El Ascenso De Un Alfa ©

By AMH120

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Noah es un chico que a penas conoce su mundo, pero antes de tomar el cargo como el nuevo alfa; él cree que de... More

Prólogo
Capítulo Uno: El Novato
Capítulo Dos: Lejos De Casa
Capítulo Tres: Una Mano Amiga
Capítulo Cuatro: Perdiéndose
Bonus Familia Hale
Capítulo Cinco: Asesina
Capítulo Seis: Si Puedes Escuchar
Capítulo Siete: Camino A Casa
Capítulo Ocho: Blake Shadow
Capítulo Nueve: Cuando Te Deje
Bonus Familia Hale
Capítulo Diez: Misericordia
Capítulo Once: Resignación
Capítulo Doce: Conóceme
Capítulo Trece: Menguante
Bonus Familia Hale
Capítulo Quince: Cazador Cazado
Capítulo Dieciséis: Nueva Luna
Capítulo Diecisiete: La Elegí
Capítulo Dieciocho: Cicatrices
Capítulo Diecinueve: Confusión
Bonus Familia Hale
Capítulo Veinte: Tu Decisión
Capítulo Veintiuno: Renuncio A Ti
Capítulo Veintidós: De Nuevo En Casa
Capítulo Veintitrés: Adiós
Capítulo Veinticuatro: Soltarte También
Capítulo Veinticinco: Enemigo Natural
Capítulo Veintiséis: Nuestra Historia
Capítulo Veintisiete: Cambios
Capítulo Veintiocho: Mi Sacrificio
Capítulo Veintinueve: Nuevos Mundos
Capítulo Treinta: Min Månen
Capítulo Treinta y Uno: Mío
Capítulo Treinta y Dos: Nubes e Ilusiones
Capítulo Treinta Y Tres: Cuidaré De Ti
Capítulo Treinta y Cuatro: El Hombre De Tu Vida
Capítulo Treinta Y Cinco: Verdad
Capítulo Treinta Y Seis: Tyler Hale
Capítulo Treinta Y Siete: Heredero
Capítulo Treinta Y Ocho: Los Hale
Capítulo Treinta Y Nueve: Nuestro Pasado y Futuro
Capítulo Cuarenta: Volví Por Ti
Capítulo Cuarenta Y Uno: Vuelve
Capítulo Cuarenta Y Dos: Príncipe Demente
Capítulo Cuarenta Y Tres: Por Su Amor
Capítulo Cuarenta Y Cuatro: Todo Cambia
Capítulo Cuarenta Y Cinco: ¿Qué Más Quieren De Mí?
Capítulo Cuarenta Y Seis: Arconte De Luna
Capítulo Cuarenta Y Siete: Familia y Justicia
Epílogo
Agradecimientos
La Creación de un Alfa

Capítulo Catorce: Pronto En Casa

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By AMH120

Noah

-¿Qué quieres decir con eso, Noah?

-Es que no he podido explicarte todo de mí, pero en verdad quiero hacerlo, quiero que lo sepas.

Dejé de levitar dejándonos a ambos en el suelo y ella dejó de abrazar mi cuello para sentarse conmigo en la mesa que estaba allí.

-Yo no soy un monstruo, tampoco soy algo que hayas visto antes o que tan solo hayas escuchado porque lo que yo soy es solo la mitad de mí.

-¿A qué te refieres? -. Preguntó de nuevo y tomó mi mano.

Ambos estábamos sentados a lado del otro. Por primera vez, sin que ella me odiase o sin que me peleara como es su costumbre.

-Sabes ya que no soy humano -. Asentí-. Yo soy un hombre lobo.

-¿Un qué? -. Murmuró histérica y el hilo de su voz se acabó en la última letra.

-Y un arconte.

-Ok, pausa y regresa -. Negó con la cabeza entre sus manos y me miró confundida-. ¿Cómo es que eso es posible?

-Al menos no piensas que te miento -sonreí conforme del avance-, pero es verdad. Mi familia y yo somos una manada, de hecho, de mí dependen muchísimas personas. Porque yo soy su alfa, o bueno, el siguiente en ascender.

-Dijiste que un alfa es un líder en tu mundo -. Susurró-. ¿Así que eres como un presidente en tu mundo?

-No exactamente pero sí -asentí-, soy algo parecido a eso. Quizá más como un príncipe ahora, pues mi padre es un rey en mi mundo, uno de los más antiguos.

-¿Y por qué no lo dijiste antes? -. Espetó y me tomó del cuello de la camisa-. Pensé que eras un alien o algo por el estilo, como un extraterrestre que perdió su nave.

-¿Un qué? -. Reí negando-. No soy eso, Em. Soy sólo yo.

-Sí, pero ahora sé que eres algo que, aunque no sé qué es, al menos se aleja un poco de la locura que tenía en mente.

Yo tomé sus manos y las besé después de que soltara mi ropa.

-Tienes que escucharme, no debes interrumpirme o no sabrás cómo son las cosas.

Ella asintió y se quedó por un momento tranquila.
Yo la miré contento al menos de que estaba progresando y ella no me temía más. De hecho, su reacción era mejor de lo que había pensado.

-En mi mundo, un alfa siempre está acompañado por su pareja el resto de su vida -murmuré siendo cauto con lo que le decía-, y a ella se le llama Luna. En honra a la diosa que nos ha creado.

-¿A la qué?

-Diosa -negué-, escucha, Em. Tú eres eso para mí, cuando yo ascienda como el nuevo alfa de mi manada, tú debes estar ahí porque tú eres mi mitad. Mi luna.

-¿Dices que me haz elegido para hacer esto? -. Murmuró confusa.

-No, digo que te encontré -. Negué con la cabeza y acaricié a su mejilla-. Cuando un lobo nace, siempre nace con la mitad de su alma, pues en el mundo hay otra persona que tendrá la otra mitad, su complemento y eso es lo que yo encontré en ti. Solo que no pude darme cuenta de que era así hasta que te perdí. Algo en mí se activó y no sé cómo, pero el que te haya encontrado no es casualidad, el que me haya salido de la manada fue escrito por la Luna porque sabía que me necesitarías. Por eso estoy aquí. El accidente, John, todo me trajo a ti, siempre fue así.

Ella me miró a los ojos, pero no estaba molesta y sabía que tampoco comprendía todo, pero supongo que mi confesión la hizo feliz pues su sonrisa se formó a los pocos segundos.

-¿Cómo sabía que te necesitaba?

-A veces la Luna decide por sus hijos y los pone en caminos extraños, créeme, lo sé muy bien -. Dije pensando un momento en mis padres y en su historia-. Pero siempre lo hace con un fin específico. A veces lo hace para ayudar y otras para salvar, pero ella siempre tiene un plan y tú estabas escrita en mi camino. En mi vida como mi mujer.

-¿Cómo estás tan seguro de esto, Noah? Ni siquiera conoces la mitad de mi vida, sólo haz visto lo que en dos días puedo mostrarte y creo que no ha sido la mejor experiencia de tu vida -. Negó con la cabeza-. Soy un desastre y todo lo que me rodea es peor. No creo que debas, es más, yo sé que no deberías enamorarte de alguien como yo. Ni siquiera sé qué es lo que yo quiero.

-No me importa, Em -acaricié su mejilla y sonreí-, lo que conozco de ti me hace saber que eres una mujer valiente. Y aunque llevemos poco tiempo juntos, tengo toda una vida para conocerte.

-Noah -. Murmuró mi nombre como una confesión-. Es que no entiendo qué es lo que te hace amarme tanto. Yo no he sido buena contigo, soy la peor persona de la que te puedes enamorar porque todo lo que toco siempre termina por destruirse.

-Eso no va a pasar, Emily -negué con la cabeza y besé sus manos-, yo siempre te voy a amar incondicionalmente. Soy tuyo desde que nací y eso no va cambiar jamás, Em.

Ella acarició mi mejilla y yo cerré mis ojos disfrutando de su dulce tacto. Creo que no lo había hecho antes, y si lo había hecho, jamás había sido de aquella manera. Siendo cauta al tocarme como si temiera que me fuera a ir como una alucinación.

-Aquí voy a estar, Emily. Siempre -. Murmuré mirándola a los ojos y besando su mano que aún se mantenía en mi mejilla.

-Entonces agradeceré cada día que te hayas escapado de casa -. Sonrió besando mi frente-. No todos los días se tiene un chico nórdico a la vuelta de la esquina.

-Técnicamente me sacaron pero es verdad, en casa no estoy -. Reí besando su mejilla-. Sino en mi hogar.

Ella me abrazó y mantuve mi cabeza sobre la suya mirando los edificios frente a nosotros con total calma. Pues ya no sentía más que era un problema, ella me ha aceptado ya y no me teme más. ¿Por qué tendría que preocuparme?

Si mi luna ya estaba aquí. Conmigo.

(...)

Abrí mis ojos cuando la luz golpeó de lleno en la habitación. Dioses, como me dolía la cabeza.
Llevé una mano a mi frente y miré todo el lugar. Todo seguía en el mismo lugar, excepto por la botella en el suelo y Emily en la cama.

Traté de mirarla bien cuando mis ojos por fin pudieron enfocar y la vi tranquilamente durmiendo a mi lado. Anoche se había quedado conmigo después de hablar en la terraza, por fin pude contarle la verdad y eso creo que nos terminó uniendo cada vez más. Lo que siempre quise.
Miré su rostro y con mi mano acaricié su mejilla viendo como estaba a punto de despertar por el roce de mi mano. Al final, abrió los ojos igual de confundida que yo, pero al verme, sonrió y de nuevo cerró los ojos.

-Hola -. Murmuró y abrió sus ojos.

-Hola, Emily -. Sonreí besando su frente y quedando justo frente a ella.

Me recargué sobre mi brazo y acomodé el mechón de su cabello rubio detrás de su oreja. Jamás me había percatado que sus ojos no eran azules, sino grises, algo que jamás noté. Pero que ahora tenía el tiempo para hacerlo, quizá siempre.

Sus mejillas sonrojadas siempre brillaban en su delicada piel clara como el azúcar. Sus lindos ojos solo hacían brillar aún más su rostro, dejándome ver una mirada llena de intriga pero que a la vez, me confesaba tantas cosas que aún no podía desifrar por completo. Era como una cajita llena de sorpresas para mí. Una que quería descubrir pronto.

-¿Qué? -. Preguntó cuándo notó que la miraba.

-Nada -. Negué con una sonrisa.

-¿En serio?

-Solo estaba mirándote y dije, Dioses, que mujer tan hermosa duerme a mi lado.

Ella me miró y negó con la cabeza.

-Estás muy loco.

-Creo que sí, pero podría acostumbrarme -. Reí y la abracé a mí-. Imagínate, cuando estemos en casa te voy a poder abrazar así todos los días.

-¿En casa?

-Claro -. Sonreí al mirarla-. Estoy seguro de que todos te van a adorar. En especial mi mamá. Ella siempre me ha deseado ver unido a mi mitad antes de que ascienda como alfa. Imagínate la cara de felicidad cuando lleguemos juntos. Estoy seguro de que todos estarán contentos de tenerte.

-Pero, Noah...

-¿Qué?

Al mirarla noté algo en su mirada que me alarmó, sin embargo, ella no dijo más y terminó por cambiar el tema.

-No me habías hablado de ellos -. Dijo al verme y asentí-. ¿Cómo es tu familia?

-En realidad en la casa vivimos mi padre, mi madre, el tío Bastian, tío Jake y mi tío Clark. Y por supuesto yo-. Reí recordando-. Siempre pensé que tendría más hermanos, pero mis padres no desearon más hijos y en parte creo que es mi culpa. Tener un hijo que es mitad ángel no debe de ser fácil.

-¿Por qué lo dices así?

-Porque tenerme a mí es como tener una bomba. No sabes cuándo explotará y en mi caso es que brote un poder de la nada.

-¿Poder?

Miré al techo y estiré mi mano dejando que de ella saliera la sombra dorada de una mariposa. Igual que la que hice para Megan, a lo que Emily sonrió y se sentó en la cama para admirarla.

-¿Cómo es que puedes hacer esto? -. Sonrió mirándome.

-Puedo convertir mi poder en casi cualquier cosa que desee -. Dije cambiando la forma de un lobo negro y ella decidió tocarlo-. Es parte de mi magia. Puedo crear ilusiones, mover objetos, crear cosas reales y mucho más, sin embargo, no he descubierto cada uno de ellos y al ser mitad lobo, también tengo muchos otros que no siempre agradan a los demás.

Estiré mi mano y dejé que la mariposa se perdiera ella creando ahora una llama azul justo en mi palma.

-Es mi energía la que atrae al mundo a mí -murmuré mirando el fuego-, sin embargo, esa energía puede convertirse en mi salvación o en mi perdición si aún no aprendo a usarla correctamente.

La llama se tornó violeta y supe entonces que tenía que acabar con ella de inmediato, pues no podía hacerlo por mucho tiempo o corría el riesgo de perder el control sobre ella. Así que la extinguí.

-Por eso quieres volver a casa -. Susurró y asentí-. Si no lo haces, tienes miedo a dañar a los demás.

-He hecho cosas buenas y cosas malas en éste viaje, Emily -negué mirándola-, y tengo miedo de que alguna de ellas haya sido injusta. No deseo en ningún momento hacer el mal, pero como arconte, debo mantener el equilibrio y siempre es mi deber ejercer mi poder. Aunque para ello tenga que marcar a la gente.

-Lo dices por la marca de John -. Negó con la cabeza-. ¿Tú le hiciste eso?

-¿Cómo lo sabes? -. Pregunté y ella suspiró.

-Me quedé pegada a la televisión toda la noche. Escuchando las noticias porque tenía miedo de que en ellas, en la que fuera, apareciera tu rostro -. Tomó mi mano y negó de nuevo-. Tenía tanto miedo de que te descubrieran por mi culpa o que te asesinaran, que yo no supe qué hacer.

-Hey -negué abrazándola y besé su frente-, yo siempre saldré intacto de todo. No hay manera de que me puedan ganar jamás.

-Ya te hirieron, Noah -. Murmuró.

-No usé mis poderes y créeme que eso habría acabado con todos en ése lugar, pero estoy bien -la miré y sonreí-, siempre que vuelva contigo lo voy a estar.

Besé su frente mientras acariciaba su cabello y me quedaba en mi lugar. Rogando por que yo tuviese razón. Pues mis heridas no me dejaban en paz, no sanaban como siempre lo hacían, de hecho, me estaba tomando quizá más tiempo de lo normal. Pero ése es un detalle que iba a evitar.

-¡Buenos días, tortolitos!

Vi a Blake entrar con unas gafas oscuras a la habitación y con una botella en la mano.

-Hola, Blake -. Sonrió Emily y se sentó de nuevo en su lugar.

-Los he pillado, anoche los vi escabullirse de la fiesta y venir aquí -. Sonrió pícaro y negué sonriendo-. Pero tranquilos, que la fiesta ha marchado de maravilla. Lo que me dejó un buen negocio pero eso no es por lo que debemos festejar.

Yo lo miré abrir la botella y reí cuando sacó tres copas que había mantenido ocultas detrás de su espalda.

-Tenemos que celebrar que ya he conseguido todo para su estadía en París.

-¿Es verdad? -. Preguntó Emily con una sonrisa y tomó la copa que Blake le dió.

-Soy un hombre de palabra, cariño -. Asintió y me entregó otra copa-. Yo cumplo lo que prometo y créeme que tu novio trabajó mucho por conseguirlo.

-Blake -negué cuando hizo la mención y él se calló-, no la molestes.

-Tranquilo, príncipe -. Rió y bajó sus gafas para dejarme ver sus enrrojecidos ojos-. No los molestaré más, pero deben levantarse ya que su vuelo sale en una hora de aquí y tienen que estar en el aeropuerto ya.

-Perfecto -. Dijo Emily bebiendo todo el licor de su copa y después besó mi mejilla antes de levantarse de la cama-. Tomaré un baño y estaremos listos.

Pasó a lado de Blake antes de salir de la habitación y le mostró la lengua a lo que él rió.

-Vete ya, sabandija.

Yo negué sonriendo y él me guiñó un ojo saliendo de mi habitación también.

-No puedo creerlo -murmuré-, por fin voy a estar con mi familia. Voy a volver a casa.

Reí levantándome de la cama, pues no veía la hora de partir e ir al encuentro de mi manada. Dioses, estaba tan seguro de que iba a volver a casa que no me detuve ni un momento. Me metí al baño y comencé a darme una ducha.

Ya no podía esperar más para ir con mis padres. Con mi familia.

(...)

-Toma esto, les servirá cuando estén allá -. Sonrió Blake dejando en mis manos los pasaportes que antes me había mostrado-. Y esto.

-¿Esto qué es? -. Pregunté cuando me dio una maleta.

-Ropa, dinero, un teléfono con mi número y un folder con la información que Emily me pidió -. Dijo guiñándole un ojo a Emily quien sonreía con Megan en sus brazos.

-Pero esto no era parte del trato -. Murmuré confundido.

-Es cortesía de la casa -. Asintió y tomó a Megan en sus brazos-. Megan me dijo que querías regresar a casa y creo que solo con una sudadera extra en la mochila jamás lo vas a lograr.

Reí y estreché su mano.

-Gracias, Blake.

-Para eso estamos los amigos -. Dijo con franqueza y por un momento me sentí orgulloso.

Megan saltó a mis brazos cuando Blake se lo permitió y me abrazó fuerte.

-¿Vas a volver, Oah?

-No puedo hacerlo, Meg -. Murmuré y la miré-. Pero tu padre te va a cuidar, eso lo sé.

-Pero yo quiero verte de nuevo -. Murmuró acariciando mi mejilla-. Yo me quiero casar contigo.

Reí fuerte y Blake hizo una cara muy graciosa que no pude evitar ver. Estaba tan molesto y sorprendido que no sabía cuál era realmente la reacción que pesaba más.

-Aunque me halagas, estoy muy viejo para ti, Meg -. Sonreí acariciando su mejilla-. Cuando seas grande encontrarás a alguien mejor que yo, créeme. Quizá un príncipe azul o un hombre que sea lo suficientemente valiente como para enfrentar a tu padre por ti.

-Pero...

De mi bolsillo saqué una pluma dorada que me había arrancado antes de venir al aeropuerto y sonreí cuando Megan puso un dedo en sus labios en señal de secreto.

-Shh...

-Es muy bonita -. Susurró.

-Si algún día me necesitas, solo rompe esto -. Dije entregándole la pluma en sus manos. Siempre sabría cuando ellas desaparecieran-. Yo vendré a verte para protegerte.

-¿Lo prometes?

-Por supuesto.

Besé su frente y la devolví a los brazos de Blake antes de tomar a Emily de la mano.

-¿Estarás bien? -. Pregunté cuando noté la mirada que Blake le daba a Adán cuando él observaba a Megan.

-Tengo una niñera y dejé mis vicios, creo que estaré bien -. Sonrió y se despidió-. Ve a casa, Noah.

Asentí con una sonrisa y subí las escaleras del yet después de Emily.

-Te veré algún día, amigo -. Dije antes de entrar y me despedí con mi mano.

-Espero que no sea pronto, cariño -. Rió y vi como él y Megan me despedían.

Me senté frente a Emily cuando entré por fin. Ella sonrió y cuando miramos por la ventana, vimos que claramente ese trío iba a estar bien.

-¿Listo para ir a casa, Noah?

-Más que nunca -. Asentí cuando la miré y sonreí.







Nuevo Capítulo.

Espero les guste mis Wattis porque estamos lo bastante cerca para conocer a Mara, ¿Todos listos? 🙊💕 ¡Saludos y hasta pronto!

#Quédateencasa 💕

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