Cuando Clarke llegó a casa después del brunch, encontró a Octavia preparando el almuerzo en la cocina y decidió quedarse con ella hasta que terminara de comer. Hablaron sobre el próximo viaje de negocios de Octavia a Washington DC el siguiente fin de semana y la morena quería asegurarse de que Clarke estaría bien sola, ya que ella no estaría en casa el 1 de febrero, que era el séptimo aniversario de la muerte de Costia.
- ¿Estás segura de que vas a estar bien? - insistió Octavia.
- Por supuesto ... Han pasado 7 años, O ... estoy bien ... - Clarke trató de tranquilizarla.
- Lo sé, solo estoy un poco preocupada ... Lincoln me habló de tu paciente el otro día ...
- O ... por favor ... estoy bien, ¿de acuerdo? - Clarke se levantó, dejándole saber a Octavia que había terminado de hablar de eso.
- ¿Trabajas el 1 de febrero? - Octavia todavía no estaba lista para dejar la conversación.
- No, tengo el fin de semana libre ...
- ¿Tienes algún plan? ¿Lincoln trabaja? Tal vez podríais ...
- Escucha ... - Clarke la interrumpió. - Gracias por tu preocupación, de verdad ... Pero no tienes que preocuparte por mí, ¿de acuerdo? Me quedaré en mi habitación y veré su película favorita, escucharé su música favorita y luego me iré a la cama ...
- ¿Entonces no saldrás para emborracharte y terminar Dios sabe dónde con Dios sabe quién a la mañana siguiente? - preguntó Octavia, alzando una ceja.
- Por supuesto que no - se rió Clarke. - ¿Te parezco una adolescente? Además ... sabes que prefiero dormir en mi propia cama - le guiñó un ojo antes de darse la vuelta y salir de la cocina.
- Sí, claro ... - Octavia sacudió la cabeza mientras tomaba su teléfono y le enviaba un mensaje de texto a Lincoln.
Clarke fue a su habitación a cambiar las sábanas y pasó el resto de la tarde durmiendo, antes de ir al hospital para su turno de 9 pm a 9 am.
A la mañana siguiente, llegó a casa y el apartamento parecía vacío, ya que Jasper y Octavia ya se habían ido a trabajar y Lexa estaba probablemente en su habitación. Clarke había comprado unos pasteles veganos y dos tazas de café camino a casa con la intención de invitar a la castaña a desayunar con ella en la cocina.
Puso la variedad de pasteles en un plato grande y lo colocó en la isla de la cocina, dejando las dos tazas de café al lado antes de caminar en dirección a la habitación de Lexa. Llamó a la puerta, sintiéndose un poco nerviosa mientras esperaba una respuesta.
- ¿Sí? - escuchó la voz de Lexa y lentamente abrió la puerta.
- Buenos días ... - dijo mientras se inclinaba, mirando a la castaña que estaba sentada detrás del escritorio. - Acabo de regresar del trabajo y ... pensé ... ¿tal vez te gustaría unirte a mí para el desayuno? - preguntó ella, sonando casi tímida. - Traje pasteles ... salados y dulces, porque no conocía tus preferencias ...
- Eem ... - Los ojos de Lexa se abrieron mucho mientras intentaba encontrar las palabras para hablar.
- También hay café, si no tienes hambre ... o si ya comiste ... - Clarke sonrió suavemente.
- No ... - fue todo lo que Lexa logró decir, notando cómo la sonrisa desapareció de la cara de Clarke y fue reemplazada por una expresión de decepción.
- Oh, está bien ... no hay problema ... - Clarke trató de no parecer demasiado desanimada. - En otro momento, entonces ... - asintió y estaba a punto de cerrar la puerta cuando escuchó la voz de Lexa nuevamente.
- ¡No! - exclamó Lexa mientras se levantaba. - Quiero decir ... todavía no he comido, en realidad ... - le sonrió a la rubia. - Me gustaría unirme a ti ... gracias ...
- ¡Excelente! - Clarke sonrió y mantuvo la puerta abierta para Lexa, quien había comenzado a caminar en su dirección.
Fueron juntas a la cocina y Lexa se sorprendió al ver la cantidad de pasteles en el mostrador de la cocina, preguntándose si tal vez estaban esperando a alguien más.
- ¿Viene alguien más? - preguntó Lexa mientras se sentaba en el taburete de la cocina.
- No... ¿por? - Clarke frunció el ceño y se sentó a su lado.
- Es solo ... mucha comida - Lexa sonrió. - Quiero decir ... Sé que mis caderas son anchas, pero ... te juro que no como mucho ...
- Oh, no, no ... No pensé ... No es ... - Clarke comenzó a divagar. - Tus caderas son perfectas ... quiero decir ... eso no es lo que yo ...
- Clarke ... - fue repentinamente interrumpida por Lexa, que tenía una gran sonrisa en su rostro, y pensó para sí misma que era la sonrisa más hermosa que había visto en su vida. - Estaba bromeando ... - dijo Lexa, pensando que las mejillas sonrojadas de Clarke se veían bastante adorables.
- Oh ... - la rubia le devolvió la sonrisa, sintiendo que la temperatura de la habitación aumentó de repente.
- Me han dicho que tengo un extraño sentido del humor - Lexa se encogió de hombros mientras se ponía uno de los sabrosos pasteles en la boca.
- La gente dice eso de mí también, en realidad - respondió Clarke, agarrando un pastel también.
Se sonrieron la una a la otra y continuaron comiendo, hasta que la rubia decidió interrumpir el silencio, a pesar de que no lo encontraba particularmente incómodo.
- Lexa, yo ... me gustaría disculparme ... - dijo y vio unos ojos verdes encontrando los suyos. - Debes tener la peor opinión de mí ...
- No la tengo, en realidad ... - habló Lexa. - Lo siento si te dio la impresión de que te estaba juzgando ... Eres una mujer libre y puedes hacer lo que quieras ...
- Pero, aun así ... debería haber sido más discreta al respecto ... Era tu primer fin de semana en el loft y probablemente no dormiste bien debido a ... bueno ... - dijo y inclinó la cabeza abajo.
- Tu ... invitada ... era bastante ruidosa ... pero yo tenía mis tapones para los oídos, así que ... problema resuelto - sonrió, tratando de hacer que Clarke se sintiera mejor al respecto. - Además, es como cuando vivía en la residencia universitaria de estudiantes ... por eso compré los tapones para los oídos en primer lugar - se encogió de hombros y tomó un sorbo de su café.
- Genial ... así que ahora soy una mujer adulta que se comporta como un estudiante de primer año en la universidad - se rió Clarke.
- Oh, no ... yo no ... - Lexa comenzó a sonrojarse. - No estaba ... quiero decir ... Eso no es lo que yo ...
- Lexa ... - Clarke interrumpió las divagaciones de la castaña con una suave sonrisa en su rostro, llamando su atención. - Estaba bromeando - su sonrisa se ensanchó cuando vio que la cara de Lexa se relajaba. - Ves, no estaba mintiendo sobre mi sentido del humor ...
- Ya veo ... - Lexa sonrió, aliviada al ver que no había ofendido a su compañera de piso.
- Entonces ... ¿Estamos bien? - preguntó Clarke, aún mirando a Lexa.
- Sí ... estamos bien - asintió la castaña.
- ¿Comenzamos de nuevo? - Clarke se limpió las manos con una toalla de papel antes de extender su brazo hacia Lexa.
- Comenzamos de nuevo - Lexa hizo lo mismo y luego estrechó la mano de Clarke.
En el momento en que sus manos se tocaron, se retorcieron debido a la electricidad estática, al igual que la primera vez que sintieron la piel de la otra, solo que esta vez se rieron al respecto y no parecían tener prisa por interrumpir el contacto.
- ¿Siempre haces turnos de 12 horas? - preguntó Lexa una vez que comenzaron a comer de nuevo.
- No, no siempre ... algunos meses hago tres turnos de 12 horas a la semana, a veces solo uno y el resto de los días solo turnos de 6 horas ... depende, en realidad - respondió Clarke.
- Entonces ... ¿tienes una semana laboral de 36 horas?
- En teoría ... pero casi nunca es así - respondió Clarke. - Siempre termino haciendo más ... o cubriendo los turnos de algunos de mis colegas ... ¿Y tú? ¿Cómo es que estás trabajando desde casa?
- Oh ... yo solo ... no me siento muy cómoda trabajando en una oficina común ... como suele hacerse en empresas de TI ... - explicó Lexa.
- Ah ... ¿Es porque trabajas mejor cuando estás sola ... o? - Clarke tenía curiosidad.
- Eso también ... Pero también porque me volvería loca si tuviera que escuchar los interminables debates de los chicos sobre cuál de las películas Star Wars era la mejor y si Megan Fox era más sexy en Transformers o en Transformers: La venganza de los caídos ... - puso los ojos en blanco, haciendo reír a Clarke.
- Ya veo ... Así que supongo que son principalmente chicos en la oficina, ¿sí?
- Más o menos ... Pero no importaría de ninguna manera ... Como probablemente hayas notado, no soy particularmente buena para socializar ... y hacer amigos ... independientemente de su sexo ... - Lexa sonrió suavemente, apartando la mirada de Clarke.
- Oh, no sé sobre eso ... Creo que lo estás haciendo genial, en realidad ... - Clarke sonrió cuando la castaña la miró antes de tomar otro sorbo de su café. - Hablando de socializar ... ¿tú y Jasper tenéis algunos planes para el fin de semana?
- Yo no ... pero Jasper irá a Atlantic City el sábado ... Es la despedida de soltero de Murphy, así que pasarán el fin de semana emborrachándose - dijo Lexa con calma.
- ¿Murphy? - Clarke frunció el ceño.
- John Murphy ... trabajan juntos ... - explicó Lexa.
- No, es solo que ... Justo esta mañana, cuando salía del hospital, me encontré con Emori ... una enfermera de urgencias con la que trabajo a menudo ... y ella me invitó a su despedida de soltera este sábado ... y estoy bastante segura de que su prometido se llama Murphy ...
- Son ellos, sí - confirmó Lexa. - Nunca los conocí, pero sé sus nombres ...
- Mira eso... ¿Cuáles son las probabilidades? - Clarke sonrió.
- Podría hacer un algoritmo y calcular las probabilidades, si quieres ... - la castaña dijo en un tono neutral.
- ¿Podrías hacer eso? - Clarke estaba interesada.
- En realidad estaba bromeando, pero ... sí, supongo que podría - Lexa sonrió, mirando a Clarke.
- Oh - se rió Clarke. - Lo siento ... Es difícil saberlo por el tono de tu voz, pero a partir de ahora mi misión será descifrarlo y prometo que para fines de este mes, sabré decir exactamente cuándo estás bromeando - dijo ella de una manera determinada.
- Eres ambiciosa, ya veo ... - Lexa levantó las cejas y miró hacia otro lado.
- Solo cuando estoy intrigada ... - Respondió Clarke y vio que las mejillas de la castaña se ponían rojas mientras que estaba terminando su café.
- Tengo que volver... me espera el trabajo ... - dijo Lexa, levantándose de la silla. - Gracias por el desayuno ... - miró a Clarke antes de tomar la taza de café vacía.
- Fue un placer ... gracias por acompañarme - Clarke le sonrió. - Déjalo, yo limpiaré ... - dijo ella, mirando la taza en la mano de Lexa.
- Oh ... gracias ... - Lexa le devolvió la sonrisa y dejó la taza en el mostrador de la cocina. - Te veré por ahí...
- Puedes contar con eso - la sonrisa de Clarke se ensanchó mientras veía a Lexa alejarse, escaneando sus largas piernas hasta su elegante trasero y no pudo evitar preguntarse cómo se sentiría tocar su cuerpo y proporcionarle placer, cumpliendo cada una de sus fantasías, algo que la rubia de repente se sintió ansiosa por descubrir.
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La semana pasó muy rápido, durante la cual Clarke y Lexa desayunaron juntas en dos ocasiones más, una de ellas por iniciativa de Lexa, invitando a la rubia a tomar un batido con ella en la cocina.
Lexa se había dado cuenta de que no solo se sentía cómoda con Clarke, sino que pasar tiempo con ella comenzaba a convertirse en su parte favorita del día. Incluso se sorprendió sonriendo cuando estaba pensando en algunas de las cosas de las que habían hablado, y no pasó desapercibido para Jasper, quien había comentado sobre el buen humor de Lexa la semana pasada.
Era sábado por la mañana y Jasper estaba terminando de empacar su bolso para el fin de semana que iba a pasar en Atlantic City con sus amigos y compañeros de trabajo.
- Gracias por prestarme tu coche, Lexie - Jasper le sonrió a su novia mientras agarraba la mochila de la cama y la ponía sobre su hombro.
- Claro - Lexa le devolvió la sonrisa, de pie junto a la puerta del dormitorio. - Envíame un mensaje de texto cuando llegues, así sé que has llegado a salvo ...
- Lo haré - se acercó a ella y le puso las manos en la cintura.
Lexa envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo abrazó, antes de poner sus labios en su mejilla.
- Te echaré de menos - le susurró al oído.
- Yo también - dijo Lexa, justo antes de que Jasper se inclinara para un beso.
Fue un beso suave, como siempre, con los labios cerrados y aunque nunca fue Lexa quien lo inició, no le importó que Jasper lo hiciera. Nunca había considerado que el acto de besarse fuera algo especial o sexual, para ella era simplemente cómo la gente expresaba su necesidad de sentirse cerca de alguien. Lexa siempre pensó que era extremadamente exagerada la forma en que se retrataba en las películas como un sentimiento de conexión impresionantemente intenso entre dos personas, mientras que ella solo lo veía como un simple acto de intercambiar un poco de saliva con alguien que te importe. Simplemente algo que la gente hacía, así que ella también lo hizo, sin pensarlo más.
Jasper entreabrió los labios y estaba a punto de intensificar el beso cuando escucharon el timbre.
- Probablemente sea Monty - dijo mientras se alejaba de su novia y abría la puerta del dormitorio. - Volveré mañana por la tarde ... Octavia está en Washington este fin de semana ... - dijo, caminando por el pasillo. - Pero creo que Clarke está en casa, sin embargo ... así que no estarás sola ... llámame en cualquier momento, ¿de acuerdo?
- Jas, estaré bien ... - Lexa sonrió, conmovida por su preocupación. - Sabes que no me importa estar sola ...
- Lo sé, lo sé ... pero ahora estás en Nueva York ... quiero que estés a salvo - le devolvió la sonrisa y se inclinó para otro beso mientras estaban parados frente a la puerta del apartamento.
El timbre volvió a sonar y lo sobresaltó en el momento en que llegó a los labios de Lexa.
- Ve - Lexa sonrió mientras abría la puerta a su novio. - ¡Que te diviertas!
- Monty, espérame frente al garaje, ¿de acuerdo? Bajo enseguida - habló por el intercomunicador antes de salir por la puerta. - Vale, cariño ... ¡hasta mañana! ¡Cierra la puerta!
Lexa lo saludó con la mano y observó cómo se cerraba la puerta del ascensor antes de regresar al loft y cerrar la puerta.
Pasó la puerta de Clarke camino a la habitación y se preguntó por qué la rubia aún no se había despertado, ya que eran casi las 11 de la mañana y sabía que había vuelto a casa poco después de las 9 de la noche del día anterior después de un turno de 12 horas. De hecho, incluso la había escuchado hablar con Jasper más tarde en la noche, haciéndole saber que había estacionado su motocicleta detrás del coche de Lexa, para que no lo bloqueara cuando tendría que sacarlo del garaje al día siguiente.
En una de sus conversaciones, Lexa le preguntó a Clarke por qué insistía en ir en motocicleta con ese clima, ya que enero se consideraba el mes más frío en Nueva York, y la rubia le dijo que no le importaba el frío en absoluto, a menos que hubiera nieve, lo cual no fue el caso y también resultó ser el enero más cálido que los neoyorquinos habían visto en años.
Lexa fue a su habitación y decidió trabajar en el ordenador, dejando la puerta entreabierta para que oyera si Clarke se despertaba.
Unas horas más tarde, finalmente hubo algún movimiento en la habitación junto a la de ella y Lexa caminó rápidamente hacia la puerta, esperando escuchar a la rubia en el pasillo.
La puerta chirrió, anunciando que Clarke había decidido salir de la habitación y la castaña salió al pasillo cuando la rubia estaba a punto de ir al baño.
- Buenos días ... en realidad, buenas tardes ... ya que son casi las 2 pm - Lexa la saludó con entusiasmo.
- Oh ... hola ... - Clarke la miró por un segundo, pero fue suficiente para que la castaña notara sus ojos rojos e hinchados. - Tenía mucho sueño ... - dijo ella y caminó en dirección al baño.
- Eem ... - Lexa estaba luchando por encontrar las palabras correctas, preguntándose si Clarke había estado llorando y si sería mejor dejarla sola. - ¿Tienes hambre? - pensó que bien podría intentar que almorzara con ella.
- Iba a pedir pizza a domicilio, en realidad ... - podía escuchar la voz de Clarke desde el baño. - ¿Quieres una también?
- Vale, suena bien ... - aceptó Lexa. - ¿Quieres que busque una pizzería en internet?
- No, en realidad ... iba a llamar a la pizzería Screamer ... - Lexa podía escuchar a Clarke cepillarse los dientes. - Están en Prospect Heights ... su menú está pegado en la nevera si quieres echarle un vistazo ...
- Por supuesto, sí ... voy ahora - dijo Lexa mientras comenzaba a caminar hacia la cocina.
- ¡Ya salgo! - gritó Clarke desde el baño antes de que comenzara a salpicarse agua fría en la cara.
Unos minutos más tarde, se unió a Lexa, que estaba sentada en el taburete de la cocina, leyendo el menú de la pizzería.
- Tienen unos nombres de pizza bastante interesantes - se rió entre dientes cuando notó que Clarke se acercaba a ella. - Maui Wowie, Green Scream, Vampire ... - leyó en el menú.
- Sí, definitivamente son originales - Clarke sonrió mientras se paraba junto a Lexa. - ¿Encontraste algo que te guste?
- ¿Eres vegana? - Lexa preguntó después de notar todas las opciones veganas en el menú.
- Sí ... ¿por?
- Nunca lo mencionaste ... - Lexa se encogió de hombros. - Los veganos que he conocido lo anunciaron casi en el momento en que se presentaron ...
- Supongo que algunas personas tienen la necesidad de anunciar su estilo de vida - respondió Clarke. - A mí no me gusta hablar de mis asuntos con todo el mundo ... especialmente si no me preguntan al respecto ... ni siquiera de mi orientación sexual ...
- Entonces, ¿no participas en las manifestaciones del Orgullo? - Lexa de repente sintió curiosidad.
- Eso sí - Clarke sonrió. - Creo que es importante poder salir del armario y estar orgulloso de ello, si te sientes lo suficientemente seguro como para hacer eso ... y especialmente lo hago para aquellos miembros de la comunidad lgbtq a quienes no se les permite ser quienes son e incluso son procesados por la ley, porque en algunos países es ilegal ser cualquier cosa menos heterosexual ... - explicó. - Solo quise decir que, para mí, ser vegana no es algo que considero de moda ... es solo lo ético y responsable de hacer, en mi opinión ... para los animales y para nuestro planeta ... y para nuestra salud ... Pero es algo que cada persona tiene que darse cuenta por sí mismo, y no creo que echárselo a la cara a la gente haga alguna diferencia ... incluso puede tener el efecto contrario en mi experiencia ... Y en cuanto a no ser heterosexual ... Supongo que es obvio para aquellos que estoy interesada en conocer, pero tampoco lo niego si alguien me pregunta al respecto, así que ...
- Eso ... tiene mucho sentido, en realidad - Lexa sonrió, positivamente afectada por las palabras de Clarke.
- Te pido disculpas por mi verborrea - se rió Clarke. - ¿Decidiste qué pizza te gusta?
- No me importó en absoluto, de verdad ... - Lexa la tranquilizó. - Eem ... ¿Tú? Quieres compartir?
- ¿Qué te parece compartir la pizza vegana de salchichas y champiñones conmigo?
- Muy bien - La sonrisa de Lexa se ensanchó, emocionada de probar algo nuevo.
Clarke procedió a llamar a la pizzería y se cambió de ropa mientras esperaban la comida, mientras que Lexa estaba en la sala de estar, un poco nerviosa y emocionada por pasar toda la tarde con la rubia.
Cuando llegó la pizza, Clarke sugirió que vieran a Cegados por el deseo, sin revelar que era la película favorita de su mejor amiga y algo que se había convertido en una tradición para ella en el aniversario de su muerte. Lexa no la había visto antes, así que estuvo de acuerdo y la vieron juntas, sentadas cómodamente en el sofá de la sala de estar mientras comían pizza.
Era la primera vez en siete años que Clarke había permitido que alguien se acercara a ella ese día y se alegró de haberlo hecho, incluso cuando Lexa se quedó dormida en el sofá y se perdió los últimos veinte minutos de la película. Clarke la observó dormir durante unos minutos, luchando contra el impulso de poner sus labios en la frente de Lexa hasta que se sintió como una acosadora por siquiera pensarlo y se apresuró a poner una manta sobre la castaña antes de ir al baño a ducharse y prepararse para la despedida de soltera de Emori.
Alrededor de las 7 pm, Lexa abrió los ojos y vio a Clarke sentada a su lado, haciendo algo en su teléfono. Llevaba un maquillaje sutil con solo un poco de delineador de ojos que hizo que sus ojos azules sobresalieran y estaba vestida con un traje de color azul real, una camiseta blanca, con su collar plateado con el colgante de candado encima, completando su look con sus Vans sk8-hi negros de cuero sintético. Su cabello rubio estaba alisado, descansando sobre sus hombros y Lexa podía sentir el fresco aroma que emanaba de su piel, trayendo de vuelta el recuerdo de la noche del fin de semana anterior.
- Estás despierta... hola - Clarke le sonrió a Lexa, pensando que se veía adorable con sus ojos somnolientos.
- Lo siento ... debo haberme quedado dormida ... - la castaña se sintió un poco avergonzada mientras se sentaba en el sofá, dándose cuenta de que Clarke la había cubierto con una manta.
- Está bien, no te preocupes por eso - respondió Clarke, manteniendo la sonrisa en su rostro. - Tuve que ir a prepararme de todos modos ...
- Cierto ... la despedida de soltera ... - recordó Lexa. - ¿No es un poco temprano, sin embargo?
- Bueno, son poco más de las 7 pm ... nos reuniremos en casa de Emori a las 8 pm, y pensé en caminar hasta allí ... Debería llevarme una hora ... Y luego vamos a un bar cercano ...
- ¿No vas a tener frío? - Lexa estaba preocupada. - Es ... - ella agarró su teléfono y lo miró antes de continuar. - ¡Hace 6º!
- Estaré bien - se rió Clarke, conmovida por la preocupación de Lexa. - Necesito un poco de aire fresco de todos modos ... Eem ... ¿Vas a estar bien sola en casa?
- Por supuesto - sonrió Lexa. - No dormiré pronto, eso es seguro - dijo ella, haciendo reír a Clarke. - Entonces probablemente te veré cuando vuelvas ...
- Genial ... no tardaré, creo ... Deberíamos intercambiar números ... - sugirió y vio que Lexa abrió mucho los ojos. - En caso de que necesites contactarme, quiero decir ... O si pierdo mis llaves o algo así ...
- Oh, claro ... sí, por supuesto ... - dijo Lexa mientras desbloqueaba la pantalla y le dio su teléfono a Clarke, quien tecleó su número y se lo devolvió.
- Ahí está ... Ahora puedes llamarme si quieres... para tener tu número ... - dijo mientras se levantaba del sofá y recibió una llamada perdida de Lexa.
Clarke guardó el número en su teléfono mientras cogía su abrigo de la percha en la pared y Lexa caminó hacia ella, decidiendo acompañarla hasta la puerta.
- Mierda, casi olvido el regalo - recordó Clarke y corrió en dirección a su habitación, volviendo momentos después con una gran bolsa roja en sus manos.
- Es bastante grande... el regalo ... - observó Lexa.
- No pesa mucho, sin embargo ... Es solo lencería sexy y algunos juegos sexuales y juguetes de la tienda erótica - dijo de manera casual mientras abría la puerta, ajena a las mejillas sonrojadas de Lexa. - Muy bien ... nos vemos luego, entonces ... si todavía estés despierta ...
- Sí ... diviértete ...
Se saludaron y Clarke cerró la puerta, dejando a una Lexa un poco confundida, que pasó las siguientes 5 horas pensando en la rubia, esperando ansiosamente que volviera a casa.
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¡Hola!
Espero que os haya gustado el capítulo ... ¿Qué creéis que pasará después?
Gracias por vuestros votos y comentarios <3
S.