—Tonto. Yo también te veo todos los días —Conteste sacándole la lengua. Rodo los ojos y acaricio mi barbilla.
—Creo que es hora de irnos —Dijo dándome un beso en la barbilla.
—Si. Comienzo a creer que Marcos sabe en qué momento debe interrumpir.
—Lo sé. Creo lo mismo —Me ayudo a bajar del escritorio, tome mis cosas y nos dirigimos a la puerta.
—Ben.
—Dime.
— ¿Sabes algo de Brandon?
— ¿Sigues con lo mismo?
—No es que siga con lo mismo, es que Cáterin no se ve bien. Me preocupa.
—No he hablado con él sobre el tema.
—Deberías —Se detuvo y me miro, era difícil adivinar que pensamientos había detrás de esa mirada tan intensa.
—Lo hare. Solo no me presiones.
—No es presión, pero… me dirás las cosas ¿Verdad? Sea lo que sea que esté pasando ¿Me lo dirás?
—Deja de hace ideas en esa cabeza —Dijo tocando mi frente con su dedo.
—No pienso nada que no pueda ser —Conteste haciendo un puchero. Observo el pasillo y me tomo por la cintura— ¿Qué haces? —Pregunte intentando zafarme.
—Me tiro lo que quieras, siempre cuando me des lo que yo quiera.
— ¿He? Eso es chantaje.
—Llámalo como quieras ¿Qué dices?
—Obvio si —Me acerco y me beso— Espera, nos pueden ver.
— ¿Y? Ninguno tiene compromiso alguno.
—Bueno en eso tienes razón, supongo —De nuevo me beso ¿Realmente no le importaba que nos vieran? ¿O solo le gustaba sentir la adrenalina? El timbre, que indicaba regreso a clases se escuchó y Ben se apartó de mí, mirándome evidentemente divertido.
—Tenemos que irnos.
—Sí, creo que llegare tarde a mi clase por culpa de alguien —Se encogió de hombros y comenzó a caminar.
—Encárgate de castigarlo entonces —Puse los ojos en blanco y lo seguí.
Cuando regrese al aula, las chicas no dejaban de mirarme y preguntar ¿Dónde? Y ¿Con quién había estado? Me hice la disimulada y fingí poner atención en el resto de las clases.
—Ya Marja ¿Dinos con quien te viste?
—Con nadie —Tal vez decir eso no era buena idea, si Marcos decía que nos había visto juntos, podrían comenzar a sospechar— Bueno es algo para el cumpleaños de Perla.
— ¿Cuándo es? —Quiso saber Cáterin. Me alegro ver que se notaba un poco más animada, quizás Ben tenía razón, le estaba dando muchas vueltas al asunto y tal vez no pasaba nada malo.
—En 3 semanas ¿No recuerdas? —Pregunto Lía.
—Lo siento, he andado distraída.
—Ya me di cuenta —Reprendió Lía— ¿Y qué tienes en mente?
—Pues Ben me dijo que vendrá con su marido. Estaba pensando en una fiesta sorpresa, pero algo más tranquilo.
—Lo supuse, ahora es toda una señora —Comento Lía.
—Exactamente y su marido es bastante tradicional —Dije.
—Si necesitas nuestra ayuda solo dinos —Se ofreció Cáterin.
—Entonces dejen que orden un poco las ideas y nos ponemos de acuerdo.
—Genial —Contesto emocionada Lía.
Cuando llegamos al estacionamiento, los chicos ya estaban ahí. De inmediato busque a Ben, quien me miraba tratando de ocultar una media sonrisa. Ese chico era un cínico, pero eso me gustaba, busque observe a los demás y note que Marcos nos miraba a los dos. Tal como lo había pensado, comenzaba a sospechar algo.
— ¡Chicas! —Exclamo Rubén emocionado— ¿Vamos de fiesta esta noche?
—Si —Contesto Lía.
—Genial.
— ¿Qué dices Cáterin? —Pregunto Brandon.
—Si.
— ¿Tu Marja? —Pregunto Rubén.
—Si Ben va, yo también —Los chicos miraron a Ben y comenzaron a reír— ¿Qué? —Pregunte.
—Eso mismo dijo él —Sin poder evitarlo sonreí y mire a Ben. Quien se encogió de hombros.
—Entonces ya está, nos vemos en la plaza comercial y de ahí, vemos a donde nos vamos.
Nos despedimos, no sin antes recibir una mirada de Marcos, quien no dejaba de mirarme. Subimos al auto y Ben puso en marcha el auto.
— ¿Qué fue eso? —Pregunto divertido.
— ¿Qué cosa?
—“Si Ben va yo también” —Al parecer él no se había percatado de las mirada de Marcos.
—Eso mismo dijiste tu ¿No? —Conteste encogiéndome de hombros.
—Eso no responde mi pregunta, además yo lo dije primero.
—Bueno, pues tú eres mi guardaespaldas ¿Qué te puedo decir? A dónde vas tú, voy yo.
—Mmm… Muy conveniente señorita.
— ¿Paso algo?
— ¿Algo como qué?
—No sé. Algo.
—No ¿Por qué?
—No sé —Tal vez imaginaba que Marcos no dejaba de mirarme o tal vez nunca antes había prestado atención.
—Por cierto, hable un poco con Brandon.
— ¿Y?
—No creo que este pasando nada.
— ¿Le preguntaste directamente?
—Por supuesto que no.
— ¿Por qué no? —Me miro como si hubiera dicho algo malo— Bueno es que los hombres se cuentan todo ¿No?
—Pues no, hay ciertas cosas que no se tocan.
—Aun así podrías preguntarle.
—Lo intentare.
—Eres un sol —Dije guiñándole un ojo. Sonrió y negó con la cabeza.
—No puedo contigo.
Más tarde paso por mí a mi casa para reunirnos con los demás.
— ¿Qué pasa? —Pregunte al ver que no se veía tan animado.
—Preferiría que solo fuéramos los dos.
— ¿Qué tiene de malo que seamos todos? Hace tiempo que no salimos todos.
—Sí, seguro Marcos estará sobre ti.
—Sabes que siempre lo mando a volar.
—Aun así, no me gusta —Rodé los ojos.
—No tienes nada de qué preocuparte.
Cuando llegamos a la plaza, todos estaban ahí. Después de varios minutos que tardaron en decidir, terminamos en un antro que estaba repleto, apenas hacia espacio para caminar.
—Hay demasiado gente —Le dije a Lía.
— ¿Qué? —Pregunto sin escúchame.
La música era otra cosa que estaba demasiado alta, apenas si podía escuchar mis pensamientos. Ocupamos una mesa, pero de inmediato, Lía me arrastro a la pista. Baile con ella por un rato, hasta que un chico se acercó a ella y me hice a un lado. Marcos se había quedado en la mesa, pero no me había quitado los ojos de encima. Por lo que en cuanto se percató que bailaba sola, se puso de pie y entro a la pista. No pensaba bailar con él de ninguna manera, me mezcle entre la gente, hasta que una mano me arrastro. Estaba a punto de gritar cuando lo reconocí. Ben. Me tomo de la cintura y comenzó a besarme. ¿Estaba loco?