Nos miramos como si de una película de terror se tratase. Ese momento en el que los protagonistas se dan cuenta que algo va mal, muy mal. Y con todo y el griterío que se formo en esa casa yo tuve las agallas de preguntarle.
-¿Y si lo dejamos para mañana?
-¿Y si mejor salimos corriendo?- Respondió con su voz rasposa.
Lo mas rápido que pude agarre mis cositas sin detenerme a examinar quien gano. Por su parte recogió el juego de cartas, sus billetes y su reloj en su bolsillo. Como la multitud salí abriéndome paso entre la multitud que pasaba como si fuese un embudo por la única puerta de la sala de juegos.
Con extrañeza mire a Ambrose correr en mi misma dirección. Con manos temblorosas palpe el interior de mi sudadera sin encontrar mis llaves. Cuando sentí rocas caer directo a mi estomago la conseguí por fin. Con un pequeño sonido se abrieron las puertas de mi auto y el asustado Harold que daba saltitos nerviosos esperando entrar y refugiarse se tiro al interior del auto.
El señor D se detuvo junto a mi. Dio un pequeño silbido de apreciación y me entrego el dinero y la cadena que aposto Adam.
-Esto es de tu amigo, ah y por cierto, quiero la revancha.-Me guiño un ojo, gesto ya tan propio de el.
Por supuesto el deportivo junto a mi transporte tenia que ser suyo.
-Oh, cobrare mi premio. Mas vale que no huyas Ambrose.-Le sonreí antes de entrar al auto.
-¿¡Podemos irnos ya!?- Grito un alterado Harold.
Apenas estuvimos un par de cuadras lejos de la conmoción llamamos a asociación para verificar que todos estuvieran bien. Afortunadamente de los cinco uno se quedo en su casa, los azabaches vaya que estaban pasándola de maravilla, el fresita salio en ropa interior al escuchar el estruendo quedando en vídeos y miles de fotos. Ah, y ni hablar de Marsh, mi tercer mejor amigo quien llego cuando no quedaba nadie. A diferencia de todos, este ultimo es el mas amargado, nos costo como nadie incitarlo a llegar, siempre muy serio pero cuando quiere y te deja conocerlo, ¡ay!, te dan ganas de huir, no conocerás a nadie mas pervertido que el.
Después de dejar a Har en su casita di un par de vueltas por la cuidad, pero finalmente, llegue a mi casa totalmente sobria.
(Desconocido)
Mi plan en marcha, una pequeña venganza por todo lo que me hizo. Anastacia Davis dejo un hoyo en mi ser, imposible de rellenar.
Llevo observándola durante mucho, mucho tiempo. Desde que esa pequeña indeseable llego a la ciudad su estúpido ser la hacia atractiva hacia todas las personas, llevándose seguidores y atrayendo toda la atención. Pero existían unos pocos inmunes a su apariencia.
Aquellos que están dispuestos a acabarla, aquellos que la envidian, detestan, aquellos que la destruirán.
(Dalton)
Caminaba apresurado por los pasillos, con unas ganas inmensas de ir al baño. Paso tras paso lo contaba tratando de calmar mi mente, pero el choque con una pequeña rubia detuvo mi cuenta.
Stacy Houston sonrió apenada con sus enormes ojos verdes. Rápidamente me saco conversación, a pesar de saber que tenia un compromiso obligatorio conmigo mismo, me pareció agradable charlar con alguien los minutos después de terminar todas las clases en el instituto.
Compartíamos un par de clases juntos, pero nunca paso mas que un saludo general.
Pronto se volvió casi un habito que todos los días nos sentáramos en mi banqueta habitual a la espera de largarme de aquí.
Seguimos nuestra conversación amena hasta que un par de chicos llamaron nuestra atención.
La chica sostenía una sonrisa sarcástica mientras disimuladamente detrás de su espalda pasaba el pulgar al indice y así con todos sus dedos ritmicamente, supongo que es algo así como para calamar la rabia que estuviese pasando con el enano irritable de Alex Houston.
Susurraban pero la enemistad de esos dos se podía notar en cualquier parte.
Stacy se levanto sin decir nada y corrió a posicionarse junto a su hermano.
(Anastacia D)
Un empujón por parte de la zorra de Stacy Houston provoco que retrocediera un paso. Me trague las ganas de lanzarme y acortarle su largo cabello rubio. Me disidí por darle una ultima advertencia antes de golpearla contra el pavimento. Quería de cobrarme todas las provocaciones de años.
-Si tienes la voluntad de volverme a tocar te partiré la cara de tres maneras diferentes ¿entendiste? y no me lo va a impedir nadie. -Tuve la pequeña esperanza que se iria asustada. Pero para mi suerte no lo hizo, no quedaría en ridículo.
Sonrió maliciosa y ataco.
Pellizco mi mejilla y me empujo por segunda vez.
Cerré mi puño y con todo el placer de mundo impacte contra su lindo ojo y nariz.
Contuvieron el aire los estudiantes mas cercanos, mientras que los mas lejanos corrían a hacer un circulo alrededor.
Houston tomo un mechón de mi cabello jalándolo con demasiada fuerza. Doble su brazo hasta que tubo mas opción que soltarlo. El impacto de su mano contra mi cara ardió al rato, pero al sentir la adrenalina en mi cuerpo ame el momento. Le di una patada que le saco el aire quedando tumbada en el suelo. Me agache con mi rodilla en su garganta pero a pesar de todo pudo lanzar un pequeño grito hacia la persona con su mano en mi hombro.
-..¡Dalton ayudame!
Me levante acomodando mi mochila en mi hombro, la cual callo a un lado de la pelea. Toda la escuela se encontraba al rededor, pero ningún amigo, solo un par de conocidos quienes me sonreían y otro par que me insultaban cuando me abrí paso empujando a todos.
No sin antes ver la sonrisa plena de su hermano
(una hora antes)
Con toda la molestia que se albergaba en mi cuerpo como sede principal camine por todo el campus hasta llegar de nuevo a la entrada de la enorme institución en la que pasaba la mayor parte del dia, y probablemente de mi vida.
Con un estupido pase rojo en una mano y el hombro de mi mochila en la otra pasaba mi malgenio en silensio. El ticket rojo lo conseguí gracias a mi llegada tarde, pero sinseramente, el dia de hoy me pase, ¿Tres horas tarde? eso es pasarse.
Y para colmo de males, tenia que pasar el hermano del mal. Trate de ignorarlo esquivandolo por el pasillo, pero me intercepo como la moyoria de las veses hacia.
-¿Tu otra vez?- Hable con desgano.
-Quiero hablar contigo.
-Tengo prisa, tu sabes, debí llegar hace tres horas.
-Me gustas, te amo desde hace dos años...-Tomo mi muñeca cuando me disponia a seguir con mi camino.
Suspire, lo sabia.
-Sabes lo que pienso de eso. No me amas realmente, si lo hicieras no me hubiesess tratado tan mal en el pasado, incluso ahora. -Señale el fuerte apretamiento de su mano en mi muñeca, hasta enterrar sus escasas uñas en mi piel. Me safe lo mas que pude, dejo mi mano roja. El imbesil me miraba directo a los ojos, en realidad no tengo una idea de que buscaba en ellos. Voldemor debe ser masoquista, es la unica excusa.- Relajate, y ve a clase.-Le di una media sonrisa.
-No te escaparas de mi tan facilmente.
-Eso sono muy psicotico. -Le guiñe un ojo antes de regresar a mi ultima clase.
No dure mucho, al salir del instituto y sentarme en mi banca de siempre a esperar que mama se dignara a pasar, Voldemort llevo a cavo su siniestro plan.
En medio de la pequeña plaza frente al instituto se encontraba una estatua con la cabeza del fundador, donde al unineuronal no le importo subirse y ponerle los pies en la cara. Como un estúpido llamado grito para que todos voltearan a verle, y este chico al ser tan polémico, ¿como no hacerlo? con la mitad del instituto en el patio un gran circulo de chismosos se dibujo al rededor de el. Desde mi banca trate de dirigir mi vista hacia cualquier lugar pero el bullicio se torno demasiado escandaloso, sobretodo cuando se empezó a gritar mi nombre.
Tome mi botella de agua y le di un gran sorbo. Pensando en las pocas maneras de rechazar al innombrable, las pocas que no he intentado ya.
-...Anastacia, tuyo es mi amor, tuyo mi corazon. Haria tantas cosas po ti, lo que quisieras, me tienes a tu merced, podremos ser felices. Dame una oportunidad, -bajo de la estatua. Debi tomar otro trago solo para no soltar una carcajada por tanta palabreria barata reunida en un solo lugar. Imagine mi cara, y me rei mentalmente. Me levante de mi asiento para cuando Voldemort se hayaba frente a mi.-Anastacia... ¿Serias mi novia?.-Esto ya sonaba como una propuesta de matrimonio, asi que saque toda la bondad de mi ser y me incline junto a su oido, para que no pudiera escuchar lo que le iba a decir.
-Escucha, para que no pases tanta pena, vamonos caminando como si lo estuvieramos hablando ¿si?.- me alege un poco dispuesta a tomar mi cosas pero no llegue ni a voltear. Tomo mi cuello desprevenidamente y unio nuestras bocas de una manera que casi me hace vomitar. Lo empuje como pude y disimuladamente limpie mi boca.-¿No aprendes o algo asi? carajo unineuronal, que parte no entendist de re-la-ja-te. -mire a nuestro alrededor, la gente se disipo desde que comenzamos a hablar pero no desde muy lejor prestaban atencion a cualquier movimiento.
-Te lo dije, no te safaraz de mi, al menos no tan fasilmente.-Hablo por fin.
-¿Que significa eso? -El famoso e inoportuno tic nervioso en mi ojo se hizo resente, siempre lo hace cuando estoy a punto de golpear a quien se atraviese. No se si sera muy importante mencionar esto, y mas en estos momentos pero la psicóloga me diagnostico "problemas de ira y mucha violencia" (imaginen a mi imitando su voz aguda y de recién graduada) desde entonces estoy en un salon de yoga al que nunca voy y tengo una pequeña liga negra en mi muñeca. Se supone que al jalarla y esta impactar en un pequeo pellizco mi mente se enfocara en la ralidad y no correre a partirle la cara a estúpido de enfrente. Senti el ardor en mi muñeca de nuevo, pero no me calmaba, nunca lo hacia.
Su estupida hermana se paro con aires de egosentrismo junto a su hermano.
Y el resto ya lo deben saber.