ME TUMBO EN LA CAMA. Estaba completamente exhausta. Ander se apoya en mi hombro, el también estaba muy cansado por la quimio. Nos estaba afectando a los dos, más a el obviamente, dada las circunstancias. Se acerca más a mi y me acaricia las manos.
— Que frías tienes las manos. — exclama y volteo a mirarlo.
— Hace demasiado frió afuera. — le sonrió y acaricio su cabello pero en el segundo donde suelto el agarre un mechón se queda entre mis dedos dejándome estupefacta.
Ander al ver el mechón de su cabello entre mis dedos se levanta asustado tocándose la cabeza.
— Ander...— me levanto junto a el. — Es algo que sabíamos que iba a ocurrir tarde o temprano ¿Vale? No pasa nada.
— Tu no te has visto la cara. — dice frustrado.
— Cariño...
— Solo no vuelvas a decir que no pasa nada. — exclama con la voz entrecortada. — Si que pasa, la quimio me esta jodiendo vivo y estoy acojonado. Se que tu también lo estas.
— Sabes que las palabras de aliento nunca han sido mi fuerte pero saldremos de esta ¿Vale? — apoyo mi frente en el brazo de Ander esperando reconfortarlo por todo lo que esta sucediendo.
— Se va a caer de a pocos. — pone su brazo alrededor de mi cuello y me da un beso en la frente. — Creo que sera mejor terminar con esto de una vez y quitarlo ¿No?
Ambos nos paramos y vamos directo al baño. Ander busca en los cajones, saca su maquina de afeitar y me lo entrega. Se acomoda en la bañera y yo prendo el aparato, me acomodo y poco a poco sus rizos van cayendo. Algunas lagrimas ruedan por las mejillas de Ander y cuando veo que cae el ultimo rizo al suelo, lo abrazo mientras se me escapan breves sollozos.
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— ¿ESTAS SEGURO QUE QUIERES HACER ESTO TU SOLO? — le pregunto a Ander. — ¿No quieres que te acompañe cuando lo digas?
— Ya es mucho que me vayan a mirar con lastima a mi, no quiero que también lo hagan contigo.
— Vale, cariño. — ambos nos detenemos en la puerta del salón.
— Es hora. — susurra Ander y entramos al salón de clases.
— ¡Epa! ¡Guau! — exclama Valerio al ver a Ander con la cabeza rapada. — Guapo.
— Uy. — lo mira Lucrecia.
Ander se queda parado al frente de la clase y aprieto fuertemente su mano dándole fuerza para luego dirigirme a mi asiento.
— Es por la quimio. — anuncia viendo a todos. — Tengo cáncer. — la cara de todas las personas presentes en el salón cambia radicalmente. — Supongo que tendréis muchas preguntas que que queréis hacérmelas a mi o Gabriela pero para eso esta la Wikipedia ¿Vale? — camina hacia su sitio. — Que yo me canso muy rápido y Gabriela no esta para gilipolleces. — le doy la mano y el profesor da por comenzada la clase.
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— YO LE ODIABA. — exclama Ander. — Le echaba la culpa de mi enfermedad. La botella de champán se rompió, el cuello cayo junto al baño, fui a recogerlo para tirarlo y Polo estaba allí.
— ¿Qué estas hablando, Ander? — lo miro confundida.
— Así que no me pude contener. Le clave un cristal en el corazón.
— ¿Estas loco? ¿Cómo vas a confesar eso? ¿Qué es lo que te sucede? — su negatividad me estaba empezando a hartar.
— ¿Qué mas da? — su semblante se entristece por completo. — Si estoy casi muerto.
— A pesar de todo, me preocupo por ti ¿Vale? Así que no voy a dejar que te inmoles por proteger a nadie.
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— ¿Y DESDE HACE CUANTO ESTA ASÍ? — pregunta Lucrecia.
— Hace meses. — respondo.
— Gabriela es la que sabe más, yo me entere hace poco. — menciona Guzmán.
— ¿Qué dicen los médicos?
— Pues no mucho. — suspiro. — Que le queda poco para acabar la quimio y que veremos entonces.
— No dicen nada en concreto, en realidad. — Guzmán me acaricia la mano dándome fuerza.
— Bueno pero se curara ¿No? — Carla pregunta y no sabia ni que contestarle.
— Claro que se va a curar. — exclama Polo con la voz entrecortada. — Es Ander, no se merece esto.
— No todo el mundo tiene lo que se merece. — suelta Guzmán mirando a Polo fijamente.
— Ya mucho tengo con todo lo que esta pasando como para verlos discutir. — me levanto de mi sitio y dejo el comedor sintiendo la voz de Guzmán llamándome.
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— ¿VALERIO? — exclamo al verlo mientras cerraba mi taquilla. — Me has asustado no puedes presentarte como un chaval normal, joder.
— Lo siento... — me mira apenado y eso activa mis sensores.
La mirada de lastima que te otorgan tus propios amigos es lo que mas duele.
— Sigo siendo yo ¿Sabes? No tienes porque tratarme como una muñeca frágil que esta apunto de romperse.
—Es una putada lo que le esta pasando, guapa — suspira. — De verdad no sabia nada si no no le hubiese hecho ninguna broma al verlo entrar al salón.
—El estaba cansado de disimular. — murmuro. — La verdad, todo esta siendo mas largo de lo que esperábamos.
— ¿Y tú cómo estas?
— ¿Eso qué mas da? Ahora lo importante es el. — se me forma un nudo en la garganta. — Intento que salga, que se divierta, que se olvide de todo pero es complicado.
— El tiene mucha suerte en tenerte ¿Sabes? — me abraza. — Muchísima suerte, preciosa.
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— ¿QUÉ HACES AQUÍ? — le pregunta Ander a Polo quien viene caminando hacia su casa.
— Si pudiera hacer algo por ti...— Polo se pone frente nuestro. — Si necesitas dinero yo podría conseguirte los mejores médicos, tío.
— ¿En que país crees que vivimos, Polo? — le pregunta Ander. — Ya tengo acceso a los mejores médicos y sin estar forrado, ni ser la obra de caridad de Gabriela, Guzmán o la tuya.
— Ander...— intervengo a ver a Polo cabizbajo.
— Tu todo lo arreglas con pasta ¿No?
— Yo solo quiero ayudarte. — exclama Polo mirando al piso. — Pero no sé cómo.
— ¿Tienes algo que hacer? — le pregunta Ander a Polo. — Gabriela y yo estamos aburridos de cojones.
— Si venga Polo. — lo animo. — Como en los viejos tiempos ¿Vale?
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BEBO DE LA BOTELLA DE RON que me ha dado Ander mientras que Polo y el empiezan a prender sus cigarrillos.
— ¿Cuántas sesiones de quimio quedan? — pregunta Polo.
— Pues no lo se. — responde Ander. — La semana que viene tengo la última.
— Luego le tendrán que dar las pruebas y le dirán si tiene que volver. — intervengo.
— Ya. — exclama Polo apenado. — ¿Te quedas muy jodido luego?
— Gabriela dice que parezco la niña del exorcista. — me rió y afirmo.
— ¿Qué tal van ustedes dos con todo lo que esta pasando?
— Es un poco putada todo esto ¿No? — me mira y asiento. — No tocaba.
— Es complicado, Polo. —le doy una calada del cigarro. — Pero ahí vamos.
— Los momentos mas chungos sirven para saber quienes están de tu lado. — Polo nos mira.
— ¿Lo dices por Cayetana o que? — pregunto.
— Y por Valerio... — Ander lo mira confundido y yo suelto una carcajada, sabia todo lo que hacían esos tres gracias a Valerio y su afán de meterse en tríos.
— ¿Le pones los cuernos con Valerio? — pregunta Ander con una pequeña sonrisa.
— No, nada de cuernos. — exclama Polo indignado. — Os juro.
— Entonces...
— Pero que...— titubea. — Estamos los tres juntos.
— Polito. — le doy una palmadita en el brazo. — Al final vas a ser el que mas folla.
— Nosotros también follamos mucho. — menciona Ander, le doy un golpe en el brazo y Polo ríe.— Auch, pero es la verdad.
— Pero quiero que entiendan que no va solo de follar la cosa ¿Saben? Es como que hay algo mas. — lo analizo, sabia por Valerio que lo suyo con Cayetana y Polo solo era un juego, pero Polo lo estaba tomando muy seriamente. — Supongo que no es lo mas normal pero ¿Qué más da ser normal si puedes ser feliz?
— Joder, que zen te has puesto y casi no has dado ni una calada. — me rió.
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LLEGO TEMPRANO A CLASE, muy temprano en realidad. No había presencia de ningún alumno en el salón. Suspiro, había madrugado para acompañar a Ander a su sesión de quimio, pero me había llamado para decirme que hoy iría con su padre, solo los dos, para hablar de algunos temas y que vendría a la segunda hora.
Prendo mi portátil y me pongo a revisar algunos mensajes que tenia pendientes hasta que siento que alguien entra al salón de clases y se pone frente mio.
— Hola. — digo al mirar a Carla. — ¿Pasa algo? Digo porque te has quedado mirando sin decirme nada.
— No tienes que estar a la defensiva todo el tiempo ¿Sabes?
— Tienes razón. — volteo a mirarla. — Me he levantado muy temprano y tu sabes que no se me da bien madrugar.
— Ya. — sonríe. — Claro que lo se, si la única forma de hacerte venir a un evento en la mañana era que yo durmiera en tu casa el dia anterior para despertarte.
— Viejos tiempos. — le devuelvo la sonrisa y ella me abraza sorprendiéndome.
— Lo siento mucho, Gabriela. — susurra. — No me imagino lo que es pasar todo lo que te esta sucediendo ahora. Es una mierda que le haya pasado esto a Ander.
— Es complicado, Carla pero se que saldremos de esta. — trato de sonreír pero sale una mueca. — Gracias.
— ¿Cómo lo lleváis? — me pregunta.
— Lo llevo como puedo, supongo. — suspiro. — Trato de ser fuerte por el pero es doloroso verlo así. ¿Tú como estas? — cambio de tema. — Te he visto en los pasillos con Yeray, la verdad me sorprendió mucho cuando Lucrecia me dijo que tu y el son novios.
— Si bueno, algo así. — frunce el ceño. — Es complicado pero supongo que si estamos juntos.
— ¿Pasa algo? — le pregunto.
— Solo te diré que mi padre sigue siendo el mismo gilipollas de siempre. — exclama frustrada.
— Ya. — sonríe. — Dime algo que no sepa. Se que estamos algo alejadas, Carla pero puedes contar conmigo ¿Vale?
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— GUZMÁN ¿VAS A IR A LA FIESTA? — le pregunto cuando veo a Guzmán llegando del receso.
— Gabriela se ha empeñado en que vaya para que no este solo en casa. —menciona Ander.
— ¿No irán con su amiguito Polo? — exclama molesto. — Os vi anoche, en tu casa. Os lo estabais pasando de puta madre.
— Enserio, vamos a pelear por eso. — exclamo frustrada y Ander se voltea para no ver a Guzmán.
— Ya esta ¿No? — continua Guzmán. — Nos olvidamos de todo y hacemos como si no hubiese pasado nada.
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— ESTABA BAILANDO y de pronto veo que a alguien se le cae una botella. — miro a la inspectora. — Voy con intención de recogerlo para prevenir algún accidente pero ya se me habían adelantado.
— ¿Y entonces? — pregunta la inspectora.
— Volteo y veo a alguien entrar al baño justo detrás de Polo.
— ¿Quién?
— Carla. — menciono. — No se si cogió el cuello de la botella pero se metió al baño justo después de Polo.
—¿La viste con tus propios ojos a Carla?
— Si.
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NOS SENTAMOS EN LA BARRA y saludamos a Omar. — ¿Cómo estáis? Nadia me contó. Lo siento mucho, Ander.
—Es una mierda pero ahí vamos. — le contesta Ander. — No se que coño hago aquí. — exclama Ander.
— Lo que todos, Ander. — Omar le entrega una botella de agua. — Pues pasarla bien con tremendo bombón de novia que tienes.
— Venga. — sonrió. — Tienes que soltarte y hacerle caso a Omar.
Ander me devuelve la sonrisa pero se pone rígido cuando ve a Guzmán entrando a la fiesta, va tras de el y yo le sigo el paso. Guzmán nos ve y voltea, nos estaba evitando.
— Guzmán. — alza la voz Ander.— ¿El lunes tampoco vendrás al hospital?
— Seguro que ya tienen otro amigo que os acompañe. — exclama.
— Mira. — Ander se pone serio y me da la mano. — El rencor es un lujo que no me puedo permitir. No puedo, porque no se cuanto tiempo mas voy a estar aquí.
— Ander...— me dolían sus palabras.
— Es la verdad, Gabriela. — murmura. — Si me quedan meses ¿Prefieres no verme nunca más? — le pregunta a Guzmán. — Si hubieses sabido lo de Marina ¿No te hubiese gustado olvidar lo que te sacaba de quicio de ella para estar a su lado?
Guzmán no le responde.
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EN LA SALA DE ESPERA, todos estábamos nerviosos. Ander no paraba de temblar y Azucena estaba mas desesperada que nunca por saber si la quimio ha funcionado con Ander.
— A ver si entramos ya. — suspira. — No puedo mas con esto.
Azucena se levanta de su asiento, dejándonos a los cuatro solos. Nos miramos entre todos, no decimos palabra alguna pero sabemos que por más que todo se haya ido a la mierda siempre vamos a estar apoyándonos.
Siempre.