Era domingo y Haneul estaba muy aburrido, me di por vencido al intentar entretenerlo pues después de pasar tanto tiempo con Jungkook yo era un caso perdido.
—Papá ¿ya mero llega?—Preguntó por décima vez.
—Ya te dije mi pequeño, no sé a qué hora regresará, nuestro jefe le pidió que hiciera algo urgente en la oficina.—Acaricié su cabello y se cruzó de brazos.
—Papá... ¿Cuando llegará?
—Haneul ya estás igual que el burro de Shrek.—Hizo un puchero y se me ocurrió una idea.—¿Qué te parece si hablo con la mamá de tu amiguita Mía para que la traiga a casa y así te diviertes un poco jugando con ella?—Su cara se iluminó y en un instante se puso serio.
—¿Esa señora también vendrá?
—Si cariño, es su mamá, Mía es menor y no puede llegar sola hasta aquí.
—¿Crees que ya llegará Jungkook?
—Llamaré a la madre de esa niña o me volverás loco.—Me levante del sofá, tomé mi celular y llamé.
Como era de esperarse la señora Kim Yong-sun aceptó de inmediato, le pareció muy buena idea de venir a mi casa, dijo que le gustaría conocer mejor al padre del mejor amigo de su hija.
Ella siempre era muy amable conmigo y muy atenta, aunque sabía que me coqueteaba discretamente no era algo que me incomodara pero a Haneul no le agradaba.
Tardaron unos 15 minutos en llegar y mi pequeño saltaba de gusto hacia la puerta principal para abrirla conmigo detrás, tomó de la mano a Mía y se la llevo emocionado hasta su habitación para mostrarle todo en ella dejándonos solos a Yong-seon y a mi.
—Vaya, se ve que compaginan muy bien nuestros hijos.—Extendió su mano e hice lo mismo para saludarle.
—Pase.—Le abrí camino haciéndome a un lado y entró.—¿Gusta algo de tomar? ¿Café o quizá un té?—Sonrió y miró al piso algo avergonzada.
—Lo siento, es que, me incomoda mucho que me hablen de usted, no soy tan mayor, creo que ya te lo he dicho antes.—
—Oh lo siento es que es la costumbre, ya no lo haré más.
—Gracias, que amable.
—Entonces Yong-sun, ¿gustas algo de tomar mientras esperamos que los niños jueguen?—Asintió.
—Me gusta el café, pero llámame Solar, así me llaman mis amigos.
Después de platicar por casi media hora con ella comencé a notar que teníamos tantas cosas en común que parecía una versión femenina mía, la observé y me di cuenta lo hermosa que era, su cabello negro y ondulado quedaba a perfección con la forma de su rostro, la forma en que hablaba y se desenvolvía la hacían verse aun más atractiva.
En un movimiento que hizo al tomar su bolso del suelo mi vista viajó a su escote y al verle fue como reafirmé mis pensamientos:
Amo a Jungkook.
Semanas atrás hubiera hecho de todo con tal de quedar bien con ella, me hubiera puesto tan nervioso al ver cómo cruzaba su pierna permitiendo que su falda subiera más de lo bebido, pero aquí estoy, como sin nada, observándola de pies a cabeza para darme cuenta que solo Jungkook puede hacerme hervir la sangre en deseo al lamer sus labios sutilmente con su lengua.
—Creo que se me desabrocho un botón, lo siento, al parecer lo notaste, que vergüenza.—Estaba hundido en mis pensamientos y no percaté que mi vista aun la tenía en el botón desabrochado de su blusa.
Ella no estaba provocando nada en mi y me vi perdido, muy perdido en Jungkook, entonces en ese momento decidí que le contaría sobre mis sentimientos, lo nuestro no era solo sexo, hay algo más y de igual manera siento que él lo sabe.
—Oh... no, yo soy el que lo siente, no era mi intención, yo solo...—No hallé que decir y me ruborice por completo.
—¿Interrumpo algo?—Dijo Jungkook parado bajo el marco de la puerta.
—Y ¿él quién es Jimin? Lo he visto recoger a Haneul en la escuela.—Dijo amablemente.
—¿No sabe quién soy Jimin?—Ambos me miraron y Jungkook sonrió sarcástico negando con la cabeza.
Pero no me dejo presentarlo cuando se fue caminando apresuradamente a su habitación, sabía que estaba molesto y sin importarme nada me levante para ir detrás de él pero ella me detuvo jalándome un poco del brazo.
—Creo que será mejor que me vaya, parece que le incomodó mi presencia a tu amigo, iré por Mía.—Dió algunos pasos y se detuvo al escucharme.
—No es mi amigo, es mi esposo.—Dije sin rodeos.
—¡Oh diablos, no sabía que estabas gay! En verdad, si alguna ves fui imprudente lo lamento.—Dijo muy avergonzada.—Que estupida.—Susurro pero alcancé a escucharlo perfectamente.
—Gracias por venir, a Haneul le hizo feliz.—Estiré mi mano para saludarla a modo de despedida y me saludó de vuelta.
—Hasta luego Jimin.—
Cuando ambas se marcharon fui un rato con Haneul pero se quedó dormido casi de inmediato, seguro quedó cansado de tanto correr alrededor del jardín.
Después me dirigí a la habitación de Jungkook, intenté abrir la puerta pero le había echado llave, así que toque y me abrió casi de inmediato, pero estaba apurado, al parecer planeaba salir pues tomó una chaqueta del closet, y se la colocó mientras se veía al espejo.
—Haneul te extrañó muchísimo y no paraba de preguntar a qué hora ibas a llegar.—Fue lo único que pude pensar en decirle.
—Mañana juego con él, ahora saldré y no regresaré temprano.—Tomó su billetera y la acomodo en su bolsillo trasero.
—¿Más trabajo?—Dije aunque era obvio que no.
—¿Trabajo? No, será mero placer.—Me guiño un ojo y ya iba a salir de la habitación pero me le atravesé en la puerta.
—¿Porqué estas actuando así?—
—¿Así como? Este soy yo.—Se apuntó a si mismo y continuo hablando.—Te voy a contar, hoy en el trabajo se me acercó un chico, ¿recuerdas a Mingyu?—
—¿El alto de administración?—Dije al recordarlo.
—Exacto, ese mismo, pues vio que estaba solo, por alguna razón se me acercó y me comenzó a contar cosas estupidas sobre su departamento, entendí de inmediato la indirecta pero recordé que este anillo que tengo indica que estoy casado, así que se lo señalé.—
Cuando dijo eso el temor que retumbaba en mí gracias a las palabras de Taehyung abandonó mi cuerpo pero no duró mucho ese sentimiento de paz.
—Sin embargo él dejó su número de teléfono dentro de mi saco y se fue, solo quiere un polvo y yo también, igual todo mundo sabe que estamos casados tú y yo así que tengo que seguir disfrutando a plenitud de mi vida sexual, deberías hacer lo mismo, esa mujer que estaba contigo se veía más que dispuesta.—
—Yo no soy como tú.—Dije haciéndome a un lado para que se fuera.
Y así lo hizo, se dio paso hasta llegar a las escaleras para bajar y sentía que mi pecho dolía, seguro estaba esperando cualquier pretexto para dejar de estar conmigo e irse a ser él mismo otra vez, saltar de cama en cama es su especialidad.
—¿Tan pronto te aburrí?—Se lo dije, quería saberlo, torturarme con una afirmación de su parte, intenté controlar las lágrimas pero dolía saber que el amor simplemente no formaba parte de mi vida.—Después de todo Taehyung tenía razón sobre ti.
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