El Miedo De Ámbar #1

By LuAnto321

14.9K 3.6K 2.2K

Un simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se r... More

Prólogo.
Capítulo 1: Dia anormal.
Capítulo 2: El casi beso.
Capítulo 3: Ethan y Cassie.
Capítulo 4: Ya no está.
Capítulo 5: La foto.
Capítulo 6: Cuando sea el momento.
Capítulo 7: Caso cerrado (+18)
Capítulo 9: El deseo.
Capítulo 10: Espiando.
Capítulo 11: Despejando la mente.
Capítulo 12: ¡¡¡Aaaaah!!!
Capítulo 13: Su cara...
Capítulo 14: Necesito tiempo.
Capítulo 15: Cansada (+18)
Capítulo 16: La historia falsa.
Capítulo 17: Regalo adelantado.
Capítulo 18: Palabras inesperadas.
Capítulo 19: Recordando algunas cosas.
Capítulo 20: Confesando algunas cosas.
Capítulo 21: Dos amando a una.
Capítulo 22: ¡Felíz cumpleaños Ámbar!
Capítulo 23: Planeando.
Capítulo 24: El secreto de Cass.
Capítulo 25: Otro sueño.
Capítulo 26: Confirmación.
Capítulo 27: Mallacan 18 años triple cask.
Capítulo 28: Rompiendo la regla №2
Capitulo 29: ¿Un error? (+18)
Capítulo 30: En otra mente.
Capítulo 31: La Fräulein Sevedo.
Capitulo 32: El alcohol.
Capítulo 33: El primer "Te amo" (+18) [Parte 1]
Capítulo 34: El primer "Te amo" [Parte 2]
Capítulo 35: Tregua.
Capítulo 36: Dudas.
Capítulo 37: Borracheras olvidables.
Capítulo 38: Lauralei Weiβ.
Capítulo 39: Sentimientos agridulces.
Capítulo 40: Tres meses.
Capítulo 41: Etapas difíciles.
Capítulo 42: Terapia.
Capítulo 43: El comienzo.
Capítulo 44: Vodka (+18)

Capítulo 8: El pasado y la visita inesperada.

505 108 71
By LuAnto321

¿Algo que vuelva vulnerable a Ámbar Sevedo? Brianna Cooper claro está.





Narra Ámbar.

—No puedo. No puedo disparar sin pensar en él— bajo el arco y fecha y sollozo.

—Si puedes Ámbar.

—¡No, no puedo Kevin! ¡Así lo conocí a él! ¡Después me enamoré de él con el puto dúo! Y así me desilusionó, me engañó y jugo conmigo. Él se divirtió y se rió a mis espaldas cada vez que le decía que lo amaba. Y para completar, se va sin dejarme siquiera una carta, encima llevándose la pulsera que me había regalado.

»Estar aquí, hace que recuerde cada cosa, cada detalle que vivimos. Y me duele. Me duele mucho. Me enamoré Kev. Me enamoré de alguien que jamás me amó. Y así terminé.

***
Lunes, 14 de marzo.

Seis días después.

—¡Mí bebe!— grito acariciando mi auto y lo intento abrazar.

—Ya te lo puedes llevar Ámbar, las luces están arregladas y por las dudas lo revisamos por si tenía algo malo, pero está perfecto.

—Oh gracias, gracias Ash— digo besando la puerta de mí bebe.

—No es nada, es muy bueno tu novio al pagarte la mitad del auto— dijo y lo mire confundida.

¿Novio? ¿La mitad?

—¿Novio?— pregunté —yo no tengo novio— dije extrañada.

—Pero... Él me dijo que sí, me dijo tu nombre, tu físico que era igual que tú un día después de que lo dejaras aquí y pago la otra mitad diciendo que era tu novio— responde encogiéndose de hombros.

—¿Espera, quién es él?

—Un chico rubio, ojos claros, piel blanca...— no terminó de hablar porque grito.

—¡Ryan!— abro los ojos.

—SÍ, ese mismo— dice.

—Pero el no es mí novio, y ¿Cómo supo mí nombre si mandé este auto hace dos semanas y a él lo conocí la semana pasada?, es imposible que sepa mí nombre— digo frunciendo el ceño y haciendo matemáticas en mi cabeza.

—No lo sé pero él pago la mitad primero, antes de que tu vengas al día siguiente y me dijo que no te dijera nada, cosa que ya te dije, y me dijo que pagaba la mitad de tú auto, tú sabiendo que era todo lo que tenía que pagar y el chico y yo sabiendo que era la mitad— explica.

Wao y yo pensando que era fortuna lo que pagué y ahora más, sabiendo que sólo fue la mitad.

—Oh, ok entonces, fue él— digo comprendiendo todo —¿Pero por qué te dijo que era mí novio?

—No lo sé, por algo será.

—Ok, Asthon, gracias por decirme— digo saliendo de mí trance.

—No hay de que, aunque no cumplí lo que me dijo él, que guarde el secreto— dice haciendo una mueca.

—No, no pasa nada, hiciste bien en decírmelo, nos vemos luego Asthon— le doy un beso en la mejilla y subo a mí bebé hermoso.

—Si, claro— responde con una sonrisa.

Asthon es amigo del vecindario y aveces trabaja con su padre que es mecánico.
Lo conozco hace tres años, tiene mí edad y aunque va a otra escuela, cada tanto nos vemos.

Es un gran chico y muy guapo. Demasiado. Muy demasiado.

Es como una imitación de un muñeco Kent.
Piel blanca, ojos celestes, cabello muy amarillo, y nunca se lo tiñó y cuerpo de muerte.
Como dije, un Kent de la vida real.
Es muy buena persona y muy lindo pero no es mí tipo y aparte tiene novia que también me cae súper bien y que es la Barbie de la vida real. Son tal para cual.

Raro.

Salgo del taller abrazando el volante y dándole besos al mismo antes de mirar al frente.

Cualquiera que me viera diría que estoy enferma.
Pero aver, imagínate estar dos semanas sin el primer auto que te regalaron y que ni siquiera te duró un año nuevo.

Día tras día, las horas son eternas.
Es una maldita tortura.

Tengo que hablar con Ryan, juro que lo voy a asesinar en cuanto lo vea.
Y ni pienso agradecerle porque pagó la mitad de mí bebé, si total él lo chocó.
Y aparte me mintió, me dijo que él quería pagarlo y se hizo la víctima. ¡¡En frente de mí!!

Estúpido idiota.

Dejando de lado a Ryan, en el semáforo que está en rojo conecto el Bluetooth del auto a mí celular y pongo a todo volumen el nuevo tema de mí cantante e ídola favorita Dua lipa, "break my heart" y la canto a todo pulmón cuando el semáforo cambia de color y voy moviendo la cabeza al ritmo de la música.

Habíamos acordado con Ethan que nos veríamos en la escuela. Él ya debe estar por llegar y yo voy a llegar unos minutos tarde ya que hay un tráfico de mierda en la avenida y a cada rato estoy frenando y tocando la bocina.

—¡Maldición, muévanse!

Parece que me escuchan porque se empiezan a mover.

—Aleluya— exclamo levantando mis manos.

Veo la hora y no voy a llegar tarde, fueron solo cinco minutos de tráfico.
Pero parecieron como dos horas.

Llego al instituto, agarro mí mochila, unos lentes negros porque el sol hoy está muy fuerte y salgo del auto.

Pongo el seguro y camino para buscar a los chicos.
La mayoría de las personas me ven, como si fuera nosé que, me incomoda, pero solo los ignoro y sigo mí caminata. Entendiendo después que parezco Zac Efron cuando llega al instituto en semejante auto de gama, lentes, y ese físico que solo él tiene.

Zac Efron mujer.

Y ahí lo veo hablando con Ethan (que está serio, ya sé porque) y Cassie. Se ve tan sexy, y... se cortó el pelo.
Le siguen quedando algunos bucles pero no tanto y está todo vestido de negro.

Una chaqueta manga larga negra opaca, una remera negra con algunos puntos chiquitos de color blanco, un jean negro roto en las rodillas y apretado que se ajusta a su trasero que... ¡Jesús! ¡Tremendo culo! Ámbar mal pensada...
Y completa con unas zapatillas Adidas también negras.
Se ve como un chico malo, pero claro que no lo es, su sonrisa, sus gestos y demás me hace ver todo lo contrario.

Ethan le dice algo a Cassie y ambos se despiden (menos Ethan) de Ryan y se van a paso rápido con dirección a la biblioteca.
Se habrán olvidado hacer el trabajo de ciencias físicas.

Aprovecho que Ryan no me ve y me está dando la espalda, camino despacio y tapo sus ojos con mis manos.

No le digo algo como: ¿Quién soy? porque sería una estupidez ya que conocería mí voz. Solo apoyo mí cabeza en su hombro y espero hasta que adivine quien soy.

—Aver...— dice y toca mis manos, ante tal tacto trago saliva pero hago como si no me pasó nada —no hace falta que te toque las manos para saber quién eres, solo lo quería hacer porque tienes unas manos hermosas... Linda— susurra ese apodo a lo último causando raras cosas en mí estómago.

Me río sacando mis manos de sus ojos y él se da vuelta para verme.

»Hola linda— dice plantando un beso en mí mejilla.

—Idiota— dije y el no entiendo porqué hasta que agarré sus hombros y le dí un rodillazo en su panza.

—Mierda Ámbar, ¿Qué eres?, ¿Hija de Jackie Chan?— pregunta sosteniendo su panza y cae en el pasto.

Dios, ¿tanto le pegué que le duele?

Estuve 7 años en el curso de defensa personal, que se de todo.
Se hacer muchas llaves, se pelear con las manos, con cuchillos y se usar hasta armas. Además de arco y flecha.
Cassie y Ethan saben que entre a un curso de defensa personal a los once años, pero nunca supieron que eso implicaba usar cada tipo de armas apenas entré al curso.

Al principio sí, me asusté mucho, pensé que había entrado a una escuela militar. Me paralice cuando me entregaron un arma y tenía que disparar a una parte exacta de una madera que estaba a unos treinta metros de distancia.

Como pude tomé valor y disparé sin pensarlo.
La bala perforó a la perfección la madera. Los maestros y profesores me miraron sorprendidos.
Osea, era una chica de once años que no tenía ni idea de como se agarraba siquiera un arma y en el primer intento da justo en el blanco.
Hasta yo me sorprendí.

Supe que me gustaba hacer eso, y me empezó a gustar más cuando además de usar armas, use el arco y flecha y también era genial en eso, bueno en realidad lo soy.
Siempre fui la mejor de la clase.

Se preguntarán porqué hice esto.
Simple, nadie me mandó ni nada por el estilo.
Solo yo quería, y les insistí tanto a mis padres hasta que me dejaron.
Lo hice porque me gustaba y para defenderme de secuestradores o nosé, cualquier cosa.

Y no quería que alguien sea mí sombra y me siga a todos lados, osea un guardaespaldas. No, gracias.

Por fuera puedo parecer una chica débil o que no sabe defenderse, pero por dentro, soy todo lo opuesto. Exactamente la chica que está contando esta historia no es nada parecida a la verdadera Ámbar.

—¿Ry...Ryan, estás bien?— pregunto rascando mí nuca nerviosa.

—Solo me rompiste los intestinos, pero estoy bien— dice aún acostado en el pasto.

—Exagerado— bufo mostrando desinterés, pero por dentro me preocupa que esté así.
Digo, solo por si algo malo le pasa, eso.

—Ayúdame ¿Quieres?— me ofrece su mano desde abajo.

Cuando estoy por agarrarla, tira de esta y caigo de tal forma que estoy arriba de él.

Ruedo los ojos y él solo se ríe.

»Pregunta, ¿Por qué el rodillazo?— alza una ceja.

Y él enojo se hace presente.

—¿Por qué?— al igual que también se hace presente el sarcasmo —tal vez porque pagaste la mitad de mí bebé hace dos semanas sin decirlo, y en vez de eso me mentiste— digo golpeando despacio su pecho —puede ser por eso— ruedo los ojos.

—Rayos— dice, sí, te atrapé idiota —no debí confiar en Asthon, ya que te conoce y estaba seguro de que te lo iba a decir, pero espera, te lo puedo explicar.

—Pues habla— digo, pero de algo me doy cuenta. Todos nos están mirando.

Y si idiota, estás en medio de la escuela acostada arriba de un chico que es la perdición de muchas chicas, claro que te van a ver, dice mí sub consciente.

Ok, por una vez en la vida tienes razón.

Si, claro, somos la misma persona genio.

Ignoren mí enfermedad.

»Ryan, creo que deberíamos pararnos— digo hablando bajo.

—Sí, creo que sí— me guiña un ojo. Me paro y esta vez sí se para cuando le ofrezco mí mano.

—Sigan en lo suyo, ¿Quieren?— grito a todos. Me hacen caso y dejan de observarnos —chismosos— murmuro rodando los ojos. Ryan se ríe —y tú— lo señalo y deja de reírse —habla y explícame— me cruzo de brazos.

Pero cuando abre la boca, el timbre suena indicando que vayamos al salón.

Mierda y más mierda.
Puto timbre.

»Esto no se queda así Cooper— lo apunto con mí dedo y voy directo al salón donde obviamente Ryan me sigue.

—Ya lo sé— dice atrás mío.

Ciencias históricas, mí ex materia preferida.

Donde conocí a Ryan, donde me tocó hacer el trabajo con Ryan, cuando casi me dí ese beso con...
Ay olvidalo.

Me siento adelante y Ryan se sienta al lado mío.

—¿Disculpa?— pregunto alzando una ceja.

—Disculpa aceptada— dice riendo, lo cual yo estoy muy seria y este chico lee mí mente, porque dice:

—Se que te sientas con Cassie pero por hoy no le va a pasar nada— rueda los ojos.

—Ok, ya que— digo rendida y sin ánimos de pelear.

—Ja, yo gané— dice alzando una mano en modo de festejo.

—Idiota— murmuro riendo un poco.

Ethan y Cassie entran riendo pero la expresión se les va al verme al lado de Ryan.

Cassie me guiña un ojo y alza los pulgares sonriendo pícara, tonta, pero Ethan apenas me mira serio y se va a sentar atrás de todo. Cassie se encoje de hombros y se va a donde Ethan está.

—Buenas tardes, chicos y chicas— hace su presencia la profesora, sonriendo.

Esa mujer siempre me cayó bien, incluso después de que me asignara ese trabajo con Ryan.

Osea al principio dije que la odiaba, pero después de todo no fue su culpa.
O sí..., no lo sé.

Solo que me cae bien de nuevo.

Ni yo misma me entiendo.

»Bien empecemos— dice la profe Kathia una vez sentada en su escritorio —Ámbar— me llama.

Mierda..., ¿Por qué yo primera?

—¿Quieres contarnos algunas cosas que sabes sobre tu compañero?— pregunta bajando sus lentes de lectura.

—Está bien— digo.
Le digo cosas básicas. Su edad, nombre de sus padres, mascotas y cosas así.

Cuando termino, ella le pregunta a Ryan.

Y así les va preguntando a todos los del salón.

Que aburrimiento, Dios.

Dos horas después de saber cosas de los demás, la profesora habla.

—Chicos, ya se pueden ir, la próxima clase van a tener que decir nuevas cosas de sus compañeros, ¿Si?— pregunta agarrando sus cosas de su escritorio para irse. Nosotros asentimos —bueno, nos vemos chicos— dice y nos tira un beso saliendo rápido del salón.

Por eso los chicos tienen un amor platónico con ella.

Tiene 28 años pero como se cuida parece de 22, además de que es hermosa.

—Por fin, ya me dolía el culo— dice Ryan guardado sus cosas, yo me río y lo imito —¿Quieres ir a mí casa de nuevo, para hacer un poco más el trabajo?— pregunta colgando su mochila en el hombro.

—Sí, está bien— digo colgando también mí mochila —espera les diré a los chicos— voy a donde están los mencionados.

—"Helou"-— los saludo cuando llego.

—Eres un asco hablando en inglés— dice Cassie soltando una carcajada.

—Hey— me hago la ofendida —al menos siempre termino aprobando la materia.

—Pero por mi. Dah.

—¿Todo bien?— pregunta Ethan.

—Sip— les digo —solo les quería decir que me voy a ir a casa de Ryan para adelantar nuestro trabajo, así que si quieres ve a mí casa con Ethan— la miro.

—Sí, yo no tengo problema— se encoge de hombros —¿Y tú Ethan?

—Me da igual— responde sin el interés alguno.

—¿Te pasa algo?— pregunto.

—No— dice y se está por marchar pero lo detengo.

—Toma— agarro su mano y le entrego mí llave —vayan a casa con mí bebé, pero me lo cuidan— advierto mirando a los dos —yo iré en la camioneta de Ryan.

—Oh gracias zorra, te amo—responde Cassie quitándole las llaves de la mano a Ethan.

—Okey loca, tú no vas a manejar, excepto que quieras morir— ruedo los ojos y le quito las llaves para darle de nuevo a Ethan, que es el que sabe manejar —nos vemos luego— digo y les doy un beso a cada uno en la mejilla.

—Ok— responden al unísono.

Se van primero y luego de llamar a mí mamá para darme permiso, lo cual accedió, salimos del instituto y subimos a la camioneta de Ryan.

Vamos en completo silencio, solo con la música de la radio.

—Te aviso que mis padres están en mí casa, ¿Si?— rompe el silencio.

—Oh... No hay problema— respondo.

—Y tal vez te vayas a emocionar si eres una fan— murmura tan bajo que apenas lo escucho.

¿Fan? ¿Qué quiso decir?

—Llegamos— dice abriendo la puerta.

Abro la de mí lado y salgo con mí mochila.

Caminamos sin decir nada y saca la llave de su casa para abrir la puerta.

Entramos y se ven dos personas que están conversando en el sillón del living.

—Mamá, papá, llegamos— anuncia Ryan nuestra presencia.

Primero su padre se da vuelta y es un hombre muy apuesto para su edad.
Es igual a su hijo, excepto los ojos que los tiene bien azules.
Entonces su madre debe tener los ojos verdes.

Su madre se da vuelta y a mí se me da vuelta el mundo.

Me quedo con la boca abierta y los ojos abiertos.

¡Maldición! ¡Es Brianna Cooper!
Mí actriz favorita de la vida.
He visto todas sus películas, todas. Desde que tenía memoria, siempre veía películas de muerte, pero con Brianna hacia una excepción con el romance.

—Hola chicos— habla.
Me derrito. La estoy escuchando en vivo y en directo.

—Ho...hol... Dios— tartamudéo —hola— respondo con una gran sonrisa, y entonces lo suelto —oh Jesús, tú eres Brianna Cooper, en persona. Oh por dios, siento que voy a desmayarme— me echo viento en la cara.

—Tranquila— me dice Ryan apretando mí hombro.

—¿Estas loco?, ¿Que me tranquilice? Dios Ryan, tu madre es Brianna, la hermosa y perfecta Brianna Cooper.

—Oh gracias— dice levantándose del sillón y se acerca a mí. Suspiro cuando me da un beso en mí mejilla.

Que no esté soñando, que no esté soñando me repito.

»Un placer, ¿Cómo te llamas?— pregunta.

—Eh... Eh, Ámbar Sevedo— respondo finalmente.

Estúpida, concéntrate y no la cagues, me dice mí sub consciente.

—Oh, hermoso nombre— dijo.

Mierda, dijo que mí nombre es hermoso. Ahh voy a llorar.

Y se me caen las primeras lágrimas.

Sin pensarlo la abrazo, y ella se sorprende pero luego rodea mí espalda y me sigue el abrazo y con una mano acaricia mí cabello.

—Dios, soy una gran fan tuya, de veras te amo, ví todas tus películas, desde que comenzaste a ser actriz. Casi me agarró un paro cuando mataron tu personaje en "amor apasionado", juro que con tus películas, lloré, reí, me enoje, tuve tantos sentimientos encontrados, que me es difícil de explicar. Eres una mujer preciosa, te admiro mucho— sollozo en su hombro.

—Oh dios mío— dice y me agarra del mentón para que la mire. Sus ojos están aguados y sí, son iguales a los de Ryan, medio verde, medio azul —no puedo creer que te provoqué tantas emociones, es increíble— dice secando mis lágrimas con sus dedos —me alegro un montón que te gusten mis películas— dice y me abraza de nuevo.

—Esto es un sueño— susurro en su cuello.

Y me quejo cuando me pellizca el brazo.

—No, no lo es— dice y se ríe cuando nos separamos.

Esto es tan inesperado y sorprendente.

—Espera, ¿Nos podemos sacar una foto?— junto mis manos en modo de súplica.

—Claro que sí— dice y coloca su brazo en mis hombros, mientras saco mí teléfono.

Y no solo saco una selfie, saco mínimo diez. Todas con diferentes muecas.

—Esto es increíble— digo mirando todas las fotos —en serio, gracias.

—No hay de que— dice —si quieres ven otro día y trae tus películas que las firmo— y abro los ojos.

—¿De veras?

—Claro, con todo gusto.

—Oh en serio gracias— la vuelvo a abrazar.

—No hay de que— nos separamos y ella mira a Ryan —hola bebé— dice dulcemente, es tan tierna y amable.

—Mamá...— susurra —no soy un bebé.

—Tonterías, siempre serás mí bebé— apreta sus mejillas y yo me río por la mueca que hace Ryan.

—Mamá— se queja —me avergüenzas. Dios santo.

—Por hoy te la dejo pasar, pero me la debes Ryan— dice y rueda los ojos cuando deja de tocarlo.

Me doy cuenta de que también está su padre y que no lo saludé.

—Disculpe señor, es que fue tan inesperado esto que no me di cuenta de saludarlo— digo nerviosa —un placer, mí nombre es Ámbar.

—El placer es mío, Jeremy mí nombre— dice y me da un beso en la mejilla.

—Wao Brianna, nunca supe que tenía esposo e hijo— frunzo el ceño.

—Son ellos en realidad. Nunca les gustaron las cámaras y la fama y siempre soy reservada. Por eso siempre dicen que estoy soltera y no tengo hijos, porque no saben nada de mí, porque a nadie les dije. Solo lo saben mí familia, la de Jeremy, amigos y ahora tú que ya eres mí amiga— me caigo de culo.

¡¡Soy su amiga!!

»Solo te pido que no le digas a nadie que estoy casada y con un hijo, sino corremos el riesgo de que los medios lo sepan-— dice.

—Por dios, seré una tumba, lo prometo.

—Por eso me caes bien, se nota que eres una gran chica— luego frunce el ceño —aguarda, ¿Cómo dijiste que es tu apellido?

—Sevedo.

—¿Eres hija de Raquel Sevedo acaso?

—Eh... Si, ¿Por qué?

—Oh que bien, tengo que invitar a tus padres un día a cenar— aplaude feliz  —amo los diseños de tu madre— dice finalmente.

Ahh los diseños de mí madre.
Por eso la conoce.

—Ahh, claro, ella encantada, es su fan también.

-—Igualmente— se ríe —bueno, dime Ámbar, ¿Quieres algo para merendar? ¿O para comer? Cualquier cosa dile a Emily, nuestra chef.

—Claro, enseguida le aviso, gracias.

—De nada, yo tengo que resolver algunos asuntos en el estudio, regreso en media hora, voy a sacar una nueva serie, shh, no digas nada— pone un dedo en sus labios.

—¿Una serie?— pregunto asombrada.

—Sí, la primera, así que no digas nada por ahora.

—Lo prometo.

—Bien, adiós amores— acaricia la mejilla de Ryan y le da un beso a su esposo —nos vemos Ámbar— me da un beso en la mejilla y se va.

¡Que momento Jesús!

¿Quién iba a pensar que Brianna Cooper, una mujer preciosa y con treinta y nueve años (que parece de treinta) iba a estar casada y con un hijo, alias Ryan?
Sinceramente nadie.

—Bueno, chicos, cualquier cosa que necesiten voy a estar en mí oficina, un placer Ámbar— dice con una sonrisa.

—Igualmente— asiento con la cabeza.

Se va y quedamos Ryan y yo. Entonces le pego de nuevo en la panza.

—Vas a dejarme sin panza, karateka agresiva— dice sobándose su panza.

—Me podrías decir ¿Por qué carajos no me dijiste que tu madre es Brianna Cooper?

—¿Acaso estás loca?, te lo dije el otro día cuando estábamos haciendo el trabajo— rodea los ojos.

—Pero no pensé que era la única y original Brianna Cooper.

—Exacto, no pensaste linda— sonríe maliciosamente —vas a pagar por eso— dice apuntando su panza y en un rápido movimiento me carga como una bolsa de papas.

—¡Ryan, bájame en este instante!— grito y le pego su espalda mientras está subiendo las escaleras en dirección a su cuarto.

No me contesta y hasta que llega y abre la puerta no me baja.

—Ya puedes soltarme— digo.

—Aun no— dice y con una mano sujetándome, la otra la usa para cerrar la puerta y ponerle seguro.

—¡Ya bájame!— digo pero no me suelta.

Camina hasta su cama y me tira quedando arriba mío y a escasos centímetros de que nuestros labios se choquen.
Con sus dos manos sujeta las mías y las sube hasta tenerlas en el cabecero de su cama.

Me quiero mover pero no puedo, en cambio en mi entrepierna se siente algo y veo que ese algo es parte de Ryan.

—No deberías hacer eso— susurra acariciando su nariz con la mía. Evito un suspiro.

—¿Por qué no?— susurro.

—Tú sabes porque— apreta contra mí su entrepierna y muerdo mis labios para no soltar un gemido.

—Deberíamos hacer el trabajo Ryan.

—Deberíamos— repite.

—Sí, deberíamos— trago saliva.

Padre nuestro que estás en los cielos, aléjame de la tentación.

-------------------------------------------------

Continue Reading

You'll Also Like

800K 48.8K 89
Llene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puede...
918K 55.7K 44
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
5.2M 453K 83
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...