió que lo acompañara en la caminata y dejó salir sus lágrimas. Él sabía que JiSung más que un crush imposible era un amigo, uno leal y tierno.

— No sé si estoy haciendo mal, no me mal interpretes... No me siento incómodo, simplemente siento que aquí las fichas de mi rompe-cabezas están esparcidas por todo lado, no donde deberían estar. — Dijo mirando al suelo.

— ¿Por qué eres tan permisivo, Zhong? — Preguntó curioso. — Dejaste que yo entrara en tu vida como si nada, luego perdonaste a Si Cheng y a Daniel muy fácil y hora incluso permites que estemos cerca de tu hijo, que es lo más importante en tu vida.

— ¿Estás queriéndome decir que los tres le harán daño a mi bebé?

— No, para nada. O al menos, no de mi parte. Sabrás que mi intención es brindarles protección e impedir que les hagan algún mal. Tómalo como que soy un guarda espaldas, que los quiere muchísimo. Pero, por otro lado, ¿Qué hay de Daniel y Si Cheng? — Insistió sentándose en una banca que había cerca.

— Sé que suena estúpido, pero los amo. — Confesó hecho un nudo— Si Cheng es mi hermano mayor, él estuvo para mí por mucho tiempo y aunque destruyó mis ganas de amar... Confío en que ha cambiado, de lo contrario, ya me habría hecho algo.

— Pero, ¿Y DongHyuck?

— DongHyuck es un tema aparte, él no merece quedarse sin familia por los problemas que tuvimos. Si Cheng se nota que lo quiere y Daniel, pese a no quererme demasiado a mí... Lo mira con mucho amor. Tú notaste cómo se quedó cuando lo conoció. ¿Sabes? Así me miraba a mí cuando cantaba, le entregaba una calificación buena o cosas así.

— Las personas aman a DongHyuck, porque es un sol. — Confirmó— Solo no olvides que esas personas fueron capaces de hacerte daño a ti. El mundo es atroz, no lo sueltes.

— No lo hago. Confío en mi instinto. Si Cheng le dio tantos juguetes como fue posible y lo material no cuenta, pero sí la intención. Tengo que decírtelo ahora, porque no me estarías entendiendo.

— ¿Qué pasa? ¿Hay algo malo en él?

— No, nada. Lo único extraño es que jamás fue apegado a los niños. En cuanto Si Cheng sintió su olor a galletas y se aferró al cuerpo de DongHyuck, entendí que había algo ahí.

— Deja mucho que decir, ver a una persona cambiar a otra... DongHyuck tiene magia. Bueno, él y su olor a galletitas. — El alfa sonrió recordando al bebé.

— Sé que es duro, pero no sirvo para ser rencoroso. No tiene sentido serlo, puede que hayan sido horribles conmigo. Lo que me importa es que mi hijo crezca en un ambiente sano y ambos sabemos que DongHyuck está encantado aquí.

Le dolía el pecho. Le dolía muchísimo quitarse todas esas espinas que tenía enterradas.

Llevaban dos horas caminando, tomados de la mano, con las narices congeladas. Ya habían regresado.

— ¿Me darás un beso antes de entrar? — El alfa giró y ChenLe se sonrojó.

— ¿Por qué quieres besarme, JiSung? Si es por lo de..— Sus labios se unieron antes de que pudiera completar la frase.

En una fracción de segundos ya estaba parándose de puntitas, rodeando con sus delgadas y delicadas manos a JiSung, mientras este se aferraba a su cintura, sintiendo la exquisita sensación de tenerlo consigo.

Se podrían unir las montañas en aquél instante y JiSung sabía que era incorrecto, porque tal vez asustaría a ChenLe... Pero no podía resistirse al encanto de besarlo, de poseer al menos un poco de su esencia. Estaba extasiado y se centró en ellos, en lo único importante de ese momento.

Deseó que existieran para siempre esas locuras de robarle uno de esas pruebas de amor, porque él sentía en su interior todo lo que ChenLe podía otorgarle y no necesitaba que el omega se lo dijera, él sabía que lo quería.

Unos ruidos detrás de ellos los hicieron separarse, RenJun cargaba a DongHyuck, que iba envuelto en una gruesa manta. El omega tenía sus pantuflas puestas, un bonito pijama y mascaba chicle mirándolos con descaro.

— Vaya... Y tú que decías que no. — Elevó la ceja divertido— Más les vale protegerse.

— ¡RenJun! — Si Cheng y Yuta salieron de su escondite, que era tras un muro— ¡Dijiste que no los interrumpirías! — Bramó el hermano mayor.

Yuta soltó una risotada y levantó los hombros.

— No los estábamos espiando, salíamos por los tamales y... Bueno, sí. — Trató de explicar.

Unos arbustos se movieron y ChenLe se colgó de JiSung pensando que era un monstruo, cuando vio el rostro de sus progenitores disfrazados de pequeñas leñosas.

— ¡¿Y ustedes qué hacen ahí metidos?! — Los mayores se encogieron tímidamente.

— Ya escuchaste a Yuta, bebé. — JiHyo rió con nerviosismo— Los... Los tamales.

Daniel no sabía dónde esconderse ¡Estaban haciendo el ridículo! Se sintió torpe por no alcanzar a tomar la foto de la pareja besándose.

— Mamá, no creo que el señor de los tamales salga a venderlos a las cuatro de la madrugada.

— Déjalos, no seas pesado— JiSung entrelazó sus dedos. — Vamos a dormir. Más tarde, cuando vayas hablar con ese chico... Si quieres, puedo quedarme con DongHyuck.

— Eso sería un gran favor, gracias.

Subieron a las habitaciones y acomodaron la vieja habitación de ChenLe, dejando sábanas limpias y la ropa que habían llevado en el armario.

DongHyuck estaba rendido, había jugado por horas y horas y no pegaba el ojo por hacerle guerra al sueño. Cuando tocó el suave colchón, JiSung lo dejó en medio de ambos y sonrió picando la nariz del bebé.

— ¿Jugaste mucho? — Le preguntó mientras este cerraba los ojos.

Síp, el tío WinWin es genal. — Alcanzó a murmurar antes de estornudar como un gatito— Hasta manana, pollito.

El alfa arropó bien a sus dos acompañantes, ChenLe ya estaba por el quinto sueño y se veía cansado. Admiró varios minutos la imagen que tenía enfrente. ChenLe y DongHyuck iluminaban su camino... Estaba seguro de ello.

A ChenLe le habría encantado no despertar para ir a ver a JungWoo, pero el deber llamaba y se puso de pie de un salto arreglándose como debía. Desayunó rápidamente y salió en silencio con Si Cheng, entrando al auto del mayor.

— ¿Por qué no vino Yuta? — Miró a los asientos traseros y frunció el ceño.

— Porque son las ocho de la mañana y absolutamente ningún alfa de la casa se despierta temprano un domingo. Aparte, esto es algo que solo nos concierne a los dos. Mamá y papá lo sospechan, pero solamente Yuta y yo sabemos qué pasa.

— ¿Y qué pasa? — Miró asustado a Si Cheng y este apretó el volante, deteniendo el carro a veinte minutos de haber salido.

— Escucha, ChenLe. Sé que esto no será fácil de digerir, nada lo ha sido en verdad. Pero, debes prometerte a ti mismo que serás fuerte y afrontarás la realidad sin culparte o algo parecido. Sé que es una mierda y no debería estar haciendo esto. Sin embargo, estoy en deuda con JungWoo, él me ha dado abrigo y... Bueno, me aconsejó en estos años. No es un omega odioso, ni malo. — Aclaró quitándole el seguro a su puerta. — Debes ir solo.

— ¡Y una mierda! — Discutió molesto— No entraré sin ti, olvídalo. Es un suicidio.

— No lo es, créeme.

Hizo caso a las órdenes y cerró la puerta con rabia. Ingresó en un jardín colorido y bien cuidado. Tocó el timbre y se arrepintió al instante.

Un omega alto, de cabello rojo y sonrisa radiante le abrió. Llevaba una camisa a cuadros, unos pantalones cómodos y varios anillos decorando sus dedos.

— Debes ser Zhong ChenLe. Pasa, Si Cheng me avisó que llegarías a esta hora. Es muy puntual, lamento el desorden. — Se hizo a un lado y el tragó en seco siguiéndolo.

— Tú eres... JungWoo.

— Lo soy, sí. Toma asiento, te traeré té, se ve que mueres de nervios. Estás congelado, ¿Ves bien? — Interrogó preocupado y ChenLe asintió múltiples veces.

— Todo en orden.

Desapareció por la cocina y regresó rápidamente. Era una casa preciosa, con muchas ventanas y muebles cómodos. Lucía como el prototipo de hogar ideal.

— Fui el omega de YukHei— Habló bebiendo de su taza. — Y tú su amante.

— ¡No lo sabía, lo juro! Esos meses que pasé con YukHei, no tenía idea. Lo siento, yo...— JungWoo rió irónico.

— Ya sé que no fue tu intención. Si Cheng me contó la verdad. No es tu culpa, no te hagas ese daño. Estás aquí para escuchar mi punto.

— Así es.

— Todo comenzó cuando nos casamos. YukHei y yo vivíamos juntos desde la universidad y al completar nuestras carreras dimos el gran paso. Las cosas se vinieron abajo. No podía tener hijos. — ChenLe abrió los ojos impactado— Es una desgracia teniendo en cuenta que YukHei soñaba con una familia. Nuestra relación se rompió con esa noticia. Ahí te conoció y nos engañó a los dos. YukHei pretendía olvidarse un de lo que pasó. ¿Crees que no lo supe? Pero por supuesto que sí. Sentía tu olor en su ropa y estaba seguro de que te soltaría, porque yo estuve dispuesto a aceptarlo con tal de que no me dejara. Un lazo roto es un infierno.

— JungWoo... Yo...— Una risa lo interrumpió. Era la risa de un niño.

Una señora de edad cargaba a un pelinegro con cara de ángel.

— Él es KunHang. — Presentó al bebé. — Es mi hijo y... De YukHei.

Acomodó al menor enfrente de ellos, en la alfombra y ChenLe sintió cómo el aire le faltaba.

— Poco después de tu embarazo, del cual no tenía idea... Él regresó. No daré detalles, pero un milagro me hizo quedar en cinta. Se lo confesé y él me juró que te iba a dejar claras las cosas. ChenLe, cielo...— Lo llamó dulcemente. — Ese día del accidente... YukHei no iba a pedirte perdón. Iba a contarte de mí embarazo. Lo siento mucho, no sabía que tú también estabas en estado. Me enteré tiempo después. Como consecuencia, KunHang no tiene papá, ni yo un alfa. Y los dos, no tenemos un amor verdadero. YukHei no te amaba y mucho menos a mí.

— Pero, él dijo que si iba por mí... Sería para intentarlo. — Se rompió cayendo al piso.

Estuvo viviendo una mentira dos malditos años. Era imposible... 

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