Colección de One-Shots: Loudc...

Від lucky-one456

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Estos serán relatos cortos sobre el enamoramiento de Lincoln Loud hacia sus hermanas y conocidas en la ciudad... Більше

Polly x Lincoln (1/?)
Luna x Lincoln (1/?)
Lana x Lincoln (1/?)
Carol x Lincoln (1/?)
Leni x Lincoln (1/?)
Luna x Lincoln (2/?)
Lori x Lincoln (1/?)
Linka x Lexx (1/?)
Luna x Lincoln (3/?)
Christina x Lincoln (1/?)
Leni x Lincoln (2/?)
Luan x Lincoln (1/?)
Lily x Lincoln (1/?)
Sam x Lincoln (1/?)
Luan x Lincoln (2/?) (+16)
Lily x Lincoln (2/?)
Carol x Lincoln (2/?)
Lola x Lincoln (1/?)
Lana x Lincoln (2/?)
Lynn x Lincoln (1/?)
Becky x Lincoln (1/?)
Fiona x Lincoln (1/?)
Lily x Lincoln (3/?) (+16)
Lola x Lincoln (2/?)
Lily x Lincoln (4/?)
Sam x Lincoln (2/?) (+16)
Katherine x Lincoln (1/?)
Sid x Lincoln (1/?)
Maggie x Lincoln (1/?)
Lily x Lincoln (5/?)
Linka x Lynn (1/?)
Lori x Lincoln (2/?) (+16)
Liby x Lincoln (1/1)
Leni x Lincoln (3/?)
Luna x Lincoln (4/?)
Lily x Lincoln (6/?)
Paige x Lincoln (1/?)
Lucy x Lincoln (1/?)
Paula x Lincoln (1/?)
Linka x Leon (1/?)
Luan x Lincoln (3/?)
Lynn x Lincoln (2/?)
Lily x Lincoln (7/?)
Carol x Lincoln (3/?)
Linka x Loni (1/?) (+16)
Maggie x Lincoln (2/?)
Becky x Lincoln (2/?)
Darcy x Lincoln (1/?)
Lily x Lincoln (8/?)
Agnes x Lincoln (1/?)(+16)
Lynn x Lincoln (3/?)
Lola x Lincoln (3/?)
Di Martino x Lincoln (1/?)
Luna x Lincoln (5/?)
Lisa x Lincoln (1/?)
Lola x Lincoln (4/?)
Lana x Lincoln (3/?)
Polly x Lincoln (2/?)
Lucy x Lincoln (2/?)
Luan x Lincoln (4/?)
Linka x Loni (2/?)
Lynn x Lincoln (4/?)
Darcy x Lincoln (2/?)
Rita x Lincoln (1/2)
Carol x Lynn Sr (1/?)
Lynn x Lincoln (5/?)

Lily x Lincoln (9/?)

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Creciendo con mi amor...

I

—¡Ya llegan, ya llegan! —dijo Lori con emoción.

Todos se colocaron en sus posiciones, esperaban con ansias y alegría al nuevo integrante de la familia.

El señor Lynn abrió la puerta, pero antes de entrar le dio la mano a su esposa para que entre con alguien en brazos.

—¡Bienvenida Lily! —dijeron muy alegres—. ¡Bienvenidos papá y mamá!

—Gracias hijos —dijo su madre con su hija en brazos.

—Denle espacio a su madre para que se siente en el sofá —dijo su padre que cerraba la puerta.

Todos lo hicieron al mismo tiempo y quedo despejado el lugar. Se sentó con lentitud y cuidado.

—Miren a su hermanita, acérquense —destapó a la nueva Loud.

Todos se acercaron con lentitud, bueno casi todos.

Lori le dio el discurso de hermana mayor, ese que te dice que te va a proteger y siempre estará para ti, lo cual no difería de Luna y Leni.

La mayoría le dijo que será la mejor Loud con sus enseñanzas, en especial Lisa que iba a compartir habitación con ella como habían distribuido sus padres.

Solo faltaba su hermano Lincoln, no sabe que decir. Recordaba las palabras que dijo cuando nacieron las gemelas y Lisa, fueron solo unas palabras de un niño muy pequeño. Ahora con diez años, según él, debía decir algo mejor.

Se acercó donde la bebé, le iba tocar su mejilla, pero la bebé con lentitud tomó uno de sus dedos y abrió los ojos de manera enorme. Lincoln sonrió, sin querer, le dio más confianza para decirle unas buenas palabras.

—"Hermanita, quizás ni me prestes verdadera atención ahora. Bienvenida a este mundo, quizás con un poco más de razonamiento no quieras estar aquí, es lo único que hay —sus padres le dieron una mirada seria, pero siguió—. Yo estaré allí para ayudarte a comprender este mundo, y si soy capaz de ponerlo color de rosa o con armonía, lo haré sin dudarlo porque eres mi responsabilidad y te amo desde que mamá nos dijo que estabas en camino... nuevamente te digo: Bienvenida hermanita" —dijo eso y le dio un beso en su frente.

Eso emocionó mucho a su madre, tanto así, que fue el primero en tenerla en sus brazos. Lincoln le dio otro beso en la frente y les tomaron una foto a los dos. Se podía apreciar que la bebé estaba segura en los brazos de su hermanito.

Pasaron los meses y Lincoln junto a sus hermanas ayudaban a sus padres cuando ellos no podían. Era común ocuparte de ella si podías. Todo eso en el primer año, ya que Lily era una bebé muy despierta.

—Lily di mi nombre, yo sé que tú puedes bebé —la tenía sentada en la cama de su alcoba.

—In-con, In-con —lo decía muy sonriente.

—Bien bebé, sé que podías decir mi nombre por segunda y tercera vez —la tomó y la abrazó con mucho cariño.

Junto a Lisa, le daban atención extra. Lisa sabía cómo tratar de una manera eficaz las necesidades de Lily y con solo cuatro años de edad.

Pero lo que carecía de afecto, Lincoln lo compensaba jugando con la bebé y enseñándole muchas cosas. Por él Lily aprendió a caminar por toda la casa y escaparse de su cuna.

Ya cuando la bebé cumplía los diez meses, su hermano se hizo más distante. En ese tiempo sucedieron muchas cosas para que Lincoln se mantuviera alejado y perder poco a poco su atención y mimos.

II

Se había propuesto a que su hermanita tenga los mismos gustos que él, pero no resultó del todo porque todas sus hermanas querían lo mismo y Lily extrañaba pasar tiempo con su mantita. Esa mantita Lila es lo que más amaba.

También aprovechó en cuidarla en la casa para no tener que ir a visitar a la tía Ruth, llamó a su amigo para pasar tiempo mientras pensaba que atender a Lily iba a ser fácil y más cuando por confusión se llevó otro bebé que no era ella. Terminó contagiado de varicela y yendo con Clyde y Lily donde su tía Ruth porque ella también se había contagiado.

Por culpa suya y de sus hermanas Lily aprendió a decir una pequeña grosería a tan corta edad y justo comenzó a poner en práctica esa palabra cuando la Dra. Shuttleworth, persona que dirige las guarderías de la ciudad fue la casa Loud para saber cómo son los lazos de familia. Lincoln se esforzó al máximo para evitar que dijera esa palabra, pero lo lograron a medias porque al irse la directora ella la dijo de todas maneras.

Cuando Lily se puso a llorar un día y para evitar eso Lori busca su viejo peluche de un zorro animatrónico llamado Fenton. El peluche era el terror de sus padres porque decían que una vez que los bebés reproducen su canción no pararán. Los chicos solo soportaron tres días porque comenzaron a idear un plan para deshacerse de Fenton, más que nada ideado por Lincoln. Fue algo muy desconsolador para la pequeña, ya que nada desde que Fenton desapareció la podía hacer feliz. Lincoln se sentía muy mal, es por eso que le pidió ayuda a Luna para hacer algo por Lily. Lincoln apareció vestido de Fenton y Luna comenzó a cantar y de ahí todos le siguieron el coro.

Pasaban las horas y Lily no se cansaba de escuchar a todos cantar y a Lincoln bailar, pero este último les dijo que se fueran a descansar que él la hará dormir. Lincoln la llevó a su habitación mientras cantaba. Lily no dejaba de reír y abrazar a "Fenton".

Fueron los tres días más monótonos para Lincoln. Lily pasó tres días en la habitación de su hermanito porque "Fenton" era el único que la podía hacer dormir y estar alegre. Lincoln sabía que la sonrisa de su hermana era algo que no debería desaparecer por nada del mundo.

El domingo que Lincoln trataba de que Lily se duerma, esta no quería dormir, trataba de jugar con su rostro.

"Ya bebita sin llorar, a jugar y a reposar, muy contentos tú y yo, ¡Ríe, ríe, ríe!" —no dejaba de decir eso para mantener alegre a su hermanita.

Pero la pequeña al querer tocar su rostro no lo dejaba cantar bien, pensaba que ella se daría cuenta que él era Fenton.

—No Lily, a Fenton no le gusta que toquen su rostro, ¿No quieres que siga cantando? —no quería que su hermana se diera cuenta que era él.

—No quiero Fenton, quiero a Incoln —dijo tratando de quitarle la cabeza del disfraz de Fenton.

Dudo en hacer ello por no querer verla muy deprimida al saber que no era verdad, pero se quitó la cabeza del zorro y Lily le dio un tierno beso en su mejilla junto a un abrazo.

—¡Hemanito, hemanito! —dijo muy alegre la bebé.

—¿De verdad no quieres a Fenton? —lo dijo con un poco de asombro.

La pequeña solo se puso la cabeza del disfraz, comenzó a cantar y dormir abrazada a su hermano.

—Te etrañe mucho Incoln —dijo la bebé mientras bostezaba y dormía en los brazos de su hermano.

—Siempre estuve ahí, Lily —le dio un beso en su frente y la acostó al lado suyo.

Lana había visto lo que sucedió y les dijo a sus hermanas que ya no había que preocuparse porque Lily se dio cuenta lo que hacía su hermano por ella.

Lily comenzó a jugar con Fenton y usarlo ella misma cuando se sentía triste y dejar de llamarlo por su nombre sino como el de su hermano.

Poco a poco Lincoln comenzaba a darle nuevamente atenciones a su hermana más pequeña, Fenton fue un evento que le daría motivos para lo que seguía.

Un día Lincoln estaba viendo un programa de cocina y sus hermanas lo interrumpen en cada momento por sus problemas con sus compañeras de alcoba. Lincoln les ofrece hacer un test de compatibilidad para cambiar de habitación con sus compañeras. Funciona el primer día, pero al segundo día comienzan las disputas. Al verificar nuevamente con el test se dan cuenta que es del cómic de Lincoln. Lisa propone usar su máquina para analizar la compatibilidad con ADN. Lincoln terminó de compañero de cuarto con Lily y Lisa sola.

Los primeros días habían sido geniales, pero los siguientes Lily necesitaba mucha atención diferente a la de sus padres y a veces Lily arruinaba cosas de Lincoln. Quería a su hermana, pero no podían compartir alcoba.

Al revisar los resultados de la máquina de Lisa se dio cuenta que la máquina de la científica arrojaba un noventa por ciento a más de compatibilidad entre hermanas. Había algo que le dio curiosidad, fue que él era el único que tenía una compatibilidad con la pequeña Lily cerca del veinte por ciento.

Cuando su amigo le hizo una videoconferencia para hablar sobre cómo le va con los cambios de habitación, él mira a Lily que no lo ha dejado dormir hasta casi las cuatro de la madrugada, pero verla jugar con su nave de juguete era algo que no tenía precio.

—Todo va bien, compartir habitación con mi hermana es una agradable experiencia —se notaban sus ojeras—. Claro que tiene los mismos problemas de una bebé, pero eso no impide que nos divirtamos juntos y que aprenda cosas de mí, y yo entienda más de ella —lo dijo mientras la cargaba y le daba un beso en su frente, ella le daba muchos en su mejilla.

Sus hermanas que lo estaban espiando no sabían que pensar porque algunas notaban que Lincoln solo soportaba y otras veían a Lily más alegre que nunca.

—En verdad yo quisiera compartir mi tiempo con Lily o... hasta cuando ella quiera, pero por ahora ella quiere que su hermanito esté en el mismo lugar con ella, ¿No es así Lily? —dijo eso mientras la subía con sus brazos más arriba de su cabeza.

—Con Incoln, con Incoln, hemanito —dijo eso mientras sonreía con sus ojos cerrados y aplaudía.

Todas se miraron y sonrieron porque vieron a Lily jugando con las cosas de Lincoln. Se pusieron en el lugar de él. Se dieron cuenta que no tuvo por mucho tiempo un compañero de cuarto o alguien que compartiera cosas con él en la familia. Comprendieron mucho mejor la vez que él quiso cambiar a la bebé, pero en realidad era solo darle otras opciones de diversión a Lily porque con el tiempo eso se vio.

III

Llegó allí con dificultad, vio que no había moros en la costa. No era tan alto, pero con suerte podría dar una gran impresión.

La hazaña es el común denominador de las personas que pasan por la vida y de los héroes o leyendas.

Lo que iba a hacer no iba a pasar como las hojas por su jardín, ¡No señor! Iba a demostrar que ella podía ser tan genial como creativa.

Comenzó a calcular con sus dedos por enésima vez la distancia, no quería causar algún daño.

Respiro y exhaló unas tres veces y, sin pensarlo, se lanzó abajo. La caída no sería de más de tres metros, casi dos metros.

Eso hizo que la persona en la que cayó encima se le fuera todo el oxígeno por varios segundos.

—Espera... Lily... ¡¿Por... qué... hiciste eso?! —el aire poco a poco regresaba a su cuerpo.

—Porque quería demostrar que soy genial y creativa —dijo con una sonrisa que derretiría a cualquiera por la ternura.

Se puso una palma en su rostro y se rio porque su hermanita solía salvarse de cualquier regaño por parte de él solo por mostrar esa sonrisa.

La trajo consigo y le dio un tierno abrazo, su hermanita lo abrazó con más fuerza. Adoraba a su hermano.

—Despertar sin ti, no sería lo mismo hermanita. Por cierto, no eres creativa —le dio un beso en su frente al final.

—Pero... ¿Por qué? —hizo un puchero, pero no dejó de abrazarlo.

—Porque todos hemos hecho eso, subirse a una cómoda o armario, pero fue genial porque nuestro armario es enorme —le respondió mientras le hacia una sonrisa al tomar la comisura de sus pequeños labios.

—¿De veras? —lo decía muy alegre.

—Sí, eres alguien muy genial y tierna —se lo dijo con sinceridad.

Ella no dejó de darle besos en sus mejillas, solo sonreía por ello. Pero había algo más en esa conversación matutina.

—Lily, ayer en el trabajo me pagaron y me dieron dos entradas para un parque de diversiones que nos encanta, ¿Adivina cuál es? —sacaba de su mesa de noche unos boletos.

Lily lo pensó por unos segundos, pero se dio cuenta que solo hay un parque que les encanta a todos allí, en especial a ellos junto a Lana.

—¡Lactolandia! —dijo con alegría.

—Sí, mi jefe de Gus' Games & Grubs me dio esos boletos porque salía de viaje con su hijo, fueron cambios repentinos de planes, pero ahora nosotros podemos gozarlos —lo dijo con mucha emoción.

Ambos salieron de la habitación para darse su merecida ducha e ir a desayunar, pero como era sábado, ellos lo prepararían desde hace dos años atrás.

Lincoln dejó que Lily se duchara primero porque cuando el terminaba de ducharse dejaba la puerta abierta para que ella entrara y se cepillaran juntos los dientes.

Eso era lo de casi todos los días, eran casi inseparables. Pero Lincoln no lo era únicamente con ella, también era así, solo que un poco menos intenso, con Lucy, Lisa y las gemelas.

Desde que se fueron Lynn y Luan comprendió que la separación es algo inevitable, porque por un momento que eso era en algunos.

Prepararon el desayuno con tranquilidad, nadie daba indicios de haberse levantado o despertado allí, ni siquiera sus padres.

El parque abría desde las diez de la mañana, así que no había prisa por llegar a tiempo. No estaba tan lejos como se pensaría.

Terminaron de prepararlo a las siete y media, ni un minuto más, ni un minuto menos. Se sentaron a desayunar con paciencia.

—Esto quedó delicioso, Lincoln —lo expresó con mucha exultación.

—Pero no tanto como el de papá —no era orgulloso de su talento en ese "terreno".

Lily hasta ese momento no podía pensar en no pasar un día sin saber sobre su hermano, con todo lo que hacían, no podía irse como las demás.

Cuando estaban a punto de terminar, entraron a la cocina sus padres y Lisa. Como siempre dieron sus respectivas felicitaciones a los chefs. Lily no dejaba de abrazar a su hermanito por dejarle ayudar.

Al terminar de desayunar se fueron al sofá a ver algo de televisión. Pareciera que paraban juntos todo el día, pero no era así.

Ambos disfrutaban al máximo el tiempo que les tocaba estar juntos porque Lincoln debía tener tiempo para sus amigos y sus citas.

Sus padres no tenían nada con que Lincoln durmiera en la misma habitación con Lily, pues el demostró ser un buen hermano y con un rol un poco paternalista más acentuado que fraternal por esos años, aunque a veces pensaran en cosas extrañas de él, con Luan o con Lynn, cuando ellas todavía estaban en casa.

Sus hermanas nunca pensaron en si eso iba a afectar a Lincoln o Lily, pero se preocupaban un poco más de Lily y que no pudiera asimilar que Lincoln se pudiera ir. Había que ser sinceras, desde hace cinco años Lily comenzó a tener mucha química con su hermano, demasiada se podría decir.

—Papá, ¿Puedes prestarme Vanzilla? Voy a llevar a Lactolandia a Lily —lo dijo con algo de nervios.

Su padre lo miró con seriedad porque hace dos días salió con sus amigos y llegó con la Van cerca de las cero cero horas.

—Solo por esta vez porque llevas a Lily, pero sigue en pie el castigo de un mes sin Vanzilla —lo dijo con seriedad para terminar con una sonrisa.

Antes de que se vayan, Lana le dijo a su hermano que le debía a ella también un paseo a ese parque de diversiones. Lincoln le dijo que no lo iba a olvidar.

El camino fue divertido porque ambos cantaban muchas canciones y entre las cuales estaba la canción del zorro Fenton. Lincoln le contó cuando él se disfrazó de Fenton para que dejara de estar deprimida. Esa historia le gustaba que le contaran una y otra vez.

Al llegar y entrar lo primero que hicieron fue comprar sus gorras en forma de ubre y subirse a todos los juegos.

La diversión era lo que desbordaba, no las atracciones, sino el que Lily los disfrute con su hermano. Ambos lo sabían, eso era una excusa para tener la mejor parte del día para ellos.

Al terminar de subirse a todas las atracciones, decidieron caminar por los alrededores de allí. Hablaban de su atracción favorita y las anécdotas graciosas que dejaban las demás personas.

—Y también fue gracioso ver a ese tipo musculoso gritar como niña al subirse por primera vez a la montaña rusa "El Batidor" —no paraba de reírse al contar ello.

—Es cierto, este día está siendo divertido —lo dijo mirando los mensajes de su celular, entre ellos estaban los de Mollie—. ¿Te gusta tu helado?

—Sí, pero me gusta más que las palomas no me arruinen mi momento con él —lo dijo mirando al cielo.

—Descuida hermanita, ya no pasará lo de hace años —lo dijo riéndose de la suerte de su hermanita.

Llegaron a una parte que era muy alejada y la hierba era muy alta. Sin pensarlo ambos se echaron. Nadie pasaba por allí, se notaba muy tranquilo.

Se pusieron a mirar las nubes. Lily decía que veía a las nubes con forma de sus mascotas, en cambio su hermano le dijo que él veía a sus hermanas. Cabe decir que veía a Lori, Leni, Luna, Luan y Lynn. Lily quería hacerle una pregunta para satisfacer su curiosidad.

—Hermanito... ¿Tú extrañas mucho a Lynn? —su inocencia hablaba también.

Eso dejó con dudas a Lincoln porque después de un buen tiempo le hacen una pregunta relacionada a la deportista. Pero su hermanita no lo haría por pensar mal, por eso podía serle sincero, al menos más de lo usual cuando se trata de ese tema.

—Extraño a las cinco, pero en especial a Luan y Lynn. Eran como mis guías y soporte entre la despedida de las demás, pero ahora esa es mi labor y después será la labor de otro y así... deber ser... creo —lo dijo sonriendo con felicidad a las nubes.

Lily se sentó y se dio cuenta que su hermanito estaba con un rostro de tener estar elaborando un plan.

—¿Qué plan estás elaborando, Linky? —lo dijo con inocencia.

—No... solo estoy recordando algunas cosas y pensando en cómo serán las cosas en unos años —lo dijo borrando lentamente su sonrisa.

En ese momento Lily se lanzó encima de él y lo abrazó con mucha fuerza. Eso dejó muy sorprendido al peliblanco.

—¡No te vayas como ellas! Por favor —se notaba lo desesperada.

Lincoln se dio cuenta que no debió tocar ese tema. Ella no sintió tanta tristeza por la partida de las mayores, pero sabía cómo les afectó a los demás. Sabía que eso a veces no podían aceptar como Lucy que a veces estaba más melancólica de lo usual por no tener a Lynn a su lado.

—Lily, nada está dicho, uno no sabe que nos tiene preparado el día de mañana, pero tú sabes que siempre estaré allí para apoyarte, eso te lo prometí desde que te vi en los brazos de mamá —se lo dijo tratando de calmarla.

—No me dejes hermanito, eres como mi mejor amigo, eres al que le cuento todo lo mío y me trata bien, pero sobre todo me quieres mucho —se notaba que estaba llorando poco a poco.

No pensaba que trataría esto con ella ahora, pero mejor temprano que tarde. Mejor aun cuando era a quien escuchaba más.

—Lily, ¿No te molesta seguir compartiendo la alcoba conmigo? —lo dijo con curiosidad.

—¿Por qué dices eso? No me molestaría compartirlo toda la vida, no quiero llorar cuando te vayas y olvidarme de ti cuando no estés... hermanito —lo dijo con muchas lágrimas y sin dejar de abrazarlo con fuerza.

Lincoln la recargó en su pecho, le acariciaba su cabeza. Su hermanita no debería sentir que todos sus familiares de van.

—No te preocupes pequeña, por ahora estaré contigo aquí —lo dijo mientras le limpiaba sus pequeñas lágrimas.

Después de algunos minutos a Lily se le pasó todo eso y al salir le compró un peluche de la mascota de Lactolandia.

Pareciera que Lily se había olvidado del tema, pero en realidad no era así. Algo le decía que su hermano solo dijo todo eso para que no llore porque lo más probable era que no lo cumpliera.

Pero Lincoln era distinto, las promesas y anhelos pasados pesaban en él, más de lo debido.

IV

Subió con mucha velocidad para encerrarse en su habitación, no quería escucharlo nuevamente. Ya le había fallado un par de veces más, pero en realidad no era eso.

Corrió detrás de ella, no fue difícil pasar por el pasillo y subir las escaleras en segundos, ya no había tantas personas en la casa, aparte no estaban por esos momentos.

—Lily, ábreme la puerta, puedo explicarlo —lo dijo con culpa.

—¡No! La prefieres a ella antes que a mí —dijo con mucha molestia.

—Lily... ya tienes once años, no puedes seguir comportándote como alguien con menos edad... ¿Me podrías al menos dejar darte mi excusa? —se sentó delante de una de las paredes.

La pequeña rubia solo guardó silencio, estaba muy molesta. No era la primera vez.

—Mollie se sentía mal, usualmente no me llama por eso... entre otras palabras, era por motivos de emergencia —dijo tocándose la nuca.

—¿Por qué no te creo? —se notaba muy enojada.

—No lo sé... quizás lo haya hecho alguna vez anterior —sabía que no fue lo correcto ser sincero.

—¡Lo ves! Hasta tú mismo lo admites, al menos con Cristina no eras así, al menos ella no era... —hizo un alto a sus palabras.

—¿Qué quieres decir, Lily? —se notó un poco sorprendido por esas palabras.

Tomó aire, no era lo debido, no podía decir lo que no solo ella veía en Mollie, sus hermanas y madre también notaron ello.

—Q-Quiero decir que ella al menos no era de las que te quitan a tu hermano —dijo muy apenada.

—Pero Lily, eso es normal, todos también debemos darles tiempo a personas que queremos más allá de la familia —le quería dar a entender algo simple.

—Sí, pero... le das mucha importancia, incluso cuando charlamos, siempre la mencionas —eso sí la molestó mucho al decirlo.

Eso hizo dar una carcajada a Lincoln. Lily no entendía ello, pero lo normal es que se molestara más.

—¡¿Por qué te ríes?! —no podía que su hermano lo tome a la ligera.

—¡Jajaja! ¡Ay! No lo tomes mal Lily, pero es que lo mismo me dijo Mollie... ¡Jajaja! —no soportaba las coincidencias entre las chicas que el más quería en estos momentos.

Eso sonrojó a Lily, pero se le fue en ese momento para seguir molesta con él y responderle.

—No es gracioso... mejor no me hables, déjame sola —tomó una almohada y se la puso en su cabeza.

Lincoln miró su reloj y se dio cuenta que ya eran las siete de la noche, mejor espera a que vengan Lana, Lola y sus padres para que le ofrezcan cenar porque a él, por estos momentos, no le aceptará nada.

Lola y Lana le dijeron que tenía razón en sus palabras, pero que tratarían de que Lily cene. Lana le ofreció el plato a Lily, rápidamente lo metió dentro de su habitación.

Esperaba impaciente que sean más de las cero cero horas para entrar a la habitación de su hermanita y echarla en su litera. Era costumbre de ella que cuando se enoja con él, encerrarse en su habitación y quedarse dormida sentada, pero recargada en la puerta o en una pared.

Entró usando el truco de Leni para abrir cerraduras. Se notaba dormida, pero con algunas lágrimas, quizás Lily se tomó mal las carcajadas.

Todavía se sentía mal por no llegar a tiempo para pasarla viendo películas con ella. Mollie a veces pecaba en ser alguien muy exagerada con Lincoln, esta vez no fue la excepción.

La llevó en sus brazos hasta la cama con sumo cuidado, no quería despertarla y que se enoje nuevamente.

—Duerme esta noche en mi habitación... como en los viejos tiempos —lo dijo muy apenada.

Lincoln dio un suspiro, no quería que ella quisiera volver a compartir la habitación como antes, ya que Lily estaba en una edad donde quizás pudiera confundir... algunas cosas.

—Está bien, solo por esta noche —dijo dándole un beso en su frente.

—Gracias... hermanito —le hizo un espacio en ese instante.

Se acomodó bien para que cupieran en esa cama. Lincoln miró arriba, Lily lo miraba con una sonrisa.

—Desde hace tres años que no compartimos la misma habitación... ¿No? —dijo Lily para romper el silencio.

—Sí... necesitas tu espacio y yo el mío Lily —lo dijo con serenidad.

—Lo sé —no pudo retener su sonrisa porque en verdad la mueca de tristeza le ganaba.

—Descansa cariño —le dio un abrazo y le dio la espalda para dormir.

Lily miró arriba ahora, no sabía que hacer, lo tenía tan cerca de su hermanito. Necesitaba decirle que su instinto le decía que no estaba en nada bueno. Decidió mejor acercarse más a su hermano y dormir muy abrigada junto a su hermanito.

Era un día nublado, un poco de esa claridad les daba iluminación a algunas partes de la casa. Ya eran casi las siete de la mañana. Lincoln se despertó todavía angustiado por lo de ayer, pero debía ir a su habitación y ver que tenía planeado para el sábado de hoy.

—Linky... ¿Me perdonas? —dijo la rubiecita con pena.

Se incorporó completamente y tomó a Lily para darle un abrazo. Fue su error el no avisarle por lo menos a su hermanita.

—Tú perdóname por no avisarte a tiempo, pero te aseguro que cambiaré para no decepcionarlos —suspiró al final con sus ojos cerrados.

—Yo quiero decirte que quiero dejar de pensar que Mollie nos quiere separar, si es posible... podría salir con ustedes algún día —lo dijo con dificultad.

Lincoln sonrió por eso, era justo lo que deseaba desde hace meses, que las dos chicas que adoraba, bueno una más que la otra, se lleven bien.

—Está bien, Lily. Eso sería maravilloso —lo dijo con una gran sonrisa antes de salir.

Pasaron los días y llegó otro fin de semana. Lily se encontraba algo intranquila porque Lincoln le había dicho ayer que saldrían el día de mañana con Mollie. Ya era el día.

Lincoln fue con Lily a recoger a su casa a Mollie, Lily estaba un poco dudando si era bueno que saliera con ellos. Se hacía la idea de que la rubia la detestaba. Todo eso por lo que le dijo su hermano esa noche.

Mollie salió bien arreglada, a Lily no le gustaba la mirada de Mollie, sentía que era algo presumida y despreciativa a la vez. Esa sonrisa que se alargaba hacia una mejilla no le daba confianza.

Lo saludó con un beso apasionado. Eso incomodó mucho a la rubia menor. En el fondo le enojaba eso.

—Hola Lily, es bueno verte, casi nunca te puedo ver —lo dijo con su forma de hablar de siempre.

—Igualmente Mollie —solo atinó a decir eso.

Lincoln aceleró para ir al centro comercial para tener un agradable día con ellas. Planeó ir a comer comida rápida para después ir a ver una película. Se fue a pedir las órdenes, Mollie le dijo de una manera engreída que no se tardara porque tenía una dieta estricta que no la dejaba comer nada más allá de las siete de la noche.

Lily no sabía que decir, no podía creer que le hablara así a su hermanito. Pero decidió guardarse el comentario. Mollie se dio cuenta que quería decir algo.

—¿Qué me puedes contar pequeña? ¿Alguna cosa divertida? —lo dijo con ese rostro que daba muestras de presunción.

—Realmente nada... creo —lo dijo sin ganas.

—Anda, dime lo que sea, para mí la mayoría de cosas suelen ser divertidas —dijo con una sonrisa, pero que reflejaba confianza.

—Bueno... me gustan los cómics de Ace Savvy y los videojuegos —dijo con una sonrisa tierna.

—Tenías que mencionar las cosas no tan divertidas, ahora ya sé porque Linc te menciona tan seguido, por lo visto quieres ser una copia de él —lo dijo con algo de desprecio.

—¿Qué tiene de malo? —dijo con algo de pena.

—Nada, nada, pero... cómo te lo digo... a las personas realmente no les gusta personas así, aunque hay sus excepciones, soy un vivo ejemplo de ello —dijo mientras se colocaba sus gafas oscuras.

Lily no comprendía exactamente lo que decía, le preguntó si es muy malo tener esos gustos.

—No es eso pequeñita, a lo que voy es que... Linc es alguien que ya no hay en estos días... son agradables las personas así, pero al no haber tantos tipos así... a una le pone difícil poder llevar algo... a otro nivel —se dio cuenta que la dejó confundida—. Linc es un caballero, pero en estos tiempos una no está contenta con un tipo así y menos que anteponga siempre a su fam... olvídalo niña —fue demasiado sincera con la rubia clara.

En ese momento Lincoln llegó con todo lo pedido, Mollie se alegró por ello y le dio un gran beso a su novio que lo dejó sin aire.

Comieron con tranquilidad, Lincoln trataba de que las dos hablaran, pero no era necesario porque Mollie le dijo que en lo que se fue hablaron mucho. Lily movió la cabeza inconscientemente afirmando.

La película pasó de lo más normal, aunque Mollie fue la que se sentó en el medio. Si el beso le causaba incomodidad a la pequeña Lily, esas actitudes melosas de Mollie en medio de la película fueron peor.

Después de ello se fueron a las afuera de la ciudad para aparcar en un lugar que Lincoln encontró para ver la ciudad desde una gran altura. Lily lo conocía de antemano.

Se bajaron del coche, y se sentaron en el capote los tres. Mollie estaba sentada delante del peliblanco mientras este la abrazaba. Lily estaba a un lado y pensando en lo que le dijo Mollie. La rubia lo hizo sin querer, solo por tomar la directriz de la charla y terminó diciéndole algo que ya estaba previsto. Conversaron en ese momento de varias cosas. Lily supo seguirles el hilo de la conversación.

—Me fascina este lugar, amor —lo dijo con un tono provocador.

—Es uno de mis lugares secretos que tengo en la ciudad —lo dijo con alegría.

—Tal vez podríamos... —le dijo algo en su oído.

Eso sonrojó a Lincoln. Lily no comprendió eso en ese momento.

—Todo bien pequeña Lily —le preguntó Mollie.

—Sí... me está encantando la salida —lo dijo sonriendo de manera leve.

—Me encanta que ustedes se estén llevando bien en lo que va de la salida —se notaba muy alegre.

Mollie no dejaba de sonreír, Lily trataba de sonreír como ella, pero le era casi imposible. No se le daba eso de fingir.

Lincoln la dejó a su hermanita en su casa porque ya era tarde y esta vez se iba a quedar en la casa de su novia.

—Gracias por acompañarnos, hermanita —le dio un beso en su frente y un abrazo.

Eso hizo que Mollie mirara a otro lado porque no soportaba esas muestras de cariño a otra persona que no sea ella.

—Adiós pequeña, fue agradable conocerte y conversar contigo —le dijo en voz baja mientras la abrazaba—, espero que olvides o tomes en cuenta lo que entendiste, te ahorré años de experiencia —volvió a su tono normal—. Hasta pronto Lily —le daba besos volados.

El auto se perdió de vista en las demás calles. Lily se quedó parada, tenía la llave en su bolsillo. Solo suspiró y trató de ordenar lo que pasó en esa salida.

—Ya decía yo que Mollie no sería nada bueno... espero equivocarme como las demás —dijo en voz baja y triste.

Mollie le ahorró experiencia, sí, pero en conocer personas como ella y ahorrarse los sermones y discusiones.

Las indirectas de Mollie se reflejarían tres meses después con Lincoln tomando desayuno muy temprano y con tristeza. No se había duchado, solo bajó sin meditarlo.

Lily lo siguió de manera normal, estaba tan adentrado en sus pensamientos que no la notaba, también porque no era ruidosa.

La pequeña tomó una caja de cereal y sirvió dos tazones. Eran del cereal Zombie Bran. Lincoln no se percató hasta que escuchó claramente el sonido de la cuchara revolviendo el cereal con la leche.

—Recuerda que nosotros te queremos y que hemos estado más de un año contigo, Mollie no es única con Cristina... hay más personas, pero quizás debas ser paciente —lo dijo pasándole un tazón de cereal.

Su hermano la miró con tristeza, pero Lily era la única persona que con una sonrisa le quitaba todo signo de melancolía o enojo.

—Tienes razón, no es la primera vez... Ustedes siempre estarán para mí... bueno casi todas, todavía puedo disfrutar de su compañía de ustedes tres... hasta que partan por sus metas —lo dijo con nostalgia.

Comieron juntos esos tazones de cereal, Lincoln subió a ducharse y tratar de poner otro rostro para ese día. Su hermanita lo miraba y hablaba en su mente mientras subía.

—Linky... detesto que Mollie te haya terminado, porque pude avisarte para que no te sientas mal, pero en sí tenía que pasar para que ganes experiencia con ella y no vuelvas a cometer ese error... como quisiera darte mi amor —lo dijo con una mueca de tristeza que se volvió a una de esperanza.

En ese momento Lily se preguntó por qué su hermano se mantenía en la casa, si ya no tenía que cuidarla en sí. Pero sabía que pensar en eso le rompía el corazón porque si pasaba eso... no sabría qué hacer.

V

Miraba a los niños jugar, las personas caminar o sentarse, una que otra pareja pasar una agradable tarde por allí.

Se sentía mal, no tanto como él, pero se sentía muy mal. Le tuvo que terminar a su novio porque las cosas no fueron como pensaban. Ella sabía que todo era su culpa.

—Si sigo así terminaré sola vistiendo de negro, escuchando música triste y con amigos así —pensaba que burlarse de Lucy la haría sentirse mejor, pero igual se sentía mal—. Definitivamente no es mi año, no duré tanto, al menos él sí se llevaba bien con Linc.

Se levantó y empezó a caminar en dirección a su hogar. El vecindario seguía siendo el mismo, pero con distintas personas que ya no conocía.

El viento se llevaba y traía varias hojas a distintos jardines, limpiar eso sería un buen trabajo para alguien joven que quiere ganar un par de dolares.

No lo descartaba, pero no era necesario por estos momentos y más cuando por estos momentos no tendría motivos para salir o comprarse algo.

Antes de ir a su casa decidió ir donde Flips a comprar un batido para que le congele el cerebro y olvidar por un momento la situación.

El efecto fue agradable y fastidioso por un buen rato, pero al regresar se sintió sin ganas de hacer nada, pero antes de entrar escuchó que estaban discutiendo dentro. Se escondió por el arbusto cerca de la escalinata de la entrada. Era la voz de Lincoln y su novia Ronnie.

Terminaban y volvían, eso era recurrente en ellos. Solo Lily lo sabía porque era como la mejor amiga de Lincoln.

—No puedo seguir con esto, ¡No puedo! —estaba muy enojada.

—¿Qué hice mal? —le respondió.

—No, no haces nada, eso está mal —le respondió con dureza, se dio cuenta que no llegaba a nada gritando—. Linc, somos amigos desde hace años y novios cada cierto tiempo, pero me has demostrado no ser lo que espero.

—¿Qué quieres decir? —no entendía bien a dónde iba.

—Mírate, has una pausa en tu vida y mírate dónde estás —tomó un poco de aire—. Todas tus hermanas se han ido y tú eres el único que queda en esta casa, salvo Lily y tus padres... no puedo tener nada serio contigo porque no quieres dejar tu hogar...

Lincoln sabía que ella no lo decía por decir, nadie se lo decía directamente, por fin alguien se lo dice como debe ser.

—No soy la única que se dio cuenta de ello, pero sí la que te lo dice para que lo pienses —dijo eso con mucha tristeza.

Tomó su abrigo y abrió la puerta para salir de allí, pero antes de eso le dijo una última cosa.

—Creo que está de más decirte que ya no intentes volver conmigo... viajaré mañana en la noche al país de mis padres... piénsalo bien... adiós —cerró la puerta con fuerza porque seguía enojada.

Lincoln miró la puerta por unos segundos, suspiró y subió al segundo nivel, necesitaba descansar. Se metió a su habitación y se durmió con un dolor de cabeza.

Lily entró después de casi una hora, no creyó escuchar una discusión así por parte de su hermano y su ahora exnovia.

Desde hace cinco años se pregunta mucho sobre la permanencia de Lincoln en la casa. Su hermano es un gran tipo, se podría decir que es alguien ideal, pero lo dicho por Ronnie volvió opaco lo que sería su hermano.

Tenía errores como todos, pero... ¿Serían tan serios como dijo Ronnie? ¿Sería verdad lo que le dijo Mollie hace cinco años atrás?

De algo estaba segura y era que su hermano no era perfecto y eso lo hacía alguien real. Alguien que ella amaba con todo su corazón, casi como sus anteriores novias de él.

Actuó con normalidad, dijo en voz alta que había llegado, sin embargo, no le respondió su hermano.

Calentó su cena en el microondas y la de su hermano también. Llevó ambos platos al segundo piso y tocó la puerta.

—Hermanito, debes cenar, no falta tanto para que sean las nueve de la noche —dijo mientras se sentaba al lado de la pared.

—Sí recién llegabas, ¿Cómo sabías que estaba en mi habitación y que no había cenado? —lo dijo con desgano.

Eso dejó muda a Lily que no podía encontrar una excusa en ese instante, se descuidó. Lincoln dio una carcajada.

—Descuida Lily, quizás hayas escuchado mi discusión con Ronnie, pero no te preocupes... estoy bien —dijo mientras se levantaba para abrir la puerta.

Se notaba muy triste, pero no tanto como para sonreír para su hermanita y recibir su abrazo.

Ambos se sentaron en el pasadizo, recargados en la pared. Mientras cenaban, Lincoln recordaba como ese pasadizo alguna vez tenía el nivel de embotellamiento de una carretera en vísperas de Navidad.

Le contó que terminó con su novio, Lincoln le dijo que no es el fin del mundo, le dijo que el chico ideal llegará en el momento indicado o que ella tendrá que buscarlo.

En el fondo eso le dolía a su hermano, tener a su hermana lejos de él, pero así era la ley de la vida, todos tienen que seguir el camino trazado o que trazan.

—Nos tenemos el uno al otro y a papá junto a mamá, no creo que el afecto sea problema... al menos por un buen tiempo —le dijo Lily incorporándose.

Su hermano sonrió por lo dicho por su hermana, sentía que cuando se fuera, se iría con más madurez. La única chica que lo podía poner feliz por más triste que estuviera. El único chico que la entendía en la mayoría de cosas y nunca se iría de su lado, pero... ¿Ella sí se iría?

VI

Era temporada de otoño, tenía un cigarrillo encendido, sus padres volverían en una semana, habían ido a visitar a su tía Ruth.

Revisó sus mensajes, entre ellos estaban algunos de amigas, pero él los ignoraba. Llegó a un punto donde no sabía que iba a ser de su vida en unos años más.

Le iba bien en casi todo, pero no en mantener una relación. Siempre era él el que no quería avanzar más allá.

No pensaba que todo pasaría tan rápido, ayer solo era un chico de once años que coleccionaba cómics y hacía toda clase de locuras. Ahora todo eso era muy distinto, se había peleado con la mayoría de sus hermanas, sus padres no lo entendían a pesar de que hablaran con él.

Pero más que nada, se detestaba por pelearse con su hermanita, justo cuando estaba en el último año de preparatoria. El último año donde sería la última vez que compartan más cosas seguidas y juntos.

Quería disculparse, pero ella lo ignoró por más de un mes. Eso le dolía demasiado, no entendía por qué tanto, ya había sentido aquello, sin embargo, lo había olvidado.

En ese momento llegaba Lily caminando distraída. Ve a Lincoln sentado en las escalinatas de la entrada de su casa. Lincoln se hace a un lado para que pase. Lily pasaba de frente, pero hizo un alto.

—Este es nuestro último año pequeña Lily, no quisiera saber que te has ido con un sabor amargo de parte mía —lo dijo quitando las cenizas del cigarro en uno de los escalones.

Lily no comprendía porque tenía que actuar así, casi siempre en momentos parecidos. Es por eso que se molestaba.

—¿Sabes por qué estoy muy molesta contigo? —se notaba demasiado enojada.

—Por la actitud que estoy tomando este último año, supongo —respondió con algo de enojo, pero no hacia ella.

—No la consecuencia, sino la causa —se sentó a su lado—. Desde hace casi un año que ya no compartimos tanto, parece que nos hemos distanciado, pero la causa es simple. Siempre debes ser el único que se siente triste por la partida de las demás, nadie más que tú.

Eso hizo que pusiera más atención y responda automáticamente.

—Eso no es cierto —estaba sorprendido.

—Cuando tus hermanas mayores se fueron, te vi muy triste, pero supiste afrontarlo. Se fueron mis cuatro hermanas mayores, revelaste que en verdad lo soportabas, pero no lo habías superado. A mí también me puso muy triste las partidas. Lo que me enoja de ello es que pienses que así siempre debe ser. ¿Te preguntaste alguna vez si yo iría? ¿Me lo preguntaste? Tú sabes que no tengo meta fija, así como tú. Todas las demás se fueron y tenías que pensar que yo también tengo que irme. Hasta Lisa, todas fueron mujer, por ende, yo debía serlo. Si ellas tienen grandes metas, entonces yo también debo estar igual. ¡No! ¡No todas tenemos grandes ambiciones! Algunos solo quieren una vida tranquila, vivir de manera agradable. No necesitamos ser grandes, no todos somos iguales o seguimos un camino. Alguna vez me dijiste que no podemos estar seguros de lo que sucederá mañana, pero siempre estaremos para dar los brazos o mejor dicho apoyo cuando más lo necesiten. Ese apoyo lo hemos sido desde el comienzo, ambos nos teníamos mientras todas se iban, mientras nuestros padres cada vez se preocupaban menos en nosotros. Quiero pensar que aún tengo a mi hermano a mi lado porque en realidad tú eres el que más se aleja de mí. Nuestra casa en lugar de ser un sitio de resguardo de buenos momentos, es una fortaleza que tiene la función de evitar que superes todo lo que pasa con la familia y conmigo —las lágrimas brotaban como nunca, sentía que liberaba algo que desde hace mucho quería hacerlo, pero no sabía cómo hacerlo en ese tiempo.

Lily fue más directa que Ronnie como hace un año. Ronnie no quería lo suficiente a Lincoln, pero ella lo amaba, por eso debía hacerlo.

Su hermano estaba tapando su rostro con sus manos, le daban ganas de llorar, pero no debía hacerlo. Llorar no iba a resolver nada. En el fondo, actuó de manera algo egoísta.

Lily se secó las lagrimas con su brazo y se sentó a su lado. Le quitó sus manos y le levantó su rostro. Le dio una sonrisa que hizo borrar lentamente su rostro de culpa.

—Pero pase lo que pase, nos tenemos el uno al otro. No niego que hayas tenido mucha influencia sobre mí, pero ya soy consciente de lo que puede ser bueno y lo que no serlo. Hermanito, siempre que yo estoy triste o lo que sea, tú me haces sonreír. Siempre que tú estas enojado o triste o lo que sea, yo puedo quitar eso con solo una sonrisa, eso salió de tus labios. Entonces... si eso podemos hacer el uno por el otro, quizás... podamos darnos el amor necesario en otro nivel porque... yo siento que te amo en ese plano —Lily se acercó poco a poco, Lincoln solo asimilaba lo que le dijo.

Le dio un beso en los labios, Lincoln no opuso resistencia, es más, se acercó poco para que no hiciera todo ella.

Al terminar el beso, alejaron sus rostros con una leve sonrisa. Se notaba que no querían acabarlo, pero aún no acababa la discusión.

—Entonces... Luan y Lynn... te dieron lo mismo —lo dijo mirando al suelo.

—No opuse resistencia, podría ser que tuve experiencia previa a esto o que en verdad sí sentimos lo mismo —tiro la colilla del cigarrillo—. Ambas sintieron lo que yo siento, pero me dieron un beso para poder tener valor y si es posible superar todo porque se dieron cuenta que yo por mi forma de ser llegaría a esto.

—Entonces... ¿Te gustaban? —quería estar segura.

—No, pero esos besos me daban valor y una parte de mí pensaba que solo eso podía ayudarme con toda la carga de ser el mayor —lo dijo con una gran sonrisa, pero luego la miró—. No te vas... ¿Por qué quieres o porque no quieres dejarme solo?

—Lincoln, necesitas ir a terapia, yo necesito ir a terapia, esto no es simple. Debemos darnos apoyo como siempre lo ha sido —lo dijo con mucha alegría.

—Sabes que los resultados son a largo plazo —le dijo con seriedad.

—Y también sé que no podemos estar seguro de eso porque no podemos estar seguro de lo que sucederá mañana —le respondió con un rostro igual de serio.

—¡Jajaja! —solo su boca pudo sacar ello.

—¿Me dirás que Mollie dijo eso también? —le respondió ahí mismo.

—No, sino que has madurado tanto que me estás sermoneando, ¡Jajaja! —no soportaba que la pequeña le haya dicho todo eso, por eso la risa, pero de felicidad—. Le daremos el tiempo necesario a nuestros problemas y relaciones, ¿No?

No le respondió solo se recargó en su hombro mientras observaba uno que otro auto pasaba por el asfalto. Sin pensarlo ya la Luna y las estrellas estaban en sus posiciones.

—¿Me cantas la canción de Fenton? —le dijo de forma cariñosa.

—Ahora no, tenemos que entrar, sería raro que vean a una chica pidiéndole a un adulto que le cante una canción de bebés para dormir —se levantó, le dio su mano para que hiciera lo mismo. La miró y sonriendo le respondió de nuevo—. Te lo cantaré cuando superemos nuestros problemas, ¿Te parece?

Solo le dio un beso y entraron a la casa a preparar la cena y pensar que harán mañana.

VII

Era una mañana iluminada, para todo el Estado de Michigan, pero más para una ciudad llamada Royal Woods.

Una pareja preparaba su desayuno matutino, mientras escuchaban las noticias que pasaban por un canal de televisión.

Ocho años pasaron desde aquella vez que se prometieron superar sus problemas y llevar su relación.

No son perfectos porque alguna vez estuvieron a punto de ser descubiertos o daban muchos indicios de estar en "algo".

Tenían trabajos normales, nada que fuera sobre saliente porque no era importante. Lo único que les interesaba y realmente importaba era como se sentían ellos consigo y su familia junto amistades.

El desayuno pasó de forma normal. El almuerzo también. La cena fue distinta.

Ambos charlaban acerca de su familia y la visita que tendrían mañana de ellos. Lily se debatía entre que ellos fingían no saberlo o de verdad no lo sabían.

—Si no lo supieran, ellas te presentarían una que otro amigo o una amiga en mi caso —lo decía con confianza.

—¿Cómo puedes ahora estar tan seguro? —quería tener su seguridad, no quería perder lo que por años formaron.

—A veces hay cosas que son muy obvias y no es necesario una pregunta junto con una respuesta —lo dijo muy seguro—. En otras palabras, ellos lo saben. ¿De qué serviría reclamarnos? Somos adultos, no hemos hecho nada malo, salvo esto, pero dime tú si es "malo" como se cree.

—Tienes razón Linky —hizo una pausa, paso sus dedos por su brazo de él de manera provocativa—. Cuando decidamos tener hijos... ¿Quisieras adoptar o tener uno nosotros?

—Con los conocimientos y contactos de Lisa no sería difícil tenerlo, y si eso no se pudiera, podemos optar por la adopción —le dijo tomándola de la cintura y acercándola a su rostro—. Te prometo que quiero darte más felicidad de lo que hemos logrado estos años.

—¿Sabes cómo puedes comenzar? —estaban tan cerca de los labios del otro—. Imagina que tenemos a nuestro bebé y le debes cantar.

Ambos sabían a que iba eso, ella desde hace tiempo necesitaba eso. Lily se sentía muy emocionada con escuchar nuevamente esa canción. Sin necesidad de estar triste.

"Ya bebita sin llorar, a jugar y a reposar, muy contentos tú y yo, ¡Ríe, ríe, ríe!" —ambos lo cantaron con ternura y rostros de felicidad, sin dejar de mirarse.

Esperaban llegar a ese momento donde todo sería mucho más feliz. Donde podrían enseñar de su experiencia. Donde ellos recordarían todo el crecimiento que tuvieron como personas... desde que en sus vidas supieron que una persona especial le apoyaría y sobre todo crecería y amaría a su lado...




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