Si tú eras el camino,
¿Porqué me perdiste?
Si tu eras la tormenta,
¿Porqué no me enseñaste a nadar?
Si tú eras la canción,
¿Porqué me olvidaste entre las notas?
Si tú eras frío,
¿Porqué te enamoraste de una chispa?
Si tú estabas destruído,
¿Porqué te convertiste en mi própia destrucción?
Si tú eras el viento,
¿Porqué no me dejaste volar?