Gabriela: nuestros mejores amigos tienen gemelos y a mi esposo le preocupa un poco tantos niños.
Ginecóloga: puede estar tranquilo, es sólo un bebé.
Horacio respiró tranquilo.
José Miguel regresó a la hacienda.
Leonor: como te fue hijo?
José Miguel: bien mamá, necesito pedirte algo.
Leonor: lo que quieras.
José Miguel: puedes pedirle a Filadelfo que vaya por los niños al kínder?
Leonor: claro, pero vas a salir?
José Miguel: tengo que hacer algo importante y es posible que tarde, sabes si ya regresó Valentina?
Leonor: hace rato la vi dando una ronda por las caballerizas con el nuevo veterinario.
José Miguel: bien, dile por favor cuando regrese que la espero en el despacho.
Leonor: claro.
El veterinario parecía tener muy buenas ideas para el cuidado de los caballos y resto de animales de la hacienda.
Dr Altamirano: me dijo su esposo que recién trajeron un cachorrito.
Valentina: así es, hace poco mi suegra se los dio a mis hijos.
Dr Altamirano: y sabe si ya tiene las vacunas en regla?
Valentina: en realidad no.
Dr Altamirano: podría verlo?
Valentina: si por supuesto, está por allí sígame.
José Miguel se percató que el veterinario ya había sido contratado, le había caído bien y se sentía tranquilo al dejar en sus manos la salud de sus animales.
Dr Altamirano: el cachorro está muy saludable, me permitiría aplicarle algunas vacunas?
Valentina: por supuesto.
Dr Altamirano: bien, mañana mismo traeré lo necesario.
Valentina: Gracias.
Dr Altamirano: gracias a usted por darme una oportunidad, es un alago trabajar para su familia.
Valentina: mi esposo y yo tenemos muy buenas referencias suyas, quiere tomar algo?
Dr Altamirano: por supuesto.
Valentina: vamos adentro.
Valentina se cruzó con su suegra y su tía, así que aprovechó para presentarles el nuevo veterinario de la hacienda, quien simpatizó de inmediato.
José Miguel ponía en orden algunos documentos de los negocios de la hacienda, quería adelantar algo de papeleo, pues tenía planeado pasar un buen rato con su esposa y no quería interrupciones.
Después de tomar su café el veterinario se retiró de la hacienda.
Isabel: voy a echarle un vistazo al jardín, quiero plantar unas rosas blancas.
Leonor: yo te ayudo, Valentina, José Miguel te espera en el despacho.
Valentina: gracias.
Cuando Valentina entró al despacho José Miguel le daba la espalda, parecía estar muy concentrado en algo.
Valentina: se puede saber que ves con tanta curiosidad?
Al darse la vuelta le sonrió.
José miguel: estaba organizando unas cosas y de repente encontré este sobre; es el primer ultrasonido que te hicieron cuando esperabas a los gemelos.
Valentina: fue muy emocionante verdad?
José Miguel: si! mucho, no imaginé que salieran tan traviesos.
Valentina: son como tú.
José Miguel: te parezco travieso?
Valentina: si, mucho.
José Miguel besó a Valentina.
José Miguel: quieres conocer mi última travesura?
Valentina asintió.
José Miguel: ven conmigo.
Valentina: pero en un par de horas estarán de regreso los niños.
José Miguel: ya me encargue de eso, así que podremos ausentarnos un buen rato.
Valentina: que planeas?
José Miguel: no te diré nada, quiero que lo veas por ti misma.
Los dos salieron agarrados de la mano hacia las caballerizas, cuando estaban por entrar a la de Altanero, Valentina se retractó.
Valentina: mi cielo, porque mejor no vamos en la camioneta?
José Miguel: no quieres montar? hace semanas que no paseas a Altanero.
Valentina: no lo he paseado pero si he venido a verlo, la verdad es que no me siento bien para montar.
José Miguel: que tienes? voy a llamar a Felipe.
Valentina: no es nada, sólo me siento algo fatigada y con el estómago revuelto.
José Miguel: mi vida es que no desayunaste bien.
Valentina: no tenía mucho apetito.
José Miguel: pues espero que para la comida si tengas ganas.
Valentina: eso lo veremos.
Después de un tierno beso, se regresaron hacia la puerta principal, se subieron a una de sus camionetas y partieron.
Horacio y Gabriela regresaron a su casa.
Horacio: estuviste muy callada mi amor, que tienes?
Gabriela: es que me da la impresión que tienes miedo de que nuestro hijo venga al mundo.
Horacio: no es eso, es que pos tener un bebé es un trabajo duro y dos pues el doble.
Gabriela: Valentina y José Miguel pudieron salir a delante con dos bebés a la vez, además siempre me dijiste que querias más hijos.
Horacio: si! la parejita, para que el niño cuide a la niña.
Gabriela: ya basta! deja de tener esos pensamientos machistas! no los tolero.
Gabriela se encerró en su habitación.
Isabella observó a su papá algo sorprendida.
Cuando se acercaban al área de la hacienda donde estaba construida la nueva cabaña, José Miguel detuvo el auto y vendó los ojos de Valentina..
Valentina: ya me vas a decir que tramas?
José Miguel: lo sabrás cuando lleguemos.
Martina estaba harta del encierro, durante las horas que llevaba encerrada en los amparos se percató que uno de los guardias era sucio, pues vio cuando un hombre que estaba detenido le dio un sobre con dinero y después este fue liberado; su mente ya tramaba algo.
Al llegar a la nueva cabaña...
Valentina: me puedo quitar la venda?
José Miguel: todavía no.
José Miguel la llevó de la mano, abrió la puerta y ambos entraron.
José Miguel: voy a quitártela, pero no abras los ojos hasta que yo te diga.
Valentina: está bien!
José Miguel corrió por una rosa roja, se acercó a ella acariciando suavemente su rostro.
José Miguel: puedes abrirlos ya.
Valentina se encontró con una rosa sobre su rostro.
José Miguel: preparé esto para ti.
Valentina recorrió con su mirada todo el lugar; junto a la chimenea había una botella de vino y dos copas, un camino de pétalos rojos se dirigía de allí hasta la pequeña habitación del segundo nivel. sobre el sofá estaba el baby doll rojo que valentina había usado hace poco, además de velas por varias áreas de la cabaña.
Sobre una de las mesitas habían dos platos listos para ser servidos.
José Miguel: que te parece, si te pones cómoda mientras vigilo la comida.
Valentina: tú cocinaste?
José Miguel: si! hice algo muy especial para ti, además es hora de usar eso que te queda tan bien.
Valentina le lanzó una mirada coqueta y subió a cambiarse.
Los gemelos llegaron a la hacienda muy hambrientos y preguntando por sus papás.
Valentina bajó con el hermoso babydoll, José Miguel no dejaba de verla con esos ojos de amor que lo dejaban sin palabras.
Bajó las escaleras muy lentamente, se inclinó para darle un beso a su esposo, pero siguió de largo, se agachó para recoger las copas de vino y servirlas, José Miguel tragó saliva.
Valentina: te molesta si primero bebemos un poco?
José Miguel asintió sin pronunciar una sola palabra.
Ella se acercó y le dio la copa.
Valentina: quiero brindar por que este lugar sea un nuevo testigo de nuestro amor.
José Miguel: y yo quiero brindar porque tengo a la mujer más maravillosa de todas.
Chocaron sus capas, bebieron un sorbo.
José Miguel le quitó la copa y la puso junto a la suya, al lado de la botella.
José Miguel: creo que la comida puede esperar!
Los dos se acercaron y se unieron en uno apasionado beso.
José Miguel la cargó en sus brazos y juntos siguieron el camino de los pétalos, la dejó suavemente sobre la cama sin parar de besarla.
Acostados sobre la cama, él besó su cuello, mientras ella lo abrazaba fuertemente y rodeaba su cintura con sus piernas; mientras él acariciaba sus largas y esbeltas piernas, Valentina desabrochaba su camisa.
Muy lentamente bajó las tiras de su babydoll, mientras sus labios parecían no querer separase.
El guardia al que Martina le había echado el ojo se acercó a ella.
Guardia: me dijeron que quería hablar conmigo.
Martina: así es! soy inocente y mañana me trasladaran a Pachuca para darme una sentencia.
Guardia: en que quiere que le ayude?
Martina: sé que no hace favores gratis, así que estoy dispuesta a pagarle una buena cantidad de dinero si me ayuda a escapar.
Guardia: porque piensa que voy a hacerlo?
Martina: vi lo que pasó hace rato, y si no me ayuda puedo denunciarlo con el síndico, el sobre con dinero que recibió esta dentro de su chamarra en el bolsillo interno izquierdo, yo podría darle mucho más si me ayuda.
Guardia: que tanto?
Martina: el doble.
Guardia: trato hecho.
Valentina y José Miguel se habían despojado de sus ropas, la unión de sus cuerpos en posición de loto les permitía explorar uno al otro sus zonas más sensibles; ella estaba sentada sobre la parte más vulnerable de su amado rodeando su cintura con sus largas piernas, mientras sus labios se devoraban a punta de besos.
Valentina era "La Dueña" así que como tal quería dominar el momento más íntimo con el amor de su vida, lo empujó hacia atrás y se postró sobre él para mayor satisfacción; sus movimientos empezaron lentamente, pero con el pasar de los minutos se fueron intensificando.
Valentina bajó sus piernas y las dejó literalmente sobre las de su esposo mientras su jugueteo de besos continuaba con más ardor.
José Miguel quiso tomar el control y con un solo movimiento logró que ambos se dieran la vuelta y él quedara sobre ella, a lo que sus cuerpos seguían más unidos que nunca, Valentina lo abrazó con sus piernas mientras él hacia movimientos muy intensos y rodeaba de besos sus bubis y cuello.
Valentina sentía que iba a tocar las estrellas con sus manos, sus respiraciones eran muy agitadas, sus corazones latian rápidamente y en una misma sincronía y sus manos se apretaban entre sí, era un momento muy placentero para ambos.
Martina: ese es el plan, alguna duda?
Guardia: No! todo ha quedado muy claro.
Martina: bien, esta medalla es de oro, se la dejaré en parte del pago, mañana mismo le daré el resto.
Guardia: me parece bien.
El capitulo de Hoy lo publico para celebrar a una fiel Lectora y amiga que está de cumpleaños.. Happy Birthday Esilda!!! 🥳🥳🥳