❝NUNCA DEJARÁN DE SER LO QUE SON Y SI LA SANGRE BLAIR CORRE POR SU SANGRE, ÉL FINAL SIEMPRE SERÁ EL MISMO.❞
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
FAMILIA BLAIR
OBSERVARON EL ENORME LUGAR EN EL QUE HABÍAN APARECIDO: Un castillo. Este sin duda alguna era enorme, parecía ser casi del tamaño de Hogwarts pero, siendo que tal vez la única diferencia es que este no podía tantas torres; El castillo era demasiado largo pero, no tan alto cómo Hogwarts sin sus torres, estaba completamente rodeado de enormes montañas. Siendo que la vegetación en el lugar era inmensa, la entrada a este era un enorme portón con una 'B' en él. Al admirar la belleza que este poseía, pudieron escuchar un potente rugido entre los terrenos del castillo provocando que las cosas a su alrededor se estremecieran.
—Ese era el dragón, ¿Verdad?—Preguntó él chico de ojos esmeraldas sin despegar estos de la hermosa vista, la mujer a su lado asintió.
—Uno de los dragones, si.—Respondió su madre, observando el lugar donde había crecido.—Me preguntó si será Faer o Bluemoon.
—¿Son dos?—Cuestionó su hija, con sus ojos puestos en su madre, notando cómo esta asentía.
—Si... creó que es hora de entrar.—Musitó la mujer Riddle, antes de levar una de sus manos a la reja que poseía el enorme portón del hogar de la familia Blair.—Espero que este lugar me reconozca...—Murmuró, cerrando los ojos e intentando abrir la reja. Pasaron un par de segundos, antes de que una energía escarlata comenzará a pasar por esta. La mujer abrió sus ojos, dando un par de pasos atrás.
La familia Riddle observó cómo las rejas comenzaban a moverse de un lado a otro, acomodándose entre ellas al mismo tiempo que la energía escarlata comenzaba a cubrir la reja pero, a su vez, una electricidad azul comenzaba a desprender de los enormes barrotes que poseía la reja; Esta estuvo así por un par de segundos, hasta que se dividió en dos. La reja se abrió entre ellos, dejándolos pasar.
—Sigues teniendo el toque, cariño.—Mencionó él hombre de cabellos oscuros, observando a su esposa con una sonrisa. Esta sonrió ligeramente al recibir el cumplido, antes de dirigir sus ojos esmeraldas a sus hijos.
—Adelante, pasen.—Dijo esta, comenzando a caminar hacía los terrenos de la familia Blair con su esposo a su lado; Los mellizos observaron a sus padres, siguiéndolos. Al momento que la familia Riddle entró por completo al jardín principal que poseía el castillo, la reja comenzó a cerrarse detrás de ellos con la misma magia con la que se había abierto.
—Este lugar es impresionante.—Comentó la chica de cabellos castaños, notando el enorme castillo que pertenecía a su familia, estando satisfecha con el.
—Tienes que verlo por dentro para poder decir eso, Scarlett.—Respondió su madre, sin que ninguno dejará de caminar hacía el enorme castillo. Siguieron caminando por el rocoso camino por un par de minutos hasta que llegaron a la puerta principal que poseía el lugar, esta media casi cuatro metros siendo que no tenía ninguna cerradura o algo parecido.
—¿Cómo vamos a entrar?—Preguntó él chico Riddle, notando la entrada.—Digo, si hace falta derribar algo... me ofrezco para hacerlo.
—No vamos a derribar nada, Theodore.—Respondió su madre, sin dejar de observar la puerta, comenzando a dar ligeros golpes a la roca que estaba a su lado. Al hacerlo, la magia comenzó a surgir de entre la madera de la puerta, provocando que una cerradura apareciera en esta.—Lo único que necesitas, es descifrar como entrar y te aseguro que si intentas derribar estos muros, nada bueno saldrá de eso.
Sin que pudiera decir algo, la mujer de cabellos oscuros abrió la puerta para que la familia Riddle pudiera entrar al interior del castillo; Este era tan hermoso cómo por fuera, el salón de entrada poseía un par par de sillones de cuero frente a una chimenea, al lado derecho del lugar se encontraba un estante lleno de libros de la mejor variedad que podrían tener. Al irse por el lado izquierdo, podrías encontrar el camino principal a la siguiente parte del castillo: Los enormes estudios. El lugar estaba decorado con colores azules y escarlatas, siendo que la mayoría de las cosas que tenía el lugar eran de oro o plata pero, sin duda, cada lugar del castillo poseía enormes cuadros de pintura que en su mayoría eran dragones.
Theodore comenzó a caminar por el primer piso del castillo junto a su hermana melliza, hasta que llegaron a un enorme salón que solo poseía una estantería llena de artefactos curiosos: Desde espadas hasta joyas, todas y cada una tenían una capa de vidrio protegiendo estas.
—¿Madre?—Preguntó la chica Riddle en voz alta, llamando la atención de las personas en el lugar. Esta se acercó a sus hijos al ser mencionada.—¿Para qué son todas esas cosas?
Margaret observó lo que poseía la estantería, antes de responder.—Todas son reliquias familiares, cada una perteneció a uno de los Blair pero, no se acerquen demasiado.
—¿Por qué no deberíamos acercarnos demasiado?—Cuestionó su hija con confusión al mismo tiempo que su hermano mellizo se acercaba a la enorme ventana que poseía el lugar.—¿Pasaría algo malo?
—Se dice que están malditas, cariño.—Respondió su madre, con sus ojos esmeraldas puestos en ella. Su esposo se encontraba observando con atención las vitrinas pero, su hijo no apartaba sus ojos de la ventana. Un enorme rugido se escuchó muy cerca de ellos, provocando su atención.
—Con que eso era...—Murmuró Theodore, con sus ojos esmeraldas puestos en la escena que se encontraba fuera del castillo. Su familia se acercó a la ventana, notando a que se refería.
Un dragón de aspecto llamativo se encontraba afuera. Este era de totalmente enorme, sus escamas eran oscuras pero, las púas que poseía al rededor de su cara eran de color azul, sus ojos eran sumamente temibles de un color azul eléctrico pero, la vista fue interrumpida por otro dragón que se hizo ver entre el jardín. Sus escamas eran totalmente llamativas siendo que eran del mismo tono oscuro, este tenía una enorme hilera de púas rojas al rededor de su cara, un hocico lleno de filosos colmillos y ojos sumamente protuberantes de color escarlata; Este se encontraba volando por los jardines del lugar junto al otro dragón pero, podían notar cómo había una persona arriba del dragón de púas rojas.
—¿Ese no es...?—Insinuó él hombre de ojos azules, con estos puestos en la enorme criatura.
—Si, mi padre.—Terminó de decir su esposa, admirando la agilidad de su progenitor en dominar a los dragones; Habían pasado años desde la última vez que lo había visto pero, si duda seguía teniendo la misma actitud poderosa.—Vamos al jardín.—Musitó, antes de emprender camino hacía la puerta.
Theodore observó a la criatura un par de segundos más para así poder seguir a su familia, admitiendo que lo que había hecho aquel mago era totalmente impresionante; Una vez fuera del enorme castillo, notaron cómo él hombre seguía estando en el aire, disfrutando el día junto a sus dragones. Un gruñido de parte del dragón del que estaba montando lo sacó de sus pensamientos, dirigió su mano derecha a su piel para acariciar esta.
—¿Qué pasa, Faer?—Preguntó este hombre con una voz totalmente potente, antes de que el dragón emprendiera vuelo hacía el suelo. Él hombre de cabellos blancos notó a que se refería: Había personas en su propiedad.
Él brujo no pudo notar de quién se trataba, así que comenzó a mover su cuerpo hacía la derecha para bajarse del dragón. Al estar en el aire sin el soporte de su fiel criatura, colocó sus palmas a sus costados provocando que una energía escarlata saliera de estas lo que lo dejó seguir estando en el aire. Sus ojos dejaron de ser esmeraldas para convertirse en escarlatas; La familia Riddle observó al hombre que se encontraba flotando en el aire, estando rodeado de energía escarlata.
Margaret observó a su padre con una sonrisa, antes de dirigir sus ojos esmeraldas a su familia por un par de segundos.—Ahora vuelvo.
Al decir aquello, de sus manos comenzaron a salir la misma energía escarlata que poseía su padre e hija para así poder impulsarse con esta, hasta llegar a donde su padre se encontraba; Él hombre observó a la mujer de cabellos oscuros flotar junto a este, Timotheé apagó sus ojos escarlatas al ver el rostro de la mujer.
—Margaret.—Musitó este, con sus ojos esmeraldas puestos en su hija. Al intentar decir algo, escuchó cómo un enorme rugido salió del hocico de uno de los dragones. Estos notaron que se trataba del dragón de púas rojas, este comenzó a volar al rededor del par de personas Blair, hasta que se acercó a ellos, quedando justo al frente de la mujer de cabellos oscuros. Esta tendió una de sus manos en dirección del dragón, acariciando sus escamas.
—Yo también te extrañe, Faer.—Musitó esta con una sonrisa, sin dejar que su magia cesará. Observó a su padre, antes de hablar.—Hay unas personas a las que te quiero presentar, después te explicaré cómo es que estoy aquí.
Su padre asintió, sin evitar que una sonrisa se colocará en sus labios.—De acuerdo.—Dijo, comenzando a bajar hacía el pasto que poseía su jardín. Aterrizaron frente a un trió de personas que los observaban con una mirada llena de intriga, escucharon un ligero golpe en a unos metros de ellos. No hacía falta verlo para saber que los dragones habían aterrizado.
El par de mellizos Riddle observó al hombre frente a ellos: Vestía ropas oscuras, sin túnica o un traje elegante. En realidad, se trataba de un par de pantalones oscuros junto a una camiseta del mismo tono. Este traía su largo cabello blanco agarrado con una liga de manera que tenía una coleta alta, él hombre los observaba con el mismo tono esmeralda que su madre y ellos tenían. A pesar que él hombre tenía una edad que desconocían, no parecía una persona muy grande, en realidad, parecía no tener más de 40 años cuándo su edad era más que el doble de esa cantidad.
Timotheé se acercó a los adolescentes que estaban frente a él, notando las facciones que poseía o siquiera sus ojos, solo bastaba con ver ese color esmeralda. Dirigió sus ojos a su hija, antes de que esta asintiera ligeramente, eso basto para que él hombre sonriera un poco más; Para la sorpresa de los mellizos, él hombre de cabellos blancos los tomó entre sus brazos para abrazarlos de una manera cariñosa. A pesar de que eran lo bastante pesados para que una persona normal los cargará a la vez, él hombre lo hizo cómo si se tratará de una hoja.
—¡Wow, wow!—Exclamó la chica Riddle estando un par de centímetros en el suelo, siendo abrazada por su abuelo.—¡¿Mamá?!
—Siempre había querido nietos, cariño.—Respondió esta, con una ligera sonrisa en el rostro al mismo tiempo que su padre bajaba a sus hijos.—Chicos, les presentó a Timotheé Blair. Él es su abuelo. Papá, ellos son Theodore y Scarlett Riddle, tus nietos.
—Tienen tus ojos.—Mencionó este con una sonrisa, observando la expresión de los chicos Riddle. Mientras que a Scarlett ya se le había pasado la sorpresa, Theodore estaba con una cara que realmente parecía intrigada pero, algo ofendida.—Ella es idéntica a ti en tú juventud.—Agregó, con sus ojos esmeraldas puestos en la chica Riddle, antes de observar a Theodore.—Puedo ver a través de tus ojos, sin duda eres un Blair. Los ojos nunca mienten.—Asintió, satisfecho con sus palabras antes de observar al hombre que se encontraba junto a su hija.—Tom...
—Timotheé.—Respondió este, sonriendo sin mostrar sus dientes.—Han pasado años.
—Muchos años, sin duda.—Agregó este, tendiéndole una de sus manos para que él hombre la estrechará, Tom lo hizo con gusto.—Algo me decía que realmente se habían quedado juntos pero, me hubiera gustado asistir a su boda.
—Tendremos otra después, no se preocupe por eso.—Mencionó este, notando la sorpresa de sus hijos pero, la sonrisa de su esposa.—Y por supuesto, estará invitado. Junto a Rosalind, claro.
—¿Dónde esta mi madre?—Preguntó Margaret, al haber escuchado él nombre de esta.—¿Esta adentro?
Antes de que su padre pudiera responder, su esposo había emitido un ligero gruñido. Lo que provoco que Scarlett levantará una de sus castañas cejas, ya que se parecía mucho a su hermano cuándo hacía eso.—Tengo que irme, me están llamando.
—Por un momento se me olvidaba que eras él Señor Tenebroso.—Comentó su suegro, sonriendo ligeramente.—Fue agradable volver a verte, Tom.
—Lo mismo digo, Timotheé.—Respondió este, al mismo tiempo que observaba a sus hijos.—Nos veremos en casa más tarde.—Agregó, antes de dirigir sus ojos azules a su esposa, inclinándose para poder depositar un casto beso en sus labios.—Nos veremos después.
Margaret asintió.—Nos vemos, cariño.—Dijo, notando cómo su esposo se mantenía en su lugar, antes de soltar una risa irónica. Dirigiendo sus ojos al padre de su esposa, antes de hablar.
—Serías tan amable de aprobar mi aparición.—Dijo este, notando cómo Timotheé asentía al mismo tiempo que apuntaba al hombre con su varita. Tom dejó de sentir las 'cadenas' que tenía hace unos momentos, antes de desaparecer.
—Se me olvidaba los interminables hechizos protectores que tenía este lugar.—Musitó Margaret, soltando una pequeña risa. Segundos más tarde, regresó al tema con sus ojos puestos en su padre.—Y bien, ¿Mi madre esta en la casa?
—No, tú madre se encuentra en Francia junto a una familia... ¿Delacour? No lo sé, es muy amiga de la mujer de ese matrimonio.—Respondió él hombre con duda, sin recordar bien el apellido de la familia francesa.—Se fue hace dos días, vendrá en tres pero, si le digo que estas aquí, estará en menos de un día.
—No, así esta bien.—Dijo su hija, con una sonrisa.—Volveré cuándo ella este, no te preocupes, que esta vez no me alejaré.—Agregó, acercándose a su padre.—Un Blair no debe dejar a los suyos.
Timotheé sonrió, atrayendo a su hija hacía él para poder abrazarla, esta lo correspondió de una manera dulce.—Siempre desee que mi dragón rojo siguiera vivo.
—Llevo muy poco tiempo viva, padre.—Respondió esta, al separarse de este abrazo.—Más tarde te contaré los detalles de cómo es que paso pero, por el momento, necesito tú ayuda.
—Creó que ya se que es lo que quieres saber.—Dijo su padre, dirigiendo sus ojos esmeraldas a sus nietos. Sostuvo la mirada por un par de segundos, antes de asentir ligeramente. Movió su mano de una manera que de esta comenzó a salir energía escarlata, la energía comenzó a convertirse en una espada totalmente filosa. Él hombre Blair tomó el mango de la espada entre sus manos, dejando que su energía cesará.
—¿Para qué es eso?—Preguntó la chica Riddle, con sus ojos puestos en la espada. Notando cómo un ligero brillo salía de esta, antes de escuchar la respuesta de su madre.
—Es para ver a quién representan.—Respondió esta, con sus ojos puestos en sus hijos.—Si son un dragón rojo o un dragón azul.
—¿Qué dragón eres tu?—Cuestionó él chico de ojos esmeraldas.—Escuché que eres un dragón rojo, ¿Cierto?
—Si, lo soy.—Mencionó su madre.—Al igual que su abuelo, ambos representamos al dragón rojo.—Agregó, dirigiendo sus ojos esmeraldas a la espada.—Y hoy, sabremos a quién representan ustedes.
—Tomarán la espada entre sus manos por un momento, antes de que ella decide si los elije o no.—Musitó su abuelo, con la espada Blair entre sus manos, sintiendo la energía fluir de esta.
—¿Qué pasa si no nos elige?—Contraatacó Theodore, observando la espada.
—¿No eligió a alguien de la familia Blair?—Preguntó su hermana, al mismo tiempo.
—Si, la generación que esta por encima de la suya.—Respondió su madre, con una sonrisa de lado.—A mi hermana Amelia fue a quién no... la espada nunca la eligió o algún dragón... perdió todo su poder, aunque realmente dudaba si algún día lo tuvo.
—Si tocamos la espada... y no nos elige.—Murmuró Scarlett, frunciendo sus cejas.—¿Perderíamos nuestro poder?
—Yo no voy a tocar esa maldita espada.—Dijo su mellizo, moviendo su cabeza de un lado a otro, negando.—No pienso perder mi poder, no voy a ser un brujo común y corriente. Me niego a serlo.
—Amelia tenía un poder un tanto escaso... casi parecía que no lo tenía.—Mencionó el hombre Blair.—Y estas diciendo que tienes poder, así que... no creó que lo pierdan.
—Bien, seré la primera.—Declaró la chica Riddle, provocando el orgullo de su abuelo.—Tengo mucho poder, no creó que sea tan tonta para no elegirme.
—Cuidado con tus palabras, Scarlett.—Dijo su madre, antes de que la chica la tocará.—Ella puede sentir las cosas, por algo es quién elige o no.
—De acuerdo.—Respondió esta, dirigiendo sus manos a la espada. Su abuelo le ofreció esta, para que la tuviera entre sus dedos. Al tocar la espada, una energía escarlata comenzó a surgir de esta, provocando que comenzará a rodearla al mismo tiempo que el dragón rojo soltaba un enorme rugido.
Él hombre Blair observó a su nieta con una sonrisa, asintiendo.—Toca el mango con tus dos manos, con mucha fuerza.
Scarlett asintió, antes de hacerlo. Cuándo sus dedos apretaron el mango de la espada, una energía surgió de esta de tal manera que las púas rojas del dragón comenzaron a brillar, al mismo tiempo que emprendía vuelo con una energía escarlata cubriendo a este. Margaret sonrió.—Eres un dragón rojo.
—Se siente bien—Admitió la chica de cabellos castaños, con sus ojos puestos en la enorme criatura que estaba en en aire. Un par de segundos después, esta aterrizó en el suelo.
—Representas a Faer, él es la fuente de tú poder.—Dijo su abuelo, con sus ojos esmeraldas puestos en la chica Riddle.—Creó que de ahí salió tú nombre, Scarlett.
La mencionada soltó una pequeña risa, satisfecha de si misma antes de tenderle la espada a su mellizo.—Toma, es tú turno.
—Si pierdo mi poder, juró que nunca se los voy a perdonar...—Murmuró este, antes de gruñir al mismo tiempo que se acercaba a su melliza.—Dame esa maldita cosa.
—Tienes el humor de tú padre, sin duda alguna.—Comentó su abuelo con una sonrisa.—O el mío cuándo era adolescente.
—Supongo que gracias.—Dijo Theodore, tomando la espada entre sus manos. Al hacerlo, una electricidad color escarlata comenzó a surgir de esta de tal manera que la rodeó por completo, al mismo tiempo que los él par de enormes criaturas que estaban junto a ellos soltaran un enorme rugido; Timotheé observó aquel acto con sorpresa, al igual que su hija.
—Esto es muy curioso.—Murmuró este, con sus ojos esmeraldas en su nieto.—¿Desde cuándo tú electricidad es escarlata?
—Desde siempre.—Respondió este, notando la sorpresa de su madre y abuelo.—¿Qué es curioso?
—La energía escarlata representa al dragón rojo. Cómo nosotros tres tenemos energía escarlata, nosotros representamos al dragón rojo.—Dijo su abuelo, señalando a su nieta e hija.—Pero, la electricidad representa al dragón azul... porque la electricidad de él es azul.—Agregó este, con duda.—Y tu, tienes electricidad escarlata.
—¿Alguna vez paso esto?—Preguntó Scarlett, intrigada.
—No, jamás había escuchado algo sobre esto.—Respondió su abuelo.—Solo hay una manera de averiguar a que dragón representas, por favor coloca tus dos manos en el mango de la espada.
Cuándo Theodore obedeció a su abuelo, los dragones emprendieron vuelo. Él de púas rojas hizo brillar sus púas pero, el dragón de púas azules comenzó a rodearse por una electricidad de color azul; Él chico Riddle observó ese acto con confusión, antes de hablar.
—¿Eso que significa?
—No lo sé.
jeromx
BROOOOOOOOO NMMS
Tengo una imaginación pero si bien tremenda eeeeh