Recuerdos impregnados del pri...

By bookswineandpoems

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Ver. 1 | Sin editar. "...Para el trigésimo tercer azote, los discípulos de la secta Lan sostenían ya los bra... More

PDF, y v.2.
Capítulo 1 - Jade derrocado; primera parte.
Capítulo 1 - Jade derrocado; segunda parte.
Capítulo 1 - Jade derrocado; tercera parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; primera parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; segunda parte.
Capítulo 2 - Nuevo comenzar; tercera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; primera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; segunda parte.
Capítulo 3 - Lecciones; tercera parte.
Capítulo 3 - Lecciones; cuarta parte.
Capítulo 4 - Jade en caos; primera parte
Capítulo 4 - Jade en caos; segunda parte.
Capítulo 4 - Jade en caos; tercera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; primera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; segunda parte.
Capítulo 5 - Cinco años; tercera parte.
Capítulo 5 - Cinco años; cuarta parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; primera parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; segunda parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; tercera parte.
Capítulo 6 - Recuerdos impregnados; cuarta parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; primera parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; segunda parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; tercera parte.
Capítulo 7 - A-Yuan; cuarta parte.
Capítulo 8 - A dos años; primera parte.
Capítulo 8 - A dos años; segunda parte.
Capítulo 8 - A dos años; tercera parte.
Capítulo 9 - Reencuentro; primera parte.
Capítulo 9 - Reencuentro; final.
Continuación.

Capítulo 1 - Jade derrocado; cuarta parte.

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By bookswineandpoems

No había nada más que dolor en su pecho.

El corazón, ya cansado, tronaba lento. Pum... Pum... Pum... El bombardeo de cada corazonada le llegaba a los oídos y le producía una incómoda sensación de ahogo en la garganta. Selló los labios con fuerza, temeroso de que de abrir la boca perdiera el control y el llanto iniciara una frenética marcha. Trató de inspirar hondo pero la barbilla le temblaba y por más que pestañeara las lágrimas no dejaban de nublar su vista.

Se llevó las manos a la boca y a la garganta, apretando en el acto como si así pudiera detener lo que se aproximaba, pero, de nuevo, la voz de Wei WuXian lo derrumbó:

Solía pensar que eras mi alma gemela.

―Aún lo soy.

Ya no resistió.

Yo no pudo hacerlo.

Ya no.

Lan WangJi cayó en picada a las aguas más profundas del miedo, el dolor y la desesperación.

Su llanto rompió con fuerza el silencio del Jingshi. Retumbó dentro de su pecho y le quemó la garganta. Su cuerpo quería desahogar tanto sufrimiento pero el Jade se aferraba a no hacerlo, ocasionando que su cuerpo temblara por el esfuerzo.

Hasta que dejó de luchar.

Se estaba tocando una nueva melodía en el Receso de las Nubes. Una melodía brutal y sin precedentes que llevaba en cada nota un sollozo más desgarrador que el interior.

Lan WangJi se toca el pecho y aprieta, como si buscara sacarse el corazón para que deje de doler. Inhala y exhala el aire con furia pues no lo puede retener. Se está ahogando con sus lágrimas.

Llorar, una acción tan nueva para él que lo está matando.

La desesperación y la soledad son unas sensaciones tan desagradables y asesinas con la que Lan WangJi se está familiarizando. Se talla los ojos con las palmas de las manos con tal fuerza que le arden y como tantas otras veces a lo largo de ese mes se le ennegrece la vista.

Gatea a tientas hasta el compartimiento en el piso del Jingshi y tira de la tablilla sobrepuesta. Dos jarrones blancos, entrelazados por una cuerda contienen el fragante líquido que a Wei WuXian le gustaba beber: Sonrisa del Emperador. Un poco más allá, una cajita de jade se oculta también. Lan WangJi toma las jarras y la cajita con la cinta roja adentro.

Wei Ying. Necesita a Wei Ying. Abraza a Wei Ying. Suelta todo. No, no es Wei Ying.

Las botellas ruedan por el piso derramando el líquido y la cajita azota y se fractura dejando salir la cinta.

—We-Wei Ying...

Lan Zhan se queda viendo el desastre. Las lágrimas salen silenciosas y está hipando. Está perdiendo la cabeza, pero habiendo perdido el corazón antes, ¿Qué más da?

Ve sin pestañear cómo el vino se impregna en la punta de la cinta de Wei WuXian y poco a poco vuelve el rojo aún más intenso. Casi tanto como la sangre. El llanto vuelve, más fuerte, más profundo, más desgarrador. Lo quema otra vez, no le da tregua. Tira de su cabello y se presiona la sien. No se calma, no puede. La angustia lo carcome y se golpea con las palmas las orejas. Para no escuchar la voz de Wei WuXian. Para no escuchar su propio llanto.

¿Qué estoy haciendo? Se pregunta en un minúsculo momento de lucidez. El olor del vino termina de penetrar el Jingshi y se escurre entre las fosas nasales del Jade.

Se acerca a las jarras. Están abiertas y casi derramadas por completo. Le pica el paladar y la garganta pide líquido, fresco y calmante.

Quiere entender por qué le gustaba tanto. Toma las dos jarras, deja caer una, está vacía. Observa la otra por unos segundos. Aún tiene líquido dentro. Le retumba el corazón dentro del pecho, casi explotando.

Vierte el líquido sobre su boca y casi se ahoga. Hay fuego abrasando su garganta y el sabor picante se detona por toda su cavidad bucal. Tose, tose con la mano en el pecho y los ojos cerrados. Se estremece. No le gusta, no le gusta para nada, pero, cree entender por qué Wei WuXian lo adoraba: al principio por su sabor, después, para olvidar.

—También... necesitabas cal-calmar... el... dolo...

Lan WangJi cae al piso en un ruido sordo y no se levanta hasta pasados un par de segundos. Su expresión habitual, esa máscara de hielo, vuelve a su rostro. La única incidencia de que ha llorado está en sus ojos y en la apenas audible mucosidad de su nariz. Mira la jarra de Sonrisa del Emperador y todo lo golpea de nuevo. ¡Wei Ying! Recoge la cinta mojada en un rápido movimiento y se la lleva al rostro, restregándola contra su mejilla, buscando un toque cálido pero no encuentra nada.

Entonces, comienza a sentir el cuerpo caliente y tira de los ropajes que acaba de ponerse hasta quedar tan solo con la parte inferior. Se levanta y las botas chapotean contra el vino.

Quiere ver a Wei Ying. Quiere hablar con Wei Ying. 

Voltea hacia su cítara y la mira como si ésta fuera a aparecer a Wei WuXian por arte de magia. Se acerca, toma asiento y comienza con Inquiry pero nada sucede. Lo intenta otra vez y el silencio persiste.

¡WangJi no le ayuda a hablar con Wei Ying!

Molesto, toma la capa interior de la túnica y sin abrocharla sale del Jingshi. El viento fresco lo golpea de lleno y se tambalea hasta estrellarse de espaldas a la pared. Suelta un gruñido profundo y se encoje de dolor hasta querer vomitar sangre. Su espalda aún lacerada vuelve a sufrir y las heridas una vez más rompen con la poca cicatrización de la piel. Mancha el interior de la túnica y parte de la pared en la que aterrizó.

Recobrando el aliento y con los ojitos adormilados voltea para todos lados. Los pasillos están solos, la luna está en alguna parte del cielo y las estrellas brillan y brillan y brillan y Lan WangJi estira la mano intentando alcanzarlas. No puede, se enoja y hace una mueca de disgusto que más bien parece un puchero.

Después, se queda en silencio otro momento y vuelve a recordar y vuelve el dolor y vuelven las lágrimas.

Hanguang-Jun se ha convertido en un pequeño niñito solo y adolorido que busca y olvida, que encuentra y llora. Sus emociones fluyen más rápido que el agua de un río y cuando llegan al punto cumbre se arremolinan y lo despedazan.

Wei Ying. Su mente recuerda.

Lan Zhan, Lan Zhan. Recuerda tan vivamente la voz de Wei WuXian.

Y recuerda también que WangJi no lo ayudó a llegar a Wei Ying.

A media noche el ruido asalta a los Recesos de las Nubes. Se escuchan cosas caer y ser arrojadas. Alguien murmura cosas inentendibles y eleva más el ruido. En los almacenes del Receso de las Nubes una figura alta y blanca como el jade busca con desespero un instrumento y no lo encuentra; se enoja y más cosas caen al piso.

Lan XiChen, si haber podido dormir, deja de lado la taza de té y pone en alerta todos sus sentidos. Se hace de Liebing y Shuoyue y camina hasta donde el ruido proviene. Tienen un mal presentimiento y antes de siquiera verlo sabe que es su hermano el responsable.

Ni morir sería tan doloroso para él como volver a presenciar lo que estaba frente a sus ojos.

Lan WangJi buscaba furioso, con los ojos hinchados e inyectados de sangre. Con las mejillas empapadas, el cabello despeinado y la espalda sangrante. Sorbía por la nariz y lanzaba suspiros entrecortados.

—WangJi... —habló Lan XiChen con la voz a penas en un hilo.

—No está.

Un escalofrío le recorrió la columna vertebral a Lan XiChen. La voz de su hermano sonaba tan vacía y muerta que casi lo hace caer de rodillas.

Hace uso de toda su entereza para no soltarse llorando frente al pequeño Lan Zhan y pega una minúscula sonrisa en su rostro. Listo para ser el hermano mayor que cuide sus heridas.

—Dime qué no está, WangJi, y yo te lo voy a dar...

—Flauta.

—¿Flauta?

—Mn.

Indeciso, Lan XiChen toma una flauta que aparece a su vista y se la extiende para que la tome.

—No.

Mira a Liebing y repite la acción.

—¡No!

Entonces recuerda la flauta más hermosa que hay en el Receso de las Nubes y va por ella. Desafortunadamente, Lan Qiren va a paso firme y decidido hacia ellos. Tiene la más terrorífica expresión de molestia en el rostro y está a punto de gritar a Lan WangJi (que aún sigue buscando) cuando Lan XiChen lo detiene.

—Tío, no.

—No más, XiChen. No lo voy a tolerar más, WangJi tiene que escuch...

—¡Tío, he dicho que no! Como líder de esta secta le pido que vuelva a su residencia, ahora.

Lan Qiren casi sintió que había sido abofeteado por su sobrino. Nunca se había dirigido a él o a cualquier otra persona de esa manera.

¡Inaceptable! No lo iba a tolerar. No, no podía concebir que esto estuviera sucediendo: los niños que él había criado... No... Él sólo quería que WangJi dejara de sufrir. Quizá los había educado con demasiada firmeza y esa firmeza ahora no lo dejaba acercarse a ellos, pero no sabía cómo darle consuelo... no sabía cómo hacerlo.

Jamás había sido padre y sus sobrinos quedaron a su cargo de un atardecer a otro y con todos los asuntos de la secta nunca se pudo dar el tiempo de ser cariñoso o al menos más cálido. Debía hacerlos fuerte para que nadie los juzgara por los errores de sus padres. Y ahora se arrepentía, aún más por Lan WangJi que, si bien era un niño y discípulo admirable, no supo desarrollar más sus sentimientos para exteriorizarlos.

Con la cabeza cabizbaja sintió a Lan XiChen alejarse y siguiendo su orden regresó a sus aposentos.

Para cuando Lan XiChen volvió, Lan WangJi había tirado casi todo y destrozado varias cosas aún si no habían pasado más que uno o dos minutos. Llama a su hermano y pone sobre sus manos la flauta de jade blanco más bella que existía. Era una pieza exquisita, delicada pero no era la que el Jade quería.

Furioso y con los ojos perdidos la arrojó con fuerza.

—¡NO, ESA NO!

Lan XiChen trató de razonar con él pero, ¿Cómo razonar con un borracho que acaba de perder al amor de su vida? No se puede.

Lo llevó casi a rastras de regreso al Jingshi y lo sentó como a un niño chiquito. Sinceramente, Lan XiChen solo quería salir de ahí, dormir y despertarse con el alivio de que todo lo que su hermano estaba sufriendo había sido solo un sueño.

—Iré a traer tónicos y vendajes. Tú espalda se ha vuelto a dañar. WangJi, quédate aquí.

Y así lo hizo, se quedó sentado unos segundos y después sacó algo que había escondido de su hermano cuando éste fue por la flauta.

Una barra de hierro con la insignia de la secta Qishan Wen.

Wei Ying.

Tendría algo que le recordara siempre a Wei Ying.

Sin saber cómo, prendió el calentón de su habitación y sostuvo la barra hasta que hirvió y el calor se reflejó en el ámbar de sus ojos.

Wei Ying.

Las lágrimas nunca se fueron.

Wei Ying.

Dirigió la barra hacia su pecho.

Wei Ying.

Sobre el corazón.

Wei Ying.

Para jamás olvidarlo.

Wei Ying.

Su primer y único amor.

Wei Ying.

Lan Zhan se derrumbó.

Lean lo siguente, por favor. Hay información importante del fanfic y actualizaciones:

Imagen desgarradora: Yo no estoy llorando. Tú estás llorando.

Publicado el 12 de abril de 2020, 2:23 am.

¡Hola, bebés!

Díganme qué necesitan, ¿Un Kleenex, un vaso de agua, cloro o alcohol, una pistola o un puente para aventarse? Yo necesito el puente, por favor.

¿Qué parte les pudo más?

Este capítulo jugó horrible con mis emociones. Sinceramente no me costó escribirlo pero sí controlarme porque estaban hechas un desastre. No es broma si digo que cuando Lan Zhan lloraba yo lloraba también. Y la canción que les dejé al inicio Let me out, simplemente terminó aún más conmigo.

Actualicé antes de tiempo porque aunque acabo de terminarlo (2 am) no podía aguantar más para que lo leyeran. Sin embargo, mañana lunes inician mis clases online otra vez y con la tesis mordiendome las nalgas puede que se me complique un poco actualizar cada dos días. Así que tal vez pase las actualizaciones para los fines de semana. Aún necesito ver cómo me acomodo. Espero me puedan comprender.

Estaba pensando, que para mantenerlas informadas podría crear un grupo de WhatsApp para el fanfic en el que, claro está, también podamos hablar de MDSZ y el YiZhan. Si están de acuerdo entonces dejaré un comentario donde diga 'WhatsApp' y ahí comentan su numero (o pueden enviármelo por mensaje) y yo las iría agregando. Ustedes deciden.

Curiosidades RPdelPA.

1-. Hora perfecta para escribir: en la madrugada, entre 12 y 4 am. Ya saben, es cuando nuestro demonios internos hacen fiesta con nuestras emociones y todo se plasma mejor.

2-. Yo no consumo alcohol. Así que decidí que la primera experiencia de Lan Zhan sería la mía también y tomé un poco de tequila del que tiene mi padre. Sí, lo que leyeron soy yo casi muriendo por el bien de una narrativa real y vivida xd

Protejan su salud en esta terrible pandemia y laven sus manos como si hubieran tocado a Wen Chao. Nomas no se las arranquen xd

Nos leemos en la próxima actualización 💐

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