Eros

By danielacgalvis

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Isabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. C... More

●Sinopsis●
~Eros~
🏹Reparto
🏹Prologo
🏹Capitulo 1
🏹Capitulo 2
🏹Capitulo 3
🏹Capitulo 4
🏹Capitulo 5
🏹Capitulo 6
🏹Capitulo 7
🏹Capitulo 9
🏹Capitulo 10
🏹Capitulo 11
🏹Capitulo 12
🏹Capitulo 13
🏹Capitulo 14
🏹Capitulo 15
🏹Capitulo 16
🏹Capitulo 17
🏹Capitulo 18
🏹Capitulo 19
🏹Capitulo 20
🏹Capitulo 21
🏹Capitulo 22
🏹Capitulo 23
🏹Capitulo 24
🏹Capitulo 25
🏹Capitulo 26
EPILOGO

🏹Capitulo 8

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By danielacgalvis

Se quedaron unos cuantos minutos más juntos.

Eros condujo a Isabella al interior del barco, le mostró cada una de las cosas que guardaba allí y que tenían un valor significativo para él.

Incluyendo las réplicas de aviones en miniatura que desde niño tenía.

Isabella tomo una de aquellas figurillas en sus manos. Le parecían muy tiernas al ver el tamaño de estas.

- Son muy lindas - respondió la chica mientras la miraba con detención-. Tienen el apellido de la familia - dijo sorprendida al notar la marca en letra cursiva.

- Así es, mi abuelo las mando a diseñar, por eso es muy raro que las veas. Son ediciones especiales.

- A Marie también le gusta coleccionar - dijo con un tono de tristeza-. Hace mucho empezó con ositos de porcelana.

Eros sintió un nudo crearse en su estómago. No le gustaba verla así, tan triste y apagada.

- Creo que deberíamos regresarnos señor, he dejado a Isa durmiendo después de tomarse un enorme vaso de leche con galletas.

- Tienes razón - dijo él mientras miraba como salía del barco. Era la primera vez que traía a una mujer, en realidad era la primera vez que traía a alguien a su lugar especial.

Isabella se quedó en una esquina del muelle mirando las gaviotas que volaban encima del faro. Aún no creía que si jefe le hubiera mostrado su antiguo hogar.

- Ya está - apareció él a sus espaldas-. Ya podemos devolvernos a la mansión.

- Gracias - susurró ella tímidamente.

- ¿De qué me agradeces? - enarco una ceja extrañado.

- Gracias por mostrarme que no es tan distinto a mí. Puede encontrar en mí a alguien que siempre lo escuche.

Él le dedico una sonrisa.

- Por supuesto que lo haré, eres la única persona que me escucha en la mansión y no me reprocha algo que haga.

Isabella se había convertido en alguien especial para él. Habían compartido tiempo juntos, incluso era buena con los niños. Lo sorprendía no sólo su habilidad en la cocina, también lo que podía lograr en las personas con una simple sonrisa.

**

- ¡Es hoy, es hoy! - grito la pequeña Isa dando pequeños saltos a un lado deña cama de Bella.

- ¿Que sucede? - Bella pasó las manos por sus ojos y dirigió su vista al reloj de la mesita de noche. Eran exactamente las seis de la mañana.

- Hoy es el cumpleaños de mi tío - dijo la niña-. Por fa Bella, hagamos un pastel especial para él.

- Santo Dios lo había olvidado por completo - se levantó de la cama y corrió hasta el cuarto de baño en el que se acomodó los cabellos.

La niña se asomó por la puerta y la vio peinarse.

- Te ves muy bonita así - dijo con gracia.

- No hay tiempo para la ducha, estoy segura que el señor ya se ha despertado, debería apresurarme con todo.

La niña soltó una carcajada.

- Mi tío está durmiendo, hasta lo he escuchado roncar.

Bella no pudo contener la risa, con Isa en la casa todo era risas y juegos.

- Ven, acompáñame a la cocina. Vamos a prepararle un desayuno especial - tomó la mano de la pequeña y bajaron los escalones rumbo a la cocina.

Bella sacó las cosas de la despensa para preparar el desayuno mientras la niña comía una manzana.

- Sabes Bella, me gustaría que mi tío tuviera una novia.

- ¿Ah sí? - levantó una ceja Bella mientras se colocaba el delantal-. Creí que no querías que eso pasara.

- Bueno... es que me gustaría que tenga una novia como tú. Eres muy buena y bonita.

- ¿Pero qué cosas dices Isa? - soltó una risa-. Tu tío puede escoger cualquier chica para ser su novia.

- ¡No!, yo quiero que te escoja a ti. No me agrada la bruja que vino a casa - se cruzó indignada de brazos.

Bella se giró hasta ella y le dio una sonrisa.

- A mí tampoco me agradan las personas que no son amables con otras.

- A mi tío tampoco le gusta. A él le gustas tú - dijo mientras se tapaba la boca con las manos-. ¡Ay!, se me ha salido.

Bella negó con la cabeza, sabía que lo que había dicho la pequeña Isa era sólo porque quería verlos juntos.

- Ya veo... - le respondió ella-. Bueno siendo así, le haré un enorme desayuno.

- ¡Sí! ¿Y después le dices que si quieres ser su novia? - dio pequeños brincos.

- Claro - respondió seriamente Bella intentando disimular una risa. No iba a arruinar las ilusiones de una niña de seis-. Una vez él coma su desayuno le digo que sí - respondió mientras terminaba de cortar algunas frutas.

- ¡Hurra, hurra! Mi tío y Bella van a ser novios - gritó fuertemente mientras corría por toda la cocina.

- ¿Que es todo ese escándalo, tan temprano? - Eros estaba apoyado en el marco de la cocina con su vista puesta en las dos.

Bella no pudo evitar sonrojarse y ocultó su rostro en el estante de la cocina.

- ¡Feliz Cumpleaños, tío! - corrió la pequeña hasta los brazos de él.

Eros la levantó en su sobrina en los brazos mientras ella lo llenaba de besos por las mejillas.

- ¡Feliz Cumpleaños señor Eros! - Exclamó Bella-. He preparado algo especial para usted.

- No era necesario que hicieras esto Bella - Agregó el griego.

Ella le dió una sonrisa.

- Es una fecha especial, además usted es el dueño de la casa. No puede ser algo que pase desapercibido.

- ¿Verdad que Bella es muy amable, tío? - dijo la pequeña mientras rodeaba su cuello con sus brazos-. ¿Porque no le dices ya la verdad?

- ¿Que verdad? - pregunto con asombro él.

- Pues que te gusta - dijo riéndose-. Te he visto viendo a Bella.....

Eros se aclaró la garganta y dejo a su sobrina de nuevo en el suelo.

- Lo mejor es que me vaya a bañar - se rasco la nuca avergonzado-. Tú y yo señorita tenemos que hablar -señalo a la niña.

- Espere señor, ¿No quiere acaso tomar un poco de café primero? - pregunto Isabella.

- No te preocupes, no me demorare nada.

Eros subió de regreso a su habitación para darse una rápida ducha. Bella se quedó junto a la niña mientras esta se abrazaba a un peluche.

- Creo que mi tío se ha enojado - susurro.

- Claro que no nena, él no se pondría enojado jamás contigo - le dijo dulcemente Bella mientras la veía sorberse la nariz.

- Bella, ¿me prometes algo? – jugo nerviosa con su peluche.

- ¿Qué quieres que te prometa cariño?

- Que vas a cuidar del tío Eros cuando yo me devuelva con mis padres, ¿Puedes?

- Claro que sí, te lo prometo - le respondió al tiempo en que le daba una abrazo.

Después de unos minutos Eros bajo las escaleras rumbo al comedor, había un enorme plato en el centro con frutas, panecillos, un postre y otras cosas más, Bella se había esmerado mucho en la cocina para poder agradarlo.

- Esto es mucha comida – dijo gracioso mientras daba un sorbo al jugo de naranja-. Y el postre se ve riquísimo.

- Es tarta de manzana – le dedico una sonrisa.

La pequeña sobrina de eros se sentó al lado de su tío mientras le extendía una carta.

- ¿Y esto? – enarco una ceja curioso.

- Es mi regalo de cumpleaños, ábrelo lo he hecho con todas mis lapiceras de colores – respondió alegre.

Era un gesto muy tierno y alegre de parte suya, estar rodeado de las dos lo hizo recordar viejas épocas en las que era inmensamente feliz.

- Gracias Isa – respondió él mientras abría la carta. En esta había un dibujo de los tres en un bosque, Isabella había dibujado a bella junto a él abrazados.

Sabía lo que quería lograr su sobrina con todo aquello, era un caso perdido.

- Está muy bonito, lo guardare en mi billetera para llevarlo a todas partes – le devolvió un guiño.

- Creo que es mejor que los deje solos – se disculpó Bella mientras intentaba devolverse a la cocina pero la voz de eros la detuvo.

- Espera, quédate a desayunar con nosotros – dibujo una sonrisa-. Esto es demasiado para mí, además tú eres parte de la casa.

- Si, bella quédate – respondió alegre la niña-. Mi tío ya dijo que te quiere cerca.

Él rodo los ojos.

- Gracias por lo que has hecho en mi cumpleaños, aunque insisto en que no era necesario.

- Lo hecho más que contenta – dijo ella con simpleza. Luego tomo asiento a un lado del comedor y se sirvió un plato de desayuno.

Se quedaron por la mañana a desayunar los tres, en la tarde las cosas serían diferentes.

**

- ¿Qué crees que le pueda gustar? – le pregunto Bella a Roxana mientras recorrían el centro comercial.

- No lo sé realmente – se encogió de hombros la rubia-. Mónica es mejor que yo escogiendo regalos.

- No tengo mucho tiempo para escoger un regalo para el señor Eros, le prometí a la señora Selena que le ayudaría con la decoración así que técnicamente tengo una hora para todo.

- ¿Qué es lo que más le gusta en el mundo? – pregunto Roxana.

Isabella se detuvo a pensar unos segundos, él no paraba de hablar de lo mucho que le gustaba su antigua vida, incluso del barco. Volar por los cielos. Los aviones. Eso era. Recordó los pequeños aviones de colección.

- Creo que tengo algo en mente – dijo con una sonrisa mientras jalaba de la mano a su amiga hasta uno de los locales.

Isabella regreso a la mansión después de haber encontrado el obsequio adecuado para él. Atravesó las rejas de la mansión y encontró a la madre de eros acomodando las mesas en el jardín.

- ¡Oh, querida, que bueno que llegaste!, Ángela menciono que habías salido – exclamo la señora Selena mientras se acercaba hasta ella, era una mujer muy elegante y distinguida, vestía un hermoso conjunto color crema junto a unos tacones plateados-. ¿Crees que le guste? – señalo la entrada principal adornada con globos en helio negros y dorados.

- Creo que le gustara – respondió Bella mientras veía la decoración.

- A ninguno de mis hijos les gusta las reuniones, Zeus es peor, al menos lo era hasta que conoció a Dalila.

- No se preocupe señora, le ayudare con lo que falte, déjeme acomodar unas cuantas bolsas de compras en la cocina y vendré enseguida.

Selena le dedico una sonrisa mientras la veía avanzar hasta la cocina.

- Creo que esta chica es perfecta, ¿no crees Ángela? – pregunto a la secretaria cuando esta se acercó a pedirle una sugerencia acerca del pastel de cumpleaños.

- ¿Disculpe? – enarco una ceja.

- Creo que Isabella es la mujer indicada con la que mi hijo podría sentar cabeza.

Ángela dibujo una sonrisa burlesca. ¿Cómo podía imaginar que aquella mujer podría estar al lado de él? Los ricos no fijaban sus ojos en personas del común.

- Señora creo que usted imagina muchas cosas – respondió la joven secretaria.

- Eros es un buen muchacho, necesita una persona que sea su ancla en este mundo. Los voy a ayudar. ¿No es gracioso?, a mi edad y actuando de cupido – se carcajeo la mujer.

- Si usted lo desea así – dijo con recelo Ángela-. Dígame, ¿Que sabor deberíamos ordenar en la pastelería? ¿Alguno en especial para el señor?

- Oh no te preocupes por eso, Isabella ha hecho un delicioso pastel de chocolate y avellanas, cocina de maravilla. A él le encantas sus postres, así que estará maravillado con el pastel.

Selena avanzo hasta la mesa dejando atrás a Ángela.

- Es increíble que pueda pensar así de ella – dijo furiosa. Luego se echó a andar detrás de la mujer.

Isabella acomodo algunos platos en la charola con los adornos que había traído la señora Selena. A pesar de que a su jefe no le gustaran las fiestas ella se había emocionado con celebrar sus cumpleaños.

- ¡Es de chocolate! – grito de la nada la pequeña Isa.

Bella dio un salto en su puesto.

- ¡Madre mía!, me has dado un buen susto Isa – se llevó las manos al corazón.

- Lo siento Bella – se disculpó la nena-. A mi tío le gusta muchísimo el chocolate, y más si tú lo preparas.

Bella se agacho hasta su altura y la tomo de la nariz untándole un poco de chocolate.

- Hice unas cuantas galletas para ti – señalo un plato lleno de estas-. ¿no quieres comerlas?

- ¡Si! – grito dando un brinco-. Eres la mejor – se abrazó a sus piernas cuando ella se puso de pie.

Pasaron las horas en la mansión, Bella subió a su habitación para cambiarse de ropa. Recordó haber comprado un bonito vestido veraniego para alguna de las pocas reuniones que tenía con sus amigas, pero nunca lo había usado.

Lo tomo en sus manos y se lo midió por encima de la ropa.

- Creo que quedara bien – se dedicó una sonrisa en el espejo.

Los invitados habían llegado a la mansión y por petición de la señora Selena iba a estar alejada de la cocina, habían meseros que servirían la cena y los pasa bocas.

- Espero que pueda gustarle – sostuvo la pequeña caja en sus manos. No sabía si había elegido un buen regalo para él. Esperaba que pudiera ser de su agrado.

- ¡Bella! – escucho un gritico detrás de la puerta-. Mi tío va a llegar en unos minutos-. Por fa apresúrate.

- Voy en unos segundos – respondió Bella detrás de la puerta.

Corrió rápido hasta el cuarto de baño y se colocó el vestido, paso las manos por sus cabellos castaños y los acomodó a ambos lados de sus hombros dejando los rizos al natural, para darle un toque diferente a su peinado opto por usar una diadema con mariposas alrededor.

- Ya está – se pintó los labios sutilmente con un labial color rosa crema.

Tomo en sus manos la pequeña caja y abrió la puerta. La pequeña isa estaba afuera esperándola.

- ¡Wow! – exclamo la niña-. Luces como una princesa, me gusta mucho tu diadema. Parece una corona.

- Gracias, tú te ves muy linda también – la tomo de la mano y ambas bajaron los escalones de la mansión rumbo al jardín.

- ¿Ese es tu regalo para mi tío? – pregunto la pequeña.

- Así es – respondió ella.

- Creo que le va a gustar muchísimo.

- ¿Como sabes eso? No lo has visto.

- Es porque tú se lo vas a regalar – dijo con una sonrisa.

Ambas se hicieron a un lado del jardín. Eros entro por la puerta principal sin percatarse de la sorpresa.

- ¡Felicidades! – exclamaron todos mientras salían de sus lugar.

El griego primero coloco una vista en su madre, allí estaba la respuesta a todas sus preguntas. Era seguro que ella había organizado todo.

Luego la paso por los invitados hasta que detallo la figura de bella. Se veía más bonita de lo habitual incluso lo había dejado sorprendido.

- Hijo, espero no te molestes, queríamos darte una sorpresa. Bella preparo un rico pastel, así como otros postres.

- Si... mamá – apenas pudo articular.

Eros había pasado parte de su tarde investigando que podría hacer al respecto por ayudar a la chica que cocinaba todos los días para él y alegraba sus días. Solo había una única solución y estaría dispuesto a hacerlo.

- ¿Me disculpas un momento mamá? – se alejó del lado de su madre mientras caminaba con determinación hasta donde estaba bella.

Ella lo miro nerviosa al sentirlo cerca.

- Felicidades señor, esto es para usted – le entrego en sus manos la pequeña caja-. Espero le gusten.

- No debiste comprar algo para mí – dijo con una sonrisa mientras pasaba uno de sus dedos por su mejilla.

Eros abrió la diminuta caja, encontró un par de prendedores en forma de avión. Sonrió al recordar su colección.

- Es un buen regalo – dijo con una sonrisa.

- ¿Le ha gustado? – enarco una ceja ella.

- Si – respondió él con sinceridad-. Pero para ser honesto no tanto como tú – el movimiento fue inevitable la tomo de su cintura hasta acercarla a él. A pesar de que estaban un poco alejados de los invitados aun había personas que podían verlos.

Bella estaba estática, no sabía qué hacer. Menos que pensar en aquel instante.

- Me gustas – susurro antes de unir sus labios a los de ella en un suave beso. 

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