Si quieres algo, no supliques, tomalo.
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El silencio expuesto en cada rincón de la casa fue como una pequeña punzada de anticipación y duda. Como aquella sensación que te hace querer vomitar a causa de lo inesperado y lo temido.
Con pasos apresurados me dirijo a la sala, lugar donde el sonido no tenía un nacimiento y dejaba el eco de las respiraciones como un juego de adivinanzas. El entendimiento no era algo que floreciera en mí, pues tan solo hace unos cuantos segundo me encontraba en el baño, moviendo mis propias piezas del tablero.
Cuando por fin pongo un pie sobre el espacioso cuarto, todo parece paralizarse de manera cómica. La expectativa de lo imaginario quedó al borde cuando mi mirada choco con la figura del castaño, quien parecía ser el centro de atención.
Su rostro serio desechaba las emociones comunes, y el egocentrismo que parecía irradiar sólo fue un incentivo que disparo directamente a mi cordura. Las ganas de vomitar y gritar fueron inmensas pero el nudo formado en mi estómago me impidió hacer ambas cosas. La impresión y la emoción sosteniéndome en mi lugar, en una posición que consideraría miserable si el ángulo fuera diferente.
—Bae—el susurro expuesto como un patético balbuceo, hace que la persona sentada rígidamente sobre el sillón voltee a verme con velocidad, tal como si no quisiera perderse un segundo más. Todos sus movimientos expresando aquella desesperación que marcaba la mía.
Ignorando el llamado de Taehyung, me obligo avanzar con pasos nerviosos y tal pareciera que avanzaba con una lentitud ridícula. Mis acciones parecieron incentivar al castaño, que tan pronto me vio cerca, no dudo en levantarse de lo que parecía un incómodo lugar.
—SeokJin—pronuncio en lo que parecía ser un saludo pero todos sabíamos que estaba fuera de serlo. La calidez en su mirada sólo provocaba que las ganas de llorar fueran insoportables pero también fue aquel brillo lleno de extrañeza quien me impidió mostrarme vulnerable, era como si, la persona que estaba enfrente de él no fuera la que tanto extrañaba, la Bae Nahee que dejó antes de la fiesta.
Y esta bien, porque no era la misma y necesitaba mostrárselo. Demostrarle como un bonito teatro lo que con tanto esmero se esforzaron en crear y que dejó que pasará sin pensárselo dos veces.
—Nahee—musita con lo que parecía dejar en claro lo cohibido y lo terriblemente nervioso que se encontraba. Obligándome a quedarme en mi lugar, espero a que hable o al menos, que la explicación que tanto espere sea mascullada fuera de sus acolchonados labios.
Si algo aprendí bien del–ahora– castaño, fue nunca suplicar por algo que tarde o temprano llegaría a ti, como si fuera el karma que todos necesitamos para superarnos. Aprendí que depender emocionalmente de las personas era la peor mierda que podía sucederle a alguien, porque no todas las personas eran para siempre y las palabras podían ser desechas en cuestión de segundos.
Cuando por fin abre la boca, sus ojos se trasladan a la nueva persona en el cuarto, quien al igual que todos, se queda estático a lado mío al notar la presencia de la persona que odiaba más. Mirando de reojo, puedo percibir la tensión en cada parte del cuerpo de Yoongi, y el cómo poco a poco sus facciones muestran una incredulidad fascinante ante los ojos de muchos. Incluso con el enojo brillando como fósforos en sus orbes, una sonrisa baila en la comisuras de su boca.
Poniendo nuevamente mi atención en SeokJin, me doy cuenta que los cabos sueltos que estaban dispersos en el aire, son acomodados con rapidez en su cabeza. Observándome con más detalle por lo que parecen minutos, la decepción fluye como algo amargo en el aire.
—¿Podemos hablar?—sin siquiera responderle, camino directamente hacia mi bolso, tomándolo con una tranquilidad falsa. Dejando a todos sorprendidos, me acerco al castaño y dando un leve movimiento de cabeza, le indicó que salga.
Dándole una última mirada a todos, gira sobre sus talones para caminar con seguridad hacia la puerta.
Siguiéndolo, dejo que la emoción me embriague, porque a pesar del resentimiento, el cariño era esa apabullante emoción que no podía dejar a un lado.
—¡Bae!—el grito estridente resuena por todo el espacio y rompe con el silencio impuesto como ley. Una mano rodea una mis muñecas, deteniendome incluso antes de que pueda atravesar la puerta. No era necesario verlo para saber que la inseguridad parecía derretirse por su cuerpo, que el miedo era como su sombra en esos instantes—, ¿enserio irás con él?
Pasando la lengua por mis labios, en un acto meramente inseguro, me giro lo suficiente para poder verlo. La imagen mostrada no era más que una farsa, lo sabía tan bien como Taehyung que el agarre sobre mi brazo se apreto en un intento, tal vez, de contenerse.
—Después de lo que hizo, ¿irás con él?—la incredulidad fue arrastrada con acidez, el tono de voz era tan bajo que la gravedad en cada sílaba me provocó escalofríos—, te dejó, Bae.
La declaración del hecho no hizo mejor la situación, incluso puedo asegurar que sólo causó que todo se volviera un ataque verbal. Escupiendo información para ver quién había hecho la peor mierda. Exponiendo y ridiculizando al otro para verlo caer.
—¿Enserio hablas de mi, Kim?—una carcajada llena de insolencia invadió todo, detonando la bomba que estaba apunto de explotar—, no hace falta ser un genio para notar que lo único que hiciste fue joderla en todos los aspectos—habla con enojo, la manera despectiva de pronunciar todo aquello nos deja helados a todos, siendo afectados por igual pero con la diferencia que era yo quien estaba siendo dañada en el proceso—, no vengas a darnos clases de moral cuando claramente eres el menos indicado.
Soltando un suspiro divertido, Taehyung me suelta para caminar y ponerse enfrente mío, encarando por completo al que era mi mejor amigo. Colocando una de sus manos en su nuca, revuelve su cabello que no era más que leves ondulaciones, pequeños mechones cayendo por su rostro, dándole un aspecto increíblemente atractivo y serio. Dejando caer su mano, se centra en mirar a SeokJin, quien no parecía intimidado en lo absoluto pero si increíblemente sorprendido por las acciones egoístas y altaneras que mostraba con una facilidad que dejaba a todos con la boca abierta.
Taehyung se estaba mostrando ante todos como si fuera el rey, como alguien que podía tener el control de absolutamente todo si quisiera y destruirlo sin compasión.
Ese era el Kim Taehyung que todos conocían y que atraía a todos como imanes, era la clase de persona que creaba la tentación delante de tus ojos, haciendote imposible sucumbir ante ella.
—¿Y tu qué?—replicó con aire burlesco a su vez que ladeaba levemente su cabeza—, mejor dile de quién es la culpa, no trates de señalarme como si fuera una escoria cuando claramente fuiste igual o peor que yo—la manera hostil y mezquina al escupir todo me deja sin habla, era como si, todos supieran el secreto que terminaría con esto.
Incluso sin darme cuenta, estaba siendo expuesta como un bonito trofeo obtenido a base de trampas.
Viendo que no estaba dispuesto hablar, la persona enfrente mío empieza a reírse, acción que sólo ocasionó que las emociones de SeokJin enervaran.
—Si sabías lo que ocurriría en aquella fiesta por qué no la de tuviste, pudiste hacerlo SeokJin y sin embargo no quisiste interponerte en los planes de Namjoon—que por fin se pronunciara aquellas palabras delante del moreno nos dejó todos al borde de la cúspide y la locura—, querías ver todo lo que sucedió antes pero sin ser tú el afectado.
—¡Y una mierda!—el grito derrochó la cólera que estaba reteniendo el castaño, negando con desesperación, empujo con fuerza a Taehyung para así, poder verme. La necesidad de ser escuchado se dibujó en todo su rostro, una necesidad amarga y funesta—, ese día trate de detenerte, lo sabes tan bien, Nahee.
Mi corazón latía con tal fuerza que mi pecho empezaba a doler, mi cabeza pulsaba con terror ante la información soltada y es que si bien, SeokJin me advirtió, nunca me dijo la verdad a pesar que le rogué por ella.
—Tu sabías—murmure con seguridad, frunciendo el ceño dejo que la realidad quede expuesta como vergüenza—, por eso odiabas a Namjoon y a Yoongi—niego vacilante, mirando a los antes mencionados me doy cuenta que mis ideas no son erróneas—, te pasó lo mismo—afirmo está vez sin dudar.
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Cualquier error no duden en decirme ✨
No planeaba subirlo hoy porque no lo tenía terminado, pero siempre subo un capítulo cuando es mi cumpleaños, es como mi auto regalo (?)
Jajajajaja como sea, las amo.