El sol estaba en su punto más alto, el cielo se encontraba limpio, sin una sola nube y de un color azul brillante. El sonido de las gaviotas acompañaba en escenario, las personas de los puertos trabajaban con agilidad, subiendo y bajando valiosas cargas de los navíos que iban llegando para luego marcharse.
Había tanta gente que se complicaba la acción de caminar por el lugar. Uno terminaba tropezando con puestos ambulantes o trabajadores que llevaban grandes cajas con diversos contenidos.
Pero era lo único que se podía esperar de Yunmeng, uno de los embarcaderos más prestigiosos. Famoso por su comercio con exóticas plantas marinas. El lugar abarrotado de gente parecía tener energía infinita, no importaba la hora o día, el lugar siempre rebosaba de vida. Niños corriendo y jugando, hombres y mujeres yendo de un lado a otro. Incluso algunos animales se unieron al escándalo.
De la nada las personas dejaron de hacer sus actividades para mirar con asombro el puerto. Si bien estaban acostumbrados a ver variedad de barcos y de buen nivel, esto era único.
Justo en ese momento cuatro navíos de alta clase se iban acercando. Naves como esas solo podían pertenecer a capitanes. Y no se equivocaban.
Por el frente un gran barco de un marrón profundo llegaba, tenía toques verdes olivo por los costados resaltando el acabado. En realidad lo que más sobresalía era el capitán de la nave, ChiFeng-Zun, también conocido como Nie MingJue. Ubicado justo en el timón, brindando un aire imponente. Su gran sable descansaba a su lado, colocado en su cinturón. El típico hombre con postura estoica y mirada aterradora.
Un poco por detrás una nave de color blanco perla se le unía. La bandera de una peonía blanca se ondeaba por el viento. Tanto la proa como la popa parecían estar bañadas en oro. Sin duda la dinastía LanlingJin nunca podría pasar desapercibida. Sus riquezas era algo que siempre los hacía destacar, nunca escatimaban con adornados, siempre trataban de tener lo mejor de lo mejor.
Por detrás, pero no menos impresionantes, se acercaban dos grandes navíos. Iban lado a lado. Ambos eran de color blanco pulcro con unos toques de azul. Tenían suaves tallados de nubes con bajo relieve en su madera. Sin duda exquisitos. Se trataba de los famosos barcos gemelos de GusuLan. Y sus capitanes los Hermanos de Jade, con túnicas blancas y cintas en las frentes bordadas con delicadeza. Todo tenía un toque mágico, incluso unos decían que por las noches a la luz de la luna los barcos parecían estar hechos de plata. Y los hombres al igual que sus naves tenían una apariencia etérea.
Conforme los barcos se acercaban su imponente imagen aumentaba. La gente más excitada se acercaba, querían ver de cerca cada nave, pero era más la emoción de poder apreciar a sus capitanes.
Descendiendo al puerto, cuatro hombres de gran porte eran escoltados. Sus túnicas eran mecidas con suavidad por el viento y a más de una doncella hacían suspirar. Sin duda cualquiera quisiera estar en sus zapatos. La gente se habría paso para darles espacio al caminar, nadie era tan tonto como para interponerse en su camino, incluso tenían la sensación de ensuciarlos de los inmaculados que lucían.
Su andar era tranquilo pero firme y sus miradas siempre estuvieron puestas al frente. La gente sabía que debía ser algo importante para que estos se reunieran en un lugar como este.
Todos iban en la misma dirección. La residencia Lotus Pier del Capitán Jiang FengMian.
Las puertas con grandes flores de loto talladas eran abiertas de par a par, dando así la bienvenida a sus invitados. La gente afuera solo veía asombrados como los cuatro hombres ingresaban para después observar como las puertas cerraban nuevamente.
En el interior un hombre de ropas moradas y emblema de loto se encontraba parado en el centro de la sala. A su lado se situaba su hijo con mirada mordaz y cabello recogido en un moño observando en silencio. Por el otro lado una bella dama con porte amenazante agitaba su abanico como si los hombres de adelante no fueran para nada impresionantes. Al contrario parecía juzgarlos con una mirada.
—Bienvenidos Capitanes—. La voz del hombre mayor resonó por el lugar. Su tono era firme pero con cierta gentileza. —Me alegra que hayan podido atender a mi llamado. Espero que su viaje fuera gratificante.
El primero en contestar fue uno de los famosos hermanos jade. Lan XiChen, también conocido como el Capitán ZeWuJun. Un hombre alto de figura esbelta y con un rostro de amabilidad que siempre parecía portar una sonrisa gentil.
—Gracias por su recibimiento, creo que su petición debido a los recientes sucesos ha sido por demás acertada —expresó con una sonrisa en el rostro.
Con una leve inclinación les indicó que tomaran asiento para después ofrecerles algo de tomar y unos cuantos bocadillos. Todos aceptaron el té pero se abstuvieron de ingerir algún alimento. Después de todo estaba ahí para algo serio, no era una reunión de convivencia o algo por el estilo.
—He notado que el Capitán Wen Rouhan no se ha presentado—. Nie MingJue tenía una mirada de reproche por el comportamiento del Capitán del clan Wen al estar ausente. De por si su relación no era muy buena.
Jiang FengMian al notar la molestia del hombre prefirió intervenir de inmediato.
—Me temo que el Capitán Rouhan ve innecesaria esta reunión. Ya que no se ha visto afectado, afirma que esto sólo le quitaría su tiempo.
En realidad la mayoría en la sala ya esperaban esa respuesta. Mientras Rouhan estuviera en su comodidad no le interesaba que su clan padeciera de hambre.
—¡Qué insolencia!— Gritó con enojo MingJue. Era uno de los que peor temperamento tenía.
—Tranquilo Capitán.— Volvió a calmarlo FengMian. —Si lo piensa mejor, esto nos brinda la oportunidad de que la situación no se nos salga tanto de las manos. Mientras menos hombres sepan mejor. Por eso les he pedido exclusivamente a los capitanes de alto rango que vinieran.
Jin ZiXuan que hasta el momento no había dicho nada empezó hablar.
—Bueno Capitán FengMian podría empezar a explicar a detalle el asunto.
ZiXuan, con túnicas amarillas y toques blancos, cabello castaño atado en una coleta, el punto bermellón en su frente y esa mirada de superioridad le daban apariencia de un joven engreído y con poco interés, pero ciertamente estaba muy afectado como la mayoría. Así que su prioridad por resolver todo era notoria.
—Por supuesto.— Con voz calmada empezó hablar.— Como sabrán los ataques a barcos comerciantes van más en aumento y esto ya empieza a reflejarse en el mercado. Si seguimos así los embarcaderos ya no podrán sustentarse y mucha gente quedará sin empleo. Por lo que tenemos que...
—¡Atrapar al maldito Patriarca Yiling!— Nie MingJue bramó con fuerza nuevamente. Pero en esta ocasión unos ojos dorados lo observaron en silencio.
—En efecto Capitán. Y justo ahora tengo información de donde podría ser su siguiente ataque...
Con esa noticia los cuatro capitanes recién llegados pusieron una cara de asombro, unos más notorios que otros.
—No lo entiendo —dijo confundido ZiXuan—, si usted posee esa información... ¿Por qué necesita de nosotros? tiene varios navíos, con más de una docena atraparlo no sería un problema.
—Que tonto comentario.— Está vez la que habló fue Madame Yu.— No puedo creer que mi hija se haya caso con alguien así. ¿Qué no ha escuchado de la frase "más vale calidad que cantidad"? Es obvio que no, de que sirven tantas naves si la gente abordo es incompetente. Se necesita de un buen capitán que dirija para que tengan éxito.
—Mi Señora, tranquilícese—. Jiang FengMian dio un ligero apretón de manos a su esposa. — Lo lamentó Capitán ZiXuan. Pero la verdad es que ya lo hemos intentado. Pero el resultado es el mismo.
Jiang Cheng decidió unirse a la conversación.
—Es por eso que se ha optado por recurrir a ustedes. Así no sería necesario barcos extras que a la mera hora solo serían un estorbo. Además de que menos personas correrían peligro. Pero, si el Capitán ZiXuan no se siente capaz puede retirarse—. El tono de voz del hijo de FengMian era tan venenoso como el de su madre. Sumado a que Jin ZiXuan nunca fue de su agrado, solo lo aceptaba por ser el esposo y la persona que amaba su querida hermana mayor.
El Capitán ZiXuan solo giró su rostro con enfado. Se sentía humillado, era como un insulto pero lo último que quería era enemigos, más si era la familia de su amada. —Entiendo, en ese caso... La nave de la secta LanlingJin participará—mejor dejar los problemas de lado. No debía hacer una tormenta con un vaso de agua.
—Gracias Capitán.— le sonrió FengMian. Agradecía la comprensión y en secreto se disculpaba por el comportamiento de su esposa e hijo.—Supongo que el resto estará de acuerdo.— Los otros capitanes asintieron.— Entonces solo tengo una petición que hacer.
Los cuatro hombres de enfrente algo intrigados esperaron a que prosiguiera.
—Quiero vivo al Patriarca Yiling. Yunmeng se quedará con él.
Todos se vieron sorprendidos por dicha petición.
—Por mí hagan lo que quieran con él, mientras los problemas desaparezcan yo no me opondré —desinteresado por el futuro del Patriarca, MingJue aceptó.
—A mí tampoco me interesa, sólo quiero regresar lo más rápido a casa con mi esposa e hijo —Jin ZiXuan también estuvo de acuerdo.
ZeWuJun estuvo a punto de asentir pero la voz de su hermano lo detuvo. Lan WangJi quien en todo ese tiempo nunca habló decidió cuestionar una única cosa.
—¿Por qué? — todos sabían que se refería al hecho de que Yunmeng se quedara con el Patriarca Yiling.
—No creo que sea de su incumbencia Capitán HanGuangJun—. Jiang Cheng habló rápido y con una mirada retadora. No sabía porque, pero ese hombre no le daba buena espina, tal vez el que fuera tan serio lo ponía nervioso, prefería a su hermano mayor, al cual si podías tener una conversación decente.
FengMian también habló. —Capitán, la verdad es que Yunmeng tiene asuntos que atender con él.
Lan WangJi estaba a punto de contestar pero escuchó como su hermano le llamaba.
—WangJi — no lo dijo alto pero se escuchó claro. Lan XiChen negó con la cabeza.
Siendo una persona prudente y con buena formación, Lan WangJi guardó silencio.
Al ver que todos parecían estar de acuerdo Jiang FengMian empezó a explicar el plan.
—Bien, según la información, cerca del puerto de GuangLing unos barcos encargados de transportar porcelanas refinadas con destino a QingheNie zarparán al amanecer en dos días. Se dice que Chenqing la interceptará, el plan será seguir la nave de carga y esperar a que aparezca nuestro objetivo —empezó a describir como se moverían, en estos casos su mejor opción era separarse en dos equipos. Por si algo llegara a suceder la distribución de las actividades serían mejor realizadas.— Al no saber de que lado llegará nos dividiremos. Yo iré con los Capitanes MingJue y ZiXuan. Nosotros nos encargaremos del lado este. WanYin junto a los capitanes de GusuLan se encargará del oeste. Si no hay dudas partiremos mañana al anochecer.
El resto de capitanes pareció estar de acuerdo por lo que después fueron guiados a sus habitaciones donde pasarían la noche, preparándose para iniciar con su captura.
En la soledad de su habitación Lan WangJi meditaba sobre los acontecimientos que habría en un futuro. Su concentración fue interrumpida por unos golpes en su puerta. Sin necesidad de mirar sabía que se trataba de su hermano. Con calma fue a abrir.
—Buenas noches WangJi, espero no ser inoportuno —. Su hermano simplemente negó con la cabeza y se hizo a un lado para que el mayor entrara. —Te noté algo alterado hace rato. ¿Quieres conversar? — claro que solamente XiChen sería capaz de percatarse de eso. Para los demás Lan WangJi siempre mantuvo una mirada seria sin emociones.
—Algo ocultan —dijo yendo al grano.
—Lo sé, pero es muy pronto preocuparnos de eso ¿No crees? — trató de ser razonable con Lan WangJi. — Quizás ellos realmente tienen asuntos que arreglar.
—Creo que todos tenemos asuntos que arreglar.
Lan XiChen sonrió algo enternecido por el actuar de su hermano.
—Tienes razón WangJi, todos tenemos asuntos que arreglar, pero ¿Cuáles son los tuyos?
El Capitán HanGuangJun se quedó mudo.
Al no recibir respuesta Lan XiChen se encaminó a la salida.
—Trata de descansar. Nos vemos mañana hermano.
WangJi sólo asintió con la cabeza y observó como la puerta se cerraba.
Al día siguiente al anochecer seis navíos se preparaban para partir en busca de erradicar el mal.
El Capitán Jin se veía algo alterado. Pues su único hijo había desaparecido, siempre hacía lo mismo. Escapaba de casa y regresaba tiempo después, pero ahora que tenía que salir de su hogar por un tiempo indefinido estaba preocupado.
—Tranquilo, de seguro terminó en GusuLan—. Lan XiChen trató de calmarlo, ocupaba que la concentración de todos, y eso podría repercutir en su rendimiento. —Recuerde que el joven Jin disfruta de ir a jugar con los discípulos de Gusu.
Jin ZiXuan trató de escuchar esas palabras y pensar en que su hijo estaba a salvo, lo último que quería es que algo le pasara y que a su pobre esposa le diera un ataque.
Resignado abordó su nave y zarpó junto al resto.
Unos ojos dorados empezaban arder como llamas al mirar el vasto horizonte, lugar donde se encontraba el responsable de todo el caos en su cabeza.
Ya a medio camino Lan WangJi empezó a supervisar el barco. Justo cuando pasaba por una de las cabinas escuchó ruido.
Retrocedió unos pasos y abrió la puerta. Todo se veía en orden, las grandes cajas y barriles lucían bien acomodados. Registrando con la mirada la habitación se percató de lo que parecía ser una huella marcada en uno de los costales. Por su tamaño, la persona debía ser joven aún.
Con voz autoritaria habló WangJi.
—Afuera —con esa simple palabra tres cuerpos empezaron a salir de entre las cajas.
Tres jóvenes que rondaban los quince años salieron de su escondite. Antes de que otra cosa sucediera quisieron explicar.
—¡Lo lamentamos Capitán HanGuangJun! ¡Juro que no queríamos colarnos! Es solo que queríamos reunirnos con Jin Ling en Yunmeng, de ahí pensábamos regresar, solo admirábamos los barcos, pero cuando menos lo pensamos quedamos atascados dentro de la cabina. ¡Es la verdad, lo prometo! —no era del todo mentira, aunque tampoco era la verdad, su intención siempre fue subir al barco y colarse, pero a la mera hora una ola de arrepentimiento los inundó e intentaron salir, para su desgracia realmente la puerta se había atascado.
—JingYi dice la verdad capitán HanGuangJun, la puerta se atascó, tal vez si queríamos subir pero íbamos a regresar. No queríamos venir hasta acá. Pero cuando nos percatamos de lo que sucedía era muy tarde y preferimos escondernos. Aceptaremos el castigo que nos imponga—Jin Ling trató de seguir con las palabras de JingYi. De hecho, la idea de subir a bordo fue de él, Lan SiZhui no quería agregar más leña al fuego por lo que permaneció callado.
En todo ese tiempo Lan WangJi no dijo nada y los escuchó atentamente. Después oír sus explicaciones miró a Jin Ling.
—Tu padre está preocupado por ti—lo menos que quería el Lan inmiscuirse en problemas familiares ajenos.
El joven de túnicas amarillas miró al suelo y se abstuvo de hacer una mueca.
—Estamos muy lejos para regresarlos, pero una vez en Cloud Recesses recibirán su castigo sin quejas— eso iba para JingYi y SiZhui.
—¡Sí Capitán HanGuangJun!— gritaron los dos jóvenes de GusuLan. Jin Ling sólo trataba de hacerse pequeño para no ser castigado. Sabía que Lan WangJi no lo tocaría pero aún así era aterrador estar delante de él.
—Le tendré que comunicar al Capitán ZiXuan de su presencia joven Ling.— Jin Ling ya lo sabía, era obvio que HanGuangJun no lo cubriría. Alguien tan recto como el jamás haría algo como eso.— Ahora salgan de aquí. Una vez en GuangLing se quedarán en el puerto en lo que nosotros atendemos nuestros asuntos.
Aunque fueron regañados estaban felices de poder salir de ahí. Ahora por lo menos podía ver las corrientes marinas y sentir el aire con aroma a sal golpeando sus rostros, en vez de golpearse con barriles y estar en medio de pesados costales.
—¡Sin duda es mejor que estar encerrado! ¿Ah? ¿Otra vez SiZhui?— su compañero ya estaba sentado sujetándose la cabeza. Cada cierto tiempo le daban repentinos mareos. Eso no era bueno para alguien que se quería dedicar al mar.
—Estaré bien — trató de no preocuparlos.
—Luces patético —esta vez fue Jin Ling quien habló. Lan SiZhui solo sonreía con una cara enferma.
Cuando menos lo pensaron las luces del puerto de GuangLing empezaron a verse.
—Increíble—comentó SiZhui.
—El puerto de LanlingJin es mejor—. Jin Ling no se sentía tan impresionado.
Lan WangJi los ignoraba y trataba de calmar su mente. Sabían que se acercaba el momento de enfrentarse con el temido Patriarca Yiling.