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Sana se cubrió la nariz mientras estornudaba, no pude evitar sonreir de lado al ver esa escena, pues tenía puesto un cubrebocas.
― ¿Tengo algo? ― preguntó.
― ¿Que? ― levanté la ceja. ― No.
― ¿Entonces de que te ríes? ― dejo de escribir en la computadora para verme directamente a los ojos.
― Nada ― corrí mi vista hacía el libro. ― me acorde de un meme.
― ¡Ah! ― movió la cabeza y volvió a tipear en la laptop.
Estábamos sentada en la mesa donde acostumbraba cenar, haciendo el trabajo de biología.
Si bien tengo un escritorio en mi habitación me hace sentir un poco incomoda que ella esté allí.
― ¡Oh! ― Sana se cubrió la boca y me miro.
― ¿Que paso? ― me levante, rodee la mesa para ver lo que tanto le había sorprendido.
― Se apago ― toco el botón de encendido unas cuantas veces. ― dije que necesitaba el cargador.
― Pensaba que no se apagaría tan de prisa. ― pase la mano por mi cabello con frustración.
― Solo buscalo. ― habló de mala gana la Japonesa.
Subí de dos en dos los escalones y busque el bendito cargador, me apresure para llevarlo.
Lo enchufe y me senté al lado de Sana expectante.
― Mierda ― fue lo único que salio de mi boca al darme cuenta que la mitad del trabajo se había eliminado por completo.
― Esto es para el martes y nisiquiera íbamos por la mitad ― Sana golpeo la mesa con su mano en forma de un puño.
― Lo siento, no quería que esto pasara ― respondí a la defensiva.
― Entonces debiste escucharme ― la chica choco su espalda con el respaldar de la silla. ― Mierda, Kim. Son sesenta puntos y apenas íbamos once.
― Ya dije que no era mi intención, Sana. ― levanté un poco la voz.
― Esos once puntos nos llevaron dos días. ― cruzó sus brazos.
― Los haré yo. ― siendo sincera un poco de culpa sentía.
― No, esto es un trabajo en equipo. ― suspiró y retiró su cubrebocas.
― Bien. ― exclame apenas audible. ― ¿Hacemos una pausa?.
― ¿Una pausa? ― abrió los ojos de par en par. ― ¿Después de que nuestro trabajo fue eliminado casi por completo? ― negó con la cabeza.
― ¿Quieres galletas? ― ofrecí. ― ¿O algo para beber?
― Agua. ― me levante de su lado y fui a buscar lo que me había pedido. ― Gracias.
― Sana... ¿Estas enojada? ― pregunte mientras le tocaba el brazo con mi dedo indice.
― Estoy mas que feliz que nuestro esfuerzo haya sido para nada ― dijo sarcasticamente.
― No moriremos sino entregamos esto a tiempo. ― respondí obvia.
― Yo si, me esfuerzo para tener buenas notas ― replicó.
Yo solo abrí los ojos.
― No lo sabía.
― Siendo sincera, ______, tu nunca sabes nada, estas perdida en tu mundo, agradece que eres linda ― dijo burlona.
― ¿Ese es el único atributo que poseo? ― inquirí ofendida. ― primero que nada, no es cierto. Segundo no estoy obligada a saber de tu vida.
― Solo bromeó ― rió. ― eres aún mas linda cuando te enojas. ― bebió agua y continuo el trabajo en silencio.
[...]
Habíamos cambiado de turno, ahora Sana leía mientras subrayaba cosas del libro y yo transcribía todo lo que anteriormente había resumido.
La noche había caído y hasta el momento habíamos sobrevivido a café y unas cuantas galletas.
Sana bostezo y apoyo su cabeza sobre el libro.
― ¿Quieres dormir? ― pregunté mientras seguía por el punto numero diez del trabajo.
― Debería volver a casa. ― se levantó de la silla y busco su celular que se encontraba cargando en la cocina. ― _____.
― ¿Si? ― me giré.
― Son las doce y media.
― ¿Qué? ― exclamé sorprendida.
Ambas perdimos la noción del tiempo por el bendecido trabajo. Ademas no había nadie en casa que nos indicara la hora, como siempre mamá no estaba y las amas de llaves se encontraban en una mini vacaciones en la Isla de Jeju.
― Por lo menos mañana es Sábado. ― aunque mañana fuera el día que fuera debería levantarme temprano.
― Es demasiado tarde. ― Sana corrió la cortina de la ventana que daba a la calle.
― Puedes quedarte... creo. ― levanté los hombros con incomodidad.
― ¿Estas segura? ― se mordió las uñas.
― Si, hace poco terminamos de pintar la habitación de huéspedes, podría prestarte un pijama si quieres ― Sana asintió.
[...]
― No quiero sonar desconsiderada o mal educada ― Sana había entrado a la habitación. ― pero moriré intoxicada aquí.
― ¿De que hablas? ― me adentré al lugar y tenía razón, el olor a pintura del cuarto podría desmayar a un caballo si se lo encerraba por mas de dos horas.
― ¿Porqué no dormimos en tu habitación? ― preguntó sin rodeos.
― E-en mi habita-ción ― maldecí internamente.
― Si, no veo lo malo.
― Bien. ― si no quería que esto se sintiera raro debería actuar como si no lo fuese.
Caminamos a mi habitación.
― Hola Bubbles ― la japonesa saludó al gato.
― Siéntate donde gustes ― abrí mi armario en busca de un pijama. ― Ten ― entregué las prendas de ropa y me dispuse a buscar uno para mi.
― ¿Me cambio aquí? ― ahora era ella quien se encontraba incomoda.
― Ese es un baño ― señale la puerta blanca de mi habitación.
Alce a Bubble una vez que Sana se encontraba en el baño.
― Mira lo que tengo que hacer ― le susurré al gato. ― me siento tan estúpida, Bubble. ― el gato dio unos cuantos maullidos como si le entendiera
― Me queda mejor que muchos de mis pijamas ― Sana dio un pequeño giro para mostrarme como le quedaba.
― Que bien. ― me metí rápido a donde anteriormente Sana se encontraba.
[...]
Como si se tratara de telepatía ambas suspiraron al mismo tiempo mientras observaban el techo de la oscura habitación.
― Cuentame algo de ti ― Sana rompio el silencio.
― No se que puedo contarte, esto es lo que soy, no mas. ― contesté. ― cuentame algo de ti. ― devolví la pregunta.
― Siento atracción por alguien desde hace tiempo.
― ¡Ah!... apuesto que a Jooheon si le gustas. ― todo el mundo sabía que había algo raro entre ellos.
― ¿Qué? ― Sana río fuertemente ― es mi mejor amigo, no se de que hablas.
― Yo solo pensaba que era él ― dije sincera.
― Es mucho mas complicado que eso.
― Tengo tiempo ― me interesaba lo que tenía para decir y no es porque sea una chusma empedernida, pero me gustaba escuchar cuando la gente tiene algo para compartir.
― Te enojarias ― la mire.
― ¿Porque lo haría?
― ¿Recuerdas ese día que hicimos pinky promise? ― solté un suspiro pesado ya que sabía de que se trataba, Chaeyoung.
― Aja. ― me quede en silencio.
― Dije que me llamaste la atención desde que entraste al Instituto y no pude hacer nada al respecto por Chaeng.
― Aja. ― repetí un poco hastiada.
― Me gustas, Kim. Pero cuando se le conté a Chaeyoung ella fue detrás de ti y por eso hice lo que hice. ― habló rápido.
― ¡¿Qué?! ― me acomode en la cama para obtener una mejor visión de ella. ― ¿Que tiene que ver eso con que hayas publicado las fotos para acabar con mi relación?.
― Que si de verdad te hubiera querido no te hubiera dejado por una estupidez como esa ― contestó algo enojada.
― ¿Dices que en nuestra relación no hubo amor? ― la mire fijo para que me dijera la verdad.
― Me imagino que de tu parte si ― dijo por lo bajo. ― pero ella no sentía algo así.
― ¿Y lo hizo porque tu "gustabas" de mi? ― la indignación se podía sentir en mi tono de voz.
― No se que le sucede, pero todo es una competencia para ella, y pensó que al estar contigo me había ganado de alguna forma.
― Maldita. ― tape mi cara con la almohada y ahogue un grito cargado de odio. ― ¿Porque no me lo dijiste antes? ― reclamé.
― Nunca quisiste escucharme. ― movió la almohada de mi rostro y la puso en su lugar. ― después de todo soy Sana, no mas que eso y te he molestado por mucho tiempo era obvio que no me escucharías.
― Mataría a Chaeng ― sentía el rostro caliente por el enojo.
― Solo quiero que sepas que me gustas ― repitió ahora mas tímida.
Suspiré y mire a Sana.
― Gracias por abrirme los ojos.
Sana asintió sin decir ni una palabra, solo me observo, ambas hacíamos lo mismo.
Me acerque y roce mis labios con los de ella.
― Lo siento ― Sana se alejo ― pero no me beses solo porque estas enojada con Chaeyoung, si alguna vez lo haces que sea porque realmente lo quieres y no en forma de venganza.
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Hola gente, ¿Como están? Yo super aburrida. ¿que hacen para pasar estos días de mierda?
ESTOY PERDIENDO LA CORDURA AYUDA GENTEEEE
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Les agradecería que voten y comenten
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