Un internado dónde a cada persona le toca un color dependiendo de su personalidad y capacidad.
Las reglas del internado eran simples.
1. No tener ningún tipo de relación con otros colores.
2. Los colores pueden solo dirigirse la palabra.
3. Cualquier tipo interacción fuera del régimen establecido puede provocar detención o expulsión de inmediata.
4. Todos tienen tener un promedio sobresaliente.
5. Los únicos eventos en los que los colores pueden estar juntos e interactuar de manera "libre" dentro de lo que cabe serán a final de cada mes.
El consejo se establecía por dos personas de cada color y con un metro de separación entre cada color.
Cada año entraban chicos y chicas nuevos buscando la excelencia; cada año a un color le tocaba dar el recorrido a los "neutros".
Su vista se clavo en aquel chico de cabello blancos...
Rezaba a los dioses para que fuera un morado.
Pero...
Blanco.
Blanco.
El chico era un blanco.
“Hay que crear un violeta.”