The Pre-Break-Up Trip | K. Ta...

By MJGozz

9.9K 912 500

El viaje pre-divorcio. Cuando los problemas del divorcio de tus padres, inseguridades respecto a tu carrera... More

|00|
|01|
|02|

|03|

1K 129 45
By MJGozz




Solía ser una niña bastante curiosa, bueno, ¿qué niño no suele ser curioso? pequeños humanos rodeados de un mundo lleno de enigmas para ellos. En ese tiempo, había una muy fina línea que separaba "la aceptación" de "la duda"

¿Quién nunca se había preguntado de niño por qué el cielo era azul? pero nunca lo exteriorizó, sino que con el paso de los años lo aceptó y ya.

El proceso de aprendizaje, suponía yo, iba de eso. Al menos en la manera en la que había funcionado en mi niñez.

Siempre preguntándome el porqué de las cosas, pero nunca teniendo el valor suficiente para hacerlo realmente. Recuerdo que tenía miedo de recibir respuestas como "porque es azul y ya"

Y ya.

De alguna manera me hacían sentir tonta, "¿qué hace una niña como tu preocupándose por esas cosas? ve a jugar con tus amigos y disfruta del día"

Fue entonces cuando caí en un ciclo casi abusivo de "aceptación" de los hechos: todo lo que subía tenía que bajar, porque así funcionaban las cosas. Las hojas de los árboles eran verdes, porque sí. En otros países se hablaba diferente, porque así funcionaban las personas.

Mis papas se gritaban mucho luego del nacimiento de mi hermana, porque así son los padres.

Y esas cosas duelen porque son así y ya.

Y ya.

Poco después, en primaria, conocí a Yoongi. Siempre me pareció un poco peculiar, aunque cualquier niño actúa de diferentes maneras mientras su personalidad se define poco a poco. Era tímido un día, extrovertido al siguiente, a veces era el típico compañero que se encarga de los chistes y otras veces, se mantenía callado, queriendo que todo el mundo pase de su presencia. Yo me mantenía a su lado casi siempre, al principio fue porque compartíamos asiento y era el único chico con quien hablaba, luego, quizás, fue la costumbre, pero me sentía cómoda a su lado. Incluso con todos sus cambios de estado. Supongo que aquello que nos mantuvo unidos fue el hecho de que jamás le pregunté por aquellos cambios, lo acepté y ya.

Y él en ese entonces no necesitaba de nadie que le preguntara qué sucedía –quizás porque ni él lo sabía- sino que simplemente se quedara a su lado.

La verdad era que, con tantos años a su lado como amiga, debería poder decir que lo entendía o que al menos había sacado la lógica detrás de su comportamiento, pero no. Su actuar siempre iba en contra de mis hipótesis o algo que parecía muy claro para mí resultaba ser más complejo de lo que podía imaginar.

Todo Yoongi era un caso de "aceptación" en mi vida.

Ambos habíamos sido aceptados en la facultad de arquitectura, luego de varios exámenes y meses de preparación. Y aun así, cuando nuestras cartas de confirmación llegaron no hicimos más que vernos con lastima, ambos sabíamos que queríamos algo diferente con nuestro futuro, pero así era la vida o al menos la nuestra.

No todo lo que realmente deseas se puede cumplir.

Querer no siempre es poder.

Y este futuro que se venía por delante era otra cosa que nos tocaba aceptar.

Aceptar y ya.

Y estaba tan harta de aceptar todo cuando no hacía más que acumular dudas en mi cabeza que comenzaban a asfixiarme como pequeños nudos en mi pecho que, poco a poco, lo van tapando hasta dejarme moribunda.

¿Qué pasará con mis padres? ¿cómo influirá en mi vida? ¿qué será de mí en la universidad? ¿qué sucede con Yoongi? porque era inútil negar que algo estaba pasando en su vida ¿sería grave? ¿NaEun podría ayudarlo sin mí? ¿este viaje realmente era lo que suponía? ¿qué pasaría al final de las vacaciones?

¿Qué será de mí? no quería aceptar lo que ocurriera y ya. Quería tomar parte de todo lo que sucediera a mi alrededor, y al mismo tiempo, seguía sin saber cómo tomar protagonismo de mi propia vida. Me había enfocado en darle tanta importancia al futuro que había dejado mi presente a la deriva, sin nadie responsable que tomase alguna decisión correcta. Solo me dejaba llevar, como si fuera una hoja de árbol siendo arrastrada por el viento.

—SooJin, despierta a tu hermana, estamos por llegar—murmuró mi madre. A quien oí solo porque la canción que estaba escuchando era una balada. Me quité un solo auricular y la vi por el reflejo de la ventana del copiloto.

El día afuera estaba nublado y si no fuese por el indicador de la temperatura exterior del tablero del auto, el cual anunciaba 28 grados, hubiese asegurado que hacía frío. Sin embargo, lo curioso del clima era que permitía que la ventana de mi madre funcionara como un espejo, muy sutil, pero, al fin y al cabo, algo de su perfil reflejaba.

Estaba muy inclinada hacia un costado, totalmente alejada de mi padre -que era quien conducía- iba de brazos cruzados y llevaba la mirada clavada en los árboles del bosque que atravesábamos. No tenía el ceño fruncido ni se notaba enojada, sus ojos parecían brillar en el reflejo, simplemente se la veía total y completamente perdida. Había mucho vacío en una mirada tan llena de tristeza.

Logró ponerme la piel de gallina.

Tuve el impulso de tomar mi celular para enviar un mensaje al chat grupal que tenía con Yoongi y NaEun, algo en mí se encontraba inquieto y lejos de ser nervios por ver a Taehyung, era como un vacío que oprimía mi garganta, como si el estado de mi madre fuese una peste que se esparcía poco a poco a su alrededor.

Y como cualquier peste, siempre comenzaba atacando a los más vulnerables.

—¿Escuchaste lo que te pidió tu madre? —preguntó mi padre al rato, sin siquiera pestañear. A diferencia de mi madre, el sí se notaba tenso y llevaba el ceño fruncido, sus manos se clavaban como dos garras al volante. Su tono de voz frío y distante. Me quedé quieta, olvidé mi celular.

—Yo...sí.

Fue entonces la primera vez que lo vi tan claro como el agua, las cosas no estaban mal, sino que tres niveles siguientes a simplemente "mal"

Y dejé de preocuparme de mi presente, incluso por mi futuro, sino que esta vez me interesó el pasado.

¿Qué pasó aquí? ¿Por qué no lo vi así de claro antes?

¿Sería el viaje que ya comenzaba a surtir efecto?

Cuando mi padre detuvo el auto frente a una gran entrada pensé que se había equivocado de lugar, tocó un timbre y luego de anunciarse las puertas de una antigua madera tallada se abrieron de par en par, permitiéndonos entrar. Cruzamos por todo el jardín de la propiedad, que a juzgar por su tamaño podría considerarse como un pequeño bosque, en la lejanía podía verse un pequeño sector de juegos y hasta una cancha de básquetbol, aunque todo parecía tener años y años. Cuando finalmente llegamos al hotel, me dio la impresión de estar en una de esas películas de terror donde una gran mansión está embrujada. El lugar era increíblemente enorme, no se veía moderno, sino que antiguo, aunque bastante cuidado. Un gran lago se extendía por un costado del hotel y un pequeño muelle ostentaba con adentrarse superficialmente en él. El clima nublado y los árboles altos daban un ambiente tenebroso a la pequeña bruma que se formaba alrededor del lago y en las copas de las montañas. Sin embargo, hacía calor, demasiado, y junto con la humedad, sentía que el clima me arrebataba el aire. Como si el ambiente pegara mi remera contra mi pecho con tanto impulso que estrujaba mis pulmones hasta el último aliento.

Aunque dudo que el clima fuese el único culpable del ambiente que me oprimía.

—¿Es aquí?—pregunté cuando mi padre finalmente detuvo el motor.

—¿Donde si no?—respondió mi hermana por lo bajo, sarcásticamente. La miré con el ceño fruncido.

El no dijo nada, solo quitó la llave del auto y se bajó. Segundos más tarde, en el silencio que incómodo que se había formado dentro del auto, mi madre soltó un suspiro. Seguía con la mirada perdida, esta vez mirando al hotel.

—Este lugar está exactamente igual a como lo recuerdo

Su voz, un suspiro que logró combinar a la perfección lo rebosante de la tristeza y el vacío de la perdición en la que sus pensamientos vagaban, logró ponerme nerviosa. Volteé a ver a mi hermana, tenía la mirada clavada en nuestra madre, todo en su cuerpo ahora gritaba preocupación y pude confirmarlo cuando corrió la mirada para verme. Ella lo sabía, todos lo sabíamos. Pero entre saberlo y aceptarlo había un largo y doloroso camino de por medio.

Quién lo diría, había casos de "aceptación" que costaban más que otros.

"¿Estas bien?" pregunté sin emitir sonido alguno, esperando que ella pudiera leer mis labios. Al cabo de unos segundos, se alzó de hombros y negó lentamente. Sin embargo, no me dio oportunidad alguna de hacer nada puesto que inmediatamente se bajó del auto para ir a ayudar a nuestro padre con las valijas. Me quedé un ratito mirando a mamá por el reflejo de la ventana, no se había movido ni un solo centímetro de su lugar. Levanté mi mano, temblorosa y a la vez húmeda por el calor, y la apoyé sobre su hombro, tratando de reconfortarla. Me di cuenta de que lloraba en silencio.

—Es que el lugar está lleno de recuerdos—dijo para excusarse, mientras se limpiaba el rostro con su remera.

—Lo sé—murmuré y esta vez fui yo quien bajó del auto. Queriéndole dar su propio espacio a solas.

Al abrir la puerta sentí el cambio de temperatura como un golpe directo a mi pecho. Respiré hondo y aun así me sentí ahogada. Ya no sabía qué porcentaje de la culpa atribuirle al clima y qué otro porcentaje a la angustia que me causaba toda esta situación.

Mamá estuvo unos minutos más dentro del auto, posiblemente intentando calmarse o limpiando sus lágrimas para no mostrarse débil frente a sus hijas. Como si ser madre te quitara el derecho de tener sentimientos. Al bajar del auto, sin siquiera molestarse en explicar el porqué de sus ojos rojos, miró hacia ambos costados del estacionamiento, bastante extrañada, y sin atreverse a mirar a mi padre, clavó la mirada en el espacio libre al lado de nuestro auto y preguntó:

—¿No se supone que para esta hora los Kim ya estarían aquí esperándonos? No veo su auto por ningún lado—acotó haciendo puntas de pie, como si eso le permitiera ver más allá de lo que llega el ojo humano.

Justo en ese momento quitaba del baúl la valija de mi hermana, la dejó sobre el suelo y, con el ceño fruncido, fijó su mirada en su reloj de muñeca.

—Ellos tiene un viaje de dos horas desde Daegu—masculló. Bajó su brazo y levantó la mirada al cabo de un segundo—Los llamaré para corroborar que todo esté bien. Ustedes mientras tanto anuncien en recepción que llegamos así pueden ir a sus piezas.

Tanto mi hermana como yo asentimos. El cerró el baúl del auto, puesto que ya había terminado de bajar todo y se fue camino al lago mientras sacaba el teléfono de su bolsillo. Tomé la manija de mi equipaje y tras caminar dos pasos miré hacia atrás. Mi madre no se había movido.

—Ma...

—Lo escuché—me interrumpió.

Di por sentado que no pensaba acompañarnos, miré a mi hermana por sobre mi hombro. Ella volvió a alzarse de hombros y sin querer aceptar la situación susurró un "dejala" y siguió avanzando hacia la entrada del hotel.

No podía dejar de sentirme levemente decepcionada con la idea de que TaeHyung aún no estuviese aquí. Si tenía que ser honesta conmigo misma, admitía que no era la gran cosa, de todas maneras, él vendría, tarde o temprano. Pero desde que mis padres confirmaron el viaje y nos comentaron el plan de ambas familias para el reencuentro, en mi cabeza ya había puesto en escena cómo actuaría. Bajaría del auto con mi valija y ellos estarían esperándonos en la sala de estar y luego iríamos todos juntos a pasear por uno de los tantos lagos favoritos de los padres de ambas familias. Las madres, eternas amigas, aprovecharían el momento en que los hijos se dispersen en el bosque para hablar de sus intimidades y entonces yo trataría de hablar de con él. Y resulta que ahora debía reorganizar todo posible encuentro. Había intentado tomar las riendas del asunto, planificar mis acciones y nuevamente me tocaba aceptar el juego del destino. Sé que sonaba estúpido, rozaba lo caprichoso el querer que todo se diera a mi manera, pero mientras me alejaba de mi madre y miraba a mi padre perdiéndose entre los árboles que rodeaban el lago no pude evitar sentir un mal presentimiento. Este viaje, desde su principio, no estaba resultando de acuerdo a lo planificado por nadie.

Nadie sabría qué pasaría.

Ya nadie tenía poder sobre el futuro, si es que alguna vez lo tuvimos.

Nos tocaba aceptar a cada uno, lo que el viaje quería hacer con nosotros.

Supongo que de eso trataba la vida después de todo, uno trata hacer lo mejor que puede, pero al final la vida termina jugando con sus propias reglas.

Por dentro el hotel era bastante espacioso, luego de cruzar el umbral principal con ambas puertas de madera abiertas de par en par una segunda puerta de vidrio con marcos de madera separaba una entrada pensada para dejar paraguas o zapatos mojados de la sala de recepción. Una vez que cruzamos el segundo umbral el ambiente cambió abruptamente. Dentro el clima estaba fresco y seco, sin esa humedad aplastante que condenaba a cualquiera que estuviese afuera. El piso era de madera, se podía sentir crujir levemente con cada paso que dabas, había alfombras que lucían bastante viejas, pero extremadamente limpias sobre grandes extensiones del piso. La paleta de colores era tan cálida que te inspiraba esa sanción de "calor hogareño" luego de un largo y frío día en el instituto. La madera del piso era marrón oscuro y las paredes estaban revestidas con rocas de color claro, tras un desnivel de dos escalones se encontraba la sala espera, pero lucía como una gran sala de estar familiar, había tres pares de sillones enormes color miel alrededor de una mesa ratona de roble que tenía unas revistas encima. Frente a la mesa ratona toda la pared era, básicamente, un ventanal gigante que daba hacía el lago y el muelle propio del hotel. La bella vista sólo se interrumpía en el medio por una división de tres metros de pared donde estaba ubicada una chimenea mediana sobre la cual habían varios cuadros que exhibían fotos en blanco y negro sobre la construcción del lugar. Desde nuestro lugar en la puerta, en el costado derecho, estaba la recepción, que constaba de un mostrador de madera tallado bastante precioso, al lado de este se encontraba la gran escalera principal y más allá, se podía ver una puerta de vidrio que llevaba hacía lo que parecía ser el comedor, que conectaba con la pared de ventanales.

El solo pensar que mañana desayunaría con una agradable vista al lago logró borrar mis preocupaciones por unos segundos.

Mi hermana fue la primera en reaccionar y acercarse al recepcionista, un joven chico que, a juzgar por el cuaderno de química que tenía debajo del libro de entrada y salidas del hotel, seguramente se trataba de un estudiante en su empleo de verano.

—¡Hola!—llamó su atención. Lejos de asustarse por el repentino golpe de ruido, subió su mirada lentamente, con una calma casi envidiable— Somos la familia Kang, teníamos una reservación...

—Junto con los Kim—completó este, sin siquiera mirar al libro. Mi hermana lo miró confundida y esbozó una risa nerviosa, yo me puse a su lado. Él sonrió y entonces su calma alternó rápidamente a energía pura— Mi padre me avisó de su llegada hoy, dijo que hace bastante no venían.

—¿Tu padre...—balbuceé.

—El dueño—concluyó con una gran sonrisa.

Bueno, quizás no era ningún estudiante trabajando en verano.

Él se dio media vuelta donde había un gran panel con llaves y retiró dos, tomó una caja debajo del mostrador y nos hizo una señal para que lo sigamos.

—En realidad mi abuelo era el dueño de todo este lugar, él ya estaba viejo para cuando sus padres venían a vacacionar—Comenzó a subir las escaleras con energía, nosotras íbamos varios escalones detrás, luchando con nuestro equipaje—Para entonces a él le gustaba aparentar ser una persona normal de vacaciones, para interactuar libremente con los clientes, así estableció una clase de amistad con su familia.

—¿Por qué nos estamos enterando de esto ahora?—susurró mi hermana cerca de mí.

Alcé ambos hombros. Tenía el fuerte presentimiento de que había muchas cosas que no sabíamos.

—En fin—dijo este deteniéndose frente a una puerta del primer piso. El ambiente cálido de abajo se mantenía perfectamente en el piso, había un pequeño sofá beige en el centro del pasillo, sobre una pequeña alfombra circular color turquesa oscuro, la luz amarilla de las lámparas era bastante reconfortante. El joven puso una de las llaves que tenía en mano y luego de abrir la puerta se dio vuelta hacia nosotras—Mi padre me comentó la historia hoy, incluso sus padres tienen una foto con mi abuelo colgada en una de las paredes del comedor, deberían ir a verla. Tengo entendido que es su primera vez aquí.

—Ciertamente—masculló mi hermana antes de tomar la manija de su valija y avanzar hacia el interior de la habitación.

—Oh, se supone que yo tuve que haber subido eso por ustedes luego de enseñarles la habitación—dijo con aires de decepción. Yo y mi hermana nos miramos curiosas, supongo que la edad similar entre nosotros le daba a él esa confianza de ser así o quizas ya era parte de él. De todas formas, no era molesto en absoluto.  

—No te preocupes por eso...—hice una pequeña pausa para darle la oportunidad de presentarse. Sin embargo, él no pareció entenderlo y nos quedó mirando raro, casi confundido—Cualquier cosa te avisamos—concluí.

Escuché la risa de mi hermana a mis espaldas.

—Oh, sí, claro—balbuceó y se despidió.

Cerré la puerta y me recosté sobre ella. Solté un gran suspiro y mi hermana comenzó a reír a carcajadas.

—Eso fue muy raro.

La habitación era bastante espaciosa. Frente a la puerta estaba la ventana que daba al lago, no teníamos balcón, pero sí una excelente vista. Hacia un costado, en paralelo a la ventana estaban las dos camas nuestras separadas por una mesa de noche. Frente a ambas camas había una televisión colgada en la pared, a su lado había un gran espejo y del otro un ropero. Sobre una de las esquinas estaba la puerta que conducía al baño. La ropa de cama era color mostaza, bastante gruesa para la estación y las sábanas blancas y suaves olían a vainilla. Sobre la mesa de luz había una vela color bordó que anunciaba ser aromática y en las paredes había unos cuadros de flores pintados en acuarelas. 

Ya habíamos comenzado a desempacar cuando escuchamos que llamaron a la puerta.

—Yo de nuevo—dijo el joven recepcionista cuando abrí la puerta. Sonreí levemente al recordar las carcajadas de mi hermana—Vi que tus padres están en el lago hablando, no quise interrumpirlos, pero deberías avisarles que en rato vendrá una tormenta y sería mejor que estuviesen dentro.

Miré hacía mi hermana, quien, como era de esperarse, se hizo la desentendida con tal de no bajar e ir ella. Bufé. El hizo una mueca, como si acabara de darme una mala noticia. La sonrisa se borró casi automáticamente de mi rostro.

—Está bien, ahora les aviso, gracias.

Tomé mi celular, que ya estaba bastante solicitado con todos los mensajes de NaEun y bajé detrás del joven. Desde la sala de estar, a través de los grandes ventanales, podía verse la figura lejana de mis padres, discutiendo acaloradamente.

Ya veo la razón por la que no se había atrevido a molestarlos.

No voy a mentir, pensé seriamente en dejar que descubran sobre la tormenta por su cuenta. Me afligía tener que acercarme a una pelea que sé que luego negarán, porque siempre actúan como si nada estuviese pasando cuando en realidad es más que evidente que están sucediendo muchísimas cosas. Todo el sentimiento de ahogamiento volvió a mi repentinamente, incluso cuando el ambiente de la sala era seco y fresco. Recordar a mi madre llorando en el auto me llenó de una angustia inexplicable. La situación escapaba de las manos de todos.

Agradecí internamente que mí no haya bajado mi hermana, aunque conociéndola, seguramente ya se había arrimado a la ventana para ver si podía encontrarlos desde la vista de su habitación.

No podía escuchar nada que no fuese el latido de mi corazón, producto de la ansiedad, golpear mi pecho con furia y descontrol. Con la cabeza perdida en los posibles tópicos de las peleas de mis padres abrí la primera puerta de vidrio, para darme de lleno con unas valijas que estaban sobre la entrada principal.

Me detuve abruptamente antes de tropezarme y al subir la mirada me encontré con Taehyung a lo lejos, depositando un bolso sobre las valijas y a su madre detrás de él, con una gran valija color violeta oscuro. La mujer sonrió ampliamente al verme y extendió ambos brazos, tal cual una tía cariñosa lo haría.

—SooJin cariño, ¡Cuánto tiempo sin verte!—exclamó, acelerando el paso hacia nuestro.

Me abrazó de lleno y mientras tanto traté de buscar algún recuerdo en donde haya sido así de cercana conmigo en el pasado, pero no di con ninguno. La situación no dejaba de lucir como esos niños cuyos padres están por separarse y el resto de sus familiares les da más cariño de lo habitual para poder compensar el golpe. Me quedé quieta y en blanco, correspondiendo un abrazo en el que no me sentía del todo cómoda. No sé si era por la cercanía imaginaría entre nosotras dos o por la sorpresa.

No dejaba de sentirme incómoda y a la vez, Taehyung miraba la escena con la misma cara de confusión que yo, por puro respeto, me reprimí hacer.

—¿Vas de salida?—me preguntó luego de separarse de mí, antes de darme la posibilidad de corresponder el saludo o al menos preguntar por ella—¿No sabes de la tormenta? ¿SeokJin no te avisó?

¿Quién era SeokJin?

—No, bueno, sí—balbuceé tan rápido como mi shock me lo permitió, la velocidad y peso de los acontecimientos no me permitía poder procesarlos—Iba de camino a avisarles a mis padres.

Miré hacia un costado y vi que Taehyung ya no estaba. Su presencia y mi atención en él había sido tan efímeras que ni siquiera había podido verlo realmente. Tan así se sentía que me costaba recordar su rostro, lo que supuestamente acababa de ver. Resultaba un poco frustrante y no pude evitar sentirme levemente decepcionada por esa primera no-impresión.

Como era de esperarse, todo se daba de la manera menos esperada.

—Perfecto, diles que ya llegamos y que los esperamos en el comedor, estamos ansiosos por poder verlos.

Solo me quedaba esperar -rogar si es necesario- que aquel anormal y constantemente incómodo inicio de viaje no fuese ningún tipo de alerta de lo que sería este en su totalidad. Aunque, siendo honesta, estaba claro que nada bueno podría salir de un viaje que buscaba tapar una evidente verdad, de las mentiras nunca surgió nada bueno y supongo que todos aprenderemos sobre eso en este tiempo.

🔺🔻🔺

I'm back!
Espero que todos estén cuidándose, sano y salvos ♥️
Disculpen esta súper demora, tuve un periodo muy largo y feo de no-inspiración que me dejó sin ganas de escribir durante un largo rato :c
Estoy volviendo de a poquito :(

Me tomo, genuinamente, tres meses escribir esto y recién anoche hice más de la mitad, lo terminé, edité y corregí.

Espero no haber colmado su paciencia:c sé que es feo esperar mucho por un capítulo. Pero no pienso dejar ninguna historia sin finalizar.

Besitos 😘

-marw

(Si tienen alguna pregunta pueden dejarla por aquí)

Continue Reading

You'll Also Like

639K 87.4K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
134K 19.3K 62
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
2.4M 249K 134
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
93K 16.6K 51
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...