Pureza de sangre.

By DaniaVelascoBartolo

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La heroína de guerra Hermione Granger es contactada por el ministro Kingsley Shacklebolt a unos pocos meses d... More

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XXXI
Epílogo

XIII

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By DaniaVelascoBartolo

Capítulo 13. Sortilegios Weasley.

Habían pasado cerca de tres semanas desde que habían iniciado las clases en Hogwarts, me escribía con Pansy casi todos los días, y sin darme cuenta había comenzado a escribirme seguido con Malfoy. Una carta para informarle sobre la poción se había convertido en otra y otra, hasta que nos encontramos en una rutina de mandarnos cartas contando cómo nos iba.

Harry había iniciado la escuela de aurores, se escapaba los fines de semana para verme y charlar conmigo, él y Ginny aún seguían juntos, pero notaba que, al menos él, ya no era feliz, las pocas veces que le había llegado una lechuza de parte de su novia él simplemente la ignoraba.

Mi relación con los Parkinson no podía estar mejor, de repente ya me sabía todas las travesuras de Pansy, sus viajes, sus momentos felices y sus tradiciones, me sorprendía cada día al notar que no eran tan malos como pensaba.

Por las noches aún veía la fotografía de los Granger con cierta tristeza, sabía que estaban bien, me había encargado de investigarlo, los amaba y siempre estaría agradecida por todo lo que hicieron por mí.

Ví como una lechuza tocaba con su pico la ventana, la abrí cuestionando de quién sería, conocía muy bien las lechuzas de Malfoy, de Pansy y de Harry y en definitiva, ésa no era de ellos. Le di una golosina mientras tomaba la carta.

"Lo siento, Hermione.

Sé que me comporté como un completo idiota, pero, ¿Cuándo no?

Soy algo torpe y brusco en temas delicados, me estaba costando digerir toda esa información y me desquité contigo.

No tienes la culpa de nada, Herms.

Quisiera hablar en persona contigo, sé que no lo merezco, pero te suplico otra oportunidad, déjame arreglar este desastre.

¿Mañana en sortilegios Weasley te parece bien?

Lo siento, de verdad, te quiero.

Ron."

No podía creerlo, había deseado esto casi todas las noches desde que estaba con mi nueva familia... pero, ahora que la tenía en mis manos, no sabía qué hacer con ella.

De inmediato recordé un fragmento de la carta que había recibido ayer de Malfoy, me había dicho que las personas que realmente te quieren nunca te abandonan y podía comprobarlo con Harry, pero el pelirrojo era otra historia.

Ahora que lo pensaba, ni siquiera recordaba la razón por la que salía con él, me había hecho llorar en más ocasiones de las que pensaba, pero siempre pasaba lo mismo, yo acababa perdonando sus errores.

Un toque en mi puerta distrajo mis pensamientos.

—Hermione— era la voz de mi madre— ¿Puedo pasar?— después de recibir mi afirmativa la ví entrar a mi recámara con una dulce sonrisa—¿De Harry?— dijo al ver la lechuza y la carta en mis manos.

—Ronald Weasley— se sorprendió un poco, pero de inmediato lo disimuló mientras se sentaba en mi cama— me ha enviado una carta pidiendo que nos veamos— me miró esperando que continuara a lo que yo suspiré— ¿Crees que deba verlo?

—Hermione... No sé qué haya pasado entre tú y él, pero por lo que me contaste el otro día, no sé si sea lo mejor para ti...

—Sí, sé que Ron ha hecho bastantes cosas lamentables, pero él es así...

—¿Y solo por eso tienes que perdonarlo?— se acercó a mí acomodando mi cabello en un gesto cariñoso— querida, no tienes porqué justificar los actos de alguien con un simple "él es así" y mucho menos a alguien que te ha provocado tantas tristezas— suspiré sin decir nada, ella tenía razón, ¿Cuántas veces tan solo en este transcurso de mi vida había perdonado a Ron por un "él es así"?— sin embargo, considero que todos merecen una segunda oportunidad, siempre estamos listos para cambiar, quizás él ya haya entendido que no puede seguir así y decidió empezar de nuevo— releí la carta mientras ella aún acariciaba mi cabello— ¿Qué piensas hacer, Hermione?

—Voy a hablar con él— me aparté para buscar tinta y un pergamino— todo este cambio en mi vida fue duro para mí, no puedo culpar a Ron por reaccionar de una forma tan impulsiva... además, lo quiero.— ella asintió.

—Te dejaré un momento, solo venía para ver cómo te sentías— me abrazó para después salir.

Después de muchos pergaminos hechos bolita por fin había terminado la carta.

"Hola, Ronald:

Creo que yo tampoco reaccioné como debía.

Estaré ahí al medio día.

Hermione Jean"

Aún me costaba firmar mis cartas con mi apellido, prefería usar mi segundo nombre, era como mantener una parte de los Granger conmigo.

Puse la carta en la lechuza dejando que se marchara, ya estaba anocheciendo, así que preferí saltarme la cena, mañana sería un día difícil y desgastante, por lo tanto me acosté lista para dormir.

Me desperté, no tenía ganas de ir a sortilegios Weasley, porque no tenía idea de cómo reaccionar o qué decir, pero debía hacerlo, aunque fuera solo por mí paz mental.

Mika apareció en mi alcoba y se sorprendió al encontrarme despierta.

—Mika ha venido a informar que ya está listo el desayuno, ama— en cuanto giré a verla, solo bajó la mirada, estaba segura de que no era por miedo, pero sí por timidez.

—No me digas ama, Mika, solo Hermione ¿Bien?—había hablado con mi padre de los elfos y de mi idea de que debían trabajar libremente y con goce de sueldo, pero parecía que no todos eran como Dobby, al menos los de la mansión estaban contentos trabajando, claro que después de días y días de inasistencia, habían accedido a usar vestimenta limpia y en buenas condiciones.

—Como diga, señorita Hermione— rodé los ojos, sabía que me iba a costar, pero no iba a permitir que Mika siguiera hablándome con tanta formalidad, me incomodaba.—¿Desea algo más?

—¿Me ayudarías a escoger algo para ponerme?— levantó la mirada con emoción, pero de inmediato volvió a bajarla— por favor, te lo suplico.

—Señorita Hermione... Mika no puede ayudarla, Mika no sabe nada de moda— en su voz noté que de verdad se sentía mal de no poder ayudarme.

—Solo dime si te gusta ¿De acuerdo?— después de mucha insistencia accedió, así que me apresuré a bajar a desayunar para después ducharme.

—¿Estás segura?— giré a verla, llevaba un pantalón negro de mezclilla y una camiseta blanca de tirantes, era algo muy informal, pero solo iría a ver a Ron ¿Por qué necesitaba arreglarme más?

—A Mika le gusta como se ve la señorita Hermione— la elfina había demostrado lo mucho que le gustaba el recibir ése tipo de atención de mi parte, así que a mí me gustaba dársela, ella merecía sentirse cómoda.

Me puse unas zapatillas deportivas y me despedí de Mika.

—¿Irás con el jóven Weasley?— me encontré a mi madre al terminar de bajar las escaleras, leía junto a mi padre.

—Sí, aunque sea quiero escuchar qué quiere decirme— ví como mi padre se abstenía de hacer un comentario, lo entendía, una cosa era que aceptara a Harry y otra muy distinta era Ron.— volveré más tarde ¿Bien?— le di un abrazo corto a ambos y me adentré a la chimenea— sortilegios Weasley.

Al llegar sacudí un poco mi ropa y ví a un Ron que caminaba de lado a lado, en cuanto notó mi presencia se detuvo.

—Hola.

—Hermione, yo... ¿Quieres sentarte? ¿Quieres agua? ¿Jugo de calabaza? ¿Una cerveza de mantequilla? ¿Ranas de chocolate? ¿Regaliz? Si quieres algo puedes...— alcé una mano para detenerlo.

—Estoy bien, gracias— reí al notar sus nervios, sí, ése era el chico al que extrañaba, el torpe que se ponía nervioso.

—Lo siento, lo siento tanto, Herms, es solo que no supe como reaccionar y suelo ser un idiota cuando entro en pánico— se sentó y me invitó a hacer lo mismo, estábamos en la que supuse era la oficina de George.— Y luego saber que ibas a estar rodeada de gente que nos desprecia, pensé que iba a perderte, para colmo te ví ése día con el hurón y no supe cómo pasó, pero los celos se apoderaron de mí— intentó tomar mi mano pero la aparté— dije cosas que no debí y que Malfoy te defendiera solo me hizo pensar que tú ya salías con él. Él es tan... Él, ¿Cómo un pobretón como yo iba a ser competencia para un sangre pura como él?

—Si realmente me conocieras, sabrías que el dinero no me ha importado nunca.

—Claro que sé que a ti no, pero ¿Y los Parkinson? ¿Ellos dejarían que fueras novia de un traidor a la sangre?

—Me quieren y respetan mis decisiones.

—¿Entonces por qué te abandonaron, Herms?

—Son cosas que no te importan.

—Solo ponte en mi lugar, ¿Qué habrías hecho tú?

—Hubiera hecho lo que está haciendo Harry, apoyar a los que quiero sin condicionar nada.— me levanté, las cosas no estaban saliendo como esperaba y no quería llorar de nuevo.

—Siempre soy el que toma decisiones tontas.

—¿Y esa es una razón para perdonarte? Ron, ¿Sabes el daño que me causó el simple hecho de que soltaras mi mano cuando más te necesitaba? Estaba destrozada, quería apoyo de mi novio ¿Y qué hiciste tú? Soltarme como si te diera asco.

—Lo siento, de verdad.—nos quedamos en silencio un momento, no sabía qué hacer, lo quería y en el fondo aún creía que sentía algo más por él.— sé que no merezco que me veas ni en pinturas, pero ¿Es mucho pedir que me perdones? Te quiero, Mione, te quiero demasiado y no quiero perderte por mis errores.— se acercó y no se lo impedí esta vez— una última oportunidad, por favor— tomó mi mano.— solo eso quiero.— me abrazó, pero no me brindaba esa seguridad que me daba antes, ya no sentía lo mismo que cuando estábamos en Hogwarts, ya no sabía si valía la pena una amistad con él.

—Ron...

—Por favor, no me dejes— me apretó entre sus brazos, pero a cada minuto solo confirmaba que, al menos para mí, ése abrazo no significaba nada.

—Solo como amigos— lo aparté despacio.—es lo único que puedo ofrecer.— me sonrió con melancolía y se tomó un momento para solo mirarme.

—Gracias Hermione, eso me basta— me dió un corto abrazo— ¿Quieres echarle un vistazo a la tienda antes de irte? George ha hecho cosas increíbles— asentí contenta por mí decisión, tal vez el pelirrojo y yo funcionamos bien como amigos.

Después de una tarde divertida en compañía de Ron y George, regresé a casa algo cansada, pero feliz, me había sentido bien con ellos, era como si nada hubiera cambiado, pero sabía que las cosas ya eran muy diferentes.

Me contaron que Ginny había tenido que volver a Hogwarts aunque no estaban muy convencidos de que eso le ayudara, estaban todos muy dañados por la muerte de Fred y volver al colegio donde todo había pasado podía ser contraproducente para ella, pero, por lo que ella les había dicho en sus cartas, parecía estar a gusto.

Molly estaba recuperándose de la ausencia de su hijo, ya se veía más sonriente, al igual que el señor Weasley.

Me invitaron a almorzar un día de las vacaciones a la madriguera junto con Harry, pero aún tendría que pensarlo.

Cené con mis padres y fui un rato a la biblioteca privada que tenían, en definitiva era mi parte favorita de la casa, podía pasarme horas ahí, era más grande que la de Hogwarts y tenía libros que nunca habría imaginado que existían.

—Señorita Hermione— estaba tan concentrada en mi lectura que ni siquiera había notado la presencia de Mika hasta que ésta habló— le ha llegado una lechuza con una carta del señor Potter, Mika se la ha traído— con una sonrisa recibí la carta que me ofrecía y después de agradecerle se marchó.

"Hola, Herms:

Hoy recibí una carta de Ginny, y no sé, tal vez deberías hablar con ella.

Lo disimula muy bien, pero creo que te extraña.

¿Podrías escribirle? Sabes cómo es, no va a dejar su orgullo.

Piénsalo.

Te veo este sábado.

Harry P."

Pensé un momento, ya había perdonado a Ron, ¿Qué más perdía por hablar con Ginny? Ella siempre me había apoyado y me imaginaba lo que debía estar pasando en el colegio, estaba segura de que solo fingía estar bien para no preocupar a sus hermanos.

Y a Harry no le iba a contar cómo se sentía sobre lo que pasó con Fred, porque me lo confesó un día en la madriguera, se sentía egoísta hablando con Harry sobre su dolor, ya que entendía que él sufrió mucho más que ella y no quería agobiarlo.

Y bueno, ¿Qué tenía que perder yo?

Cerré mi libro decidida a escribirle a la menor de los Weasley.

Una vez lista la carta, fui al patio para buscar la lechuza que me habían obsequiado mis padres, suponía que en Hogwarts era hora de la cena, así que Ginny estaría despierta para recibir mi carta.

"Hola, Ginny:

He hablado con tus hermanos hoy, me han contado que regresaste a Hogwarts, ¿Cómo lo llevas?

Puedes contar conmigo, lo siento mucho por haberte hecho a un lado cuando pasó todo esto.

No tienes que fingir que estás bien, al menos no conmigo.

Hermione Jean."

No estaba muy segura de que me respondería, pero valía la pena intentarlo.

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